(Narrador Omnisciente)

Jimin se sentía nervioso, estaba sentado en el sofá y frente a él un curioso y serio Taehyung, quien lo escaneaba en su totalidad, mientras Jungkook al no comprender nada se puso a jugar alejado de los mayores.

— ¿Ya me dirás qué tienes que ver con el señor Min? — Preguntó Tae a su amigo.

— ¿De verdad debo decírtelo Tae? — Habló con la mirada gacha el menor.

— Si no quieres no Jimin, pero si no quieres que meta la pata y diga algo que no debo frente a él, es mejor que hables — Y claro que Jimin no quería que aquel hombre supiera muchas cosas, por lo que su mejor opción era decir la verdad.

— Te contaré Tae, pero... Prométeme que no dirás nada frente a él, jamás y sobre todo... No me juzgaras.

— Sabes que nunca te he juzgado Jimin, te conocí con un pequeño en brazos, sin su otro padre, nunca te pregunté por qué te viniste a vivir a un lugar de mala muerte como lo era esta casa, siempre he estado contigo, he esperado que tú me cuentes las cosas y no lo haz hecho, creó... Qué deberías contarme, ¿No?

— Tienes razón TaeTae y si... Te contaré quien es Min Yoongi en mi vida.

— Soy todo oídos.

— Min Yoongi... Lo conocí en la escuela, en Daegu, él siempre fue un niño rico y yo no, yo estudiaba en su escuela gracias a una beca, me hizo... La vida imposible desde niño, no me soportaba, al principio no sabía por qué, pero después descubrí que era por qué él temía que yo le quitará el primer lugar, lo cual... Nunca logré.

» Yoongi siempre me metía en problemas, hasta la adolescencia, me hizo la vida imposible, siempre fui un chico gordito, con mejillas regordetas, el me odiaba por eso y la principal razón era por los lugares en la escuela, ambos amamos la música, es nuestra vida, sin embargo, él parecía odiar todo de mi.

— ¿Por qué nunca te cambiaste de escuela?

— Por qué mis padres no podían pagarme otra, no quería desilusionarlos, ellos no pagaban nada en la escuela, todo era gracias a la beca, aunque terminaron pagando daños que yo no hice.

— ¿Por qué?

— Yoongi los hacía y siempre me culpaba a mi, me amenazaba con destruir la tienda de mis padres y se que podía hacerlo, se que... Si él le pedía a sus padres destruir nuestra tienda lo harían. Así duramos durante años... Hasta la Universidad.

— ¿Qué sucedió en la Universidad?

— Como todos tontos adolescentes nos enamoramos, fue... Romántico, hermoso, algo de ensueño, dejamos la rivalidad por el amor, fue gracioso, pues creo que con nosotros daba muy bien el dicho, "del amor al odio solo hay un paso" creo que encontramos el caminó al amor, pero... Ese caminó se volvió oscuro, sombrío y mi peor pesadilla un año después.

— ¿Qué sucedió Minnie? — Tae estaba curioso, pues parecía una historia de novela, pero algo que al parecer a su amigo le costaba trabajo contar.

— No te... Contaré qué sucedió en realidad Tae, es algo que aún me duele como no tienes idea, pero... Sólo debo decirte que Yoongi fue mi primer y único amor, creó que... Aún lo es — Bajo la mirada el rubio, sintiendo sus ojitos picar, resistiendo el próximo llanto.

— ¿Min Yoongi es...?

— Yoongi es el padre de Kookie — Terminó por decir el chico — Justo el día que estaba por contarle, me hizo la última humillación de mi vida, él... No sabe que tenemos un hijo juntos y no quiero que lo sepa, al menos no por ahora.

— ¿Por qué?, Haz estado hablando con el durante días Minnie, incluso irás a su casa está noche, ¿Estás seguro de no querer decirle nada? — Preguntó Tae, no se quería ni imaginar que fue lo que hizo Yoongi para no ganarse el derecho a saber que es padre.

— Me aterra la idea de que me quite a mi pequeño, he luchado por años por tener una vida estable, he sido padre soltero Tae, mi pequeño Kookie es mi vida, no dejaré... Qué Yoongi sepa de él, hasta comprobar que realmente ha cambiado.

— No soy nadie para decirte lo que debes o no debes hacer Jiminie, pero... Debes tomar una decisión pronto, no es bueno ocultar la verdad por tanto tiempo, no es un secreto simple, le estás ocultado que tienen un hijo juntos. 

