Capítulo 8
Ambos se congelaron al escuchar esa voz fina y autoritaria, viendo a una señora muy bien vestida acercarse a paso lento, bajando las escaleras desprendiendo elegancia con su andar.
Jungkook se quedó observándola fijamente, preguntándose quien era esa mujer tan bonita e imponente. Tenía un aura bastante... temible.
—Madre —Jimin se inclinó, haciendo una reverencia de noventa grados—, no me dijeron que llegarían hoy.
—Puedo llegar cuando yo quiera, Jimin —sentenció parándose delante de ambos chicos. Observó a a Jungkook de arriba a abajo con una mirada despectiva en extremo, que lo hizo sentir bastante incómodo—. ¿Y este muchachito quién es?
—Y-Yo... mi nombre es Jeon J-Jungkook, un gusto, señora Park —se inclinó también haciendo una reverencia a la mujer. Le daba tanta vergüenza que lo haya visto por primera vez discutiendo con su hijo, más por las palabras que estaba a punto de pronunciar, ella se veía muy correcta.
—Pensé que tu único amigo era ese chico, Taesung —le restó importancia, sentándose en un sillón.
—Es Taehyung, madre —corrigió, recibiendo una mirada mordaz de su parte—, y Jungkook no es mi amigo.
—¿Entonces por qué está aquí?
—Es mi novio —soltó, intentando que su madre reaccionara ante esa noticia. Jamás había hablado con sus padres para hacerles saber que era bisexual y que le gustaban los hombres también. Esperaba la reacción normal de cualquier padre, sin embargo, quien terminó sobresaltándose por la noticia fue otro.
—¡¿Qué?! —Jungkook miró primero a Jimin y luego sus ojos se dirigieron a la mujer—. E-eso no es cierto, yo no-
—¿Me estás diciendo que este chiquillo es tu novio? —cuestionó alzando una de sus estilizadas cejas—. ¿Quiénes son tus padres, niño?
—Jeon Jaejoon y Jeon Solar, señora Park.
—O sea, unos don nadie —concluyó al no reconocer los nombres, rodando los ojos—. ¿De tantos chicos que pudiste buscarte, traes a uno pobretón aquí a casa?
—¡Madre! —cuando dijo eso no esperaba que la mujer fuera tan ofensiva con el menor.
Observó a Jungkook, que tenía la cabeza baja jugando con sus dedos, cosa que había notado, hacía cuando estaba ansioso. De seguro se estaba aguantando para no decirle alguna barbaridad a su madre, pues conocía bien que el castañito no era de quedarse callado cuando alguien ofendía a su familia.
—Yo mejor me voy —murmuró segundos después, levantando la cabeza con una facie absolutamente seria.
Fue perseguido por el mayor, que le pedía que no se marchara así y que ignorara lo dicho por la mujer. Si bien estaban enojados, nadie merecía que lo trataran tan desdeñosamente, y menos con ese tono tan ofensivo.
—No te vayas así...
—No pienso quedarme aquí a ser humillado por esa mujer. Disculpa, porque sé que es tu madre, pero fue muy grosera y clasista —concluyó, mirando al contrario decidido en sus palabras. Jimin asintió de acuerdo, dando una mirada de reojo a su progenitora—. Si aún quieres que pasemos tiempo juntos, puedes venir conmigo a casa.
—Pero... ¿y tus padres?
—Dijeron que saldrían a cenar, llegarán tarde en la noche, y Yoohyun apenas y sale de su habitación, se la pasa hablando con sus amigas por videollamada o viendo vídeos de sus idols favoritos.
—Vamos entonces —le sonrió, tomándolo de la mano para llevarlo hasta a su auto, ignorando cuando su madre lo llamó un par de veces.
Llegar a la casa de Jungkook no tardó demasiado, o tal vez lo hayan sentido así por todas las conversaciones y risas que entablaron en el camino, incluso olvidando el enojo anterior. Al llegar, Jungkook abrió con cuidado, observando primero si Yoohyun estaba en la cocina o en la sala, pero al ver que todo estaba vacío, le hizo señas a Jimin para que le seguiera en silencio.
El pasillo se encontraba igual de desierto, sin embargo, se escuchaba la voz chillona de la chica, que parecía estar hablando con sus amigas acerca de algún chico. Le ordenó a Jimin que entrara a su habitación, y él se acercó a la de la menor para decirle que ya estaba en la casa.
—Yoonsun me parece un chico muy atractivo —dijo la chica con el teléfono pegado al oído, y Jungkook tuvo que retener una risita—. Sí, incluso se me queda mirando en la clase, hace que me sonroje.
—Yoohyun —mencionó, y la chica saltó en el lugar asustada, para luego girarse a mirarlo con mala cara—. Estaré en mi habitación, debo estudiar así que no me interrumpas, ¿ok?
—Sí, sí, lo que tu digas. —Hizo un ademán con la mano y continuó con su conversación.
Jungkook rodó los ojos, negando con la cabeza levemente antes de salir y cerrar la habitación. Cuando estuvo en la suya pudo ver al rubio curioseando en su cuaderno de canciones. Se apresuró, cerrando el cuaderno y mirándolo con el ceño fruncido.
—Te dije que entraras a la habitación, no que tocaras mis cosas —le reclamó, cruzándose de brazos.
—Te creí más organizado, Jungkookie.
El mencionado observó alrededor, notando que tenía un par de camisetas sucias en el suelo y varios envoltorios de golosinas. Se sonrojó, recogiendo todo de manera rápida y tirándolo en el interior del armario.
El mayor se rió, caminando hacia él mientras sus orbes acaramelados le miraban intensamente, cual depredador a su presa. Tomó su cintura, acorralándolo contra el armario de madera, pegando sus labios en un movimiento rápido que fue bienvenido por el contrario, que se aferró a sus hombros mientras le seguía el ritmo. Se besaban lento pero apasionadamente, oyendo el chasquido de sus bocas y sintiendo la humedad de la saliva que compartían. Sus lenguas se entrelazaron, probándose y saboreándose mientras la temperatura comenzaba a subir.
Sin embargo, Jungkook detuvo todo, poniendo dos manos en el pecho del rubio para alejarlo sutilmente, respirando agitando con sus ojos pegados en los labios ajenos, rojizos y brillantes.
—No te invité para esto —aclaró, callando cuando Jimin hizo el gesto de limpiarle los labios con su mano.
—¿Y por qué estoy aquí entonces? —cuestionó alzando las cejas.
—Podemos ver una película, o tal vez hablar sobre nosotros, para ya sabes... conocernos mejor.
El mayor soltó un suspiro, retrocediendo para tirarse de espalda en la cama, todo sin dejar de mirar al castañito.
—Bueno, ¿qué quieres saber? —comentó, llevando ambos brazos detrás de su cabeza en una posición relajada.
—¿Qué tal si me dices por qué eres un año mayor y sigues en la preparatoria? —Jungkook también se acostó en la cama, de lado para poder observar el apuesto rostro del rubio.
—¿En serio? ¿Eso es lo que quieres saber? —Rodó los ojos, encontrando tonta la pregunta—. Mis padres viajan mucho, antes solían llevarme con ellos a todos lados, por lo que terminaba faltando mucho a la escuela y perdía un montón de clases, incluso exámenes. En el segundo año de secundaria se encontraron con un profesor al que no lograron sobornar y tuve que repetir el año.
—¡Ohh! No tenía idea.
—Luego de eso me dejaron a cuidado de una niñera mientras ellos seguían viajando por el mundo para hacer sus negocios. Se olvidaron de su hijo para mantener sus millones intactos.
—Lo siento mucho, Jimin —murmuró, llevando una mano a su rostro para apartar un molesto mechón de sus ojos.
—No te lo cuento para que me tengas lástima, yo mismo dejé de sentirme mal por eso desde hace años. —Se puso de lado, ahora quedando ambos frente a frente—. Ahora me toca preguntar a mí. ¿Por qué sigues con Hyuna si no estás enamorado de ella?
—Sí quiero a Hyuna, solo que... ya no es lo mismo que cuando la conocí. Yo no quiero hacerle daño, ella continua enamorada de mí.
—¿Piensas continuar una relación con la que no eres feliz?
—Solo era una pregunta, y ya te la respondí, ahora me toca a mí —reprochó, frunciendo los labios—. ¿Por qué te gusto?
—Mmh, es una pregunta muy fácil. Me pareces un chico hermoso, y a mí me gustan mucho las cosas hermosas.
El castaño frunció el ceño, sentándose en la cama. Jimin también lo hizo, quedándose extrañado al ver su reacción.
—¿En serio? ¿Te gusto solo por eso? —el rubio asintió simple, sin entender aún la causa de su enojo—. Eres un superficial de mie-
Fue halado cuando hizo el intento de alejarse, cayendo sobre Jimin, quien no dudó un segundo en apoderarse de sus labios mientras lo abrazaba por la cintura para mantenerlo en el lugar.
Nuevamente se dejó llevar a pesar de la molestia que sentía, pero es que la sensación de los labios del rubio sobre los suyos lo hacía delirar. Hacía que su mente se bloqueara y solo pudiera sentir ese cosquilleo que le recorría todo el cuerpo.
Se acomodó mientras sentía las manos pequeñas del contrario adentrarse en su camisa, quedando a horcajadas sobre el cuerpo ajeno, sus manos recorriendo su pecho y brazos por encima de la ropa, deleitándose al sentir los músculos definidos.
Soltó un pequeño gemido al sentir como Jimin apretaba su trasero entre sus manos, instándolo a iniciar un vaivén lento, que en medio de su excitación, no se negó a realizar. Jimin se separó de su boca, bajando sus besos a su mandíbula y cuello, pasando la lengua de manera lenta y haciendo succiones leves que sabía que no dejarían marca.
—Me encantas, Jungkookie —jadeó Jimin, sintiendo su miembro ya endurecerse ante el movimiento del castaño encima de él.
—Tú también me-
—Jungkook ¿estás con alguien ahí? ¿con quién hablas? —La voz de Yoohyun se escuchó, seguida de un par de toques a la puerta.
Jungkook observó a Jimin con los ojos bien abiertos antes de quitarse de encima y limpiarse la boca. Lo empujó de la cama mientras en susurros le pedía que se escondiera debajo de la cama, escuchando las quejas bajas que soltaba, pero obedeciendo al final. Se arregló la ropa y el cabello, caminando tranquilamente a la puerta para abrir.
—¿Con quién hablabas? —cuestionó extrañada, observando toda la habitación.
—¿Umh? Ohh, hablaba con Yoongi-ssi.
—Ah, ¿tu amigo desviado? —preguntó con desdén, observando ahora a su hermano—. ¿No que ibas a estudiar?
—Eso estoy haciendo, ahora si me permites, voy a continuar con lo mío.
Le cerró la puerta en la cara, soltando un suspiro de alivio al no ser descubierto. Jimin salió de abajo de la cama, con el ceño fruncido y sacudiendo su ropa.
—Creo que es mejor que te vayas.
—¿Me vas a dejar así? —Señaló el claro bulto en su pantalón.
—Deja de pesar solo con tu miembro reproductor y márchate ya. —Comenzó a empujarlo en dirección a la ventana.
—¡¿Esperas que me lance desde la ventana?! —exclamó en voz baja, negando con la cabeza—. ¡Estamos en un segundo piso!
—Ay, por favor. —Le restó importancia, mirándolo como si solo estuviera exagerando—. Hay un árbol y tú eres deportista, no será tan difícil.
—Está bien —accedió, tomando su cintura—, pero solo si antes me das un beso.
Jungkook cumplió, pegando sus labios y moviéndolos un poquito durante pocos segundos. Jimin le dio una sonrisa coqueta antes de sentarse en la ventana, tomando impulso para llegar al árbol.
En su camino al suelo casi se cayó un par de veces, pero logró llegar intacto. Jungkook al ver que se encontraba bien se despidió moviendo la mano, recibiendo un beso que le envió con la mano.
Cerró la ventana con una sonrisa boba en el rostro, llevando una mano a su pecho, sintiendo los rápidos latidos contra su palma.
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