Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11

—Listo, hemos llegado —anunció Jimin con una sonrisa, desabrochando el cinturón de seguridad.

—¿Qué es este lugar? —cuestionó Jungkook con asombro, observando los edificios a lo lejos, las nubes blancas y el cielo perfectamente azul.

Estaban en el mirador de Gwangalli Beach, un lugar simplemente precioso, donde podían disfrutar de la playa, apreciándose también a lo lejos el horizonte de Busan con sus modernos rascacielos, y algunas colinas y montañas que rodean la ciudad.

—Te dije que te iba a gustar — comentó con una sonrisa de superioridad, instándolo a bajar del auto.

—Debo admitirlo, esperaba algo más excéntrico de tu parte. —Cerró con cuidado la puerta, tomando la mano que Jimin le extendía.

—Esto no es nada, ya verás más adelante.

El castaño sonrió, caminando junto al mayor hasta quedar bajo la sombra de un árbol. Inspiró hondo con los ojos cerrados, dejando que la brisa fresca acariciara su rostro y el olor a mar se adentrara en su sistema.

—Jungkookie. —Abrió los ojos ante el llamado, notando al rubio mucho más cerca de lo que estaba antes de cerrar los ojos. Tomó sus manos, observándolo intensamente con esos ojos color caramelo—. Jamás imaginé que ambos llegaríamos a esto algún día, siempre te veía lucir tan perfecto al lado de esa chica, que jamás creí tener oportunidad de conocerte y pasar este tiempo contigo, de esta forma, solo nostros.

Intentó decir algo, sintiéndose repentinamente confundido por la seriedad que había tomado el asunto, pero el contrario llevó su dedo índice a sus labios, haciéndolo callar.

—Sé lo que sientes por mí, y es mutuo, Jungkook. No quisiera dejar escapar este sentimiento. Por esa razón, me gustaría que pensaras en la posibilidad de que ambos iniciemos algo más serio, dar un paso adelante con lo nuestro.

El castañito solo podía sentir como su corazón latía tan rápido que parecía que se saldría de su pecho. Sus manos temblaban por la emoción y los nervios, y una sonrisa tonta luchaba por abrirse paso en su rostro.

¿Cómo fue que cayó tan profundo? ¿Cuándo sucedió?

No tenía idea, pero debía admitirlo. Park Jimin se había adueñado de su corazón, de una manera tan rápida e intensa que llegaba a aterrarlo. No pudo hacer otra cosa, más que atraer al mayor con sus brazos y apoderarse de sus labios.
Sintió como le correspondía al instante, adueñándose de su cintura y pegando sus cuerpos al máximo. La mano suave de Jimin se posó en su mejilla, dando caricias suaves con su pulgar mientras disfrutaban del dulce contacto.

Sin embargo, el momento romántico no duró mucho, pues la cruda realidad cayó sobre sí como una piedra.

—No podemos —murmuró casi en un sollozo, con la voz rota y los ojos cristalizados—. N-no puedo, Jimin, yo-

—Shh, no llores, Jungkookie —susurró, sujetando su rostro con ambas manos.

—Están Hyuna y mis padres por el medio. No puedo hacerle esto a ella, no se lo merece. —Una lágrima se deslizó por su mejilla—. Y mis padres jamás aceptarán una relación entre nostros.

—No puedes vivir solo para complacer a los demás, Jungkook, porque serás infeliz toda tu vida —dejó un casto beso en sus labios—. ¿Qué sientes por mí, Jungkookie?

Se quedó en silencio ante la pregunta, por en realidad, no sabía cómo responderle.

¿Cómo explicarle la inmensidad de cosas que sentía al verlo? ¿Cómo le decía que sus manos temblaban y su estómago se revolvía con solo una mirada suya? ¿Cómo le hacía entender que se le hacía imposible dejar de mirarlo cuando sonreía? ¿Cómo le demostraba que con un solo roce de su piel era capaz de llevarlo a las estrellas, al universo mismo?

—Me gustas, me gustas demasiado, Jimin.

—Entonces, ¿por qué te privas de sentir algo así? —interrogó, alzando ambas cejas.

—Está bien, yo... salgamos —Jimin sonrió en grande, alzándolo un poco para darle una vuelta en el aire. El menor se sujetó de sus hombros, riendo mientras le pedía que lo bajara.

—Sé que esto es difícil para tí, así que toma tu tiempo para pensar bien como terminar con Hyuna.

—Eres un ángel, yo no sería tan compresivo si estuviera en tu lugar. —Lo abrazó, disfrutando de su olor corporal ligado con el perfume, ese que tanto le encantaba.

—No soy tan bueno, pero no es el tema ahora. Vamos, se nos hace tarde para comer. Luego de esto iremos a otro lugar.

—¡Vamos! —exclamó con emoción, halando al rubio hacia el auto.

[...]

