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chapter one

── I ──

«Her value for the rest»













   Una muchacha de cabellos rojizos caminaba por el pueblo en donde residía, llevaba en sus manos un gran venado que pesaba muchisimo. Llegó hasta la tienda de don Rick, el carnicero del pueblo, y este la recibió con una grata sonrisa.

── ¡Oi! ¡Ariel! Que gran sorpresa me traes hoy – saludó el hombre en cuanto la muchacha dejó sobre la mesa el venado.

── Venga... Venga... No seas adulador – dijo ella estirando su cuello y acomodando su arco en su hombro.

── ¡Por los siete mares, niña! ¡Por una vez reconoce que eres buena! – exclamó Rick soltando una carcajada antes de agacharse a ver el venado – Mmm... Te puedo dar cinco mil berries por esto...

── Quince – interrumpió la chica.

── ¡Ocho! – refutó él. Ariel suspiró y apoyó una mano sobre la mesa.

── Rick, sabes que me toma dias preparar todo para traerte las mejores presas y de muy buena calidad. Me parece una estupidez que me quieras dar ocho mil berries por esta delicia – dijo ella acariciando el pelaje del animal – Serán catorce mil y dos kilos de carne, mi unica oferta. De lo contario, esta belleza terminará en un gran banquete para mi.

El hombre apretó su mandibula y respiró con fuerza por su nariz intentando retener todo aquello que quería decir, no por nada Ariel era una chica bastante testaruda, pero siempre firme en lo que se proponía.

── Catorce mil serán – murmuró caminando hacia la caja registradora en donde contó rapidamente los billetes y se los tendió a la chica junto a una bolsa.

── Siempre es un gusto hacer negocios contigo, Rick – cantureó la chica guardando el dinero en su bolsillo, tomando la bolsa con la carne levantó su mano derecha – ¡Nos veremos pronto!

La pelirroja entonces se dirigió hacia su hogar, el cual era un poco apartado del pueblo puesto que estaba en los bajos de la montaña Sonyituru, cerca de los bosques del este. Ariel había vivido en aquella cabaña por un largo tiempo con sus abuelos desde que sus padres murieron en un tragico accidente al escalar la montaña en busca del aguila milenario que aparecía cada cierto tiempo. Su familia se especializaba en la caza el cual era su principal fuente de ingreso, los Soyturu (como los llamaba el pueblo) eran algo apartados al pueblo puesto que tendían a amar el silencio en vez del ruido. Y claro, había que recordar que eran cazadores, necesitaban el silencio para encontrar sus presas.

Los pasos de la muchacha eran silenciosos, digna de toda cazadora, apenas se escuchaba su caminar en los profundos bosques frondosos en donde estaba su cabaña, el cual era de tamaño mediano con tres habitaciones pequeñas, una cocina y un pequeño galpón en donde se dejaba las armas y se preparaban las trampas.

Al llegar, dejó en la mesa junto a la puerta su arco, su carcaj y su chaqueta de cuero marrón. El ruido de cortes contra la madera y el aroma a especias hizo rugir su estomago a lo que rapidamanete se dirigió hacia la pequeña cocina en donde yacía su abuela cortando vegetales para luego ponerlos en la gran olla que estaba en el fuego.

── Hoy tuvimos suerte – murmuró apenas llegó y dejó sobre la mesa la bolsa de carne.

── ¡Hoy tendremos un gran banquete! – exclamó una voz a lo que su abuela soltó una risa. Rapidamente un brazo envolvió los hombros de la chica – ¿Cómo te fue con Rick junior?

── Como siempre... Regateando – dijo ella – Es un hombre muy testarudo.

── No deberías sorprenderte – respondió su abuelo antes de tomar la bolsa de carne.

── ¿Cómo te fue a tí, mi niña? – preguntó su abuela sin dejar de cortar las patatas.

La chica se encogió de hombros.

── Como siempre – susurró antes de retirarse de allí. Ariel se dirigió hacia su habitación en donde dejó aquella chaqueta en su perchero y se recostó en su cama, no le importaba en ese momento que estaba llena de tierra y suciedad, su futuro ella lidiaría luego.

El cansancio entonces la abrumó y, sin darse cuenta, sus ojos empezaron a cerrarse lentamente. El sueño la llamó dulcemente a que se rindiera en sus brazos y ella, con mucho gusto, cedió a aquella sensación.

Sin embargo, aquello no duró mucho ya que un gran estruendo en la cocina llamó su atención, por lo que rapidamente se enderezó y agudizó su audición, voces extrañas y muy graves se escuchaban desde la cocina. 

Ariel tomó el cuchillo que estaba debajo de su cama y, aferrandose con fuerza a su arma, caminó con pasos sigilosos hacia donde se escuchaban las voces. Sus abuelos, los cuales temblaban arrodillados en el suelo, eran apuntados por dos escopetas en su cabeza por dos hombres con apariencia extraña, otros dos caminaban por todo el lugar y lanzando lo que encontraban. Un hombre, el cual parecía ser el lider de aquel grupo, les exigía a sus abuelos que revelaran sus tesoros y posesiones valiosas.

«Nos estan robando» pensó

«No me digas, estupida» la voz de su subconciencia le respondió. Puso sus ojos en blanco, se quiso golpear en ese momento, pero volvió en si y miró con atención lo que sucedía. 

Se dio cuenta que los hombres estaban tan concentrados en su tarea de apuntar, amenazar y buscar que no se había percatado de que había otra persona allí. Ariel, con pasos sigilosos y escondiendose detras de las paredes, se dirigió hacia donde estaba su arco y sus flechas. 

Se aferró a su arma y suspiró. Esta vez no era un ciervo o un conejo, ni siquiera un pajaro, eran hombres que pensaban y se movían de la misma manera que ella.

Tragó el nudo en su garganta antes de cargar su arco y apuntar hacia uno de los hombres que apuntaban con su arma a su abuelo. Suspiró y soltó la flecha, la cual dio en la frente de aquel hombre, asesinandolo al instante.

Lo siguiente que pasó fue todo un borrón para ella. Sus manos no dejaban de moverse en ningún instante, cargaba su arco con rapidez y disparaba a todo aquel que representara una amenaza hacia su familia. No fue que, luego de un momento, el lider estaba arrodillado en el suelo con una flecha en su hombro; más este reía, como si no fuese relevante que una chica de apenas dieciocho años le había disparado y le apuntaba una vez más.

── Así que los rumores son ciertos – murmuró el hombre con una sonrisa mezquina – La hija perdida del mar está aquí.

La expresión de la chica fue suficiente para hacerle saber que no entendía nada.

── Dejarse llevar por rumores es una gran estupidez digno de un niño de cinco años – dijo ella con voz autoritaria – Soy hija de Soyturu Noyiko, hijo de Soyturu Blaz.

── Así que no te lo han dicho – cantureó este – ¿Qué se podía esperar de unos campesinos que se esconden en los bosques? Cobardes... Así deberían llamarlos – exclamó mirando fijamente al abuelo detras de la chica.

«Su recompensa... Su recompensa... – murmuró saboreando esas palabras, Ariel tragó el nudo de su garganta al escucharle y sintió su mano temblar, no podría soportar sostener la flecha por mucho más. Debía soltarla – Vendrán a por tí. Y te matarán. Tu recompensa... Tu recompensa... 

Su canto fue interrumpido por una flecha siendo incrustada en su cabeza. Las manos de la muchacha temblaban aún en el aire al ver el cuerpo sin vida de aquel hombre caer al suelo con un golpe zordo y llenar el suelo con su sangre.

Sabía que no estaba sola, podía sentir la presencia de sus abuelos a sus espaldas, más estaban en completo silencio. Y por unos instantes los tres se sumieron en ese ambiente en la cual no era necesario hablar, solo se podía escuchar la respiración agitada la la chica y los sollozos de su abuela.

Se giró hacia aquellas dos personas que la habían criado con tanto amor y sus lagrimas nublaron su vista al igual que un sollozo raspó su garganta. El hombre rapidamente se aproximó hacia ella y, envolviendo sus brazos al rededor de la temblorosa chica, dejó que llorara.











¡HOLIS! ¡SEAN BIENVENIDOS A ESTA NUEVA HISTORIA!

Estoy muy emocionada por este fic, literalmente llevo trabajando con esto desde principios de año, pero a sabiendas de que sería una año complicado quería prepararlo con antelación para que disfruten de actualizaciones semanales. 

¿Que les pareció el primer capitulo? Ariel es un personaje con el cual me identifico en algunos aspectos, espero que lleguen a amarla tanto como lo hago yo.

Well, that's it ¡Nos vemos el viernes que viene!

RiderStilinski ── 01/03/2024

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