Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 22: Ambedo

Ciel Phantomhive Pov

Mi amor es una obsesión que llena mi tiempo, es angustia cuando no estas y es más que un delirio del sentir. Mi amor es pasión incontrolada: arrasa, corroe y me consume en una ofrenda toxica que dejo a tus pies. Porque…  a veces, creo que me odio por amarte tanto.

De un momento a otro, estaba en un jardín precioso, lleno de flores con colores vibrantes y casi mágicos que parecían brillar con luz propia a mi alrededor. Incrédulo, me incline lo suficiente para tocar los pétalos de las rosas que estaban a mis pies, sintiendo la suavidad rozar las yemas de mis dedos en una muda confirmación de realidad, mientras aquel sutil aroma que desprendían parecía rodearme con decadencia, envolviéndome entre promesas olvidadas y palabras nostálgicas, como si quisiera sumergirme en medio de un cuento de hadas.

Dulce, sutil y efímero, pensé mientras levantaba el rostro hacía el amplio cielo y mi mano se movía ondeante frente a mi cara, como si esperara tocar el cartel o la postal que se me presentaba en frente y así acabar con toda esta ilusión de una vez por todas, pero conforme el tiempo pasaba decante y los cálidos rayos del sol calentaban mi cuerpo inerte, fui llenándome de una inexplicable paz, una paz que me iba convenciendo que esto no era un sueño.

No había fantasías idílicas de un mundo mágico, porque era como si desde el principio debiera volver aquí, a este sitió nostálgico y hermoso que no puedo relacionar a nada de mi pasado pero que siento y conozco a la perfección… es como si fuera mi hogar, «es una parte de mi» susurró una vocecilla dentro de mi subconsciente y tuve que darle la razón. Aunque mi desconcierto llegó al escuchar una dulce voz infantil tarareando una canción de cuna.

Una canción que instintivamente entonaba por las noches en la soledad de mi habitación… mientras cerraba los ojos y pensaba en él con cada suspiro de un anhelo olvidado. Era una canción llena de paz, una canción que representaba el amor y la ternura que quise darle con cada día, con cada acción y con cada abrazo envuelto en delicadeza y ternura, aquel era un amor puro y devoto hacía alguien que en tan poco tiempo se convirtió en parte de mi mundo. Alguien que me destruyo con su partida, que robo todo lo que yo representaba y no dejo absolutamente nada.

—Mami… —su voz, tierna infantil y dulce me paralizó en un mar de incredulidad que me impidieron voltear y enfrentar mi cruel realidad—. Mami… —nuevamente lo escuche, más cerca, más dulce… más triste.

—¿Por qué…? —susurre para mí.

—¿Ya no me quieres?

—Yo te amo —respondí con los ojos cerrados y el rostro inundado en lágrimas, sintiendo una mano pequeña y cálida aferrarse a la mía mientras tiraba de mi—. Te amo y me has hecho tanta… tanta falta.

—Mami… —su voz preocupada me hizo abrir los ojos y me arrepentí creyendo que su recuerdo iba a esfumarse con el viento, pero aquí estaba, contemplándome con sus enormes ojitos verdes cristalizados, mientras hacía pucheros para contener el llanto, aferrándose con fuerza a la manga de mi suéter—. ¿Por qué lloras?

—Por qué te he extrañado mucho…

Me agache a su altura y lo abrace con fuerza y con miedo a perderlo. Notando que Finny era un niño tan grande y precioso de seis años, de complexión pequeña y sonrisa amplia, resplandeciente y llena de inocencia cautivante, mientras que su cabello estaba sujeto del costado con dos pequeñas horquillas verdes que tenían el diseño de una mariposa. Y pese a tenerlo de frente y entre mis brazos seguía sin creer que estaba aquí… por lo que delicadamente me separé de él y lo vi a los ojos, besando su frente con ternura mientras limpiaba sus lágrimas con mis pulgares.

