Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XLIII - Barcelona III

43.- Barcelona III

—¿Te pasa algo? —Inquirió mi amiga. Me observó atenta y un tanto insistente. Negué rápidamente y seguí mi caminar. —No te creo... —Murmuró.

—Estoy cansada, Alice. —Suspiré. —Quiero irme a casa.

Y la verdad es que así lo anhelaba; me quería ir a casa, esconderme allí y no salir más. El encontrarme nuevamente con Sebastian no había hecho más que derrumbar mi ánimo al cuestionarme cada decisión que tomé desde que, lo dejé entrar a la habitación hasta cuando accedí a darle el último beso.

Grave error. El beso nunca debió ser. Éste no hizo más que perdurar en mis labios desde aquel momento, siendo mi total perdición.

Nos reunimos una vez más en el teatro para culminar nuestra última noche en la ciudad española. Deleitamos a los cientos de aficionados por la música con las mejores obras de Bach, Rossinni y vivaldi, entre otros genios renombrados. Esa noche, mi mente, claramente no estaba allí, enfocada en las partituras que debía interpretar. Estaba lejos, junto al rumano, recreando una y otra vez aquel magnifico, pero triste beso que nos dimos como despedida.

Al día siguiente me obligué a no pensar en el rumano, y el hecho de saber que en solo horas volaríamos directo a Noruega, me consolaba, pero no me liberaba del todo. Una parte de mí quería quedarme en Barcelona esperando un nuevo reencuentro, mientras la otra, cuerda y mucho más objetiva, quería volar directo a Noruega.

Alice pasó por mí durante la mañana para ir a tomar nuestro último desayuno y también para caminar, por última vez, por las calles de la ciudad con el fin de realizar nuestras últimas compras personales (o familiares). Ingresamos a una tienda donde vendían artículos de música; Alice salió con un estuche nuevo para su violín y yo con dos cajitas de pecastillas que, sabía eran las mejores en cuanto a marca.

Luego nos sentamos en un banco y disfrutamos los minutos que nos faltaban para regresar e irnos al aeropuerto.

—¿Estas bien, __________? —Me preguntó Alice después de minutos en silencio. Asentí sin siquiera atreverme a mirarla. Bien sabía que ella indagaría si la miraba directo a los ojos. —Me lo prometes....

—Es malo prometer. —Repuse.

—Es malo jurar, ________. —Rio mi amiga. —O por lo menos eso he escuchado. —Suspiró. —No me puedes mentir, __________. Sé que en tu mente está Sebastian, y sé también que aún lo amas. Es obvio, cuando regresamos al hotel después de haberlo visto, sonreíste todo ese momento...

—Claro que no. —Refuté, convencida de que no había hecho tal cosa. Más Alice, con una sonrisa afable dibujada en sus labios, asintió, insistiendo que así había sido. —Estoy segura que no...

—Mira, sé que el idiota te hizo daño. Y por eso lo detesto, pero, si se trata de tu felicidad, amiga, yo de verdad haré todo lo posible para verte feliz. —Dijo la muchacha. Le miré esta vez, frunciendo el ceño, confundía y sin entender a qué iba el cambio de opinión.

—No te entiendo... —Musité.

—Ya lo harás. —Me guiñó un ojo. —Tenemos que irnos, el avión sale en dos horas.

El aeropuerto era un caos. Sujeté mi violoncelo con fuerzas y cuidé que nadie lo pasara a golpear, como solía suceder casi siempre. Nos situamos en un rincón con nuestros compañeros de orquestas mientras la directora y otras muchachas más iban a arreglar un asunto con respecto a nuestro equipaje.

—Noruega, la tierra de Odín. —Escuché que comentó un compañero de orquesta. —He averiguado los lugares que podem... ¿Ese no es Sebastian Stan? —Cuestionó el muchacho y, como si un balde con agua fría impactase contra mi cuerpo, comencé a temblar y a rezar para que fuese una ilusión de mi compañero.

Pero no. Muchos lo reconocieron, incluso Alice quien, extrañamente tenía una sonrisa en su rostro.