— Lo sé Tae y no sabes cuánto me ronda por la cabeza esa posibilidad, pero... Me da miedo.

— Tarde o temprano el sabrá sobre la existencia de Kookie... Oh, no espera, ya conoce a Jungkook — Jimin suspiró sonoro por aquello, pues jamás se imaginó que Yoongi conociera a su pequeño aún sin saber que es su hijo también — Lo peor será cuando sepa que es su hijo, que le ocultaste esa verdad y si... Se que te hizo algo malo, pero piensa que probablemente ha cambiado.

— No estoy seguro de eso aún Tae, ¿Qué tal si...?

— No lo pienses tanto Jiminie, ¿Qué tal si ha cambiado realmente y tú le estás quitando más tiempo de saber que es padre? Créeme que ese hombre está más solo que tú y yo, es un cascarrabias en la empresa, nadie lo tolera, pero extrañamente a mi sí me tolera y un amigo suyo que no he conocido aún.

— Lo pensaré mejor... No quiero ilusionarme tan pronto.

Los amigos dejaron su plática ahí cuando el pequeño Kookie dijo que tenía hambre. Jimin le sirvió sus adorados espaguetis y lo sentó para que comiera solo, mientras el iba a su habitación, para buscar algo decente que ponerse.

Buscó y busco durante minutos, sin encontrar nada que lo convenciera para ir a su cena con Yoongi, se sentía tan nervioso que sus manos sudaban y sentía morir del nerviosismo apoderado de él.

— ¿Por qué lo piensas tanto?, Sólo toma algo que sea muy tú, debes ser tú Jiminie, no pienses en ser tú quien lo impresiones, deber ser él quien debe impresionarte a ti.

Tae se acercó al clóset del rubio y tomo una camisa de ceda en color celeste con cuello en uve, unos pantalones jeans negros y unos zapatos negros de botín bajo, observó al chico y le sonrió cálidamente.

— Con esto también lograrás no solo impresionar a Yoongi, lograrás que babee por ti y que se arrepienta de haberte dejado — Dijo Tae a su amigo.

Jimin sonrió y se dirigió al baño, con emoción brotando de su cuerpo se duchó, cepillo sus dientes y como si fuera hacer más que cenar pues decidió que no era mala idea depilar sus partes íntimas, río por lo idiota que se sintió, sus mejillas se encendieron al recordar viejos tiempos en los que como jóvenes hormonales querían tener relaciones donde sea, claro que Jimin nunca lo dejaba.

Salió de la ducha y entró a su habitación, cantando una suave melodía se cambió a la ropa que Tae había elegido para esa noche, al terminar de vestirse, peinarse y echarse un poco de loción.

— Por si me besa, por si me abraza y por... Si se pasa — Dijo en medio de risas el chico, echando loción en su cuello, pecho y partes bajas.

Jimin debía admitir que la salida a casa de Yoongi lo tenía nervioso, pero sobre todo emocionado, tenía años de no salir a una cita, aunque no sabía si aquello era realmente una cita, sin embargo ansiaba el momento de estar cerca del hombre que aún lo tiene locamente enamorado.

Una vez listo se vio al espejo y no pudo pasar por alto que es un hombre atractivo, entendía por qué muchos clientes más de una vez habían intentado propasarse con él, entendía por que le coqueteaban, sonrió satisfecho con la elección de su amigo, tomó su teléfono y salió de la habitación, al salir Tae y Kook estaban sentados en el sofá viendo una película animada, ambos quedaron con la boca abierta al ver a tremendo monumento de pie frente a ellos.

— Papi... — Habló primero Kookie — Eres muy bonito, ¿Dónde vas papito? — Preguntó muy curioso el menor.

— Vaya Jimin, no sabía que debajo de toda esa ropa holgada tenías un buen tra...

— ¡Tae! — Reprendió el rubio a su amigo. Jungkook no entendió, pero le dió risa cuando su padre regaño a su tío.

— Saldré unas horas bebé, te quedarás con tío TaeTae, ¿De acuerdo?, Te portas bien, no comas muchas golosinas, duerme temprano, cepillas tus dientes y...

— Si papito ya sé — Dijo un divertido Jungkookie al escuchar lo mismo que su padre le decía cada vez que regresaría tarde del trabajo.

— Te amo bebé, cuídate mucho, ¿Si?

