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LI - Blind Date III

51.- Blind Date III



Durante un mes tuve que ver al rumano, sentado entre las filas de asientos vacíos del teatro, en primera fila, observando atento mi anatomía entre los violinistas. Al principio fue molesto, y no dudé en hacérselo saber. Ante ello yo no tenía escrúpulo alguno. Pero a Sebastian poco le importaba mis palabras, a decir verdad. Él, a los dos días después, se encontraba en el mismo lugar, con la misma sonrisa estúpida puesta en sus labios.

Me rendí y lo dejé ser. Como bien decía mi abuela cuando alguien no le obedecía, «Laissez faire, laissez passer» No había caso que el rumano se fuese, y parecía que Dalia se entretenía viendo cómo él trataba de conquistarme. Nunca en mi vida había visto a un hombre tan perseverante. El rumano, ante mis ojos, no era más que un psicópata del cual quería evitar a toda costa.

Bajé de la tarima con mi violín en mano. Miré hacia todos lados y, al ver que mis compañeros se dirigían en masa hacia la salida del teatro, aproveché esa instancia para dirigirme tras el recinto y salir por otra puerta. Cuando logré escapar, pude caminar con calma y paz al saber que él no me perseguiría esta vez.

Más, la felicidad fue efímera cuando sentí su voz y sus pasos correr hasta a mí. Gruñí, cabreada.

—¿De qué otra manera tengo que decirte que no me interesa tener contacto contigo, rumano? —Espeté. Sebastian rio. —Uh, y te atreves a reírte. Cuéntame el chiste, ¿quieres?

Seguí caminando, esquivando su mirada y esperando esquivar también su presencia.

—Dame una oportunidad, __________. —Me dijo. Respiré profundo. —Sólo una.

—No.

—Es una, nada más. —Insistió. —Vamos a un bar, conozcámonos un poco. Y si no te agrado, me lo dices y yo te prometo que no te molestaré más. —Propuso.

—Ok. —Acepté. —No me agradas. Ahora te puedes ir.

—___________. —Insistió con toda calma. Rodeé los ojos, sintiéndome abrumada.

—Tú sabes que no voy a esos antros de mala muerte. —Repuse.

—Podemos ir a otro lugar más decente.

Detuve mi andar y le encaré, con el ceño fruncido y totalmente molesta. Bien sabía que, si me negaba a su oferta, él seguiría insistiendo. Finalmente acepté, quedando de acuerdo en juntarnos fuera del teatro, donde él, después, me guiaría al lugar que creía me iba a gustar.

Cuando llegué a mi casa, Madison me esperaba fuera dentro de su auto. Bajó en cuanto me vio y se acercó a saludarme. Aún seguía molesta con ella; era consciente de todo lo que estaba haciendo Sebastian para conquistarme, y lo apoyaba. Ella, seguía insistiendo en que el rumano y yo teníamos chances de ser una buena pareja si así lo permitía.

—¿Y cómo te fue en el ensayo? —Me preguntó la muchacha.

—Bastante bien. —Respondí con desinterés.

—¿Fue hoy?

—Como todos los días de ensayo. —Rodeó los ojos. —¿Todos los rumanos serán así de insistentes, o es sólo él? —Cuestioné para mí. Madison rio. —No puedo creer que haya aceptado salir con él nuevamente. Me estoy arrepintiendo.

—Espera... un momento. —Murmuró mi amiga. Me miró sorprendida. —¿Acaso escuché bien?

—No te emociones mucho. Al fin y al cabo, sólo iré a decirle, nuevamente, que no me interesa conocerlo.

Y convencida de que era eso lo que le diría, me dirigí a mi cuarto y me cambié de ropa. Algo no tan extraordinario ni tan simple. Tomé mi violín y volví a salir, prometiéndole a Madison volver lo antes posible para ver una película.

Cuando llegué al teatro no tardé en verlo. Se encaminó hasta llegar a mi lado y saludarme con un beso en la mejilla que, pensé en rehuir. Pero por mera cuestión de educación, no lo hice. Me hizo entrega de una flor violeta y muy llamativa en cuanto a forma y color. Me explicó que la vio y se acordó de mí.

Le miré, sintiéndome en parte, un tanto cruel por mi actitud. Más logré esfumar todo pensamiento que incluyera compasión. No podía permitir que él se integrara a mi vida. Por nada del mundo quería experimentar nuevas sensaciones que pusieran en peligro mi corazón y dignidad.

Fuimos en el camino, hablando. Aunque él fue quien habló más que yo. Me hablaba de temas diversos, aquellos que no despertaron mayor interés en mí. Le respondía con monosílabos o algunas veces me dignaba a dar mi opinión al respecto cuando miraba la flor violeta y me entraba el remordimiento.

—¿Te puedo preguntar algo? —Me dijo. Me encogí de hombros. —Me gustaría que fueras sincera.

—Dímela.

—¿Te lastimaron? —Me preguntó, cauto.

—¿Qué? —Alcé una ceja.

—Tu ex novio. —Aclaró. Inhalé profundo, y exhalé paulatinamente. Conté hasta diez y traté de controlar mi lengua antes de hablar. El rumano me miraba un tanto inquieta, seguramente queriendo retractarse de lo que acababa de preguntar. —Estás perdiendo puntos, Sebastian.

—Ok, lo siento. —Se disculpó. —Quería saber por qué me rehúyes. Creí que...

—Sigues perdiendo puntos...

—Vale, cierro la boca.

No pude evitar reír internamente. Cambió de tema, a uno totalmente diferente hasta que llegamos al lugar que él tenía planeado visitar. Nos adentramos y buscamos un lugar donde sentarnos. Era bastante ameno y muy lejos de ser molesto como lo era el lugar que visitamos cuando lo conocí por primera vez.

Había mesas distribuidas a la perfección, y la gente, no era en demasía. La música estaba en un volumen perfecto, no causaba contaminación acústica y ofrecían una gran variedad de jugos y cafés, lo cual, me animó bastante a quedarme y beber algo que realmente me gustaba.

Nos sentamos en un rincón del local. Pedimos nuestros pedidos y esperamos pacientes a que llegaran mientras hablábamos temas variados. Me preguntó sobre mi experiencia en la orquesta, confesándome que él estaba comenzando a despertar cierto entusiasmo por aprender a tocar el violín. Me reí pues, no me imaginaba a Sebastian interpretando una obra de Bach.

—Mi mamá tocaba piano. —Se encogió de hombros. —Asumo que debo tener el talento en mis venas.

—No me habías dicho eso. —Murmuré.

—Fue concertista.

—¿Y por qué no seguiste sus pasos?

—Quise hacerlo, de hecho, me dio clases un tiempo. Pero los dejé cuando entré a la universidad. Creí que no era lo mío, por eso lo dejé. —Explicó. —Asumo que en tu familia todos son músicos, ¿o no? —Rio.

—Sólo yo. —Reí.

—No te creo.

—Pues sí. —Me encogí de hombros. —Algunas veces creo que soy adoptada. —El rumano carcajeó. —Cabe la posibilidad, ¿no? Mi familia es pésima si se trata de música. La mayoría es ingeniero, las matemáticas son su pasión. Yo, bueno... ya sabes. Por algo soy música.

—Pero en música igual necesitas de las matemáticas.

—Pero es básico. —Repuse. —No necesito saber la teoría de Pitágoras para saber cuánto vale una cuartina o una fusa para interpretarla. —El rumano carcajeó con diversión.

Me vi envuelta en una conversación que no imaginé iba a durar por tanto tiempo. Nos reímos, y yo me comencé a cuestionar lo que estaba sucediendo realmente. Iba con solo un objetivo en la mente, y ese era dejarle en claro que no lo quería ver más. Pero ello se vio truncado por su simpatía y amabilidad.

Algo sucedía que, comencé a cambiar mi perspectiva al respecto.

—Espérame aquí. —Me dijo. Se levantó de su asiento y se dirigió a la rocola que se encontraba al otro extremo del local. La música de fondo cambió a otra que, logré reconocer de inmediato. Volvió con una sonrisa en sus labios que bien la encontré bastante atractiva.

—Sabías que me gusta este tema, ¿no? —Inquirí, recelosa creyendo que Madison le había comentado mi gusto por el artista. El rumano negó enérgico.

—¿Te gusta? —Me preguntó.

—Me encanta. —Afirmé, y reí.

—A mí igual. —Confesó. —Y, a decir verdad, este tema me recuerda mucho a ti. —Murmuró y se rascó la nuca. Estaba nervioso. —Eres el tipo de mujer que me atraen, __________. Diferente a las demás, sarcástica, inteligente y talentosa. —El rumano dirigió ambas manos hasta las mías; las tomó con temor a ser rechazado.

And I'm down on my hands and knees

Begging you please, baby

Show me your world

—__________, por favor. —Me dijo después de murmurar parte de la canción. Su mirada azul y penetrante no se apartó de mí en ningún minuto. —Muéstrame tu mundo. Déjame ser parte de él.






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Baia baia, alguien está sucumbiendo a los encantos del rumanos  >:) 

Me encanta este tema. ¿Alguien conoce a Mac DeMarco? Quien no, escúchelo si le gusta el Indie, tiene temas re lindos <3.        

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