Capítulo 3
Terminó de acomodar su cabello mirando su cuerpo completo en el gran espejo. Debía decir que su atuendo le favorecía mucho, principalmente esos jeans de cuero negro que se apegaban a sus marcados muslos de manera deliciosa. Llevaba además una camisa roja estampada, con un par de botones abiertos mostrando sus clavículas y blanco cuello, con su cabello peinado hacia atrás mostrando su frente y haciendo ver su mandíbula más marcada.
Si bien no le gustaban las fiestas ya que iría a una debía verse bien ¿no? Además de que su novia es una chica muy hermosa y él debía estar a su altura. Roció un poco de perfume en su cuello dando los últimos retoques a su outfit y salió de su habitación, marcándole a Hyuna para decirle que ya pasaría a buscarla.
—Jung Kookie lo siento —fue lo primero que escuchó cuando su llamada fue tomada—. Olvidé avisarte de que no podría ir a la fiesta.
—Debes estarme jodiendo ¿no? —profirió un poco malhumorado. Es que recién ahora se lo decía, cuando él ya había invertido un par de horas para verse así de bien.
—Lo siento, mis padres me avisaron a última hora de que saldrían y debo quedarme cuidando a mi hermanita.
—O sea, que me he arreglado por gusto —gruñó internamente, pues no quería seguir reclamándole a la pelinegra y comenzar una pelea.
—En verdad lo lamento Jung Kookie, pero puedes ir tú, tu amigo estará ahí —ofreció intentando arreglar su error para que el castaño no se molestara.
—Bien, bien, iré a esa estúpida fiesta.
—Nos vemos el lunes en la escuela, te prometo que lo compensaré.
—Vale, te amo.
—Yo también te amo, cariño.
Colgó la llamada suspirando y comenzó a caminar hacia la salida, topándose antes a su madre y hermana en la sala de estar. Ambas lo miraron con los ojos bien abiertos, una no creyendo que ese chico apuesto que parecía un idol allí en su sala era su hijo, y la otra sintiendo un poquito de envidia por lo deslumbrante que se veía su hermano.
—¡Oh mi Dios! —su madre exclamó acercándose a él—. ¡Te ves tan apuesto!
—No es para tanto mamá —negó levemente soltando una risita.
—¿Por qué a Jung Kook si lo dejan ir a la fiesta y a mí no? —se cruzó de brazos haciendo berrinche su hermana menor.
—Porque yo soy el mayor, tonta —se burló sacándole la lengua juguetonamente.
—¡No es justo mamá, déjame ir con Jung Kook!
—No, nada de fiestas hasta que tus notas suban —se negó. Jung Kook se acercó a ella dejando un beso en su sien con cariño.
—No te preocupes, te ayudaré a estudiar y así podrás ir a todas las fiestas que quieras —susurró en su oído con una sonrisa cómplice, recibiendo una igual de su hermana menor.
—Adiós, volveré tarde —se despidió moviendo su mano de un lado a otro en señal de despedida.
Al final terminó caminando hasta la casa de Yoon Gi. Agradecía enormemente que esta no se encontrara tan lejos de la suya, solo debía caminar un par de cuadras. Irían desde allí en el auto de su amigo hasta la fiesta.
—Wow Kook, si no tuviera novio definitivamente iría a por ti —elogió al verlo.
En ese momento entendía porque Jung Kook era tan popular en la escuela a pesar de no ser precisamente adinerado. Con ese apuesto rostro y cuerpo de infarto ¿quién no lo sería? y si a eso le sumaban que era de los más inteligentes y tenía un talento innato para la música, se podía decir que era el paquete completo. El chico que cualquier persona pudiera desear. Hyuna en verdad había sido una suertuda.
—Por Dios Yoon Gi, soy hetero ¿recuerdas?
—Eso no es lo que dicen los chismes —soltó con gracia viendo la mueca en el rostro del castaño.
—¡Oh, por favor! Ni siquiera lo menciones —pidió, escuchando a Yoon Gi soltar una risita traviesa.