—¿Me extrañaste? —pregunta con inocencia y el nudo en mi garganta crece, me tiembla el labio inferior y las lágrimas siguen brotando sin control de mis ojos, dándome cuenta que solo puedo asentir a su pregunta—. Pero solo fui por flores —sus ojos brillan mientras me extiende una rosa blanca.

—Gracias, pero no es tan hermosa como tu… —logro decir con voz ahogada y sus pequeños brazos rodean mi cuello, sintiendo el peso de su cuerpo recargarse contra mí, como una confirmación más de que él no es un sueño—. Gracias…

—Yo siempre voy a estar con mami…

—Lo prometes…

—¡Claro que sí!

Se separa de mí y comienza a dar brinquitos llenos de felicidad infantil y solo puedo desear que este momento sea eterno, que él se quede a mi lado en este mundo idílico donde solo somos él y yo, sonriendo y cantando mientras se sienta sobre mis piernas y tratamos de encontrarle formas a las nubes… deseo que perdure todo… el suave aroma de las flores, la fresca brisa, el trinar de los pájaros y su compañía dulce.

—¿Eres feliz? —le preguntó mientras hundo mi rostro en la coyuntura de su cuello y hombro, aspirando su aroma a talco para bebé, mientras cierro los ojos.

—¡Mucho! —Exclama entre risitas, poniéndose de pie y dándome la mano…

—¡Ciel!... Mírame… por favor mírame —la voz de Finny cambia, mis pasos se detienen y mi ceño se frunce mientras veo a mi hijo llamarme, solo que en esta ocasión soy incapaz de escucharlo por unos segundos que detienen mi corazón.

—¿Finny? —lo llamó titubeante pese a tenerlo de frente, pero su sonrisa calma mis miedos.

—Mami, vamos —su rostro llenó de ilusión son como un bálsamo a mi alma.

Entonces lo sigo despacio, admirando el atardecer que se dibuja sobre nosotros, asombrándome de este mundo cuyo cielo parece danzar entre tonos naranjas, amarillos y rojos que se mezclan de forma exquisita, dándole el toque final a este mágico momento. Sin embargo, aun en medio de toda esta maravilla, creo escuchar una voz. Una voz grave, llena de pesar y de angustia y pese a que quise escucharlo, cada vez está más lejos, y el tono cambia a total desesperación.

Por alguna razón siento que lo he escuchado antes, pero no recuerdo donde, ni de quien proviene, aunque una parte de mi mente cree saber dónde, pero soy incapaz de recordar más allá de un tono dulce, sensual y atrapante que muchas veces me sumergió en un mar de anhelos y promesas. Mi cabeza duele, me detengo y parece que lo escuchó con más claridad pronunciando mi nombre con voz ahogada, como si hubiese estado llorando, como si tuviese miedo… como si me necesitara cuando no hay nadie que me espere más que Finny.

Mi dulce Finny cuya mirada brilla al observarme… mi niño que me abraza con ternura y me pide que no me vaya, que me quede a su lado en este dulce paraíso de flores y verano.

—Ciel… por favor no lo hagas… —esta vez es más claro, pero aun esta distante el eco de su voz, sin embargo, mi paraíso cambia y los colores se vuelves opacos y carentes de vida, tan similares a mi alma que lucha por aferrarse a ese murmullo pese a que mi razón desea ignorarlo y reestablecer esta falsa paz que me consume y me correo en lo que creo necesitar.

—Mami... ¿te iras?

—¿A dónde? —preguntó con voz suave.

—Lejos —hace un puchero volteándome a ver—. ¿Ya no me quieres y te iras?

Mi pecho duele porque son las mismas palabras que muchas veces le dije a Vincent… la diferencia es que yo jamás le dedicaría una mirada de desprecio a mi hijo, no lo insultaría ni le diría que su sola presencia es un error de la naturaleza que debe ser aniquilado. Y nunca sería capaz de hacerle lo que mi padre me hizo a mi… es cierto que cuando me entere que estaba esperando un bebé me asuste porque era muy joven, porque solo tenía al causante de todo esto como mi único apoyo, porque mi familia… —si es que lo era— me dio la espalda, y al decirle a Druit sobre nuestro bebé todo cambio para mal.

Comencé a odiarlo aun si en un principio fue un rayo de esperanza, y solo por ser hijo de un maldito bastardo que acabó huyendo tras despreciarme y ordenarme de la peor forma que me deshiciera de nuestro hijo como si no valiera nada. No sé en qué momento cambió todo, pero odie ser doncel, odie llevar en mi vientre un bastardo… y la prueba de mis errores, odie el resultado de haber sido un estúpido por entregarme a un hombre que solo me utilizó y desechó porque se dio cuenta que no valía nada.

Odiaba todo de Druit, todo excepto a Finny. Cuando lo vi por primera vez, lo rechacé por ser un reflejo de alguien despreciable, de alguien que merecía todo lo que le paso, pero al mismo tiempo, mi bebé era totalmente diferente a su maldito padre, y no fui capaz de seguir negándolo porque en ese caso me estaría comportando como el propio Vincent, pero lo más importante, es que al verlo, sabía que tenía otra oportunidad de corregir mis errores con alguien que era completamente inocente. Podía demostrarles que no era alguien inservible como muchas veces me hicieron creer… con Finny encontré un motivo para seguir adelante día con día, pero entonces… entonces algo paso… algo que no recuerdo.

—Sabes que te amo —me agache a su altura y acaricie su cabello rubio, grabándome cada una de sus facciones—. No me voy a ir, ya te lo había dicho —sonreí—. Es una promesa.

—¡Ciel! —otra vez esa voz, fruncí el ceño y apretujé a Finny entre mis brazos—. ¡No, no, no! No lo hagas… mírame, Ciel… por favor mírame…

—Duele —balbucee sujetando mi cabeza con una mano, mientras un nombre quería brotar de mis labios.

—Ciel… te amo… en serió te amo, te he hecho cosas terribles, lo sé y me arrepentiré toda la vida… pero por favor… por favor no lo hagas… no me dejes…

—¿Dejarte? —susurré y mi hijo se acurrucó aun contra mi pecho, haciéndome sonreír.

—No voy a dejarte… jamás voy a hacerlo —murmure, pero no sabía si se lo decía a la voz o a mi hijo, tal vez a ambos.

De un momento a otro, Finny se puso de pie y tiro de mi mano con fuerza para que lo siguiera, entonces pensé que la voz se había ido, pero la escuche gritar mi nombre con fuerza y un inexplicable miedo que me erizo cada vellito del cuerpo. Había más ruido, más voces, pero no veía nada, de un momento a otro, sentí un tirón en mi brazo que me hizo cerrar los ojos con fuerza antes de ser envuelto por una calidez reconfortante y su suave aroma a colonia. Un aroma que jamás creí volver a percibir, no así… tan cerca y tan lejos a la vez.

Finalmente, algo pareció hacer clic en mi cabeza y abrí los ojos topándome con la oscuridad, sintiendo mis lágrimas heladas ser arrebatadas con el fuerte viento que me impedía tener los ojos completamente abiertos, mientras la fantasía se iba y comprendía que todo fue un sueño, que Finny murió cuando apenas era un bebé… y yo… yo lo perdí todo cuando eso sucedió. Al menos eso pensaba, hasta que su voz me trajo por completo a la realidad y pude ver su expresión asustada, aliviada y llena de impotencia.

—Se… Sebastián…

—No me dejes.

Su voz suplicante me desconcertó, no entendía que estaba pasando y las voces estridentes eran incomprensibles, distantes y ajenas a todo. Pero de un momento a otro sentí que descendía en picada al abismo del que apenas y pude salir con vida años atrás, solo que de una forma más literal. Sus brazos me rodearon con fuerza y por instinto me aferre a él… me aferre hasta que todo se volvió negro y por extraño que resulte, la paz llego a mi… así, entre sus brazos que poco a poco perdían fuerza…

~ * o0O0o H.E o0O0o * ~
Continuará

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro