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XXXII - Premier

32.- Premier


—Vamos ________, se nos hace tarde. —Anunció Jess con ansias. Su anatomía se movía de un lado a otro a lo largo de la habitación en busca de sus aretes para complementar el vestuario formal. Ambas utilizábamos vestidos de galas y, es que era una ocasión en la que debíamos lucir lo más impecables posible. La primer de I, Tonya comenzaba a ser furor en el ámbito cinematográfico, por sobre todo la intriga que muchos tenían con respecto a los protagonistas de la película.

Fui alentada nuevamente por la joven, quien se veía totalmente entusiasmada por querer entrevistar al actor que encarnaba a Jeff Gillooly: Sebastian Stan. Y, es que la muchacha hacía brillar sus ojos grises cada vez que mencionaba lo feliz que estaba por tener la oportunidad de su vida, la que, de cierta forma, beneficiaría su carrera profesional. Por lo tanto, quería realizar un buen trabajo y ser la primera en desmantelar los indicios de un nuevo romance entre ambos actores.

—Jess, debes calmarte —Pedí. Su euforia me comenzaba a poner los nervios de punta.

—¿No estas nerviosa acaso? —Cuestionó, sin dejar de caminar. Se paró frente al espejo y, por enésima vez, retocó su cabellera castaña.

—No, claro que no. He hecho esto muchas veces —Respondí. No me era algo novedoso tener que entrevistar a famosos en las premieres de las películas. Pero si lo fue cuando comencé mi carrera como periodista, por lo que, de alguna forma debía entender a la jovencita.

—¡Pero es Sebastian Stan! —Soltó un chillido, aquel que denotaba la emoción acumulada en su ser. —¿No te pone nerviosa saber que estarás frente a él? —Inquirió, esta vez observándome con detención. Negué en respuesta. —¡Bah! ¡Esa no te la creo! —Carcajeó —Toda esta fachada de profesional ultra tranquila no te la creo.

—Pues créeme, ese hombre no me pone nerviosa. —Afirmé. — Ya lo he entrevistado —Confesé con un tono de voz poco audible. Me retracté mentalmente por haber mencionado aquello. No quería tener a Jess preguntándome una que otra pregunta sobre el hombre que lograba robarle suspiros. Sin embargo, mi voz no fue lo suficientemente baja. La muchacha abrió los ojos, logrando captar lo que había dicho con anterioridad. Dejó su cabello tranquilo y se acercó a mí con una expresión que denotaba estar mucho más emocionada que antes.

—¡¿Y cómo es?! ¿Es simpático? ¿A qué huele? Es...

—Jess —La interrumpí. —Tienes que conocerlo por tu cuenta. —Suspiré. Definitivamente tener que trabajar con ella sería un gran desafío profesional. La muchacha asintió y sin esperar más salimos de la habitación rumbo al lugar de la premier.

La diversidad de personas vistiendo elegantemente se veía por donde uno se atreviera a mirar. Las mujeres lucían sus mejores vestidos, resaltando las curvas de sus anatomías. El maquillaje y peinado era el complemento por el cual se podía inferir qué tanto se dedicaron para impresionar a los camarógrafos. Estos últimos, se encontraban en masa detrás de una barrera que los separaba de los actores que, en breve posarían para las fotos que recorrerían el mundo entero.

Nos acercamos junto a Jess hacia el apartado que reunía a los periodistas de diversas agencias, reconociendo a más de alguno como ex colega. Todo era un caos. La gente peleaba por un lugar optimo que les ayudara a sacar información sobre la vida personal de los actores o bien de la película. Ambos eran temas interesantes y, teniendo lo uno o lo otro, a la prensa le servía igual.

Tomé a Jess del brazo y nos dirigimos a un espacio que nos permitiese tener mayor acceso a ambos actores. Estos, no tardaron en llegar, causando un cierto furor entre los periodistas.

—¡Ahí viene! —Chilló por lo bajo la joven. Golpeé su brazo para que se calmase. —Lo siento, lo siento.

—Sé profesional, Jess. De esto depende tu carrera. —Y dicho aquello, sacó su micrófono y yo la grabadora.

El sujeto se acercó a nosotras en cuanto nos vio en primera fila. Su sonrisa resplandeciente adornaba su rostro, el cual estaba cubierto por una tupida barba que lo hacía ver bastante atractivo. No pude evitar sentir un leve golpeteo en mi pecho. Mi corazón comenzaba a reaccionar ante el estímulo que tenía frente a mí. Sus ojos, eran los que más brillaban, llamando completamente mi atención.

—¡Sebastian! ¡Te ves radiante hoy! —Felicitó mi aprendiz, totalmente profesional. Arqueé una ceja al ver la faceta que había adquirido. Una chiquilla totalmente introducida en su papel de periodista.

Sebastian le contestó con caballerosidad, mencionando lo hermosa que nos veíamos. Mis mejillas ardieron de inmediato. Sus palabras hacían eco en mi mente, siendo lo único que logré escuchar durante los siguientes minutos. Ni si quiera fui capaz de captar lo que Jess le preguntaba con respecto a la película, pero, por las carcajadas del actor, pude inferir que habían sido preguntas bastante prudentes.

—Una última pregunta antes de que te vayas —Pidió Jess. Sebastian asintió totalmente dispuesto a responderla. —Supongo que sabes que te vinculan con Margot...

—Como colegas, claro —Respondió él.

—¿Cómo colegas? —Inquirió la muchacha.

—¡Claro! —Afirmó el rumano —Sé que me han estado vinculando a ella como un posible novio. Los rumores me han llegado, créeme. —Carcajeó — Pero lo debo desmentir. Margot y yo solo somos buenos amigos. Por lo tanto, la relación que tenemos es completamente profesional.

—Entiendo. —Asintió la joven. — Buena noticia para tus fans, ¿no? —Stan permaneció en silencio por unos minutos, sin dejar de sonreír. Vi en sus ojos la verdad de lo que conllevaba el silencio. Algo quería manifestar, pero al parecer no encontraba las palabras adecuadas para hacerlo. Jess alzó las cejas con sorpresa. Para ser una novata no era para nada despistada en cuanto al lenguaje corporal. —¡Ya tienes a alguien en tu vida! —Exclamó. Stan no hizo más que soltar una risita tímida. —¿Es algo que se pueda contar?

—La verdad es que ambos preferimos que esto sería secreto. Y si ella lo quiere así, así será. Lo único que tengo que decir y, espero que ella no se moleste... —Rio — Es que es una de las mujeres más maravillosas que he conocido. Me hace completamente feliz. —Finalizó.

Ambas agradecimos su tiempo y él, se fue de nuestro lado para atender a los demás periodistas que esperaban su turno.

La noche había sido bastante ajetreada. De un lado a otro, entrevistando a los demás actores esenciales de la película. Jess no dejaba de mencionar lo fantástico que había sido conocer a tales actores. Estaba realmente emocionada. Lo primero que hizo al llegar a nuestra habitación fue llamar a su madre y gritar con euforia.

Salí de la habitación una vez pude conseguir una sólo para mí. Necesitaba tranquilidad para poder ordenar las ideas y comenzar a escribir el informe que relataría todo el procedimiento y los resultados finales. Incluyendo el desempeño de la muchacha a mi cargo.

La puerta fue tocada con golpecitos suaves. Me levanté de la cama y caminé hacia la puerta sabiendo de ante mano quien era. La abrí, dejando salir una risita divertida. Tomé el cuello de su camisa y lo atraje hacia a mí.

—Te extrañé —Besé sus labios con fogosidad. Sus manos rodearon mi cintura y me apegaron a él, haciéndome saber la necesidad que le provocaba no tenerme cerca suyo.

—Detesto no tenerte conmigo estos días —Se quejó —No me hace gracia tener que verte entre los periodistas y no poder besarte frente a las cámaras.

—A mí tampoco me hace gracia que te vinculen con Margot cada vez que los ven juntos —Ataqué. El rumano soltó una carcajada divertida. —¿Qué?

—¿Estas celosas? —Arqueó una ceja.

—No, pero...

—¡Estas celosas! —Exclamó con diversión. Sus brazos se apoderaron de mi cintura y, como si fuese un saco de plumas, me cargó hasta la cama. —Hermosa, yo solo te quiero a ti, a nadie más.

—Pruébalo —Desafié. —Hazme saber que solo soy yo la dueña de tu corazón.

Y, dicho aquello, esa noche Sebastian se encargó de hacerme el amor con total dedicación. La mejor forma de hacerme saber que era solo yo quien gobernaba en su mente y corazón. 


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