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Chocolate caliente.

Seamos realistas.

Los días después al finalizar el castigo no fueron mas que raros para ambos que aun a sabiendas del terminar de este seguían reuniéndose considerablemente en la biblioteca a consentimiento de ambos, Mello no entendía porque al dar las 5 automáticamente sus pies le llevaban a ese lugar sin importar que actividad estuviese realizando en ese momento, pero así era ahora y el no tenía ningún inconveniente con ello.

—Pelusa...

Le llamo con suavidad mientras este separaba la vista de su libro. Ya estaba acostumbrado a la presencia del rubio que se sentaba siempre en silencio y sin hacer nada en concreto junto a él, también a sus repentinos arrebatos de ira que estaba acostumbrado a aguantar desde que le conocía, no era nada de nuevo que el rubio junto a Matt le tuvieran tales tipos de sobrenombres, no le sorprendía de ambos aunque el segundo jamás le hubiese tratado mal.

Le miro en silencio dando a entender su atención hacia él, Mello le miro, tenia los labios ligeramente entre abiertos, le dirigía una mirada entre confundida y luego otra más de molestia, frunció el seño repentinamente sin ninguna clase de advertencia.

—¿Ocurre algo?...

No es que le asustara, claro que no, era solo que cualquier tipo de cambio radical que se le cruzaba por la cabeza lo sufría el, justo el otro día se había enfadado con Matt por querer sacarle de la biblioteca para ir a jugar arrojándole libros, una silla, el libro que el leía, cojines, el respaldo de la mesa, entre otras cosas más simplemente porque "le había hecho enfadar", no había comprendido del todo esa clase de comportamiento tan agresivo, pero al final de cuentas era Mello de quien se hablaba, el siempre parecía estar molesto con todos y bastaba una sola pizca para hacerle estallar en reproches, groserías y mas vulgaridades.

—¿Te gustaría un chocolate caliente? —Lo pregunto desviando la mirada hasta la barra que comenzaba a abrir de entre sus dedos— está nevando afuera y te vez bastante helado.

¿Helado? Si, en efecto su nariz estaba algo rojiza debido a las bajas temperaturas, apenas unos días pasados la nieve había comenzado a llenar las afueras del orfanato, era por ello que Matt había ido por Mello para salir a jugar en la nieve.

—No es necesario, no tengo frio —contesto sin pensarlo demasiado, unos segundos en silencio bastaron para sentir uno de los dígitos tibios de Mello sobre su nariz congelada—

—No es lo que parece.

Su aliento se corto ante la cercanía, Mello dio un pequeño respingo al notar el cambio de facciones en el albino, sus ojos se abrieron solo un poco mas mientras los cerraba en un suspiro entrecortado y alejaba la vista junto con su mano del rostro contrario.

—Te traeré uno...

Le vio alejarse mientras trataba por todos los medios el vitar contacto visual, miro su espalda mientras salía del salón vacio en el que normalmente a esas horas se encontraba lleno solo por su presencia. Suspiro agitado y llevo una mano entre algunas de sus hebras albinas dejando de lado el libro que en algún punto había perdido importancia, un ligero rubor surco su rostro sin previo aviso al recordar la mirada de desconcierto que su compañero le dedico momentos atrás.

Confusión, esa era la palabra que explicaba más la situación para consigo mismo. Acomodándose en la silla observo la puerta sin percatarse del tiempo que transcurría mientras se sumergía en sus cavilaciones, ¿Que había sido eso?, su corazón revoloteaba sin razón dentro suyo al observar esos ojos tercamente azules que le escarbaban hasta lo más profundo de sus pensamientos. Los cerro, intentando no pensar más en aquello pues no era la primera vez que sus ojos se topaban de aquella manera y las emociones se desplomaban sobre ambos, desde tiempo atrás cuando aun Mello tenía su castigo en la biblioteca y al estar separado del pelirrojo su comportamiento era ligeramente distinto con él, que siempre se encontraba sentado en algún rincón leyendo de sus libros con Mello inexplicablemente a su lado.

Mello era extraño.

Escucho el sonido de la puerta al abrirse y una figura vestida de negro entrando desde ella, caminaba con pereza y el admirando cada movimiento que hacían sus piernas cubiertas por jeans ligeramente holgados, era curioso, siempre le pareció entretenido observar la forma en la que él se desglosaba ante su medio, como si fuera un tipo de animal salvaje en un habitad desconocida aparentando no estar en un aprieto desconocido, incluso en clases cuando él se equivocaba al decir alguna clase de argumento la modificaba hábilmente de modo que los espectadores –a excepción de el- se fascinaran con las contestaciones tan inteligentes que podía otorgar.

—Toma inútil, tu chocolate.

Alzo la vista a sus ojos tomado apenas en un lento movimiento el chocolate caliente que le era ofrecido desde una taza negra por las manos de él.

Jalo la silla a su lado y volvió a posicionarse allí con una taza entre sus propias manos contemplando el vapor que emanaba de ella, suspiro y acerco sus labios a la caliente sustancia.

—Amo esta época...

—Me han dicho que en Eslovaquia se siente este tipo de frio.

No le miraba ya pero noto el movimiento brusco de los cabellos rubios al girar su cabeza con rapidez hacia su dirección.

—Lo escuche una vez de Matt, dejando de lado que tu acento en el idioma es perfecto.

—Ha... Ese cabron... —regreso su vista a la humeante bebida mientras tomaba un sorbo y miraba la nada— en realidad el frio debería ser ligeramente más intenso que este... no lo sé ya... casi no lo recuerdo —respondió entre sorbo y sorbo—

—¿No preferirías salir a jugar con Matt en la nieve?

—¿Porque querría hacerlo?, él está mejor con su noviecita Linda allá afuera, además, no está mal estar aquí cont... aquí adentro —termino la oración con un ligero carraspeo de garganta—

Acerco el vaso de chocolate caliente a sus labios, no acostumbraba a comer chocolate pero su acompañante lo había traído para él y lo menos que podía hacer era tomarlo sin caprichos, además... ¿Que podría suceder si rechazaba tal acto tan fuera de lo común por parte de Mello? prefirió no imaginarlo. Al rozar el liquido con sus labios lo separo de inmediato, estaba caliente y quemaba la zona en la que se había colado rozando apenas la punta de su lengua.

—Cuidado, está caliente, gran genio —dijo Mello sin fingir el tono de burla en el que lo decía— ¿Te quemaste mucho?

En el acto de separarse lo había hecho de una manera un tanto brusca haciéndole notar al rubio de su quemadura y un ligero bufido que dejo salir. Miraba al vaso con capricho entre ambas manos sin pensar lo suficiente en el escozor sobre su lengua y labios.

—Bueno, damelo...

Unas manos ajenas robaron su bebida acercándola a su rostro y soplando sobre ella en el contenido haciendo ligeras hondas de chocolate. Soplaba mientras Near al igual que un niño pequeño le observaba desde su lugar a su lado con ambas manos ahora pegadas a su pierna encogida y pegada a su pecho, movía su dedo pulgar sobre su rodilla, el corazón se le había agitado de nuevo y esta vez al igual que las anteriores no encontraba una verdadera respuesta.

—No deberías tomarlo así cuando es obvio que está muy caliente.

—Pero tú lo hiciste... —protesto suavemente—

—Porque a mí no me molesta el ardor, idiota.

Soplo unos segundos más para luego extender la taza hacia él, la tomo de nuevo y dirigiéndole una mirada tomo un sorbo notando el sabor menos caliente que anteriormente.

—¿Que tal ahora?

—Está mejor...

Se quedo observándolo, apoyo el codo izquierdo sobre la mesa de madera y recargo su mejilla sobre la palma, miraba a Near dar pequeños soplidos antes de acercarse a sorber un poco, de vez en cuando lo notaba hacer alguna mueca. No entendía porque siempre le había llamado tanto la atención, era clara su rivalidad, y aun estando más cerca desde el castigo eso no significaba que dejaban de tener competencia durante las horas de clase y exámenes parciales, aun le discutía en clase, le maldecía, se burlaba o inclusive le empujaba ligeramente en los pasillos para casi hacerle tropezar, pero en las horas de descanso y a la hora de comer la situación cambiaba por completo. Matt ya se había estado quejando últimamente sobre la falta de atención, le reprochaba que pasaba más tiempo con el albino que jugando con él, no es que fueran niños ya pero Matt siempre amo toda clase de juegos y más aun si eran de videojuegos, después de todo a sus 15 años Matt ya era un estupendo Hacker reconocido hasta por el mismo L.

Si... desde hace años que cada vez que lo tenía cerca no podía separar su vista de el, aun cuando eran muy pequeños siempre le había llamado tanto la atención, incluso en algún momento intento jugar con el aunque por el tiempo comenzó a desagradarle cuando le quito su puesto número 1, pero siempre fue simple competitividad, jamás tuvo algo realmente en su contra, se lo había replantado muchas veces en esos días y antes... Near no le desagradaba del todo... normalmente su presencia hubiera sido intolerable, siquiera un roce con el seria un infierno, pero ahora algo dentro de si parecía ignorar todo aquello...

—...me gusta...

—¿Humm? —Near le miro mientras depositaba el vaso sobre la mesa—

—... no es nada, solo pensaba... ¿Terminaste tu chocolate?

—Sí, Me... —Fue interrumpido—

—Bien, me llevo tu vaso —se levanto de inmediato y tomo el vaso rápidamente pasando junto de el— me largo, tengo cosas que hacer.

Sin mediar más palabra se marcho. ¿Por qué Near tenía que ser tan extraño?, si, seguramente jugaba con su mente para que el jamás obtuviera el primero lugar... aunque habia sido el mismo quien pensó en no dejarlo solo nunca mas... era muy extraño, le molestaba, tenía que golpear a alguien.

Paso velozmente por los pasillos hasta llegar a uno en especial que omitía ciertos ruidos de disparos a un volumen no muy soportable, entro azotando la puerta y sonándola mientras esta chocaba contra la pared.

—Mello, ¿Que pas-

Se quedo a media frase al recibir un puñetazo de lleno en la mejilla, se agacho sobre si con ambas manos en el punto adolorido y los ojos cerrados con fuerza.

—¡¿Pero qué mierda Mello?!

—Lo siento perro, tenía que golpear a alguien.

****

N/A

No lo sé, joder, siento que no lo estoy haciendo bien, es que la falta de tiempo, el poco sueño que he tenido, mi falta de apetito y el mucho trabajo no me deja tener ideas claras, no me está gustando, no queda como quiero que quede, aunque ya estoy llegando al punto que quiero.

¡Si les gusta o no les gusta háganmelo saber!

** Peith**



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