52.- What is love?

—¿Lista?

—Lista. —Asentí. Me vi por última vez al espejo, tomé mi guitarra y caminé por el pasillo de tenue iluminación, el que me guiaría hasta el escenario del bar.

—Solo tres temas, en eso quedamos. —Sonrió Zac. —No quiero que los dueños del bar nos exploten. —Suspiró y yo reí.

El ambiente era típico de un día viernes por la noche, en donde la gente llegaba durante la tarde con el fin de recrearse unas horas después de la semana ajetreada que pudieron tener. El bar promocionaba todo tipo de licor, por lo que, era una buena oportunidad para los miles de asistentes.

Tomé mi guitarra y la sujeté con fuerzas; comenzaba a sentir ese ligero temblor en mis extremidades tras ver a la multitud esperando nuestro show. Éramos un grupo de personas que rendíamos tributo a variadas bandas. Podíamos interpretar canciones lentas, bailables, e incluso del rock alternativo. Todo dependía del público y del día en el que se realizaba.

No hubo necesidad de que nos presentaran. Sólo subimos y con ello el ambiente se tornó silencioso y molesto mientras mis amigos se situaban en sus lugares con sus respectivos instrumentos. Al medio, iba yo con mi guitarra, lista para cantar.

Di un leve vistazo tras de mí y di un asentimiento al resto del grupo.

La luz era tenue, agradable. Pero no mi corazón. En el tema interpretado, había una historia que los presentes no imaginaban. De igual forma, mis compañeros de grupo no se hacían una idea del significado que tenía aquella canción; todo menos Zac. Mi confidente y mejor amigo.

Remember when you were my boat and I was your sea?

Together we'd float so delicately

Sólo un nombre se venía a mi mente: Sebastian. Y se apoderaba de mí en cuanto cerraba los ojos y me dejaba llevar por mi voz y sentimiento que emergían en mi interior. Un corazón apretado y lágrimas queriendo salir.

—¿Y-ya no quieres seguir conmigo? —Musité sin poder quitarle la mirada de encima. Y es que su semblante era tan distinto; labios rectos y ojos fríos e insensibles que dejaron al descubierto su corazón y alma sin ningún tipo de cariño hacia a mí. Sabía que nuestra relación pendía de un hilo, el tiempo lo había vuelto todo tan monótono que, dentro de mi ignorancia, creí que ello era lo normal.

Supuse que Sebastian creyó lo mismo en su momento, hasta que él decidió dar el primer e inevitable paso.

—Ya no puedo seguir contigo, __________. —Respondió, sin siquiera mirarme a los ojos. —Ya no puedo. —Suspiró abatido. —Yo... lo siento tanto.

—También yo. —Murmuré, logrando sacar de inmediato la lágrima que bordeaba mis ojos. Logré forman una sonrisa ligera en cuanto el rumano se atrevió a mirarme. Más se esfumó cuando confesó lo que jamás creí sucedería: su infidelidad.

La misma opresión que sentía mientras cantaba, la pude percibir en mi pecho cuando recordé aquello. Sus palabras y el significado que estas tenían.

'Cause I don't know who I am

When you're running circles in my head

And I don't know just who you are

When you're sleeping in someone else's bed

Alcé la mirada y mis extremidades temblaron. Un golpe logró derribar los escasos pedazos de mi corazón débilmente reparado. Sentí como caían en mi interior, causando estrago que, con gran esfuerzo logré equilibrar. Su sonrisa y la de su acompañante dejaban a la vista cuan enamorados estaban. La morena besaba sus labios con tanta vehemencia, que creí que aquellas almas habían nacido para estar juntas.

Sebastian la abrazó con dulzura, escondió su rostro en su cuello y la mujer soltó una risita divertida. La imagen dolió enormemente, logró formar un nudo en mi garganta y un dolor indescriptible en mi pecho.

Three whole words and eight letters late

And that would have worked on me yesterday

We're not the same, I wish that could change

La morena a su lado se acurrucaba entre sus brazos y besaba su mejilla con total libertad y afecto. Fue cuando su rostro volteó y sus ojos hicieron contacto con los mío. Un contacto profundo y doloroso. Quise mirar hacia otro lado, concentrarme en lo que estaba cantando y olvidarme de su mirada penetrantemente azul. No lo logré. La sensación de su mirada en mi anatomía estaba allí, punzando como una daga afilada, enterrándose en mi pecho cada segundo que pasaba sobre el escenario.

Me estaba perdiendo en su presencia. En su mirada, en él. Más, logré fundirme aún más en aquel dolor cuando él esbozó una sonrisa hacia mi dirección. Elevó su copa de licor y asintió ligeramente. Sonreí de igual forma entre el canto desolador mientras sentía mis lágrimas salir rápidamente. Mi pecho dolía y garganta ardía. Quería llorar todo lo que reprimí cuando se fue de casa.

Terminado el show, salí con la poca dignidad que me quedaba. Caminé hasta la pequeña habitación que nos habían asignado y allí me encerré. Lloré en silencio hasta que tocaron la puerta tres veces. Zac, pensé. Me apresuré en retirar los indicios de las lágrimas y abrí la puerta con una sonrisa en mi rostro.

—Pequeña... —Murmuró Zac, otorgándome un abrazo y carisias suaves en mi cabello. —Lo vi allí fuera. —Y sus caricias no cesaron en ningún momento.

Aquel día lloré como nunca, pero también entendí el significado de amor. Era simple y fácil de entender. Amaba a Sebastian, pero su lugar, claramente, no era conmigo. No estábamos destinados a vivir juntos para siempre, como ocurría en los cuentos de amor. No, él, simplemente tenía otro destino, lejos de mí.

Ahora su felicidad estaba puesta en manos de aquella mujer y yo, aunque me doliese, lo único que podía hacer por él, era ser feliz y confiar en que ella, le daría el amor que yo no le supe dar.

So it's true what they say

If you love someone, you should set them free