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Capitulo XXI

Aviso:
Se me ocurrió una genial idea para la historia, así que llegara a un numero cerrado de 25 capítulos, disfrutenlo, ya saben cuanto le falta a esta historia para acabarse JEJEJE *ríe maléficamente*

Defteros dejo pasar meses para que pudiera obtener mas información sobre el "trato" que había hecho con Albafica, los suficientes como para que la nueva hija de Albafica naciera, la llamo Kiseki y recibió toda la atención de sus abuelos, tanto de Lugunis e Ilias, como Sage, sus tíos eran muy cariñosos con ella, Deathmask, Afrodita, Regulus, Kardia, Dégel, sus primos rápido la integraron, todo iba bien por ahora, Albafica gracias a su hija no sufría tanto como cuando están en aquella camilla, cuando la veía, pensaba  en la niña que le dio una felicidad infinita, y en quien le arreglo la vida, puesto que Kiseki había nacido igualita a Manigoldo, pero en mujer, su pelo azul marino enmarañado y difícil de peinar, sus ojos morados llenos de vida y esa piel canela, era la viva imagen de su esposo, esa niña era el nuevo motor de Albafica y no la dejaría caer como a Vanessa y Lynx, el aun joven dormía en su cama, boca arriba con los brazos extendidos, mientras su mano se movía inconscientemente, como buscando a alguien del otro lado de la cama, sin encontrar a nadie, pero inesperadamente sintió como otra mano entrelazaba sus dedos con la mano de Albafica, este no despertó, pensaba que era solo un sueño, pero sintió como una mano traviesa recorría sus caderas delicadamente, como pidiéndole permiso para adentrarse mas, luego sintió como besaban sus labios, para bajar a la comisura de sus labios, luego a su barbilla, le beso la garganta, luego la lamió con lujuria, haciendo que Albafica liberara un quejido quejumbroso, abrió los ojos impactado por lo que tenia frente a el, era Manigoldo, quien sonreía, estaba sobre el, poniendo sus dos brazos sobre su cabeza y una de sus piernas entre las de Albafica para que no escapara, Albafica no hizo mas que llorar
- ¿esto es... un sueño?- preguntó Albafica
Manigoldo soltó una risilla y se le acerco al oído
- ¿te parece que es un sueño?- preguntó Manigoldo
Él aliento de su esposo hacia que todo su cuerpo se estremeciera, lo extrañaba y Manigoldo sabia que ese tipo de cosas lo hacían enloquecer, ambos se vieron a los ojos, en pocos segundos empezaron a besarse, como si fueron dos náufragos en el desierto que por fin encontraron agua, los besos se volvieron mas y mas apasionados, Manigoldo empezó a desabotonar la camisa del menor, quien hacia lo mismo, Manigoldo volvió a recostar a Albafica mientras empezaba a repetir besos en todo su pecho blanco, Albafica liberaba tímidos geminos ante las acciones de su esposo, el cual sonrió, se volvió a posicionar sobre el y le beso la mejilla, eso sorprendió a Albafica
- lamento decirte que si es un sueño, pero deseaba verte.- dijo Manigoldo
- pero... no te vayas, te necesito.- dijo Albafica
- no, tu no me necesitas, no dependes de nadie, eso me lo demostraste cuando te conocí, alegraste mi vida con tal proeza, me enamoraste en ese justo momento, aunque a mi me llevo mas enamorarte a ti.- dijo Manigoldo
- no me dejes... por favor... no se que haré sin ti... sin tu sonrisa... no te vayas...- dijo Albafica
- lo que harás sin mi es seguir viviendo, por lo que mas quieras, sigue viviendo, no hagas tonterías y avanza tal y como lo hiciste ese día, quizá encuentres a alguien mejor que yo que se encargue de darles todo a ti y a nuestra hija.- dijo Manigoldo
Albafica comenzó a llorar, Manigoldo le secaba las lágrimas mientras lo abrazaba
- te amo...- dijo Albafica
- yo también te amo, cuidate muchísimo.- dijo Manigoldo
Albafica despertó en su cuarto, vio que a su lado no había nadie, suspiro con pesadez y se levanto, fue a un cunero que estaba en esa habitación y tomo a su niña, la cual rió al verlo
- hola, mi vida, debemos ir a visitar a alguien, así que vamos a arreglarte.- dijo Albafica
Poco después, los dos iban al panteón hacia la tumba donde colocaron a los hermanos de Kiseki y su padre, la niña tenia en su pequeña mano una flor blanca, mientras que con la otra sostenía la mano de Albafica, ambos pusieron sus ofrendas sobre las tumbas, Albafica acercó la niña a el, le beso la cabeza y vio las tumbas
- esa es tu hermana Vanessa, es una chica muy inteligente, trabajadora, y muy bonita, ese es tu hermano Lynx, el era muy energético y lleno de vida, nos alegraba las mañanas a todos, incluwkso los lunes, y pues... tu papá, el era... muy original, sinvergüenza, bromista, alegre, imperativo, nunca estaba quirop... seriamos una hermosa familia, Vanessa hubiera intentado hacerte ropa a mano, Lynx no te dejaría ni un solo segundo... y tu papá... tu papá...- dijo Albafica
Albafica comenzó a llorar, Kiseki lo vio inocente, no sabia porque su papá lloraba, era algo que no entendería todavía, pero tal vez Albafica se lo diga cuando crezca, pero por ahora, seria mejor así, Albafica se seco las lágrimas y la sonrió a su hija, quien rió
- no debo llorar, no frente a ella, debo ser fuerte, así ella sabrá que no debe dejarse por nadie.- pensó Albafica
- ¿interrumpo algo?- preguntó una voz
Albafica volteo, vio a Defteros, quien sonrió y se le acercó a Albafica, este se levanto cargando a la niña
- ¿conseguiste algo?- pregunto Albafica
- si, esto se puso peor se lo que imaginaba.- dijo Defteros
- ¿de que hablas?- pregunto Albafica
- parece ser que nuestras pesadilla se unieron para hacernos la vida imposible.- dijo Defteros
- ¿pesadillas, dices?- preguntó ya molesto
- si, encontré testigos de que Aspros y Minos se veían tres o cuatro días antes den accidente donde murió tu familia, que fue el mismo día donde murió Asmita, así que parece que todo esta conectado.- dijo Aspros
Albafica se molesto, poco después, ambos llegaron a casa de Lugunis e Ilias, estos cargaban a Kiseki
- ¿estas seguro de que quieres hacer esto, Albita?- pregunto Lugunis preocupado
- si, estaré bien, es algo que siento que debo hacer para que ya no sufra por lo que paso, no te preocupes, volveré, cuiden bien de Kiseki.- dijo Albafica
- tu sabes que hací lo haremos.- dijo Ilias
- portate bien con tus abuelos, adiós mi vida.- dijo Albafica
La niña rió, luego Albafica se fue con Defteros para arreglar asuntos que ambos tenían pendientes

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