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🌸 4 🌸

 
      ¿Cuál fue el momento exacto en el que comenzamos a gustarnos?

        De niños jugábamos juntos, competíamos por quién se columpiaba más alto y nos ayudábamos  a levantarnos cuando caíamos.

        Durante la adolescencia nos apoyábamos en los eventos escolares y repentinamente las chicas comenzaron a confesarse.

       Algunas eran lindas pero siempre terminaba rechazándolas. Al principio creí que mis estándares eran demasiado altos, pero cuanto más tiempo pasaba con Koo, más extraños sentimientos comenzaron a despertar.

       Cuando él aceptó salir a una cita con una de las tantas chicas que se le habían confesado — porque vaya que la pubertad hizo de las suyas con mi amigo, haciéndolo lucir casi como estrella de k-drama —, yo me sentí devastado.

     Comencé a evitarlo por el temor a que descubriera mis sentimientos. A un chico no le podía gustar otro chico. Me sentía anormal, casi como un fenómeno.

      Hasta que un día durante mi trabajo de medio tiempo él me confrontó furioso.
— ¿Es verdad que estás saliendo en secreto con mi hermana?
— ¿Qué?

         Era cierto que en un pueblo pequeño los chismes corrían demasiado rápido y aún más veloces eran las mentiras sobre los demás.

        JunHoe, a pesar de ser menor, me sobrepasaba en estatura. Me sujetó del cuello de la camisa y me estampó contra la pared de un mugroso callejón.

        Ese verano me encontraba trabajando en una heladería. Acababa de saccar la basura cuando el pelinegro me interceptó.
— Tranquilízate, solo somos amigos.
— ¿Por quién me tomas?

        Respiré hondo antes de empujarlo.
— Escúchame mocoso, entre ella y yo no puede haber absolutamente nada.
— Ella es simpática, bonita y amable, ¿por qué debería creerte?
— ¡Porque ya me gusta alguien más!

      Su expresión pasó de ira a sorpresa.
— ¿De verdad? ¿La conozco?
— Algo así.
— ¿Quién es? Deberíamos hacer una cita doble.
— Imposible, está saliendo con alguien más.
— ¿Y? Deberías intentar conquistarla.
— No sabes lo que dices.
— Por supuesto que lo sé. No es como si estuviera enamorado de Ji-hyo y todos creen que salimos cuando en realidad ni siquiera me gusta, solo no sé cómo rechazarla.
— ¿Ustedes no están saliendo?

         El negó con una risa burlona.
— ¿Tú también te lo creíste?
— Por supuesto, todos hablaban de ello y tú siempre estabas con ella, entonces yo...

       Entonces él me besó sorpresivamente. Las luces del alumbrado público se encendieron, llenado de luz el oscuro callejón que acababa de presenciar ese momento.
Yo no sabía qué hacer, mis labios permanecieron inmóviles ante el contacto, cuando él se apartó se mostró afligido.
—  Hyung yo... — sus mejillas estaban sonrojadas — por favor no me odies.

      Podía ver claramente a través de él. Como si de repente me hubieran quitado las vendas de los ojos.

       Me paré sobre las puntas de mis pies y le devolví el beso. Sus manos lentamente se posaron en mi cintura mientras movíamos lentamente los labios, tímidos e indecisos. Experimentando por primera vez cómo se sentía besar.
— Me gustas JinHwan —. Susurró sobre mis labios, confesándose.
— También me gustas, June.
Ese callejón se convirtió en una especie de guarida para nuestros besos. Ocultos del mundo, en la oscuridad.

      A pesar de que con los años las cosas se complicarían, especialmente cuando su padre nos descubrió en el asiento trasero del escarabajo. Justo después de habernos entregado mutuamente al otro, faltos de experiencia pero con las caricias más sinceras.

    Aunque JunHoe me siguió ciegamente y escapó conmigo, algo en él se sentía como si estuviera guardando una especie de remordimiento. Como si se cuestionara acerca de nuestra relación y los pensamientos de los demás acerca de nosotros.
Como si lo nuestro se tratara de un error en contra de la naturaleza.

      Esa fue una de las razones por las que rompimos.

     Él estaba inseguro.
  

🌸🌸🌸

        Me detuve al ver la espalda de Junhoe junto a la puerta. Ni siquiera me había secado, solo lo seguí desesperado intentando detenerlo.

      Sabía que él iba a comprometerse esa noche, y como el hombre patético que soy, estaba dispuesto a rogarle para que reconsiderara su decisión.
Pero él estaba allí, inmóvil.
Dejó caer la mano con la que estaba por sostener la manija de la puerta y permaneció por un largo rato de esa manera.

      Cuando volteó, sus ojos se encontraron con los míos,  me recorrió con la mirada y entonces acabó con aquel silencio que me llenaba de incertidumbre.
— No volveré a irme así.
— Entonces, este es el adiós —. Intentaba ser fuerte.

        Incluso mientras me dejaba tomar por él, estaba consciente de que este sería el desenlace.
— No quiero irme.

         Su respuesta me desconcertó, y muy en el fondo un sentimiento de felicidad comenzó a expandirse por mi pecho.
— ¿Estás seguro?
— ¿No lo entiendes? Me he alejado por años de ti, y apenas te veo unos días y vuelvo a sentir estas cosas, ¿o acaso crees que lo que acaba de pasar entre nosotros fue simple calentura?
— Yo...
— Estuvo mal cuando me fui, y sé que no merezco ser perdonado, pero por primera vez en mi vida sé lo que quiero y quiero estar contigo.

         Bajé la mirada intentando asimilarlo. Aunque me gustaría correr a sus brazos, me estaba muriendo de miedo. Porque él ya se había ido una vez, harto de mí,  harto del "nosotros". ¿Qué garantía tenían sus palabras?
— No me importa cuanto se oponga mi padre o el qué dirán de nosotros. Si me voy contigo o si me quedo. Lo único importante que sé, es que no quiero volver a alejarme de ti. Me he engañado a mí mismo JinHwan y estoy harto de toda esta farsa.
— No creo que pueda soportar ser herido por ti nuevamente.
— Te prometo que no volverá a pasar, si tan solo me dieras otra oportunidad.

      Mis labios sellados querían decir que sí, pero la razón me obligaba a negarme.
— Solo piénsalo —. Agregó y se aproximó a mí.

        Dí un paso atrás y mi corazón se aceleró cuando sus dedos rozaron mi cabello.
— Pescarás un resfriado, te ayudaré a secarte.

         Me dejé mimar por él un poco. Me sentía como un niño de nuevo, solo que esta vez no era mi madre quien cuidaba de mí.

          Nos acostamos juntos y comenzamos a hablar de cosas sin importancia, nos contamos anécdotas y en algún momento me quedé dormido y ya por la mañana JunHoe respiraba apaciblemente contra mi nuca, con su torso pegado a mi espalda y su brazo rodeando mi cintura.

        Finalmente habíamos puesto las cartas sobre la mesa, nos habíamos sincerado, nos insultamos, tuvimos sexo y conversamos. Al final terminamos en ese extraño punto en el que nada podía ser como antes y al mismo tiempo, no queríamos regresar a lo que éramos sin el otro.

     JunHoe se disculpó una y otra vez por haberse ido y  por haberme herido que perdí la cuenta. Al final toda la niebla espesa se disipó y pudimos ver lo que en verdad había dentro de nuestros corazones. Aunque volver a estar juntos implicaba herir a otras personas, entre ellas, la novia de Koo.
Me deshice del agarre ajeno y me levanté de la cama. Necesitaba algunas cosas para preparar el desayuno, le dejé una breve nota sobre la almohada que había utilizado la noche anterior y salí del apartamento.

        Si me apresuraba podría regresar antes de que despertara. Pero al parecer no era mi día de suerte. NaYeon se encontraba en la caja.

      Me escondí entre los estantes intentando evitarla. No estaba preparado para mirarle a los ojos y hablarle como si nada después de haber pasado la noche junto a su novio.

     Cuando la campana de la puerta sonó, anunciando que la chica había salido de la tienda, me acerqué a pagar.

     Mis hombros tensos se habían relajado cuando el tintineo se hizo audible y la voz femenina me erizó hasta los vellos.
— Disculpe, creo que olvidé una bolsa. Oh, hola.