El rumano se acercó a nosotros en cuanto vio la señal que le hizo mi amiga con su mano alzada al aire. Por cada paso que daba el castaño, mi corazón palpitaba con fuerzas contra mi pecho, remeciendo mi anatomía considerablemente. Y, ¿es que era normal sentir que el piso se hundía?

Terminé por perecer internamente cuando el rumano se posicionó frente a mí. Comencé a sentirme ahogada cuando las personas comenzaron a situarse a nuestro alrededor. Fue la voz de Alice la que comenzó a llamar mi atención, a lo lejos, entre el sinfín de pensamientos que surgían en mi mente

Me vi, de repente, alejada de todo. El ruido fue menor pero la tranquilidad no se presentaba del todo. No si tenía sus ojos puestos en mí.

—Bien, he hablado con la directora. —Dijo Alice a nuestro lado. —Puedes irte mañana a Noruega. —Fruncí el ceño.

—¿Qué? pero tengo que ir...

—No, tú te quedarás aquí arreglando tu corazón, _________. —Repuso Alice. —Y tú... —Le apuntó con su dedo índice al rumano. —Más te vale que hagas las cosas bien ahora. No me hagas pensar en que perdí tiempo arreglando todo esto. —Le advirtió. —Lo hice por ella, no por ti.

Y dicho aquello, se retiró de nuestro lado, en conjunto con el resto de la orquesta que, de a poco comenzó a desaparecer del aeropuerto.

—Tiene un carácter fuerte. —Dijo el rumano en cuanto quedamos solos.

—No te imaginas cuánto. —Suspiré. —Tenía entendido que no nos veríamos más...

Sebastian frunció sus labios y miró el piso.

—No tengo ni la menor intención de dejarte ir nuevamente. —Confesó. —No otra vez. Te perdí, y sufrí por ello. Me di cuenta que fui un idiota, jamás debí dejarte ir. Eres lo que me mantiene sujeto a la tierra, _________. Y soy tan feliz ahora que te puedo ver... —Suspiró ruidosamente.

El rumano dio un paso hacia a mí. Miré sorprendida su mano tomar la mía y, temblé cuando vi que la acercó al centro de su torso, en su pecho, justo sobre su corazón, galopando tan rápido como su organismo se lo permitía.

—Eres la única que logra hacer esto con mi corazón. —Murmuró, sin quitar su mirada de mis ojos. Y, aunque quise no mirarles a los ojos, éstos me capturaron de inmediato. Estaba perdida. —Y-yo...yo solo quiero una oportunidad. Sólo una. Una para poder hacerte saber que, todo este tiempo, lo único que anhelaba, era tenerte a mi lado y hacerte feliz.

—Y-yo...

—No es necesario que me digas sí ahora. —Aclaró. —Seré paciente, pero, por favor, no demores mucho. —Se mordió el labio, tímido y con una sonrisa en el proceso.

—Eres un idiota, en eso no discreparé contigo. —Espeté. —Pero, supongo que lo podemos intentar nuevamente. —Acepté. El rostro del rumano se iluminó al esbozar una sonrisa en sus labios carmesí, aquellos que, eran mi total perdición y, que logré probar nuevamente con total libertad.

El beso fue todo lo contrario al último que nos dimos; éste, estaba colmado de sentimientos encontrado. Fue apasionado y tierno.

Sin duda alguna, el viaje a Barcelona iba a ser una travesía que jamás olvidaría. No si ello significó reencontrarme con el hombre que mi mente y corazón, por sobre todo mi corazón, aún deseaba y amaba. 



******
Imposible no darle otra oportunidad a ste men 😔 creí que sería lindo una nueva oportunidad 🙈
Tercera parte de este OS a petición de @subjetivos
(Luego subiré el otro que me sugeriste 😏) 
So,  si alguien quiere segunda parte de los OS que he escrito, solo dígame cual y yo lo haré ah (si tienen ideas, igual son bienvenidas) con confianza men! 😌

Nos estamos leyendo, babys! ♥😍

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro