XXVII - Secret
27.- Secret.
—Dodger está de alta. —Le anuncié a Chris en cuanto revisé al can, percatándome de que los días de reposo ya los había cumplido bastante bien en la clínica canina.
—¡Que maravillosa noticia! —Exclamó el rubio desde el otro lado de la llamada. Era de saber que Chris tenía un vínculo bastante cercano y hermoso con quien consideraba su hijo peludo. El can me miraba desde su jaula y coleó a mi dirección, como si supiese que estaba hablando con su dueño.
—Puedes venir a buscarlo cuando quieras.
—¿No importa si va otra persona en mi lugar? —Me preguntó
—Siempre cuando sea alguien de confianza, Chris. —Le dije. —Si no llegas tú, envía a alguien que al menos yo conozca. Mis colegas no se lo entregaran a nadie si no es a su dueño. —Le recordé
—Descuida, enviaré a alguien que conoces. —Aseguró. —Gracias, _________. Te tendré que pagar esto de alguna forma.
—Me basta con que cuides bien de Dodger, Chris. —Reí.
Colgué y me acerqué al tierno can que, paciente esperaba dentro de su jaula. El perro movió su cola, ansioso por querer salir de allí. Lo entendí, después de todo, aunque la jaula fuese lo suficientemente grande para movilizarse, el hecho de estar encerrado, aburría.
Atendí a diversos clientes que solían visitarnos para asegurarse que sus mascotas estuviesen en perfectas condiciones. Entre vender fármacos para felinos y canes y, atender operaciones, se me hizo bastante larga la espera de la persona que vendría a buscar a Dodger.
—¿Y qué tal Dodger? —Me preguntó una de mis colegas.
—En buenas condiciones. —Afirmé, tomando un sorbo de mi soda. La muchacha sonrió levemente.
—Chris confía mucho en ti, ¿no? —Inquirió. —¿Son novios? —Alcé una ceja y solté una risotada ante su pregunta. No me era extraño que la muchacha estuviese interesada en Evans. Cada vez que lo atendía, sus palabras torpes se enredaban en su boca, haciéndole pasar un mal momento. Ante ello, Chris sonreía tierno; algo de interés se podía percibir en la mirada del rubio.
—No somos novios. —Aclaré. —Somos...amigos.
Mi colega embozó una sonrisa en sus finos y rosados labios, algo un poco más aliviada. Pude inferir que sufrió todo ese momento al no saber qué era Chris de mí y, por qué era yo quien atendía a Dodger y no ella. Sabía que quería quedar bien frente al rubio y así, adquirir su admiración. Aquella que, ya la había obtenido con tan torpes palabras al momento de hablarle.
—__________. —Me llamó Tania, la encargada de turno. —Viene alguien a buscar a Dodger. —Frunció el ceño, no muy contenta. —Te he dicho que tiene que venir el dueño, no otra persona. —Me recordó.
—Conozco a esta persona. —Espeté.
—Vale, si le sucede algo al perro es tu responsabilidad. —Me advirtió para luego salir de la oficina con bastante enfado.
Adherí la correa en el collar del can y lo dejé salir de la habitación. Éste ya conocía el camino hacia la recepción, donde por lo general, siempre era Chris quien lo esperaba arrodillado en el suelo, listo para recibir a su mejor amigo.
Abrí los ojos con sorpresa al ver a Sebastian en recepción esperando a Dodger. El perro se acercó a él y olfateó antes de comenzar a mover su rabo. El rumano proporcionó caricias amistosas al animal antes de firmar los papeles correspondientes.
—¿Cómo has estado, ________? —Me preguntó el castaño. Sus ojos se dirigieron a mí en una mirada fugaz que, sin querer logró originar un leve bochorno en mis mejillas. Asentí en respuesta, incapaz de emitir palabra alguna.
Le acompañé hasta la salida; le hice entrega del bolso que Chris le tenía a Dodger con sus peluches y alimento y, disponiéndome a regresa, Stan tomó de mi brazo antes de irse.
—Aquí no, Sebastian. —Murmuré mirando a todos lados, con miedo a que alguien nos pudiese ver. Stan rio suave, osando besar mis labios en un rápido y corto beso. —¡Sebastian! —Chillé. —Nos pueden ver. —Susurré.
—¿Quién nos puede ver aquí? —Carcajeó. —¿Tus colegas? —Alzó su mirada por encima de mi hombro derecho. —Están muy concentradas llenando papeles...
—Da igual. —Espeté. —¿Y si aparece un paparazzi y nos saca una foto, uhm? —Saqué su mano de mi brazo. —¿No te has puesto a pensar en lo que sucederá cuando Chris se entere de nosotros?
—Sabes que estoy totalmente abierto a decirle sobre nuestra relación secreta. —Me dijo, volviendo a tomar mi brazo y acercándome a él. Su cuerpo logró hacer contacto con el mío, creando leves corrientes eléctricas por toda mi anatomía. Cerré los ojos casi sintiendo el efecto adormecedor en mis extremidades. ¡Lo anhelaba tanto!
—Quiero decirle, pero me aterra su reacción. —Confesé. —Es muy sobreprotector.
—Es tu decisión, muñeca. —Se encogió de hombros. —De igual forma, tener nuestra relación en secreto me excita bastante. —Sonrió con lascivia. —Más aún sabiendo que tu hermano nos puede descubrir en cualquier momento.
—¡Idiota! —Reí. —No querrás conocer a Chris cuando se enoja.
—Chris me ama, _________. —Aseguró con una sonrisa airosa. —Estoy seguro que le gustará saber que soy su futuro cuñado. —Me guiñó un ojo, convencido de aquello.
Carcajeé y me aferré a su cuerpo, hundiendo mi rostro en su cuello, aspirando su perfume antes de que se fuera. Deposité besos castos en su piel, murmurando un "te quiero" entre cada beso.
—También te quiero, pequeña. —Susurró en mis labios. —No sabes cuánto, __________ Evans.
—No más que yo a ti, Sebastian Stan. —Sonreí de lado. Stan golpeó juguetón mi brazo con suavidad. Volvió a tomar mi cuerpo y, apegándome a él con necesidad, volvió a besarme antes de irse con Dodger a la casa de mi hermano.
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Mis bípedos, les debo el OS de san Valentín :( Tengo algunas ideas, pero no me decido por ninguna. Pero, les prometo que subiré uno. No hoy, ni mañana, pero lo haré ah jeje. Nah, lo trataré de hacer lo antes posible <3
Pd: He subido una nueva historia, se llama Nine Months y sebb está allí ;) Paso el dato 🙊
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