chapter eleven
── XI ──
«The creatures from the seas»
Por siete días la tripulación se quedó en el puerto del restaurante baratie, por siete días uno de sus miembros no despertaba de su coma, por siete días Ariel y Sanji no se han dejado de ver en todo tiempo.
La muchacha podía asegurar que la compañía del cocinero era agradable y cómoda, las veces en que hablaban parecían que las horas pasaban tan rapido que no se daban cuenta de que el sol se había escondido en el horizonte. Su presencia hacía que el hecho de que Zoro no se despertaba causara menos ansiedad.
El espadachín, quien había retado a un duelo a muerte a un guerrero del mar, no había despertado de su coma. Sus heridas estaban empezando a cicatrizar gracias a que ella y Nami se encargaban de limpiarlas todos los días sin falta. Luffy estaba preocupado, más lo ocultaba con una gran sonrisa y limpiando cada rato la katana de su vice-capitán; y Usopp, por su parte, pasaba la mayor parte del tiempo creando bombas y guardandolas en un baúl en su dormitorio.
En aquellos días nadie preguntó sobre lo sucedido con la chica y del cómo había aparecido en el mar a poco de sufrir una neumonía. Agradeció inmensamente que nadie hubiese querido atosigarla con preguntas, más ella podía reconocer sus atentas miradas cada vez que salía del barco y le recordaban que se abrigara.
A pesar de que se sentía incomoda por aquello, solamente agradecía por sus adentros que sus vigilancias no siguiesen hasta la noche en las cuales ella se sambullía en el mar a disfrutar junto a las aguas su poder.
Había avanzado mucho en aquellos siete días, había notado que sus palmas destilaban una luz casi suave de color azul cada vez que movía sus manos para controlar las corrientes, había descubierto que podía controlar el agua hasta el punto en que esta no empapaba su ropa en cuanto salía de sus olas e inclusive podía crear burbujas de aire que se pegaban a su piel y no se movían de allí, como si fuese una pequeña mascara de oxigeno.
Claramente ella no dijo ninguna palabra sobre sus poderes a la tiruplación, todavía tenía que decifrar el cómo había obtenido aquel poder y seguir practicando para mejorar.
En cuanto se despertó en el octavo día, tuvo un extraño presentimiento, como si algo malo pudiese ocurrir. Pero el rugir de su estomago le hizo pensar que lo más probable era que el hambre le diese aquellas ideas, por lo que se levantó de su cama y se vistió con unos pantalones negros hasta las rodillas, una camiseta de manga corta blanca y su chaqueta de cuero. Al salir de su bote se dirigió rapidamente hacia el going merry en donde, apenas poner un pie en la sala, un aroma delicioso hizo agua su boca.
── ¡Buenos días! – saludó ella con una gran sonrisa.
── ¡Ariel! ¡Sientate conmigo hoy! – exclamó Luffy empujando a Usopp de su silla y palmeaba su asiento. El chico murmuró una sarta de insultos hacia su capitán, más solamente se sentó en otro asiento.
── Buenos días, Ariel – dijo este y ella le sonrió. Una taza de te rápidamente se poso frente a ella y el corazón de la chica empezó a bombear más fuerte en cuanto la voz de Sanji la saludo.
── ¿Tienes hambre? – preguntó el cocinero.
── Muchísima.
El desayuno fue rápidamente acompañado por las características risas ocasionadas por lo Luffy, quien intentaba de manera disimulada tomar del plato de Usopp, quien terminaba gritándole que se detuvieran. Nami se les unió más tarde, más solamente se acercó para llevar su plato y dirigirse hacia su habitación en donde Zoro seguía postrado en su cama y sin despertar.
A Ariel le preocupaba aquello, Nami era la que más tiempo se quedaba junto al espadachín. Le contaba cuentos, hablaba de cosa inutiles por el simple hecho de que no quería que hubiese silencio en aquel cuarto, incluso una vez pudo escucharle rogar a Zoro a que despertara, escusandose de que lo necesitaba porque no podía soportar sola a Luffy, quien según ella estaba más insoportable de lo normal.
── Oye, Ariel. Nunca contaste sobre tu sueño – la voz de Usopp hizo que saliese de sus pensamientos, la muchacha frunció el ceño con confusión.
── ¿En verdad?
── Enserio – afirmó el chico dandole un sorbo a su malteada – ¿De qué se trata?
Un silencio impaciente y prolongado se asentó en el ambiente . La chica sonrió suavemente mientras tomaba un sorbo de su té.
── Hay un mar llamado el all blue en donde los cuatro mares se juntan y allí coexisten todo tipo de criaturas – empezó ella y los tres asintieron puesto que habían escuchado sobre aquello – Hay un pueblo allí, un pueblo el cual cuida aquellas aguas y sus criaturas. Según algunos marineros, pueden controlar las aguas a su antojo y...
Se interumpió al darse cuenta lo que había dicho. Siempre había sabido aquello, siempre supo sobre el poder que tenían aquellos del pueblo marino más nunca se puso a pensar que ella tenía tambien aquel poder ¿Podría ser posible que ella fuese una descendiente?
── ¿Y... Qué más...? – pidió el moreno. Ariel sacudió levemente su cabeza para volver su atención hacia las tres personas que le prestaban atención, aunque Luffy se la pasaba comiendo puesto que ya sabía de antemano el sueño de la chica.
── En el all blue, aquel pueblo existe desde hace milenios. Solo quiero encontrarlo por... Bueno.... Razones personales – finalizó ella dandole el ultimo trago a su bebida. No quería dar más información de la necesaria.
Su razón siempre había sido la curiosidad que le había generado y el hecho de que podría visitar otras culturas en su viaje hacia allí. Más sus razones ahora cambiaron, necesitaba respuestas.
── Wow... Intenso... – murmuró Usopp.
── ¡Sanji! ¿Hay más de esto? – exclamó Luffy apuntando a su plato vacío. El cocinero sonrió y dejó sobre la vajilla más hot cakes que había preparado, los cuales fueron rapidamente engullidos por el capitán.
── Sabes, Ary, Zeff fue pirata – habló él dejando sobre el plato de la chica unos cuantos hot cakes. La chica abrió sus ojos como platos mientras murmuraba un "¿En verdad?" – Y recuerdo que na vez me contó sobre un pueblo como lo describes. Si quieres más información, puedes preguntarle.
── ¡No me jodas, Sanji! – gritó ella con la emoción brillando en sus ojos. El cocinero se sintió abrumado pr una agradable sensación que se removía dentro de él.
── Es cierto – afirmó él – Puedes ir antes de que termine el almuerzo, al viejo le gusta tomarse unas largas siestas entre turnos. Llevale algo para comer, te perdonará la interrupción si llevas una ofrenda "comestible" de paz.
La chica soltó un grito de felicidad y, dando pequeños saltitos cual niña pequeña, se acercó hacia él y envolvió sus brazos a su cuerpo. Sanji se quedó petrificado por un instante, más solo solto una risa al ver su emoción.
── ¡Gracias! ¡Gracias! – exclamó ella antes de correr hacia la salida.
── ¡¿A donde vas?! – gritó Luffy luego de tragar con dificultad la bola de hot cakes que se había formado en su boca.
── ¡Vuelvo en un rato! Esperenme para el almuerzo – se despidió corriendo con rapidez.
Por un instante ninguno de los tres dijo nada luego de qu ela presencia de la chica se hubiese ido, Sanji se giró para voltear los ultimos hot cakes y puso la tetera para calentar más agua para el té.
── Estás muy rojo ¿Esta bien, Sanji? – apuntó Luffy dandole un trago a su malteada. Usopp soltó una carcajada cuando el cocinero se quedó quieto en su lugar y su rostro se volvió más rojo de lo que ya estaba.
── ¡A Sanji le gusta Ariel! ¡Le gusta Ariel! – cantureó el moreno y un paño rapidamente voló a su rostro.
Sanji miró con mala cara a Usopp, más no dijo nada y siguió cocinando aún sintiendo el nerviossimo ahorcar la boca de su estomago. Le encantaba estar con Ariel y siempre tenía una extraña sensación agradable cada que estaba con ella ¿En verdad le gustaba Ary?
── Coman o se les enfriará la comida – murmuró cuando los canticos de Usopp, ahora acompañados de Luffy, se empezaron a escuchar por la cocina.
ˏˋ ☠︎︎ ˎˊ
La muchacha se dirigía hacia el restaurante con una gran sonrisa mientras llevaba en sus manos un plato de galletas. Luego de la información que le había dado Sanji sobre que el cocinero conocía más sobre aquel pueblo que vivía en el mar, ella decidió ir en su encuentro en busca de información. Quizas él podría contarle más sobre ellos y, si se daba la ocasión, podría hablarle sobre sus poderes.
Entró al restaurante con una radiante sonrisa, más esta desapareció en cuanto vio a tres personas a los pies de la escalera.
Bueno, en realidad no eran personas. Eran tres personas de cuerpos robustos y rostros extraños, su piel era de un tono extraño, grises y azules. Incluso uno llevaba una nariz larga con forma de sierra.
Tuvo que hacerse a un lado cuando el cuerpo de una persona pasó junto a ella, con ojos abiertos de para en par observó que este extraño miraba a su victima que había lanzado y entrecerraba sus ojos mientras observaba a la chica. Ariel supo en ese instante en que debía de irse, correr lo más rapido que pudiese para que aquel ser de dudosa especie no le siguiese mirando.
El hombre de nariz larga soltó una gran risotada y se sentó en una silla.
── ¡Disfrutemos nuestra úlyima cena! ¡Todos juntos! – celebró y sus dos secuaces rieron como muestra de afirmación.
Fue en ese entonces que Ariel se dio cuenta de que todo el lugar estaba en completo silencio, nadie se animaba a hacer un ruido, siquiera comer por temor a aquellos tres que habían aparecido en el restaurante con aires de superioridad.
Unos pasos resonaron por el salón haciendo qeu todos mirasen hacia el hombre de traje blanco y sombrero alto.
── ¿Y tú quién eres, viejo? – gruñó el que parecía el lider mientras se zampaba un gran bocado de la comida que yacía en la mesa. Zeff entrecerró sus ojos con sospecha.
── Mi nombre es Zeff y soy dueño de este lugar – siseó y por un instante su mirada se posó en la chica, con un leve movimiento de su cabeza le indicó que se ocultase en la columna a lo que ella acató al instante.
── Yo soy Arlong y soy dueño del mar del Este – dijo el extraño con voz rasposa,
── Nadie es dueño del mar – espetó el chef – Ni siquiera los gyojin.
── Bueno, eso está por verse – canturreó Arlong haciendo que sus secuaces soltaran risas burlescas.
Ariel se aferró a su envase de galletas con tal fuerza que cualquiera diría que se rompería en cualquier momento en sus manos. Su cuerpo temblaba al reconocer que el gyojin era una amenaza. Al levantar su mirada pudo ver el cuerpo asomado de una chica de cabellos anaranjados. La muchacha abrió sus ojos al reconocer a Nami y su mente se llenó de preocupación.
Lo más probable que el restaurante estuviese en un estado de secuestro y todos aquellos que estaban allí, incluyendola a ella, fuesen los rehenes de aquellas criaturas del mar, Ariel deseaba que Nami se fuese de aquel lugar por lo que usaba sus manos para hacer señales de que se fuera.
A pesar de que tomó su tiempo, Nami se dio cuenta de sus señas, sus ojos reflejaban un gran temor y su boca se abrió como si quisese gritar en cuanto Ariel fue tomada del cuello de su chaqueta y era lanzada con la fuente que yacía en el centro del salón.
Soltó un gemido de dolor y cerró sus ojos en cuanto el olor a pescado invadió sus fosas nasales. Hizo una mueca de asco, más su cuerpo se paralizó en cuanto el filo de una cuchilla se posó en su cuello.
── ¡Atención! – gritó Arlong enderzandose en su lugar – Estoy buscando a un pirata con sombrero de paja el cual se hace llamar Luffy, tiene alg que me pertenece.
── ¿Sombrero de paja? Nah, no me suena – se burló Zeff sin apartar la mirada de la chica. Ariel tragó el nudo de su garganta y Arlong se acercó con pasos sigilosos hacia la chica.
── ¿Tú sabes algo sobre él? – siseó el hombre-pez y ella negó freneticamente, soltó un jadeo en cuanto sintió un leve corte en su cuello y la sangre escurrirse con lentitud de su herida – Si no sabes nada sobre él ¿Por qué tan nerviosa? ¿No me estarás mintiendo, cierto?
── Tengo un maldito cuchillo en el cuello ¿Acaso eres imbecil o te caíste de bebe? – escupió ella y al instante se arrepintió ¿No podía simplemente callarse?
Una bofetada en su mejilla hizo que se cayera al suelo de un golpe seco y su visión se oscureció por un instante, tomaron el cuello de su chaqueta con fuerza y la alzaron en el aire, más ella todavía estaba en su pequeña batalla por quedarse despierta.
Soltó una pequeña risa burlesca.
── He recibido golpes más fuertes – murmuró ella mirando al techo y escuchó el gruñido de Arlong resonar por el lugar.
── Si no me traen en los siguientes quince minutos al sombrero de paja, empezaré a agregar a algunas personas al menu ¿Qué te parece, chef? – dijo este ignorando lo dicho por la chica – Y empezaré con ella.
RiderStilinski ── 21/06/202X
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