Capítulo 28
De repente rompo a llorar mirando por la ventana viendo como llueve. Me encuentro tan desdichada. Cómo vida me ha cambiado tanto y a peor. Hasta ayer era una chica normal que vivía una vida de lo más tranquila posible y hoy me encuentro aquí postrada en una silla de ruedas. Puedo sonar patética, pero es lo único que puedo hacer en estos ratos tan amargos y tan llenos a su vez de soledad.
Escucho que llaman a la puerta. Al abrir me encuentro con Isaac. De pronto nuestros ojos se quedan fijos. Yo con disimulo me limpio mis lágrimas con el borde de la manga.
—¿Cómo estas Yasmina?—Me pregunta él haciéndole un gesto invitándole a pasar.
—¿Yasmina cómo te encuentras?—Me pregunta mirándome con esos ojos azules hipnóticos. Su cabello está revuelto y en su rostro se puede apreciar el cansancio y la desolación.
—Lo voy llevando y bueno... acostumbrándome a vivir en esta maldita silla.
—Dime que puedo hacer por ti. Dime algo, porque no puedo soportar más este dolor que no se aparta de mi pecho. La imagen del accidente persiste en mi cabeza llevándome a pensar que fui un total inútil por no haberlo evitado.
—Isaac, por favor no pienses así, y mucho menos te auto compadezcas de tí mismo. Sólo fue un accidente. Tú no tienes la culpa de nada. Aquellos miserables fueron los causantes de que nos saliéramos de la carretera. Tú no tienes la culpa de nada.—Le miro por unos instantes, notando como mi pulso se acelera, nuestros rostros están a escasos centímetros tanto que puedo llegar a oler su perfume, sigo observándole hasta que bajo a sus labios. Unos labios tentadores. Unos labios que se funden con los míos besándome de una forma tan dulce consiguiendo que mi corazón de un brinco de felicidad. Paso mis dedos por su cabello atrayéndolo más hacia mí, necesito sentir sus besos que tanta falta me hacían.
—Yasmina, no puedo continuar. Déjame. —Isaac se aparta de mí poniéndose de pie, mirándome desde su posición se despide de mí. Intento retenerlo para que me de una explicación. Y lo único que obtengo es que "no puede". No entiendo nada de lo que quiere decirme, vuelvo a insistir. Necesito una explicación, exijo que me diga porque después ha haberme tomado como lo hizo ahora me pida que lo deje.
—Isaac por favor, necesito que me des una explicación. ¿Por qué me pides que te deje? Por qué...Acaso no sientes lo mismo que yo siento por tí.—El se mantiene de espaldas, me mira de costado haciendo una breve mueca me responde:—No puedo estar contigo aunque quisiera.
Sin darme más explicaciones se marcha. Aquel día fue la última vez que vi a Isaac. A pesar de no poder dejar de pensar en él, en aquella noche que pasemos juntos y todo lo que me hizo sentir. Él me ha pedido que lo deje. Y así deberá será. Entiendo que soy una carga y qué hombre se va fijar en una mujer paralítica. Nadie. Es lógico que Isaac no desee estar a mi lado. Vuelvo de nuevo a dejar que mi lamento salgo a la superficie. Mi vida es un desastre, me siento como un harapo. Quisiera poder sacar fuerzas para continuar con mi vida, pero estoy tan hundida que no sé ni donde están esas fuerzas.
—Yasmina...Yasmina joder responde—Intento abrir los ojos pero no puedo estoy tirada en el suelo viendo todo borroso.
Lentamente abro los ojos, veo un foco blanco. Estoy algo desorientada. ¿Dónde estoy? Miro para todos lados hasta que me percato que estoy en un hospital con mis muñecas vendadas. Ahora me acuerdo de todo. Intenté quitarme la vida.
Enfrente mía se encuentra mi hermano sentado medio durmiendo. Al escucharme se despierta.
—Yasmina—Su voz es suave, su semblante muestra lo preocupado que está por mí. Pasea su mano por mi cabello acercando su mejilla a la mía.
—Yasmi, dime que puedo hacer para que te encuentres mejor. No quiero verte así de triste. Ya no sé que hacer para ver de nuevo a esa hermanita que me vuelve loco.
—Naím, ya no soy la misma de antes. Mi vida es todo una tortura. A nada le encuentro sentido y solo quiero...
—Calla. Ahora mismo me vas a mirar y escúchame por que no pienso repetirlo más veces. Te juro que voy hacer lo posible para ayudarte a salir adelante, tú no eres la única mujer que por desgracia se encuentra en una silla de ruedas. Como tú hay muchas mujeres y si ellas pueden salir adelante e incluso tener hijos. Tú también puedes lograrlo y yo voy a estar a tú lado. Te quiero Yasmina y no pienso dejarte. Juntos vamos a conseguir que vuelvas a tener una vida normal adaptada a tus necesidades ¿Capichi?
Me emociono al escuchar las palabras de mi hermano. De verdad el si es único. Le sonrío dándole un abrazo. Escucho como mi hermano respira más aliviado.
Al día siguiente me dan el alta. Por la tarde recibo la visita de Mandy, de Roberto felizmente casado con Paula Andrea, me alegro mucho por ellos. Mientras me enseñan las fotos de boda y pensamos en un nombre para el bebé, llaman a la puerta. Me siento feliz en compañía de mis amigos. Hasta que veo a Néstor saludar a mis amigos y sentarse en uno de los sofás hablando tranquilamente con Mandy.
Al rato todos se marchan menos Néstor. Él sigue sentando mirándome sin apartar sus ojos claros de mí. Frunzo mi ceño algo inquieta.
—Néstor que tanto miras.—Le pregunto algo intrigada.
—¿Es verdad que Isaac se ha alejado de ti?—No entiendo su pregunta. Aún así le respondo que sí.
—Perfecto. Ha sido lo mejor que ha podido hacer.
—Néstor, qué ocurre. Hay algo de lo que no me haya enterado.
—Si no te has enterado es que no ves más allá de tus narices—Con sonrisa irónica se levanta acercándose a mi. Pasa sus dedos por las líneas de mi rostros acabando besándome. Ese beso no me sabe a nada. Me retiro rápidamente.
—Entonces es verdad. No me lo puedo creer.
—El que no te crees. Habla de una vez.
—¿Estás enamorada de Isaac?—La sinceridad de Néstor me pilla por sorpresa. Ni yo misma he llegado a plantearme si en verdad estoy enamorada de Isaac. Solo fue una noche. Una noche que me hizo tocar las estrellas, me hizo sentir emociones desconocidas mi corazón latía intensamente y mi cuerpo ardía de deseo cuando me tomaba.
—A qué viene ese pregunta. No entiendo.
—Isaac se ha separado de ti porque le gustabas, pero ahora que estas así...Ya te sabrás el final de la historia.
—No solo Isaac se puede separar de mí, cualquier hombre me miraría con lástima. Porque eso es lo que transmito Néstor. Isaac al igual que tú sois hombres que tenéis vuestras necesidades, y yo soy una mujer que no puede darte ese placer. Antes me tomabas ahora te pido que me dejes.
—Isaac no es el único que se ha fijado en tí Yasmina. El problema es que tú te has enamorado de él y no de mí. Y lo que más me jode que sin saberlo, Isaac estuvo rescantandote cuando te metías en problemas. Su amor hacía a ti no es de ahora, es de hace muchos años. El problema que al tener novio el no insistió.
—Entonces, porque ahora de buenas a primeras, de repente me dice que lo deje. No lo entiendo.
—Muy fácil. Porque yo también estoy interesado en ti. Y lo siento mucho, él me debe una, ya le dicho que se aparte de ti. Yo no me merezco perder tu cariño y voy a luchar por ti.
Me quedo alucinando ante la confesión de Néstor. En ese momento nos interrumpe mi hermano. De algún modo se lo agradezco porque la conversación estaba tomando un rumbo que ni yo misma sabría como reaccionar.
Después de hablar con mi hermano, Néstor se despide de mi diciéndome que mañana se pasará para que juntos demos una vuelta.
Al irse Néstor mi hermano mi mira con recelo.—¿Estás segura Yasmina que es lo que quieres?
Suspiro fuerte mirando hacia otro lado. No puedo mirar a los ojos a mi hermano mientras me estoy mintiendo a mì misma. Desvío la mirada hacía otro lugar, no soporto decirle a mi hermano una mentira. Como si me leyese la mente, Naím me agarra del brazo consiguiendo que nuestros ojos se choquen.
—Responde. ¿Qué sientes hacia Néstor y porque has dejado ir a Isaac?
Trago saliva dándome tiempo para reaccionar y buscar alguna respuesta. Mi hermano, paciente, sigue parado esperando que le dé una respuesta. Pero qué respuesta le voz a dar, si fue Isaac quien me pidió que lo dejase. Que era lo mejor, abandonar toda esta locura ahora que estamos a tiempo. Y después me entero que él al igual que yo sentimos lo mismo.
—Sí lo quiero Naím. Quiero a Isaac, pero él me pidió que dejemos esta aventura antes de lastimarnos más.
—Y tú vas a refugiarte en los brazos de Néstor. Pienso que te estás equivocando Yasmina. Si de verdad amas a Isaac no tienes porque aceptar el amor de otro hombre.
—¿Y qué es lo más correcto que debo hacer según tú?
—Sólo haz lo que tú corazón te guíe. No te hagas malos pensamientos, simplemente ve y buscalo. Él te dará la respuesta. Depende de lo que te diga, así haces.
Me quedo pensando por un momento en las palabras de mi hermano. Hago una mueca planteándome si de verdad tengo que ir a buscar a Isaac, o mejor me quedo con el cariño que me ofrece Néstor.
__________________________________
Hola qué tal están lectores.
Yo en estos momentos me encuentro leyendo una noticia referente al terremoto que se ha dado hoy en la ciudad de México.
Desde aquí me solidarizo con aquellas personas que hayan tenido que vivir un momento tan angustioso o perder un familiar.
Sólo puedo decir ánimo y fuerza, poco a poco de todo se sale.
¡¡Qué Dios os bendiga!!
😘😘🙏🙏💖💖💪💪
**Mian Jollel**
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro