🍁03🍁
Solo faltaba ultimar algunos detalles, JinHwan me lanzó las llaves del beetle y subí por el lado del conductor.
Habíamos intentado levantar aquel escarabajo durante meses, nos habíamos llevado alguna que otra decepción pero era un proyecto que habíamos empezado juntos.
Un montón de chatarra se había convertido en eso, y solo faltaba que funcionara.
El motor rugió y al cabo de un rato podía olerse la gasolina quemándose. JinHwan abrió la cochera mientras observaba su reloj.
— Cinco minutos —. Avisó, sonriendo en mi dirección.
Definitivamente era un nuevo récord, ese vehículo no había parado solo.
JinHwan rodeó el beetle y se subió en el asiento del copiloto, nos miramos con complicidad y puse el escarabajo en reversa.
Encendí la radio y dimos un paseo robándonos miradas de algunos curiosos. JinHwan les mostró el dedo medio a unos amigos cuando pasamos por un almacén, ellos se habían burlado de nuestro "montón de chatarra" y estos parecían no dar crédito a lo que estaban viendo.
Poco a poco nos fuimos alejando de la zona poblada por un camino de tierra. El cabello de JinHwan revoloteaba con el viento mientras sus labios parecían conocer cada maldita canción que ponían.
Algo que siempre me gustó de él era esa personalidad tan fuera de lo común, en toda la isla él era único. Parecía tan reciente cuando los dos terminamos confesándonos a pesar de nuestra diferencia de edad, sin embargo mi calendario ya tenía tres marcas en ese entonces.
Aparqué en una colina que servía de mirador para las parejas durante la noche. Entonces apenas era de tarde, me permití por unos instantes disfrutar de aquel concierto que daba mi novio quien fingía sostener un micrófono invisible.
"Cada vez que te veo los rayos del sol fluyen a través de las ondas de tu cabello. Y cada estrella del cielo está apuntando a tus ojos como un reflector. El latido de mi corazón es un tambor y está perdido buscando un ritmo como el tuyo. Puedes tomar la oscuridad en el abismo de la noche y convertirla en un faro ardiente eternamente luminoso, tengo que seguirlo porque todo lo que conozco no es nada hasta que te lo dé. "
Su voz se fue apagando conforme me fui acercando para terminar dándonos un beso.
Me aparté por un segundo mirando a nuestro alrededor, en el horizonte se notaba el sol ya empezando a ocultarse.
— Tranquilo, nadie nos verá —. Susurró, percibiendo mis miedos.
Y le di la razón, ¿quién podía ir allí un lunes a esa hora?
Nos pasamos al asiento de atrás, tenía diecisiete años en ese entonces y JinHwan veinte, estábamos demasiado calientes a esa edad como para detenernos, después de todo era la primera vez que estábamos solos en un lugar que no fuera mi casa.
Allí, en el asiento trasero del beetle, con la vista al atardecer más hermoso que se podía observar en todo Jeju, por primera vez hicimos el amor. Mejor dicho está decir que "lo experimentamos" puesto que en esos tiempos ya de por sí era difícil conseguir porno normal, no teníamos demasiada información sobre dos hombres haciéndolo. Recuerdo perfectamente las lágrimas de mi hyung siendo besadas por mí, sus manos aferrándose con fuerza pellizcando mi espalda, sus piernas rodeado mi cintura y nuestras respiraciones mezclándose, empañando los vidrios.
Terminamos rápido y nos abrazamos por un largo tiempo, conversando sobre cosas sin importancia, jugando con las manos del otro, enredando nuestros dedos. Un recuerdo que pudo haberse considerado un tesoro si no fuera porque alguien nos interrumpió dando golpes en la ventana.
La puerta se abrió abruptamente y mi padre sacó a JinHwan del cabello, lo tiró al suelo y apuntó su frente con una escopeta.
Alguien le había avisado acerca de nosotros, y él estaba colérico amenazando a JinHwan mientras yo le rogaba que no lo matara.
Golpeó a Jinhwan con su arma dejándolo tirado y me llevó consigo. Esa noche me golpeó tanto que aún conservo marcas.
Y cuando toda mi fe se había ido, luego de días sin comer, él apareció, arrojando piedras en mi ventana, me propuso algo realmente loco: Irnos a vivir juntos.
Ni siquiera se borraba el color verde de sus moretones en el rostro, los cuales al parecer había recibido en su casa, cuando me dejé influenciar por él y por el ciego amor que le tenía.
Cortamos lazo con nuestras familias y vivimos una especie de fantasía. Hasta que un día me tocó madurar.
Esa fue una de las razones por las que terminamos.
Él era impulsivo.
🍁🍁🍁
Observé la sorpresa con la que me miraba mi novia y maldije internamente. Todo estaba jodido.
NaYeon frunció el entrecejo, negó lentamente con la cabeza y comenzó la reprimenda.
— Koo JunHoe, en verdad no puedo creerlo.
Su tono de voz denotaba decepción, crucé una mirada furiosa con JinHwan quien desvió la vista hacia el suelo.
— No es lo que piensas... —. Murmuró Kim entonces, en un tono apenas por encima del sonido del viento.
— ¿Por eso dejaste de hablar con tu amigo de la infancia? ¿Porque le gustan los hombres?
JinHwan levantó la mirada hacia mi novia, ella le sonrió con amabilidad.
— No deberías avergonzarte por algo como eso, es JunHoe quien debería estarlo. Aish... — sentí una suave palmada en la parte dorsal de la cabeza — eres increíble, me adelanto, creo que tienen cosas de qué hablar ustedes dos.
NaYeon se despidió con la mano, hubo un incómodo silencio mientras mi novia se alejaba. JinHwan suspiró.
— Creo que debemos irnos también. Adiós JunHoe.
— Bye-Bye —. Se despidió la niña.
No sé qué fue lo que me empujó a hacerlo. Alcancé al más bajo y lo detuve tirando suavemente una esquina de su camisa.
Él volteó a verme confundido y a la vez espectante.
— Los acompaño.
— No te molestes.
— Insisto.
Pude notar por primera vez frialdad en su mirada, sentí como si me hubiera arrojado una daga de hielo en el pecho.
— Haz lo que quieras.
Me dio la espalda y caminé a unos metros por detrás de ellos. La niña fue recibida por su padre y cuando JinHwan se dispuso a marcharse se quedó congelado al verme parado a unos metros, recostado contra un poste de luz.
— ¿Qué quieres?
— Hablemos.
— Aquí no.
Él pasó de largo, no sin antes echarle un vistazo a un punto específico en aquel poste. Bajé la mirada y reconocí la inscripción borrosa de su nombre junto al mío. Alguien lo había tachado con rayones, pero aún recordaba cuando lo escribí.
Lo seguí hasta una zona desierta en la playa, él se sentó sobre una roca en la orilla, yo me senté a su lado.
— Creo que sería sano para los dos tener un cierre —. Murmuré.
Yo había hecho mi vida pero él parecía estar atrapado en el pasado, no esperaba que JinHwan se hubiera estancado de esa manera después de mi partida y en parte noona y nuestros amigos habían tenido la culpa, al igual que yo.
— ¿Por qué te fuiste?
Finalmente me encaró. Varias cosas pasaron por mi cabeza pero en ese momento, mientras él me miraba con esos ojos acusadores y profundamente heridos, en mi mente no lograba crear una razón en concreto que sonara justificable.
— Por todo.
Él rió con sarcasmo.
— Me rompí la cabeza por años pensando en las razones y tú sencillamente respondes con dos palabras.
Hundió sus pies en la arena, y jugó con ella. No parecía tener intención de verme a la cara.
— Lamento haberte lastimado, JinHwan.
— ¡Dame una maldita razón que puedas creerte!
De pronto estaba enojado, apretaba la mandíbula y contenía las lágrimas, el viento parecía estar tan molesto como él, sacudiendo nuestros cabellos y arremetiendo contra nuestra ropa, a lo lejos las nubes grises parecían acercarse como una abalancha dispuesta a cubrir toda la isla.
— Estaba frustrado porque me había estancado a tu lado.
JinHwan apretó los labios, su manzana de Adán se movió ligeramente cuando tragó saliva. Lo conocía lo suficiente como para adivinar que también se estaba mordiendo el interior del labio inferior.
— Tenía diecisiete años cuando me mudé contigo, y todo era increíble hasta que me di cuenta que vivíamos a las justas, no podía encontrar un trabajo decente y tú simplemente vivías el día a día sin preocuparte por nada más. Cuando volví a estudiar, me di cuenta que Jeju no tenía demasiado para ofrecerme, te hubiera llevado conmigo pero ¿acaso me hubieras seguido? Luego vendimos el beetle y despilfarraste el dinero, hiciste un préstamo a mis espaldas, unos matones siempre estaban pendientes de que pagaras y ni siquiera te preocupabas por pagar tus deudas.
Las palabras solo salieron de mi boca, ni siquiera las pensaba, solo las disparaba en contra de él.
— Me llevé tus guitarras y discos de colección y algunas cosas, las vendí y pagué gran parte de tu deuda, luego con el resto del dinero me fui porque no me atrevía a verte a la cara. Estaba tan molesto contigo por razones que ahora mismo no puedo recordar, también al enterame del gran valor que tenían esas cosas me pregunté por qué no las habías vendido antes y solo permanecimos en la miseria.
— Vaya, lamento haberte hecho sentir tan miserable, no tenía idea —. Su respuesta no era una disculpa sincera, su tono estaba cargado de ironía.
— Hubo momentos buenos JinHwan, pero últimamente ni siquiera teníamos de qué hablar.
— Difiero, recuerdo que siempre estabas tan ocupado leyendo que ni siquiera me escuchabas, agunas veces simplemente sentía como si le estuviera hablando a la pared.
— Tenía exámenes muy seguido, necesitaba sobresalir, ¿qué sabes tú de eso? Nunca te gustó estudiar ni ser alguien en la vida.
— Y me alegro de ser un donadie, tú realmente eres una mierda ahora.
Apreté los puños para no golpearlo. Discutir con él siempre había sido un dolor de cabeza, se me había olvidado por completo.
— JinHwan... deberíamos terminar.
Aquellas eran las palabras que nos faltaron cuando me fui, porque en ese entonces no me animaba a decírselo mientras lo tenía en frente.
Él hizo esa cara. La que temía ver años atrás.
— Está bien, JunHoe... terminemos.
Él se levantó, sus pies tocaron la arena humedecida, la marea comenzaba a subir tan silenciosamente como una vez yo me fui.
JinHwan se alejó de mí lentamente, como si esperara que lo detuviera.
Mis manos cosquillearon mientras aguantaba un impulso estúpido por detenerlo. Realmente si lo veía en ese entonces, no hubiera sido capaz de alejarme de él.
Lo alcancé en cuatro zancadas y lo abracé por detrás, todo su cuerpo se tensó y hundí mi rostro contra su nuca, su piel seguía oliendo bien.
Sus manos atraparon mis brazos por un intento en apartarlos de él, me aferré aún con más fuerza.
— Lo siento, JinHwan. Nunca debí haberme ido así.
Nunca llamé, a pesar de que algunas veces me vi tentado a hacerlo, temía no ser lo suficientemente fuerte como para no volver.
Intenté despreciarlo por tantos años, cuando en realidad en el fondo solo quería ocultar el hecho de que, yo era quien no era suficiente para él.
— Te estoy dejando ir, ¿por qué te aferras justo ahora?
Planté un beso en su nuca, él se estremeció mientras mis labios acariciaban su cuello y me colmaba de su perfume.
En un brusco movimiento él se liberó y volteó a verme.
— No te atrevas a volver a tocarme.
La visita a Jeju fue como atravesar una máquina del tiempo, él estaba allí con la voz temblorosa y lágrimas acumulándose en sus ojos y yo estaba frente a él con un montón de emociones desbordándose de mí.
Culpa, anhelo, arrepentimiento, tristeza, deseo... Definitivamente era el aire que se respiraba en Jeju lo que nos hacía creer que era amor.
Me acerqué a él sujetándolo de la cintura, incliné la cabeza y me detuve a centímetros de besar sus labios. Cuando sus manos se cruzaron en mi nuca como parte de su consentimiento, cerré la distancia que nos separaba.
El beso fue desesperado y para nada romántico o delicado, nos necesitábamos tanto que no habría forma de pararnos.
No necesitábamos palabras, fuimos hasta nuestro antiguo departamento estampándonos contra la pared mientras subíamos las escaleras, besándonos, tocándonos, y tratando de alimentar el hambre que sentimos por tantos años.
Alejé la voz de mi cabeza que me decía que debíamos detenernos, tenía planes para esa noche, pero me deshice de todos esos pensamientos cuando él abrió la puerta y entramos apresurándonos hasta la cama.
Tenía la misma cabecera e incluso los muebles y el velador sobre la mesita de noche.
Nos desvestimos con prisa y observé detenidamente sus tatuajes mientras las yemas de mis dedos se paseaban sobre ellos.
JinHwan dejó de ser ese chico delgaducho y en su lugar había ganado un poco de masa muscular, sus glúteos estaban perfectamente redondeados y sus muslos más gruesos, me gustaba la vista que tenía cuando levanté sus piernas y su erección sobresalió. Acaricié su pene de arriba a abajo intentando masturbarlo y en aquella posición no pude evitar desviar la mirada un poco más abajo.
No podía solo entrar, lo lastimaría. Acaricié su entrada con movimientos circulares y él se estremeció.
— No, espera.
La mano que lo masturbaba se detuvo y lo miré a los ojos.
— Hace tiempo que no lo hago.
Su pecho subía y bajaba mientras su voz sonaba agitada.
— ¿Tienes lubricante?
— No. Um... — se mordió el labio inferior mirando en dirección a las persianas abiertas — en el baño hay vaselina, podría servir.
Me apresuré hasta el baño buscando el pote, cuando volví, la habitación estaba más oscura, había cerrado las cortinas y apagó las luces. A juzgar por la tenue luz que se filtraba a través de las cortinas podría decirse que estaba anocheciendo.
La silueta de JinHwan en la oscuridad, en medio de la cama podría confundirse con un cuadro erótico. Lo alcancé y besé con más cuidado y lentitud que antes, mi mente estaba en blanco. No sabía qué pasaría después con nosotros ni el daño que causaría nuestra acción para los demás y nosotros mismos.
Pero cada minuto que transcurría me hacía pensar que estaba en el lugar correcto justo en ese momento.
Me separé de sus labios mientras desenroscaba la tapa del pequeño frasco, introduje mi dedo sacando una gran cantidad, él abrió las piernas y yo introduje lentamente el dedo del medio, luego de moverlo en su interior en un vaivén lento introduje un segundo dedo. Él ahogó un quejido y se relajó.
Su espalda se arqueó con el tercer dedo.
— ¿Estás bien?
— JunHoe, ¿estás seguro de esto?
— ¿Tú no?
Él permaneció en silencio, sus ojos brillaban en la oscuridad, no podía resistirlo por más tiempo, la ansiedad me estaba matando, la situación me estaba superando porque en un momento dado mi miembro que había estado duro se ablandó.
Cuando saqué los dedos y vi el agujero que había quedado por estos mi erección volvió de inmediato.
Vertí una gran cantidad de la crema en la punta de mi miembro y lo coloqué en la entrada dando suaves empujones simulando estocadas.
La punta entró cuando empujé con un poco más de fuerza y JinHwan gimió. Me detuve unos segundos antes de introducirme un poco más.
Estaba tan jodidamente apretado y resbaloso adentro, besé y mordí sus pezones, había olvidado lo sensible que era en esa zona, lamí y succioné conforme seguía introduciéndome hasta estar completamente adentro.
Sus piernas atraparon mi cintura y movió el trasero diciéndome que ya podía moverme.
Comencé con estocadas lentas y el ritmo fue aumentando conforme nos besábamos y él me abrazaba y gemía algunas palabras ininteligibles y otras que me ponían aún más caliente.
Sentía que estaba a punto de correrme cuando él me pidió que me detuviera y empujó mi pecho suavemente desconcertándome hasta que terminó acostándome del otro lado de la cama, encendió el velador acabando con la completa penumbra que se había apoderado de la habitación y se subió sobre mí dándome la espalda y buscando su entrada mientras sostenía mi pene dejándome así, una vista completamente erótica.
Sostuve sus caderas y él comenzó a moverse, dando saltos. Podía ver la manera en que mi falo entraba y salía de él. Mis manos bajaron hasta sus glúteos ayudándolo un poco con el ritmo de sus movimientos, estrujándolos y separándolos. Él se echó para adelante moviendo las caderas más rápidamente mientras se tocaba a sí mismo.
Mi corazón palpitaba con fuerza dentro de mi pecho, me preguntaba cómo había aprendido a moverse así, y con quién.
Empujé hacia arriba sus glúteos haciendo que mi miembro saliera de su interior, él quedó de cuatro y yo me acomodé tras él, separé sus glúteos y entré con un poco más de fuerza, él arqueó la espalda y comenzó a moverse en un vaivén sincronizado con mis estocadas.
Ya no nos decíamos nada, simplemente eran nuestros gemidos y el sonido constante de mi pelvis chocando contra su trasero.
— Aah JunHoe, sigue así —. Dejó de cargar su peso sobre sus manos y se dejó caer, mientras volvía a masturbarse, acallando sus gemidos contra el colchón.
Esa posición hizo que levantara aún más el trasero en un ángulo que hacía que su interior se sintiera aún mejor.
Su entrada comenzó a contraerse y terminó corriéndose, aceleré el ritmo de mis estocadas, no pude contenerme y el sonido de una nalgada hizo eco en la habitación superando cualquier otro sonido, mi mano comenzó a arder justo después, quizás porque me había excedido un poco.
No pude aguantar por más tiempo y tras varias estocadas a un ritmo casi frenético terminé en su interior.
Nunca habíamos tenido sexo de una manera tan intensa, siempre había sido más romántico y delicado, quizás por la falta de experiencia.
Cuando salí podía notarse el agujero que se había amoldado al grueso de mi pene y de este escurrió un poco de semen.
JinHwan permanecía inmóvil tumbado boca abajo sin decir una sola palabra. Luego de unos segundos, comencé a preocuparme.
— ¿Estás bien?
Su rostro dejó de estar hundido contra el colchón y volteó un poco la cabeza para mirarme por el rabillo del ojo.
— Sí. Solo necesito recuperarme.
Me incliné y deposité un beso en su espalda.
— Iré a lavarme.
Él asintió con la cabeza.
— Luego te alcanzo.
Me levanté primero y encendí la ducha, cuando estaba terminando él apareció junto al marco de la puerta observándome.
— Mi ex novio se volvió tan caliente —. Sonrió de lado cuando me tapé con las manos.
Un gesto realmente innecesario después de tener sexo. Y más de una vez, porque cuando aún salíamos lo habíamos hecho un par de veces.
Caminó lentamente hasta quedar bajo la ducha. Las marcas rojas de sus hombros y cuello comenzaban a oscurecerse. No comprendía por qué había querido marcarlo en una zona tan visible, ¿por qué celarlo? Yo estaba a punto de pedirle matrimonio a mi novia y él... Bueno, no sabía realmente qué tipo de planes tenía para su futuro. Tal vez ninguno, solo permanecer allí, hasta la muerte.
— Mierda —. Maldije y salí apresurado del baño.
Busqué mi reloj y corroboré la hora, estaba veinte minutos atrasado. Me vestí con prisa, peiné mi cabello mojado hacia atrás con mis dedos y cuando me acerqué a la puerta, mi mano no fue capaz de tocar el picaporte.
El sonido de la ducha seguía allí, yo me preguntaba si otra vez iba a irme sin despedirme.
Se suponía que solo sería sexo pero mi corazón se sentía tan afligido.
Mi novia era una mujer increíble. No se merecía todo eso. Pero JinHwan tampoco.
Sabiendo que él seguía enamorado de mí, yo lo llevé hasta esa situación, solamente para volver a romperle el corazón.
Apoyé mi frente contra la puerta. Intenté despejar mi mente y todo tipo de emociones para responder a la única pregunta que importaba entonces.
¿JinHwan o NaYeon?
El pasado y el presente se habían encontrado y yo necesitaba saber cuál me hacía más feliz. Tal vez sonaba egoísta, pero solo sabiendo lo que en verdad deseaba evitaría seguir lastimando a los demás. Aunque por lo menos uno de los tres no podría librarse del dolor.
Cerré los ojos y la respuesta llegó por sí sola. Por primera vez mi mente y mi corazón estaban de acuerdo en una cosa.
Volteé y vi allí a JinHwan parado, a unos metros de mí, envuelto en una toalla pero aún completamente mojado al igual que las huellas de sus pisadas. Esperando quizás verme cruzar por esa puerta, en silencio, pero me había seguido con rprisa hasta allí, para dejarme marchar dolorosamente.
Lo siento.
En verdad lo sentía tanto.
🍁🍁🍁
3435 palabras.
Canción mencionada: Making Love Out Of Nothing At All - Air Supply
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