—Sé que tienes una novia, pero en verdad creo que eres tonto al desaprovechar una oportunidad así —esta vez en chico habló en serio—. Ji Min es tan apuesto, si no tuviera a Hobi estaría babeando por él.
—Yoon Gi —negó sientiéndose incómodo con la declaración de su amigo—, no digas esas cosas.
—Yo que tú al menos le dejaba darme un beso, son cosas que quedan para el recuerdo —se carcajeó, entrando al auto, seguido del castaño.
—En serio, deja ya el tema, no es gracioso —se quejó haciendo una mueca.
—Ya, está bien.
El recorrido no fue ni corto ni largo, no era como si Yoon Gi viviera precisamente cerca, pero tampoco lo suficientemente lejos de la casa de su novio. Al llegar Jeon boqueó con los ojos bien abiertos, observando la enorme casona. Había escuchado hablar de que la casa del pelirrojo era grande, pero jamás imaginó que sería casi una maldita mansión, super lujosa y bastante moderna.
Las luces de colores se podían dilucidar desde fuera de la casa, la música ensordecedora también se escuchaba desde un par de calles atrás, y los chicos y chicas con bebidas en sus manos caminaban de allá para acá en el jardín.
Bajaron del auto, colándose entre las personas para ingresar al lugar, incluso en el camino un par de chicas saludaron al castaño, que solo correspondía con una pequeña sonrisa y un asentimiento. No quería ser grosero pero tampoco darles a pensar que podían llegar a algo con él, pues aunque sonara un poco egocéntrico, sabía que la mayoría de las chicas de la escuela se acercaban a él queriendo algo.
Siguiendo a su amigo terminaron en lo que parecía ser la parte trasera de la mansión, donde la verdadera fiesta se desarrollaba. Luces y bebidas por doquier, algunos coqueteando y otros bailando como si fuera el último día de sus vidas era lo que se podía observar allí.
Más pronto de lo que esperaba sus orbes oscuros se toparon con los acaramelados de cierto rubio, que lo había estado observando desde que llegó. Ji Min alzó su vaso a forma de brindis, con una sonrisa bastante descarada estirando sus labios y sin apartar sus ojos de su anatomía.
Rodó los ojos dándole la espalda, lo mejor sería ignorarlo pues ahora Park parecía tener una especie de fijación con su persona. Caminaron hasta donde un alegre pelirrojo reía a carcajadas con otro par de chicos, siendo Yoon Gi el primero en llamar la atención del grupito de amigos.
—¡Mi gatito ya llegó! —exclamó alegre el menor lanzándose a abrazar a su novio, dándole un corto beso en los labios—. Hola a ti también, Jung Kook hyung.
—Hola Ho Seok.
Devolvió el saludo algo incómodo por la muestra de amor de la pareja, los cuales se besaban importándole poco los demás a su alrededor. Él no era homofóbico, no tenía nada en contra de las personas homosexuales, pero sus padres le habían dado ciertas enseñanzas y no era fácil de olvidar algo que había escuchado durante años. Mientras no tuvieran nada frente a él no le importaba, pero si debía admitir que se sentía algo incómodo con la escena que protagonizaban los novios.
—Toma, para ti, precioso —Jimin se apareció frente a él, dándole un vaso con una bebida de color oscuro en su interior.
—No gracias —declinó intentando escapar del rubio pero este se lo impidió.
—No seas aguafiestas Kookie, solo es un trago —sonrió burlonamente, y el mencionado tuvo que contar hasta tres en su mente para no tirarle la bebida en la cara para borrar esa estúpida sonrisa—. No te voy a cobrar por el.
—No me llame así —gruñó arrebatándole el vaso y vaciando el contenido en su cavidad bucal. Esa le pareció la forma más rápida de deshacerse de su presencia.
—Uhh, alguien quiere embriagarse hoy —comentó burlonamente, haciendo al castaño rodar los ojos fastidiado.
