Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 29

Pareciese que todo lo malo no fuese a desaparecer. Quería o más bien necesitaba salir corriendo en busca de Isaac. Él era el único que me hacía sentir viva entre sus brazos, ofreciéndome la oportunidad de sentirme amada. Dispuesta a salir hacia la calle, me topé con Néstor. Hice una mueca de desilusión, no esperaba encontrármelo y menos con un ramo de flores en la mano.

—Hola Yasmina ¿cómo te encuentras?—Sus ojos claros se clavan en mí con una brillatez como la luz de una farola. Siento un pequeño golpe en mi pecho. No sé ni de alegría o de desilusión.

—Bien gracias. Y las flores son preciosas. Gracias por el detalle Néstor.—Casi tengo que forzarme a sonreír. Necesitaba con urgencia salir corriendo, pero al parecer Néstor no tenía mucha prisa por irse. Al final, no me quedó de otra que dejarlo de entrar y servirle un café.
Durante horas estuvimos hablando, me reía de todos sus comentarios, en en cierto modo me lo estaba pasando bien con su compañía.
La noche se echó encima y tras pedir la cena, el cansancio se fue apoderando de mí.

—Oh, que torpe soy. Seguro qué estás cansada. ¿Deseas que te acompañe a tu habitación?
Casi no me dio tiempo de contestarle cuando sus fuertes brazos me alzaron como si no pesara apenas nada  y me llevó hasta mi cuarto.
Allí, bajo su mirada magnética, me fue quitando la ropa lentamente sin apartar sus ojos claros de mi cuerpo. Sus manos rozaban tan despacio mi cuerpo que podía incluso percibir un pequeño regocijo.

—Ves, Yasmina. No temas.—Sus manos continuaban masajeando mis pechos. Creía haber sentido gusto por lo que me hacía, pero me equivocaba. Mi cuerpo parecía que estuviese hecho de escayola. No respondía  a nada de lo que me hacía Néstor. Él, dándose cuenta de mi estado, me terminó de quitar la ropa y se marchó, no si antes darme un beso en la frente.

Al escuchar la puerta cerrarse, una lágrima comenzó a deslizarse por mi rostro. Me sentía tan dolida que ni el más lamentable de los casos era tan penoso como el mío. Me quedé mirando no sé por cuanto tiempo la lámpara de noche hasta que mis párpados se cerraron.

Nada más despertar me encontré con el rostro de preocupación de mi hermano.

—Yasmina, ¿Qué te pasa para que estés con los ojos como los tomates?

—Naím, no sirvo ni para tener sexo. Anoche Néstor quiso tener algo y yo...De nuevo mi sufrimiento se apoderaba de mí. Casi apenas me sentía con fuerzas. Mi hermano hablaba conmigo de manera que pudiera tranquilizarme. Lo habría conseguido si no me siéntese como una mierda.

Los días pasaban, y Néstor iba a visitarme. Por supuesto las visitas eran cortas. Le agradecía su compañía y en ocasiones pudiéramos salir a pasear, otras veces parábamos en cualquier kiosko de comida rápida y continuamos hablando como amigos. Él me contaba sus experiencias sexuales, como me las contaba al principio de conocernos y yo le daba mi consejo.
En otro tiempo aquellas confesiones me hubieran lastimado. Justo en este momento ya no siento nada. Sólo me limito a escucharlo, aconsejarlo y terminar la velada para volver de nuevo a encerrarme en mi abismo sumergiéndome en pensamientos desagradables.

Estaba agotada, mi hermano no había llegado y yo quería irme a dormir. Necesitaba hacer algo por mí misma, por lo que no dudé en intentar levantarme de la silla para tumbarme en la cama. Mis esfuerzos no sirvieron para nada. Me caía una y otra vez en la silla y cuando por fin creí haber podido llegar hasta el borde de la cama arrastra culo, resulta que pierdo el equilibrio y caigo al suelo.
Así, como un despojo me es me siento. Me arrastro por el suelo para llegar hasta mi bolso y coger el móvil. Marco a mi hermano para que venga a mi auxilio.

Al llegar mi hermano y verme tirada en el suelo no dice nada. La expresión de sus ojos tristes ya me decía lo suficiente. Todo lo que estaba viviendo era penoso.

Al día siguiente decidí salir a comprar con Mandy. Quería respirar aire puro y al ser posible centrarme en otra cosa que no sea sentirme como si no valiese para nada.
Lleguemos a un centro comercial, al parecer había rebajas en ropa de marca. Mandy al igual que yo,nos ponemos alteradas con las rebajas. Al pasar a una boutique, vemos a Cristina. «Perfecto» Pienso para mis adentros mirando a Mandy, que no se ha percatado de la presencia de Cristina debido a que anda mirando un vestido.

—Vaya, pero mira a quién tenemos aquí haciendo la compra.—Desde luego mas desagradable no puede ser una persona.

—Sí, estoy de compras. Esque acaso hay un manual donde lo prohíba que mujeres sentadas en sillas de ruedas no puedan comprar.

—Claro que no querida, pero no sé para que te vas a comprar un vestido de fiesta, si no lo vas a lucir en la cena benéfica. Además yo seré quien acompañe a Néstor.
Me quedé mirándola entrecerrando mis ojos, sin saber que era lo que me estaba diciendo. Y a qué me estaba contando que iba ella acompañar a Néstor a no se qué...Hice un mueca de desaprobación mientras hablaba sin parar. Con tal de quitármela de encima le contestaba a todo que sí.
Me despedí de ella y fui a buscar a Mandy que se encontraba en el probador probándose un vestido.

—Oye Yasmina que te ha dicho esa idiota de Cristina.

—Pues ya sabes, lo mismo de siempre. Y ahora que estoy en esta situación se regodea  y todo la muy zorra. Me ha estado hablando no sé que de una cena benéfica, que va acompañar ella a Néstor.

—Ah, sí. Pensaba que te lo había dicho Néstor, mañana se celebra una cena benéfica y me han invitado. ¿Y tú irás, no?

—No sé como, a mí nadie me ha invitado.—Mi voz no puede sonar a más enfado.

—No me digas que Néstor no te ha dicho nada. Qué raro. Yo creía que te lo iba a decir puesto que en la cena todo lo que se recaude irá destinado a un centro de personas discapacitadas.

—Pues al parecer se le habrá olvidado porque a mí no me ha comentado nada.

—Qué raro. Bueno pues ven conmigo. Ven vamos a comprarte un lindo vestido que he visto allí colgado y vendrás mañana conmigo a esa cena y verás que bien no lo vamos a pasar.

Intentaba relajarme mientras mi amiga me ayuda a ponerme el vestido y arreglarme. Para Mandy, era todo un reto que yo fuera la envidia de muchas mujeres, pero para mí todo aquello no tenía sentido.

Al llegar al lugar donde se va celebrar la cena, puedo ver gente discapacitada, algunos incluso en peores estado que yo. Aquello me llega al alma. Si ya es duro tener que vivir en una silla de ruedas, como puede ser vivir en estado vegetativo, o sin un brazo...Cerré mis ojos agradeciendo a Dios por estar conforme estoy. Porque viendo aquellas personas a una le da por pensar.

Cuando Mandy llega con dos bebidas, veo a lo lejos a Isaac. Por supuesto no está solo, una morena lo acompaña. Siento un pinchazo de celos, pero ver como le sonríe y como la coge de su cintura hace que llegue a entender que conmigo eso no lo puede hacer. Y hablando de presumir. Acaba de hacer su aparición Néstor con Cristina. Ella como siempre con su sonrisa de actriz de Hollywood, y el saludando como si fuera el Papa. Desde donde me encontraba podía observar todos y cada uno de los movimientos que hacía Néstor y Isaac. En esos momentos se encontraban hablando los dos. Me hubiera gustado al menos saber leer los labios para poder saber de lo que están hablando. Pero teniendo a Mandy no me hacía falta.
Al rato llegó con el chisme.

—Ufff, Yasmina menos mal que no te puedes mover. No veas la conversación que traen esos dos.

—Dime Mandy, ¿Qué es lo que ocurre?

—Pues resulta que Isaac le está diciendo a Néstor que te deje en paz. Y Néstor le está amenazando a Isaac que lo mejor que puede hacer es seguir alejado de ti o te contará lo que sabe.

—¿Lo que sabe? ¿Pero a qué secreto se refiere Néstor?

—Ay, no sé amiga. Solo te puedo decir que esos dos están pillados por tí. ¡¡¡Wuauu!!! ¡¡¡Qué romántico!!!

—Romántico ni leches. Esto ahora mismo lo resuelvo yo. No voy a consentir que Néstor chantajeé a Isaac porque el señorito esté encaprichado conmigo.

Agarro con fuerza el borde de la silla y comienzo a empujar hasta que me paro enfrente de los dos. Ninguno de los dos esperaba verme, su cara es de asombro. Le hago una señal para que me sigan y así poder hablar los tres a solas.

Una vez que salimos al jardín, echo el freno de la silla para dar comienzo a una conversación que pienso que voy a salir mal parada.

—Bueno tú dirás pisicolga. Ya nos tienes aquí.

—Ahorrate tus bromas Néstor. Isaac, porque me pediste que te dejara si sabes lo que siento por ti.—Empiezo hablando sin rodeos.

—Porque...es lo mejor Yasmina. Además yo...no siento nada por tí salvo lástima.

—¿Lástima? ¿Eso es lo que te transmito, compasión?—Miro fijamente sus ojos azules que ahora están más claros. Veo como su nuez sube y baja, su boca me dice que sí, pero sus ojos me dicen lo contrario. Están apagados, tristes y sobre todo la manera de mirarme me lo dice todo. Isaac me quiere. No cabe duda. ¿Pero porqué me miente?

—Bueno Yasmina ya lo sabes, toma la palabra de Isaac y déjalo, total el no quiere nada contigo.

—Ni yo contigo Néstor. Dime que es lo que ocultas respecto a Isaac. Dime que es eso que no quieres que me entere. Responde.—Del mismo coraje elevo la voz apretando mis dedos a los brazos de la silla. Estoy encolerizada, necesito respuestas,  ya estoy harta que me anden escondiendo cosas, necesito verdades, exigí saber que es lo que sabe Néstor para llegar a chantajear a Isaac.

—¿En verdad quieres saberlo Yasmina?

—Cállate Néstor.

—Habla, sí, lo quiero saber.

—Tú misma. Resulta que le debes dar las gracias por estar sentada en esa silla de ruedas a Isaac, aquí el buen amigo, fue quien metió a tu hermano en el mundo de las peleas supuestamente para ayudarlo a encontrar al asesino de mi hermano. Y mira por donde Naím le debía dinero a la mafía. Por lo cual mientras tú hermano se dejaba la piel para saldar su deuda, Isaac se tiraba a Camelia y de paso a tí, él sabía que tú eras la hermana de Naím, puesto que ya nos habíamos conocido en las carreras hace años. Y al negarse tu hermano a continuar en las peleas, Isaac tuvo que forzar a tú hermano para que no lo dejase, puesto que aún no había conseguido pruebas suficientes en contra de Camelia. Por eso te utilizó Yasmina, para presionar a tú hermano para continuase en las peleas. Ahora que sabes todo, ¿seguirás amando le tanto?

Muevo mi cabeza ambos lados asombrada al escuchar las palabras de Néstor, miro con dureza a Isaac para que me diga que todo aquello es mentira. Que cada una de las palabras de Néstor no han sido ciertas. Su silencio me dice que estoy en lo cierto. Néstor ha dicho la verdad y él no hace nada por defenderse, salvo mirarme con súplica.

Miro por última vez a Isaac antes de girar mi silla y salir huyendo. Necesito estar sola para poder analizar lo que me ha contando Néstor. Aún así dentro de mí un fuego de ira ha comenzado a brotar. Cómo ha sido capaz Isaac de hacerme algo así. Entonces comencé a caer en todo.
El sabía quien era mi hermano, él me habló de Camelia la primera noche que lo conocí, él fue quien me rescató cuando casi me subastan como puta. El ha estado ahí todo el tiempo y yo voy y me enamoro de él pensando que Isaac pudiera sentir lo mismo por mí. Pero que estúpida he sido, como no he podido darme cuenta antes. Golpeo fuerte la silla dejando que mi lamento se asome una vez más recordándome que no debo ser tan ingenua y ser más precavida. Pero lo peor de todo, es que estoy enamorada de Isaac. Y en estos momentos lo odio por haberme visto la cara de tonta y haberme lastimado como lo ha hecho.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro