XVI - Thogeter Again
16.- Thogeter Again
Era el segundo día festivo que se veía arruinado por los quehaceres que consumían a mi novio fuera del país. Me costaba trabajo idealizar mi comienzo de año sin el hombre que amaba, tal como pasó con navidad; una llama y toda una ilusión y preparativos arruinados. Esta vez me cercioré de llamarlo y desilusionarme antes de generar altas expectativas.
Decidí pasar el año nuevo con mis padres en Manhattan después de haberles dicho semanas atrás que con Sebastian teníamos planes diferentes para esta fecha. Tuve que retractarme y explicar el cambio de planes que había surgido a última hora. Después de todo, debía mentalizarme a que posiblemente nuestra próxima navidad y año nuevo lo celebraríamos por separado.
-Entonces, ¿el soldado de invierno no vendrá? -Preguntó mi sobrino. Negué en respuesta evitando soltar lágrimas que me delataran. El pequeño me observaba con cierta desilusión.
-Lo siento pequeño, me temo que él esta noche no podrá venir.
Mi familia reía amena mientras cenábamos en víspera de año nuevo; cada uno contando anécdotas diferentes y significativas, logrando muchas veces robar carcajadas estruendosas a cada uno de nosotros. Algunos tenían historias de vidas bastante divertidas y dignas de ser escuchadas.
-¿Y sebastian? -Preguntó mi tía en cuanto entró a la cocina por algunos vasos. -Creí que estaría con nosotros...
Tomé el resto de vasos para llevarlos al living antes de contestar. La mujer había logrado una gran afinidad con el rumano en cuanto supo su país de origen; hablaron por horas sobre los lugares que recorrió mi tía en Rumanía y lo exquisito que era el café en aquel lugar, el paisaje y la amabilidad de las personas. Era de esperar que la mujer deseara ver nuevamente a Stan para compartir más anécdotas.
-Por esta vez no estará aquí. -Anuncié y mi tía lamentó el hecho. No ahondó en el tema y ambas nos dirigimos hacia el living para servirnos el postre y seguir conversando.
Las horas restantes nos las pasamos entre las risas y las conversaciones profundas en familia. Marta, mi prima, me comentaba sobre su trabajo como diseñadora gráfica y el posible puesto asignado en el extranjero. Me distraje preguntándole sobre su vida y el trabajo que prometía otorgarle una nueva vida fuera del país, hasta que anunciaron que quedaban quince minutos para el inicio de un nuevo año. ¡Pero que lento había trascurrido el tiempo!
Los abrazos, besos y buenos deseos se concluyeron con bastante rapidez por lo que, luego de ello decidimos observar los diversos fuegos artificiales que le daban en definitiva la bienvenida al nuevo año.
Cómo deseo que estés aquí, pensé mientras observaba el sinfín de colores proyectados en el cielo. La muchedumbre ovacionaba cada juego pirotécnico presentado en diferentes formas sobre nosotros. Y yo, no hacía más que extrañar los besos y abrazos que debía darle a Sebastian en este inicio del nuevo año.
Tomé mi teléfono y marqué su número para por lo menos, sentir su voz por primera vez en el año. Pero su llamada se había adelantado y con ello mi corazón palpitó de inmediato rebosante de alegría.
-¡Amor! -Exclamé casi al borde del llanto. Deseaba tanto sus abrazos y besos que se me hacía eterna la espera de su regreso. -¡Feliz año nuevo! -Traté de no llorar, pero un sollozo traicionero se escapó de mi garganta.
-Feliz año nuevo, preciosa. -Respondió él con voz tierna. -¿Estas llorando?
-Es año nuevo y estas lejos, Sebastian. ¿Qué esperabas? -Suspiré mientras limpiaba las lágrimas que invadían mis mejillas. -Tampoco pasamos navidad junto. Creo que es motivo suficiente para llorar tu ausencia.
-Hermosa, te prometo que estaremos junto otra vez. -Y del otro lado se sintió el eco de los fuegos artificiales que contemplaba la ciudad en donde se encontraba mi novio en aquel momento. -Te debo mi regalo, y también un buen inicio de año. -Mencionó y, aunque no podía verlo, pude sentir su sonrisa aflorar en aquellos labios carmesíes; Rijosos y deseosos.
-Te amo. -Murmuré.
-También yo. -Respondió y ambos soltamos un suspiro. Nuestra separación temporal nos era difícil para ambos, aunque Sebastian no lo demostrara tanto como yo; el sufría tanto o mucho más cada vez que debía viajar.
Nos despedimos y ambos colgamos la llamada; el amargo sabor de su espera recorrió desde mi garganta hasta mi boca en cuanto le deseé buenas noches. Me quedé otro rato contemplando la ciudad desde el balcón y volví a desear que, por arte de magia, Stan estuviese tras de mí, esperando a que volteara para sorprenderme. Quise hacerlo, pero me contuve. No quería parecer tonta e ilusa por creer en todos los cuentos o películas de amor que vi en mi adolescencia.
De todos modos, la curiosidad me carcomió y volteé; con desilusión observé la soledad haciéndome compañía.
No. Aquellas cosas no sucedían en el mundo real.
Durante la mañana del día siguiente me removí entre las sábanas con pereza, pero me contuve al percibir un peso acomodado en la curvatura de mi cintura. Abrí los ojos con sorpresa y logré ver un bulto durmiendo a mi lado. Parpadeé rápido, y por un momento creí que lo que mis ojos veían no era nada más que algo producto de mi acongojada imaginación.
Logré soltar una risita divertida al percatarme de su cabello castaño y su característico aroma masculino. Sus parpados se abrieron de apoco dejando ver el azul de sus ojos que con tanto anhelo esperaba ver nuevamente. Sonrió en el acto y se acercó para besarme como no lo había hecho durante más de una semana.
-Sorpresa. -Murmuró en mis labios, aún somnoliento.
-Cómo lograste volver tan rápido. -Pregunté entre risitas. -Escuché los fuegos artificiales del otro lado...
-Era una película en el avión. -Carcajeó. -No podía pasar otro día festivo sin tenerte a mi lado. Navidad fue suficiente, pero año nuevo...Esto no me lo iba a perdonar nunca. -Y volviendo a besar mis labios, nos fundimos en aquel beso que ambos anhelábamos para comenzar un nuevo año juntos otra vez.
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Well, jelou pipul; capítulo para terminar el 2017 ;).
Quiero desearles un buen inicio de año, que esté lleno de sucesos buenos; amor, dinero, salud y todo lo que ustedes deseen. Jeje, quizás un Sebastian en sus vidas, ah. ¿Será mucho pedir un rumano de esa calidad en nuestras vidas? bah, diosito, aplique milagro.
En fin, prometo mañana subir la continuación y última parte de "Forbidden Fruit" con SMUT del bueno (?) >:) (y va subrayado, en negrita y mayúscula por que sé que les encanta ese tipo de capítulo, paganas ah)
Las quiero <3
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