— También te amo papi Minnie — Jimin dejó un besito en la naricita de su pequeño, se despidió de Tae y salió de su casa.

Con mucho nerviosismo en todo su cuerpo salió del edificio, tomo un taxi y le dió la dirección de la casa de Yoongi. Tardaron al rededor de 30 minutos en llegar, al parecer no estaba muy lejos, sin embargo, el chico se sorprendió al ver que entraban en una zona totalmente privada, habían árboles en todos lados, las casas estaban muy alejadas unas de las otras, casas grandes, lujosas todo de clase alta, por un momento Jimin se sintió pequeño, le entraron unas enormes ganas de decirle al conductor que regresará.

Sin embargo este se detuvo frente a una enorme casa totalmente negra, observó al señor que le sonreía cálidamente, le pagó lo contado en el marcador y soltando un suspiró tembloroso salió de auto.

Estando de pie frente aquella enorme casa deseó retractarse por completo, la fachada era increíblemente negra, tenía unas gradas que el suponía lo llevarían a la puerta principal.

Caminó tembloroso hasta la puerta, lo pensó durante un par de minutos si tocar o no, hasta que se decidió y tocó el timbre, tuvo que esperar no más de 5 segundos, cuando está fue abierta por un Yoongi en delantal y si negro, el mayor estaba sonriendo hermosamente al bello ángel que tenía frente a él.

— Jiminie, viniste — El mayor no resistió, abrazó al chico como si fuera la última vez.

— Si... — Jimin se sintió feliz en medio de los brazos del mayor, al soltarse ambos sintieron un vacío en sus corazones, que esperaban no fuera por mucho tiempo.

— Ven, pasa, ¿Me esperas un poco?, Aún tengo la cena en la estufa y no quiero arruinar nada — Jimin asintió y se dirigió a la que supuso era la sala de estar, dando con ella.

Abrió sus ojitos al ver semejante belleza, sentía que solo la sala ya abarcaba su casa, sofas de cuero negro, un televisor en triple de grande que la suya, unos adornos colgando del techo y lámparas que iluminaban muy bien la estancia haciendo resaltar la elegancia del lugar y notándose lo fino que todo es.

Jimin sonrió, un leve aroma a quemado llegó hasta él, supuso que Yoongi no era nada bueno en la cocina por lo que se dirigió hacía está, guiándose con el mal aroma a quemado.

Cuando llegó a esta, quedó maravillado, pues a él no se le da mal la cocina, su asombro fue por el amplio lugar, el desearía una cocina como aquella, observó a Yoongi armar un desastre en la isla de la cocina, río bajo al ver la mejilla de este llena de salsa de tomate.

Yoongi lo vió asomarse por la puerta, la risa de su adorado ángel le dió mil años de vida más, aunque se terminó avergonzado por qué atado actual.

— ¿Crees que soy un asco en la cocina?, Por qué yo si lo creó — Dijo el mayor, logrando así sacar una risa divertida de parte de Jimin.

— Todos pasamos por esto, no es fácil cuando queremos iniciar algo, de los errores se aprende, ¿No crees? — Habló el menor, acercándose a Yoongi, para acto seguido llevar su dedo índice hasta la mejilla del mayor y limpiar la salsa de tomate que cubría esta misma.

— ¿Te he dicho lo hermoso que eres mi ángel? — Las mejillas de Jimin se encendieron, bajo la mirada, siendo esta levantada al instante por el mismo Yoongi — Eres hermoso Jiminie, siempre lo has sido y siempre lo serás cariño.

El mayor fue acercando su rostro lentamente hasta el rostro de Jimin, sus miradas se encontraron, diciendo por medio de ellas todo lo que aún sentían uno por el otro. Estás mismas desviandose a los labios del contrario, deseando unirlos y sentirlos juntos después de tanto tiempo.

Sus respiraciones empezaron a chocar entre sí, sus pechos juntos sin dejar espacio alguno entre ellos, aspirando el aroma natural de cada uno de ellos antes la cercanía, estando a escasos milímetros de que sus labios se tocasen.

Sus corazones agitadosé, esas ya conocidas mariposas haciendo acto de presencia en sus interiores. Cerraron sus ojos al sentirse más cerca uno del otro, un suave y cálido rose que apenas iniciaba sintieron... Uno que duró menos de lo que pensaron o esperaban.

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¡Nos leemos pronto amigos!

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