Fueron a comer a un pequeño restaurante cerca de la playa. El local era atendido por un matrimonio de ancianos y se especializaba en comida casera. Era un bonito lugar, acogedor y cálido, con ventanas de colores y plantas en el exterior. Su pedido fue servido rápidamente, y Jungkook pudo asegurar que jamás en su vida había probado un bulgogi tan delicioso como ese. En realidad se esperaba que el mayor lo llevara a un restaurante finísimo y excesivamente caro, como a los que debía estar acostumbrado a asistir. No por nada pertenecía a una de las familias más ricas de todo Busan.

Luego de disfrutar de los deliciosos platillos, volvieron al auto y estuvieron alrededor de diez minutos en carretera. Cuando se volvieron a estacionar, Jungkook quedó sorprendido ante la ostentosa fachada del hotel al que había sido llevado.

—¿Qué hacemos aquí? —Se bajó del auto, observando los alrededores.

—Pasemos el día aquí, en la noche te devuelvo sano y salvo para que afrontes tu castigo con tus padres —respondió, riendo burlón.

—No me hace ninguna gracia eso —profirió cruzándose de brazos y mirando hacia otro lado. Jimin rió, pero terminó acercándose, abrazándolo por la espalda y dejando un besito en su cuello.

—No seas enojón, y entremos de una vez.

Cuando entraron se acercaron al mostrador de recepción, donde una joven de cabello largo y oscuro los saludó con una sonrisa cálida. Jimin le entregó su identificación y la reserva, mientras Jungkook observaba el elegante vestíbulo, decorado con una lámpara de araña que colgaba del techo; pensando en lo hermoso que debería verse en la noche.

—Bienvenidos a nuestro hotel —dijo la recepcionista mientras tecleaba en su computadora—. Aquí tienen su llave. Su habitación es la 502.

Jimin agradeció y tomó las llaves, guiando a Jungkook hacia el ascensor. La puerta se cerró suavemente y en pocos segundos llegaron al quinto piso. Al salir, el pasillo estaba tranquilo, con una alfombra negra con dos finas líneas blancas en el centro y cuadros artísticos adornando las paredes.

Al llegar a la habitación, Jimin giró la llave en la cerradura y empujó la puerta, revelando un espacioso lugar que emanaba elegancia sin excesos. La habitación era amplia con tonos neutros, una cama king size ocupaba el centro del lugar, con impolutas sábanas blancas y un edredón suave de color azul.

A un lado, había un pequeño rincón de descanso con un sillón cómodo y una mesita de café. Las ventanas grandes permitían que la luz del sol inundara la habitación, ofreciendo vistas a los jardines del hotel y al horizonte marino.

Jungkook miró alrededor impresionado. Era el tipo de habitación que cualquiera soñaría tener, pero no era nada excesivo; simplemente perfecto.

—¿Te gusta? —preguntó Jimin, notando la expresión maravillada en el rostro de Jungkook.

—Es increíble —respondió Jungkook, dejando escapar una risa nerviosa—. ¿Cómo se supone que voy a volver a casa después de esto?

Jimin le dio un empujón juguetón—. Primero disfrutemos del día aquí. Después ya veremos que pasa esta noche.

—¿Por qué siento que tiene doble sentido lo que dices? —cuestionó con una ceja alzada, viendo como el rubio se sentaba en la cama con una sonrisa ladina.

—Porque sí lo tiene, ¿quizás?

El castaño negó con la cabeza, riendo, mientras veía al mayor palmear sus muslos, pidiéndole silenciosamente que se sentara en su regazo. Lo hizo, quedando a horcajadas encima del contrario. Jimin mordió su labio inferior, llevando una mano al contrario para pasar su pulgar delicadamente, tentándolo. Con su mano libre apegó a Jungkook hasta que sus pechos estuvieron juntos, y unió sus labios en un lento vaivén, simulando más un roce juguetón que comenzó a desesperar al menor.

El castaño cruzó sus brazos detrás de su cuello, avivando el beso, sintiendo como las manos de Jimin se colaban por debajo de su camisa, acariciando su cintura con la punta de los dedos. La acción hizo que todos los vellos de su cuerpo se erizaran. Sus respiraciones comenzaron a agitarse y sus manos no dudaron en explorar la anatomía contraria, disfrutando del roce de piel con piel, de la temperatura cálida de sus cuerpos y el sabor de la boca contraria.

Jungkook casi jadeó al percibir el miembro duro de Jimin presionando su trasero. Sentía como si su cuerpo estuviera hirviendo en el interior, y su propio falo comenzaba a endurecerse en sus pantalones. Las manos del rubio fueron a parar a su trasero, apretándolo e instándolo a que se moviera.
Inició un vaivén lento, separándose por un instante de los labios ajenos para soltar un gemidito casi inaudible.

Jodidamente amaba cada una de las sensaciones que Park Jimin causaba en él.

—¿Qué... estamos ha-haciendo? —preguntó, su voz cortándose por el placer que estaba experimentando.

—No pienses tanto, Jungkookie, solo déjate llevar.

Luego de eso, el mayor pasó a besar su mandíbula, bajando hasta que llegó a su cuello y comenzó a besar toda la zona, alternando con algunas mordiditas suaves que no dejarían marca. Le retiró el saco de su traje, abriendo lentamente los botones de la camisa, aprovechando esto para bajar a sus clavículas y pecho.

