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Capitulo III:

Nota: la foto es una evidencia de que el ManiAlba es real, seguiré subiendo fotos como esa capítulos delante

Al día siguiente, Albafica iba a tomar el autobús para ir a su trabajo, llegó a la parada cuando sonó su celular, al tomarlo vio que decía "llamada de: Ilias", respondió y vigilo que no viniera su camión.
- ¿bueno?-
- hola Albafica, soy Ilias.- dijo la voz tras el teléfono
- lo imaginaba, ¿ocurrió algo?- pregunto Albafica
- Vanessa quería hablar contigo, saluda a tu papá, Vanessa.- dijo Ilias
- ¿papi?- pregunto Vanessa tras el teléfono
- soy yo, princesa, ¿me necesitabas?- dijo Albafica
- quería saludarte, ayer llegare tarde y no pude saludarte, así que me preocupe, ¿estas bien?- dijo la joven niña
- si, cariño, estoy bien, solo que el trabajo me tiene ocupado, pero hoy juro ir a casa de tus abuelos para poder verte y arroparte para dormir.- dijo Albafica
- te espero entonces, adiós Papi, te quiero.- dijo Vanessa
- yo a ti, adiós.- dijo Albafica
Después de la llamada paso su camión, al llegar su escritorio vio un sobre, esto lo confundió, decía en la parte trasera: "para Albafica Piscis y Vanessa Griffon"
Albafica abrió el sobre, había una carta y un pequeño fajo de billetes, esto lo sorprendió demasiado, tomo la carta y la empezó a leer:
"Querido Albafica:
Kardia me dijo lo de tu hija y ese desgraciado que te abandono, creeme que yo no hubiera hecho eso, esto es para que tu hija pueda seguir estudiando y no dependas de nadie, en ese fajo de billetes esta el doble de tu sueldo, ni se te ocurra decirle al viejo porque me ejecuta, gastalo como quieras
Atte: Manigoldo Cáncer"
Albafica sonrió a lo grande, guardo el dinero y empezó su trabajo, Manigoldo desde su oficina vio la reacción de Albafica y se sonrió, vio un papel en su escritorio, lo leyó y se golpeo la frente
- esto es de Dégel, debo dárselo.- dijo Manigoldo
Manigoldo salio de su oficina y vio a Albafica, este también le dirigió la mirada
- necesito que le lleves esto a Dégel, por favor, creo que lo necesita.- dijo Manigoldo
- claro, yo lo hago.- dijo Albafica
Dégel estaba en su oficina frotándose la cien observando unos papeles, suspiro en frustración y se quito los lentes
- toc, toc.- dijo alguien
Kardia entro a la oficina y vio a Dégel, este sonrió pero volvió a lo que hacia
- ¿aun no encuentras como hacer subir esos números?- preguntó Kardia
- no, aun no, pero lo haré, ya veras, el señor Sage me pidió hacerlo y eso conseguiré.- dijo Dégel
- tranquilo, mi vida, lo conseguirás.- dijo Kardia besándole la mejilla
- gracias por tu apoyo, Kardia.- dijo Dégel
Dégel se recargo en el hombro se su esposo, cerro los ojos y suspiro, pero se alarmó cuando sintió unos besos en su cuello y una mano traviesa surcar su abdomen, esto lo sonrojo y vio a Kardia quien le sonrió con cierta lujuria
- tal vez pueda relajarte un poco, dejate llevar, mi hermoso Dégel.- dijo Kardia para besar a Dégel
Dégel no opuso resistencia, se empezaron a besar con mas pasión de la debida, Kardia giro la silla de Dégel para que este quedara frente a frente con el, lo siguió besando y desabotono la camisa de Dégel mientras este intentaba vanamente no ceder ante los deseos de Kardia, pero se detuvieron al escuchar un tosido, vieron a Albafica, este estaba levemente sonrojado y desvío la mirada
- dejenme darle algo a Dégel luego continúan, no hay problema.- dijo Albafica
Dégel se acomodo su camisa y tomó el papel de Albafica, lo leyó y sonrió
- eres mi salvador, Albafica, esto era lo que me faltaba, gracias.- dijo Dégel
- de nada, nos vemos, usen protección, no se si Camus soporte tener un hermano.- dijo Albafica
- se que el quisiera, pero Dégel se niega y cuando al fin lo convenzo interfieres.- dijo Kardia molesto
- no fue mi intención, adiós.- se despidió Albafica
Albafica volvió a su escritorio, horas después, Albafica tomo sus cosas y se disponía a irse, cuando ve a Manigoldo salir y dirigirse a el
- ¿que necesitas?- pregunto seco
- que frío eres conmigo, das miedo, quiero invitarte comer, ¿que dices?- dijo Manigoldo
- me gustaría, quiero saber con que clase de depravado trabajo, pero tengo que ir por mi hija, lo siento.- dijo Albafica
- pues te acompaño, haces menos tiempo y salen a comer juntos, yo te conozco mejor y dejas de pensar que soy un pedófilo, todos ganan.- dijo Manigoldo
Albafica se quedo pensando, poco después, ambos llegaron al estacionamiento, Manigoldo saco sus llaves y desactivó la alarma de su coche, este sonó, era una camioneta nii-san negra, esto sorprendió a Albafica
- ¿que te pasa?- pregunto Manigoldo
- es un auto muy grande para ti, ¿no crees?- dijo sorprendido
- ¿esto?, fue mi regalo por parte de mi tío Hakurei, lo uso por educación, yo quería algo más practico, y solo para mi, si acaso Kardia pero mas para mi, deja de quejarte y sube, no te violare ni nada parecido.- dijo Manigoldo
Albafica suspiro pesado y se subió a la camioneta, al llegar al Kinder de la niña, Albafica se bajo y fue recibido con un abrazo de parte de su hija, esto hizo sonreír a Manigoldo, quien observaba todo desde su camioneta, ambos subieron, cuando Vanessa vio a Manigoldo sonrió a lo grande
- es el señor de nombre raro.- dijo Vanessa
- te dije que se llama Manigoldo, es mi jefe.- dijo Albafica
- un gusto Vanessa.- dijo Manigoldo
- igualmente, señor, oiga, ¿puedo preguntarle algo?- dijo Vanessa
- claro, tu dime.- dijo Manigoldo sonriendo
- ¿cree que mi papito es lindo?- pregunto Vanessa
Esto sonrojo a Albafica de vergüenza, quien vio a la niña diciéndole que se callara, la niña rió un poco, Manigoldo no pudo evitar reír
- si, pienso que es muy bonito, ¿por que preguntas?- dijo Manigoldo
- es que mi papito piensa que usted también lo es.- dijo Vanessa
- ¡Vanessa!- grito Albafica colorado
Manigoldo volvió a reír, la niña sonrió victoriosa
- usted parece alguien confiable, le encargo a mi papito, no quiero que nadie lo hiera ni vea mal, se lo encargo a usted, Mani-Mani.- dijo Vanessa
- cuente conmigo, generala, aceptó mi misión orgullo y juro no fallarle.- dijo Manigoldo poniendo su mano en su frente como soldado
Albafica se golpeo la frente aun muerto de pena
- ¿podemos irnos a comer ya?-pregunto Albafica
- claro, vamos, ¿a donde vamos?- dijo Manigoldo
- McDonald's.- dijo Vanessa
- esta hecho, iremos a McDonald's porque la generala así lo quiere.- dijo Manigoldo
- alguien mateme.- pensó Albafica
- eres muy dramático.- dijo Manigoldo
- concuerdo.- dijo Vanessa
- tu, conduce, tu, no lo apoyes.- dijo Albafica
- si.- afirmaron ambos

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