—¿Por qué mejor no buscas a alguien a quién follarte? —sugirió alzando las cejas—. Aunque lo más probable es que añadir un nuevo nombre a tu lista solo eleve aún más tu ego de macho alfa.
—¡Oh Kookie! —llevó una mano a su pecho, haciendo una expresión de dolor bastante exagerada—. Tus palabras son tan duras, lastimas mis sentimientos.
El castaño bufó y simplemente pasó de él, alejándose lo más posible. Era mejor estar solo en una esquina disfrutando de un trago, que tener que soportar a Park Ji Min y sus constantes y estúpidos coqueteos baratos.
—¡Hey Jung Kook! —Una borracha Yu Ri caminaba entre tambaleos hacia él. La chica se veía bastante mal, su ropa incluso ya estaba hasta manchada de algún tipo de bebida—. ¿Dónde dejaste a al estirada de tu novia?
—¿Por qué no llamas a alguien para qué te lleve a casa? Estás demasiado borracha.
—¡Estoy perfecta! —gritó levantando el vaso que llevaba en la mano. Kook gruñó, ese día no se cansaban de fastidiarlo—. ¿Por qué ese mal humor? Venga, toma un poco.
—Basta —pidió al ver a la chica llevando el vaso plástico a su boca insistentemente. De seguir así terminaría tirándole la bebida encima.
—Solo un tra-traguito, Kook.
Suspiró mirando hacia el cielo, tomando dos tragos grandes del vaso y entregándoselo de nuevo. Divisó a una de las amigas de la chica, por lo que señaló hacia el lugar, mostrándole donde se encontraba para que se fuera a joder a otra parte.
Una vez estuvo solo otra vez, se dedicó a observar a las personas bailar y coquetar descaradamente. Él simplemente se mantuvo en una esquina, bebiendo de su vaso y tomando uno nuevo cuando se vaciaba el anterior. Ya que estaba solo allí, al menos iba a beber para no desperdiciar del todo la noche. Hyuna le debía recompensar muy bien el haber quedado mal con él después de que lo convenció para ir.
Un par de horas pasaron, y como era obvio que pasaría, Jung Kook se encontraba borracho, sentado en un sillón junto a un par más de chicos, hablando incoherencias en balbuceos bajos.
De pronto unas enormes ganas de vaciar su vejiga lo hicieron ponerse de pie, entre tambaleos tontos, para dirigirse a la planta superior de la casa en busca de algún baño. Al llegar arriba, el largo pasillo lleno de puertas que lo recibió lo hizo quejarse audiblemente.
Suspiró, dedicándose a abrir cada puerta, dispuesto a encontrar un baño. Tres puertas después, se quedó paralizado, viendo una escena que lo dejó con la boca abierta. El cuarto era pequeño y tenía una cama tamaño mediana en el centro, donde un desnudo Ji Min se encontraba sentado, teniendo entre sus piernas a un chico rubio haciéndole una felación.
Ninguno de los dos había notado su presencia, y él solo pudo quedarse allí parado, completamente en shock, escuchando los gemidos gruesos de Ji Min abandonar su boca. Jamás en su vida imaginó ver a dos chicos así, y lo que lo tenía aún más descolocado fue el repentino calor que comenzó a atacar su cuerpo, junto con el sorpresivo cosquilleo en su vientre.
No entendía que pasaba con él, ni tampoco el porqué de pronto su pantalón comenzaba a sentirse más apretado en la zona de su entrepierna.
—Mmgh~ sigue así, bebé —gruñó Park llevando una mano a los cabellos rubios del chico, comenzando a embestir su boca.
Las gotas de sudor corrían por el cuerpo trabajado del jugador de baloncesto, delineando ese perfecto abdomen que se cargaba. Las muecas que hacía debido a la excitación, más los diversos gemidos y jadeos que soltaba, lo hicieron morder su labio inferior, sintiéndose demasiado caliente y borracho como para analizar esos pensamientos intrusivos que allanaron su cabeza.
Su respiración se alteró un poco cuando un perdido Ji Min, llegó a la cúspide de placer, derramando su esencia en el rostro del chico rubio. Los ojos acaramelados se toparon con los suyos segundos después, en un primer momento llenándose de sorpresa, pero cambiando después a una mirada pícara.
—¡Oh, pero si teníamos un espectador! —exclamó sin ningún tipo de vergüenza, haciendo que su compañero mirara hacia la puerta también—. ¿No te gustaría acompañarnos, Kookie? Por mí no hay ningún problema.
El chico rubio lo miró lascivamente, recogiendo parte del semen en su rostro y llevándolo a su boca, todo sin despegar su mirada lujuriosa del creciente bulto en su entrepierna.
«¿Qué pasaría si decido entrar?».
Ese pensamiento lo sorprendió, pero aún así no se movió del lugar. Ji Min sonrió de lado, viendo al rubio del cual no sabía ni el nombre, acercarse a Jungkook contoneando sus caderas. Lo tomó de la mano, adentrándose a la habitación seguido del castaño, que se dejó hacer sin ningún tipo de protesta.
—No me molestaría tampoco si este chico bonito decide acompañarnos —musitó sobre su cuello, causándole un escalofrío cuando su lengua húmeda se paseó por el lugar.
—¿Quieres qué te hagamos sentir bien, Kookie? —preguntó Park acercándose cual depredador a su presa, acomodándose detrás de él, dejándole sentir su erección directamente contra su trasero.
—Y-yo...
Soltó un jadeo al sentir las manos calientes de este meterse dentro de su camisa, tocando directamente su piel, dejando una estela de ardiente por cada rincón que acariciaba. El rubio se agachó frente a él, deshaciéndose de su cinturón y desabrochando sus jeans de cuero, mientras recibía caricias en su torso por parte del mayor, que también se dedicó a dejar un par de besos en su cuello.
«¿Qué carajos estoy haciendo?».
De pronto, como si un ataque de sobriedad hubiera llegado a su mente, se separó de ambos chicos visiblemente confundido y contrariado. Él no era gay, además, tenía una novia a la que quería demasido. ¿Cómo fue qué el alcohol lo había hecho llegar tan lejos?
Salió corriendo sin detenerse a mirar a alguno de los dos chicos, bajando las escaleras lo más rápido que su estado le permitió. Salió de la casa, respirando agitado mientras llevaba ambas manos a su cabello y lo halaba con fuerza.
¡¿Qué mierda estuvo a punto de hacer?!
Yoon Gi, que lo había visto correr desde la segunda planta de la casa, lo siguió, preocupándose al verlo tan alterado.
—Jung Kook ¿te encuentras bien? —le preguntó, llevando una mano a su hombro.
—Llévame a casa, por favor Yoon Gi —pidió apretando las manos de su amigo, quien al verlo así asintió sin dudarlo, enviando un mensaje a su novio avisándole de la situación.
—Gracias por traerme —musitó cuando estuvieron frente a su hogar.
—No tengo idea de que sucedió, pero si necesitas hablar... —dejó inconclusa la frase al ver al castaño asentir levemente, saliendo del auto.
—Lo sé, Yoon Gi-ssi.
—Bueno —frunció los labios, viendo a su amigo entrar a su casa.
Al segundo en que puso un pie en su habitación, terminó tirándose sobre su cama y enterrando su rostro en la almohada para que no se escuchara su creciente llanto.
Por su cabeza solo pasaban esas imágenes de lo que estuvo a punto de hacer, no sabiendo como miraría la cara de su novia después de tantos pensamientos que tuvo. Definitivamente había enloquecido.
¿Y si Ji Min divulgaba lo qué había sucedido? ¿Y si sus padres se enteraban? Estaba muerto si eso sucedía, toda su familia iba a repudiarlo, su vida estaría arruinada?
¿Cómo fue si quiera que pasó por su mente el deseo de besar a ParK Ji Min?
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