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Nota: !Compatriota querida, gracias por la idea! <3 @winterxgrimes

Atenta y con una sonrisa en mi rostro observé con ternura a las dos personas que, con alegría jugaban en el patio. Sebastian corría tras Jon quien reía a carcajadas al tratar de escapar de su papá. Stan lo tomó en brazos y el muchacho, abriendo sus brazos en totalidad, simuló las alas de un avión.

—Dale un beso a mamá. —Le dijo Stan a nuestro pequeño. El muchachito alzó sus manos para rodear mi cuello y acercarse a mí. Un tierno beso fue depositado en mí mejilla, seguido de risitas infantiles. —Mi turno... —Dijo Sebastian, robándome un beso.

Una especie de euforia recorrió mi anatomía con dicha imagen paterna. Sebastian amaba a Jon como si él hubiese sido parte de su creación. Y es que el sentimiento era mutuo. Jon a pesar de ser adoptado, se sentía como si fuese nuestro hijo biológico.

—Podríamos salir a comer esta tarde. —Propuso Sebastian. Dejó al niño sobre el sofá frente a la televisión. —¿Qué dices?

—No lo sé. —Me encogí de hombros. —No tengo muchas ganas de salir. Estoy cansada. —Suspiré. Tomé los cubiertos y los puse sobre la mesa que ocupaba el centro de la cocina. Sebastian me siguió el paso, ordenando los platos en sus respectivos puestos.

—¿Aún te sientes mal? —Inquirió. Fruncí la nariz y asentí. —Amor, hace semanas estás así. ¿Segura que no es nada grave?

—No es grave sentirse cansada, Sebastian. —Reí. —Se me pasará. Seguramente me resfriaré, o algo así.

—¿Segura?

—Segura. —Sonreí. Sujeté su rostro y le besé.

Durante la tarde Jon y Sebastian se situaron en el living a ver películas infantiles mientras yo atendía a nuestra amiga en común; Elizabeth Olsen. La muchacha había sido de gran apoyo para nosotros junto a Chris Evans al momento de adoptar a Jon. Nos ayudaron en los papeles y también como testigos, hablando a favor de nosotros, demostrando cuan capaces éramos de recibir a un niño en nuestro hogar y adoptarlo como nuestro hijo.

—¿Y aún no se lo has dicho? —Me preguntó Elizabeth antes de tomar un sorbo de su té. Tragué saliva y negué con temor. La mujer rodó sus ojos y soltó un suspiro. —Pero tienes que decirle, ________. Tiene que saberlo.

—¿Pero y si no es cierto? ¿Y si es una señal errónea? —Cuestioné en voz baja. Di un vistazo al living; Sebastian y Jon permanecían atentos a la televisión. —Elizabeth, es imposible que yo esté embarazada. —Susurré. — El médico me lo dijo...

—Ya, pero son médicos. —Repuso. —No significa que tengan la última palabra. ¿Cuántos test te has hecho?

—Cinco. —Murmuré. —Todos han salido positivo.

—¡Es que está más que claro! —Exclamó feliz. —¡Amiga, estás embarazada!

—Es imposible. —Murmuré. Mis ojos se llenaron de lágrimas; estaba asustada. —N-no puede s-ser posible. —Farfullé. Tapé mi rostro con ambas manos y me eché a llorar en silencio. Todo lo que deseé hace tres años atrás se hacía real justo en ese momento, cuando siempre creí que, concebir un ser en mi situación era imposible. Sin embargo, al parecer todas esas opiniones profesionales no eran más que suposiciones, algo falso.

Elizabeth me animó a consultar a un médico. Esta vez fue ella quien me acompañó durante la mañana siguiente. Me sentía aterrada, ansiosa y escéptica. El malestar volvía con más potencia a medida que esperaba mi turno para ser atendida. Elizabeth acariciaba mi espalda con intenciones de calmar mis nervios, pero no era suficiente. Imaginar que podría estar desarrollando vida en mi interior me estremecía enormemente.

El doctor fue claro y directo. «Considérelo un milagro». Mi amiga chilló emocionada y yo permanecí absorta en mis pensamientos, sin saber qué pensar o decir.

Volví a casa con mis pensamientos dando vuelta en mi mente. Sebastian se había reunido con Chris y Jon estaba en el jardín. Me tomé mi tiempo para decodificar lo que parecía imposible.

Cerré los ojos y deslicé mi mano hacia mi vientre. Pude ver el rostro de Sebastian reaccionando ante la noticia, sus gritos eufóricos y sus grandes brazos rodear mi cuerpo con delicadeza. Embocé una sonrisa, comenzando a sentir la dicha de poder experimentar la maternidad.

Sebastian y Jon regresaron juntos durante la cena. El pequeño me mostró uno de sus dibujos hecho en clases, explicándome lo que significaba cada línea abstracta trazada en la hoja. Le tomé en brazos y dando diversos besos en su rostro, lo senté en su silla.

—¿Cómo te ha ido con Olsen? —Me preguntó Sebastian.

—Bastante bien. —Sonreí. Sebastian me abrazó y depositó un beso tierno en mi sien.

—Te ves feliz. —Comentó. —¿Sucedió algo?

—Algo así. —Volví a sonreír, reprimiendo aquella risa de felicidad indescriptible. —Te lo contaré luego.

Nos divertimos con Jon una vez terminamos la cena. En familia nos dispusimos a ver a Micky Mouse. Aunque claramente, el que disfrutaba era nuestro pequeño, quien no dejaba de carcajear o contestar las preguntas que la caricatura animada realizaba. Luego tomé a Jon en brazos y lo llevé a su habitación una vez su pequeño cuerpo cayó cansado sobre los brazos de su padre.

—Y, ¿qué me tienes que contar? —Preguntó Stan una vez nos desvestíamos para dormir. Me acerqué a él y con ternura le besé. —Que cariñosa. —Murmuró entre risitas. —Debió haber sido algo muy bueno para que irradies tanta felicidad. ¿Y qué tal tu malestar? ¿Cesó?

—Aún sigue. —Afirmé. —Pero tiene una explicación. —Me apegué a su cuerpo y escondí mi rostro en su cuello, aspirando aquel aroma masculino y embriagador que desprendía de su piel. Besé aquella zona y deslicé mi mano a lo largo de su brazo para tomar la suya. Su cuerpo permaneció dócil en todo momento, lo que me permitió poder dirigir su mano hacia mi vientre y posarla allí.

Le miré atenta al rostro, esperando que entendiera el mensaje. Más frunció el ceño y embozando una sonrisa, negó levemente.

—Estoy embarazada. —Anuncié finalmente.

Sebastian me observó detenidamente con bastante curiosidad. Miró su mano en mi vientre, para luego mirarme a los ojos y fruncir el ceño en señal de total desconcierto. Solté una risita que con el pasar de los segundos se volvió en un llanto colmado de diversas emociones. Miedo, alegría, aturdimiento. Seguía creyendo que era totalmente imposible que una vida se estuviese desarrollando en mi vientre, pero, el médico había sido claro y bastante convincente al mostrarme la imagen abstracta de la ecografía.

—P-pero se s-supone qu-que... —Sebastian tartamudeó, sin lograr emitir palabras con fluidez. Parpadeó repetidas veces, nervioso y bastante anonadado. —Es imposible. —Murmuró.

—También lo creí así. Algo imposible, pero me he realizado cinco test, y todos han dado positivo. —Confesé. —Elizabeth me animó a consultar un médico y.... —Hurgueteé el bolsillo trasero de mi pantalón y saqué la ecografía que el doctor me había dado. —Es totalmente cierto. Seremos padres. —Sebastian abrió los ojos denotando sorpresa. Tomó el papelito y observó detenidamente el contenido de éste.

—¡__________! ¡Seremos padres! —Exclamó eufórico. —¡Dios santo! ¡Lo hemos logrado! —Y riendo, tomó mi cuerpo para abrazarme y girar sobre sus pies conmigo en brazo. Solté carcajadas divertidas, aferrándome a su cuerpo y escondiendo mi rostro en su cuello. —Pero era imposible. —Rio.

—«Considérelo un milagro». —Cité. —Eso me dijo el doctor. Y la verdad es que, es realmente un milagro, Sebastian.

—Lo es. Es un milagro. —Besó mis labios con ternura. — Nuestro pequeño milagro. —Sonrió embelesado, posando su mano y mirada en mi vientre.

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Hola, mis muy queridos bípedos <3 anuncio que hay una tercera parte jeje. Me gustó escribir esto, no sé, me causó ternura imaginar a Sebb con Jon <3.

Agradecimientos nuevamente a @winterxgrimes, quien me dio la idea. Hubo comentarios que apoyaron su opinión (alcancé a leer antes de que wattpad me borrara el capítulo -.-) así que...se dijo, se hizo ah <3

Amor a todas <3