Capitulo XXIII
Metieron a ambos estaban en celdas separadas, Albafica se sentó en la cama que estaba a la izquierda, observando al hombre que estaba acostado en la otra, era un pelinegro de cabello corto, de piel medio morena, aquel hombre parecía estar dormido tranquilamente, como si ignorara donde se encontraba, recordando a su esposo, suspiro pesado y se rasco la cabeza
- ¿que hace alguien de apariencia tan delicada como tu en un lugar como este?- preguntó aquel hombre
- asesine a quien arruino mi vida mas de una vez, pero no me arrepiento.- dijo Albafica
- que rudo eres, princeso, me agradas, me llamo Ryuk Kisuke, ¿como te llamas?, para no llamarte "princeso".- dijo el hombre abriendo sus ojos café
- Albafica, así me llamo, ¿por que estas tu aquí?- pregunto Albafica
- golpee a un tipo que le puso los ojos encima a mi pareja, soy muy celoso y a media calle me abalance sobre el, asuste a mis dos hijos pero valió la pena.- rió ante su propio comentario
Albafica no pudo evitar recordar esa escena de celos de Manigoldo en el restaurante el cumpleaños de su hija, se rió uniéndosele a su recién conocido colega
- mi esposo, en paz descanse, hizo algo parecido, pero con nuestra hija, el también era muy celoso.- dijo Albafica
- dejame adivinar, signo cáncer.- dijo Ryuk
- si, ¿como lo supiste?- pregunto Albafica
- soy del mismo signo, los que nacimos bajo esta constelación somos muy celosos.- dijo Ryuk
Albafica rió
- y lamento lo de tu esposo, por cierto.- dijo Ryuk
- no te preocupes, ya casi es un año, debo aprender a superarlo, debo ser fuerte por mi hija menor.- dijo Albafica
- ¿como murió?, si puedo saber, claro.- dijo Ryuk
- en un accidente de auto, junto a mis dos hijos mayores, la menor sobrevivió por poco.- dijo Albafica
Ryuk trago saliva, siempre fue alguien a quien no le importaba nada, pero fue sorpresivo para él
- yo... lo siento, no tenia idea...- dijo Ryuk
- no importa, mientras mas se aplasta una yaga, uno se acostumbra al dolor mas rápido, ¿no?- dijo Albafica
- menuda yaga entonces hijo, se nota que le hechas sal todos los días, yo estaría como Magdalena si fuera tu.- dijo Ryuk sentándose
- hablas igual que mi esposo, ¿eres italiano?- dijo Albafica
- así es mi estimado affeminato, esa es mi tierra madre.- dijo Ryuk
- ¿como es tu familia?- pregunto Albafica
- mi esposo se llama Dante, tengo un hijo llamado igual que el pero le decimos Juny de cariño, y la menor es mi princesa, se llama Luna, de hecho, aquí tengo una foto.- dijo Ryuk
Ryuk saco de su chaqueta una foto, Albafica la tomo, eran un hombre de cabello café y ojos verdes, piel blanca, un niño de los mismos rasgos, y una niña de cabello negro y largo, puntas café, ojos rojos, piel medio morena, junto a ellos estaba Ryuk
- vaya, que tierna familia, la niña se parece mas a ti.- dijo Albafica
- es mi adoración, mi princesa, no quiero que nada le pase, por Juny siento lo mismo, pero...- dijo Ryuk sonriendo
- se como se siente eso, espero que salgas pronto, hay gente que te espera.- dijo Albafica
- me condenaron un año seis meses, puedo esperar, pero lo tuyo es fuerte, sera cadena perpetua, o condena de muerte, suerte, enserio, además con eso de tu hija...- dijo Ryuk
- lo se... pero estaré bien, eso creó.- dijo Albafica
Ya habían pasado tres meses, iban a enjuiciar a Defteros y Albafica por asesinato en primer grado, las familias de ambos habían llamado abogados, quienes los defendían como podrían, puesto que las pruebas apuntaban a que eran culpables por todos lados, Ryuk y Albafica habían hecho una amistad algo rara, se apoyaban en ese agujero, puesto que recordaban a su familia al ver al otro, así que las peleas de uno, se volvieron las peleas de otro, Defteros conoció a Abel, un joven que cometió fraude a una corporación que era dirigida por su hermano gemelo Caín, todo porque este jamas aceptó sus condiciones con respecto al reparto de la herencia que dejaron sus padres, no eran amigos, pero mataban el aburrimiento con sus platicas que terminaban en discusiones, los habían dejado salir al patio de la prisión, cosa que solo hacían una vez a la semana, Defteros y Albafica comenzaron a jugar basquetball solo por aburrimiento y se convirtió en una tradición al verse, dándoles algo que hacer y además, así hablaban de lo que fuera, Albafica lanzo el balón, este cayo directo en la canasta, Defteros lo atrapo y fue hacia el, Albafica desvío su mirada hacia Ryuk, quien estaba hablando con su familia en el horario de visita que el tenia establecido, sonrió
- veo que alguien se divierte hoy.- dijo Defteros
- me alegra que su familia venga, los extraña demasiado.- dijo Albafica
- debería preocuparte lo que nos dijo el abogado, o son 20 años de cárcel o la sentencia a muerte, no puedes dejar a Kiseki sola.- dijo Defteros
- lo se, pero no podemos hacer nada por ahora.- dijo Albafica
- ¡papá!- se escucho un grito
Defteros corrió hacia sus hijos, los cuales abrazo a lo grande riendo de felicidad, Albafica sonrió y comenzó a jugar solo
- ¿estas seguro de que quieres hacer eso?- pregunto Kanon triste
- si, no quiero que se enojen con el, es una decisión que yo tome, espero me comprendan.- dijo Defteros
- ¿papá se ira?- pregunto Shaka
- así es, pero no me extrañes, tus hermanos cuidaran muy bien de ti, te amo, mi niño, me alegra que hayas sido igual a mi Asmita.- dijo Defteros
- pero, papá...- dijo Saga
- Saga, eres el mayor, de fuerte y cuida de todos, por favor.- dijo Defteros
- si, lo haré, no te preocupes, papá, si esa es tu decisión... la respetare, suerte.- dijo Saga
Defteros los abrazo, los mayores lloraron para luego sonreírle a su padre, la familia se quedo hablando de lo que habían conseguido ese tiempo, Saga le contó sobre como iba su relación con Aioros, y Kanon con Sorrento, mientras Shaka le mostraba dibujos que le había hecho, tenían que aprovechar todo ese tiempo, Lugunis y Kiseki ya habían ido a visitar a Albafica, ya que al día siguiente iban a enjuiciarlos y era muchos años de cárcel o la muerte...
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