          Volteé mostrándole una sonrisa forzada.
— Hola, ¿cómo estás?

        Grave error. Su casi prometido acababa de dejarla plantada y se me ocurrió preguntar sobre su estado emocional.
— ¡JinHwan! —. Se veía entre sorprendida y contenta.

           Su reacción me hizo sentir aún más culpable que antes.
— ¿Podemos hablar un momento?

       No tenía escapatoria,  en mi mente me inventé un montón de excusas en milésimas de segundos.
— De verdad es urgente, es sobre el estado de salud del señor Koo.

        La acompañé hasta un pequeño bar en la esquina donde también servían café. Ella destacaba con su manera de vestir por sobre la fahada del lugar.

        Bebió un sorbo de su café, mientras yo la observaba inmóvil, tal vez con la prisa plasmada en todo mi rostro.
— El señor Koo es un hombre muy agradable, lamentablemente anoche se sintió muy mal al enterarse que JunHoe desapareció.

        Si el viejo sabía que yo me había visto con su hijo, era muy probable que estuviera recorriendo por el pueblo con su escopeta en su regazo.
— JinHwan quiero que seas honesto conmigo, he escuchado rumores desde que llegamos aquí. ¿Es verdad que JunHoe y tú salían?
— ¿Qué? No — reí con nerviosismo, agitando la mano en un ademán por minimizar el asunto — éramos buenos amigos, la gente por aquí inventa muchas cosas.

       Ella asintió al parecer convencida, terminó su café y partió la medialuna por la mitad.
— En verdad me molesta la gente mentirosa —. Su tono de voz cambió a uno sombrío de repente.

     Dejó ambos pedazos sin probar sobre la mesa.
— El padre de JunHoe me lo contó todo. Que cuando él apenas era un chiquillo lo sedujiste y le metiste ideas en la cabeza. Se escapó contigo y el pobre hombre comenzó a enfermar, luego de unos años JunHoe recapacitó y se fue a estudiar a Seúl. Ustedes terminaron, pero curiosamente anoche él no volvió. Justo después de que los animara a hablar sobre sus diferencias. Entonces supongo que me vieron la cara de estúpida.

       Ella rió amargamente desviando la mirada.
— NaYeon...
— ¡Estoy embarazada!

        Entonces las lágrimas comenzaron a desbordarse de sus ojos.

         Algunos hombres voltearon a vernos, yo me apresuré en pasarle una servilleta, intentando ser caballeroso o sentía que saldría muy golpeado de allí.

        Fue entonces cuando recapacité acerca de sus palabras.
— ¿Qué?
— Durmieron juntos y ¿no te lo dijo?

        Mi pecho se sintió oprimido, nuevamente estaba siendo engañado por JunHoe. ¿Qué planeaba?
— Lo siento, yo no lo sabía.

      Entonces recordé a Koo con aquella prueba de embarazo días atrás.
— Sé que esto es pasajero, ha vuelto después de tantos años y de repente se siente nostálgico. Puedo soportar su engaño porque sé que él está confundido. En el fondo sabes que esto no es más que una ilusión.

         Sentía como si me jalaran de los pies y me hundieran en un mar helado. La realidad era tan cruel, mis sentimientos nuevamente habían sido pisoteados.
— Pareces un chico sensato, te pediré el favor de que te apartes de nosotros. No confundas más a JunHoe, ustedes ya tuvieron su oportunidad en el pasado, esta es nuestra oportunidad de ser felices.

       No podía seguir escuchándola. Me puse de pie dispuesto a irme.
— ¡No puedes ser tan egoísta!

        ¿¡Cómo se atreve!?
         Me volteé con los ojos inyectados de furia. Iba a contestarle cuando dos desconocidos se pararon detrás de ella.
— Señorita, ¿está todo bien?
Increíble. Esos hombres estaban más que dispuestos a golpearme. Salí de allí lo más rápido posible.

        Entré estrepitosamente al apartamento, JunHoe me observó extrañado.
— Me encontré con tu chica mientras hacía las compras —. Le comenté, dirigiéndome a la cocina, ubicando lo que había comprado.
— ¿Y cómo está ella?

         Me detuve en seco. Yo acababa de regresar hecho un lío y a él le importaba más ella.
— Creo que deberías irte con ella.

        Si Junhoe se quedaba, eventualmente querría pasar tiempo con su hijo, luego él y NaYeon tendrían un vínculo que nosotros jamás seríamos capaces de tener, y finalmente él me dejaría por la familia.

         Ya me dejó una vez, ¿qué me decía que no lo volvería a hacer?

          A la primera discusión estaba seguro que él iría con ella. La presión social, su padre, todo indicaba a una eventual ruptura. Junhoe nunca fue tan fuerte como para soportar cargar con toda esa mierda.
— ¿Y qué hay de nosotros?
— ¿Qué hay del bebé?
— ¿Cuál bebé? JinHwan, ¿de qué demonios estás hablando?

         Él lucía sinceramente confundido. Junhoe se frotó la sien.
— ¿Qué mierda te dijo?

        Mi cabeza daba vueltas intentando unir todas las piezas y encontrar un hilo coherente a todo lo que estaba sucediendo.
— Que está embarazada.
— Mierda, ¡no lo está!

       JunHoe me alcanzó y puso sus manos sobre mis hombros mirándome fijamente.
— NaYeon no está embarazada, ella miente.

       ¿Podía ser esto una especie de conspiración? Definitivamente el señor Koo pudo haberlo planeado todo.

        Anteriormente fue él quien esparció los rumores acerca de JunHoe teniendo citas para contrarrestar a los que decían que su hijo era un marica. Su padre había hecho tanto para separarnos que no me sorprendía que se lo hubiera contado a NaYeon para manipular sus emociones cuando fue plantada la noche que todos sabían que JunHoe le pediría matrimonio.
— JinHwan... Tienes que creerme, yo mismo vi los resultados.

          Al menos había un progreso entre nosotros, estábamos comenzando a comunicarnos mejor, a diferencia de hacía diez años.

        Por eso dejé que se fuera, obviamente luego de conversar acerca de lo nuestro y lo que nos depararía el futuro en el caso de que siguiéramos juntos. JunHoe había quebrado mi confianza y abierto inseguridades que yo no sabía que tenía. Si no estaba dispuesto trabajar eso, lo mejor sería poner un punto final definitivo.

       Los días transcurrieron y las noticias llegaban a mí por sí solas.

        HanBin con mucho pesar me comentó que JunHoe le había pedido matrimonio a su novia. Días después me enteré que la cirugía del señor Koo había sido exitosa.

          Por otra parte, un cazador de talentos había ido al bar y me ofreció trabajo en Gangnam.

       Había mirado por tanto tiempo en dirección al pasado, que ya era hora de hacer mi vida fuera de Jeju. Mi madre estaba bien y mi cuñado parecía estar mejorando progresivamente.

       Una vez que hice mis maletas no imaginé lo mucho que me costaría desprenderme de ese lugar, de su gente. Mi pequeño apartamento parecía más apagado de lo normal y no pude llevar mis plantas, así que se las obsequié a YeJin-noona.

       Algunas veces desprenderse de lo que alguna vez te ha hecho daño es parte de florecer. Jeju era mi hogar y tenía muchos amigos y seres queridos, pero también había personas que me discriminaban y el lugar estaba impregnado de tristes recuerdos.

        No me atreví a tomar el barco junto a NaYeon, no después de lo que le habíamos hecho. Así que esperé el siguiente.

        Me acerqué por la borda y observé la isla por última vez, estaba llena de encanto y la brisa era agradable. Entonces la vi haciéndose cada vez más pequeña conforme me alejaba.

         Sentí una presencia a mis espaldas y me vi envuelto por sus brazos.
— ¿Te arrepientes? —. Interrogó cerca de mi oreja.

       Yo negué con la cabeza.
       Entonces él besó mi nuca.

🌸🌸🌸

Palabras: 2500

Hemos llegado al final de las 4 estaciones de esta corta historia de amor.

Puede que estén confusos ahora, pero todo se aclara en el epílogo.

Nos leemos ;)
Bye bye~
 

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