Tomó uno de los pezones en su boca, chupando y mordiéndolo un poco, mientras con su mano atendía al otro, pellizcándolo suave con sus dedos pulgar e índice.

Mientras Kook experimentaba la sensación tan placentera en sus pezones, tímidamente comenzó a quitar la camisa de Jimin, sonrojándose al hacer notorio su nerviosismo en sus manos temblorosas.
Park dejo por un segundo su pezones para permitirle retirar su camisa, dejándolo admirar su pecho y abdomen. Sin previo aviso el castaño tomo la nuca del mayor, besándolo de manera hambrienta, dejándole saber que estaba dispuesto a todo, que podía tomar su cuerpo y hacer con él lo que le viniera en gana.

Jimin no perdió el tiempo y con esa iniciativa, tomo de las caderas a Jungkook y lo recostó en la cama para seguir saboreando su cuerpo, disfrutando de su nívea y suave piel, aprovechándose del hecho que la ropa lo cubría, para dejar marcas en todo su pecho y abdomen, ocasionando que el menor se removiera bajo su cuerpo y soltara un gemido alto.

—Mírate Junkookie, estás hecho un desastre... un desastre tan delicioso que pienso comerme.

—¿Te vas a quedar solo mirándome? O vas a seguir en lo que estabas?

Una sonrisa maliciosa brotó de los labios de Jimin. No perdió más tiempo y comenzó a desabrochar los pantalones del menor y los propios, sorprendiéndose al ver que Jungkook estaba tan duro y necesitado como él. Tomo ambos falos y comenzó con un vaivén lento y tortuoso, mientras con la otra mano tanteaba la entrada del castaño, sintiendo como se contraía contra la punta de sus dedos. Decidido a aprovechar el tiempo, llevó la mano a la boca ajena.

—Chupa —ordenó con voz gruesa, y Jungkook podía jurar que con solo escucharlo así de autoritario podría causarle un orgasmo.

Después introdujo un dígito mientras seguía dándose placer, dilatando el apretado agujero. Así continuó hasta que Jeon ya tenía 3 dedos estimulándolo, haciendo que se convertiera en un desastre de jadeos y gemidos, y mentiría si dijera que eso no lo calentaba aún más.

— Si sigues así, solo... mghh... con eso me vendré. —Arqueó la espalda, apretando sus manos en los hombros del rubio.

— Eso no pasará, terminarás conmigo enterrado hasta lo más profundo de tu ser —susurró sobre su boca, para luego tomar sus labios en un beso apasionado, salvaje hasta cierto punto, entrelazando sus lenguas y apretando su cintura.

Jimin se separó y tomó su gran polla, introduciéndola lento en el menor, sintiendo las paredes cálidas envolver su miembro. De lo rico que sentía podría terminar en ese instante, pero se contuvo. Quería partir al menor, deseaba cogérselo como un animal, sin juicio ni conciencia, pero sabía que era su primera vez, y no era tan desconsiderado como para ignorar el dolor ajeno.

Jungkook estaba tan perdido en la sensación de la intromisión, que no sabía sucedía, era una experiencia entre el dolor y el placer, pero eso no quitaba él hecho de que quería más, así que movió la cadera y se encontró con Park.
Esa era la señal que Jimin necesitaba, comenzó con una estocada lenta, después otra, y otra, hasta que ya no se contuvo y comenzó a darlas más fuertes, llevándolos a ambos a una nube de placer que parecía envolverlos sin remedio.

—Ahh~ Jimin hyung, me coges tan bien —gimió Jungkook apretando sus piernas alrededor de la cintura del mayor, llevando sus manos a la espalda ajena para apegarlo a su cuerpo, besando de manera torpe su cuello, sintiendo el sabor salado del sudor.

—Soy el único que puede tenerte de esta forma —casi gruñó, empujándose con fuerza contra el trasero del castaño.

—¡Ugh, sí, así... más fuerte, hyung!

Jungkook sintió una corriente recorrer todo su cuerpo hasta alojarse en su vientre, encogió los dedos de los pies y se arqueó, derramando su esencia sobre su propio abdomen. No pasó mucho para que Jimin también llegara a la cúspide del placer y llenara el interior del menor con su semilla.

—Te quiero, Jimin —musitó Jungkook sin aliento, dejando varios besitos en su mejilla y cuello.

El recién mencionado solo le sonrió, dejando un casto beso en sus labios para luego abrazarle, escondiendo el rostro en su cuello, con un sentimiento de culpabilidad abarcando su mente.








Holaa, pasó un tiempo desde que actualicé por última vez, lo siento mucho 😣 estaba centrada en terminar otra historia. Pero ahora si retomamos actualizaciones regulares, así que no se preocupen.

Por cierto, tuve mucha ayuda con la escena de smutt, sin ella no hubiera podido actualizar tan rápido. Gracias Yare_muddy hermanitaaaa 💜💜💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro