I - Lost Opportunity
I.- Lost Opportunity.
Respiré profundo y caminé con decisión. Durante días, desde que lo vi por primera vez, el proceso de ir a laburar me estaba costando la existencia de una manera fatal. Y, es que él no era el culpable de los sentimientos que generé con tan solo un "hola" de su parte. No. La culpable era yo por haber creído que, al pedirme mi número, el muchacho con el cual fantaseaba, comenzaríamos una historia de amor en menos de un mes.
Típico de películas románticas, donde todo es irreal y absurdo. Pensé en que quizás, en mi vida se podría dar una escena romántica con él. pero, mientras más la anhelaba, ésta, parecía alejarse sin más.
Saludé, mientras me encaminaba a mi lugar de trabajo, a quienes veía pasear por los pasillos. El guionista, algunos que otros productores, y, finalmente, a los actores intérpretes de la nueva película que Marvel lanzaría durante la mitad del próximo año.
—Señorita ______. -Saludó Chris Evans, el sujeto que personificaba al famoso capitán américa. Asentí en su dirección, embozando una leve sonrisa en mis labios en forma de saludo. Sin embargo, él siguió mis pasos en dirección a los camerinos.
—¿Sucede algo, Evans? — Pregunté al rubio.
—Nada -Respondió de inmediato. —O sea sí. —Soltó una risita nerviosa —Tengo dos boletos para ir al cine. Me los ha dado mi hermana. —Comentó, al mismo tiempo en el que me mostraba los boletos de los que mencionaba. —No sé si querrás ir conmigo a ver alguna película...
Sonreí y, no supe realmente la razón por la que había hecho aquello. Pues, al hacerlo, los ojos de Evans brillaron, totalmente entusiasmado.
—No tengo nada que hacer —Me encogí de hombros. —Podemos ir —Aseguré.
—Bien, ¿te parece si paso por ti a las 7. OO?
—Me parece una buena hora. —Acepté.
El resto del día transcurrió como siempre. Grabando algunas escenas específicas de los personajes, maquillando, retirando maquillaje, retocando, etc. Y, allí, entre ellos se encontraba él; Sebastian Stan, el hombre con el que anhelaba tener un romance.
Era cierto, un actor, a mi parecer, no se iba a fijar en alguien con mis características. Era reservado y bastante selectivo. De las veces que hablamos, poco pude saber de su vida, por lo que me daba a pensar en que yo, simplemente lo aburría.
—No, no me aburres —Rio el joven Stan. Por cosas de la vida, ambos nos encontramos en la salida de los estudios de grabaciones. —Te estoy prestando atención. —Aseguró, con su mirada fija en mis ojos. Sus ojos, esas dos canicas de color azul eran mi perdición. Algo había en ellos. Un misterio, un acertijo y yo, lo único que quería era resolverlo.
Ese día, creí que la vida me había dado una oportunidad para poder estar con un hombre que tuviese las características que yo buscaba en uno. Pero, que la vida lo hiciera, no significara que Stan fuese a sentir algo por mí.
Tomé mis cosas en cuanto terminé mi trabajo. A lo lejos, observé a Sebastian hablando con sus compañeros de actuación. Se veía serio, pensativo, como si no estuviese interesado en la conversación. Sin embargo, él siempre aseguraba escuchar a cada uno de sus compañeros.
¿Qué escondía? ¿Por qué me había pedido el número de teléfono si nunca me habló? Las preguntas surgían en mi mente una y otra vez. Durante la noche, mi corazón palpitaba con fuerzas pues, despertar al otro día significaba tener que volverlo a ver. No sabía si era alegría o ansiedad, lo cierto era que, conciliar el sueño se me hacía un acto difícil.
—________. — Me detuve en seco. Cerré los ojos y pedí que todo hubiese sido una ilusión producto de mi mente. —_ _______. —Volvió a llamar y, fue ahí cuando sentí mi corazón estallar finalmente. Los cambios a nivel fisiológicos fueron notables de un momento a otro. Al menos así los sentí yo. Mi corazón, que hace minutos atrás estaba calmo, comenzó a galopar desenfrenado. Mis manos con su dermis a una temperatura adecuada, subió de nivel, ocasionando el sudor. Y, mis piernas, las que me guiarían hacia mi casa, ya no funcionaban como antes. Flaqueaban y, seguirían flaqueando si Stan seguía llamando mi nombre.
—¿En qu-qué te p-puedo ayudar? —Sonreí apenas. Mis ojos luchaban por no verlo directamente a los suyos. La tonalidad azuleja era digna de contemplar. Era algo semejante a un océano en todo aspecto. Hipnotizadores y dignos de guardar en los más profundo, secretos que, jamás saldrían a la luz.
— ¿Cómo estás? —Preguntó. Enchiné mis ojos, sin entender su actitud. Más por respeto respondí.
—Bien. —Asentí. —¿y tú?
—No me quejo —Rio. — ________, siento que hemos dejado muchos temas a un lado. ¿No crees?
—¿Temas? —Cuestioné. —¿Qué temas?
—Los míos, los tuyos... — Se encogió de hombros.
—Los tuyos querrás decir —Corregí entre risitas nerviosas. —Tengo cosas que hacer, Sebastian. Quizás en otra ocasión podamos abordar esos temas —Sonreí.
Reanudé mi andar hacia la salida, y, cuando creí que Stan dejaría nuestra pequeña charla en el olvido, él, simplemente se acercó a mi lado, insistiendo en que debíamos seguir hablando.
— ¿Por qué quieres hablar ahora? —Inquirí, casi molesta. —Eres tan...extraño. Me pediste mi número de teléfono, podrías hablarme por ahí, ¿sabes? Te cuento sobre mi vida esperando que tú confíes en mí, pero no eres más que una pared a quien le estoy hablando.
Y, cada palabra que soltaba era toda la ira reprimida que había acumulado durante los meses en los que debía ver a Sebastian. El rumano escuchaba atento, como siempre. Y ello, era lo que me irritaba aún más.
—_______. —Dijo, totalmente calmado.
—Lo siento Stan, no vi interés en ti por seguir hablándome. —Suspiré. —¡Ni si quiera lo veo ahora! -Exclamé entre risitas que denotaban un próximo llanto.
— ¿Me quieres escuchar? — pidió, tan molesto como yo. —Si no te hablaba por teléfono era por el simple hecho de querer observarte mientras lo hacías. Me gusta cuando me hablas sobre tus pasiones, tu vida, lo que amas. En el teléfono solo escucharía tu voz, pero no vería el destello en tus ojos. —Confesó, dejándome totalmente perpleja. —No te quiero interrumpir cada vez que me cuentas algo, mi atención está enfocada en ti. Totalmente en ti, en tus expresiones, en como brilla tu cabello con el sol, en el aroma que emanas cuando te mueves. Y, si no te hablé con confianza antes, es porque nosotros también somos estúpidos y no sabemos aprovechar las oportunidades.
Dejó salir un suspiro agobiado. Era primera vez que lo veía tenso, un tanto alterado. Quise hablar, pero no sabía qué debía contestar en este tipo de cosas. Anonadada, seguía observando al rumano quien, esperaba una respuesta de mi parte.
—¿No contestarás nada? —Interrogó.
—No sé qué decirte. —Admití, tratando asimilar lo que estaba sucediendo.
—Quisiera conocerte más, ______.
— ¿Por qué tan repentino cambio? —Pregunté. Más sebastian se tornó algo nervioso. —Si me contestas eso, y veo que estás hablando con sinceridad, entonces volveré a hablar contigo. —
Sentencié.
—Evans comentó que saldría contigo esta noche. —Confesó, totalmente cohibido. —Entonces me di cuenta que estaba perdiendo mi oportunidad por salir contigo.
Suspiré. Miles de emociones se alojaron en mi interior, y ninguna de ellas, era clara. Sebastian observaba atento mi rostro, y yo, simplemente no sabía qué contestar. Su confesión había sido totalmente sorpresiva. Cuando estaba decidida a olvidar un posible romance con él, entonces aparece manifestando sus sentimientos.
La vida tenia estrategias bastante extrañas. Y esta, había superado todas mis expectativas.
—Tengo una cita, Stan. —Dije, finalmente. Sentí el dolor en mi pecho que causaban mis propias palabras. — Y no quiero llegar tarde.
Reanudé mi caminar, asegurándome de no mirar hacia atrás. Sin embargo, el reflejo del ventanal de la puerta, me permitió ver a Stan de pie en medio del pasillo. ¿Qué rayos acababa de hacer?
*******
Hola! Bueno, hace meses quería hacer un One-Shots de Sebastian Stan <3. No me puede aguantar jajaja.
Nos estamos leyendo <3 :)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro