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Capítulo 24

Mis ojos estaban llenos de lágrimas, estaba tan preocupada por mi hermano que apenas estaba escuchando lo que Isaac hablaba con sus compañeros y menos cuando éstos se marcharon.

Al irse todos, Issac me tomó de mis manos, con esos ojos azules llenos de preocupación me habló seriamente dejándome claro que van a encontrar a Naím. Quisiera poder estar tranquila con lo que me dice Isaac, pero no puedo. Admito que su contacto es relajante, miro sus manos grandes como roza con sus pulgares mis muñecas. Hago una mueca y me separo de ese contacto que tanto me está perturbando como si me quemase.

Él no dice nada. El silencio que se ha formado me resulta estresante, mis nervios están a punto de estallar y yo lo único que deseo es que toda esta pesadilla desaparezca de una vez y pueda llevar esa vida tranquila y aburrida que llevaba antes.

Pero si digo aburrida me estaría mintiendo. Alguien llama a mi puerta, confusa salgo abrir la puerta y quien me encuentro es a Néstor.

Pues mira ya estamos todos. Lo que me faltaba.

―Yasmina, está Isaac.―Me quedo mirándolo algo pasmada, y este no se supone que se llevan a matarse porque ahora pregunta por él.

―Pasa, te está esperando.―Le digo sin apenas mirarlo, el enfado aun mana dentro de mí, sus palabras fueron explicitas. Y ahora voy a averiguar de qué van estos dos.

Néstor pasa directo y comienza hablando en voz baja con Isaac. Mientras yo los observo apoyada con mis brazos cruzados en el umbral de la puerta. Al mismo tiempo que  ellos hablan yo voy descubriendo cosas, al parecer Néstor es un topo, también está metido en este mundo para poder averiguar quien fue quien mandó a matar a su hermano y todas las pistas lo han llevado hacia Camelia.

Una vez que terminan de hablar, le ofrezco algo de beber. Me imagino que tendrán el gaznate seco de tanto hablar. Voy a la cocina y preparo algo de picoteo y unas cervezas. Entonces veo el cuchillo con el cual esa desgraciada me amenazó y algo de sangre.

Comienzo a temblar nada más ver la sangre llegando a pensar que podría tratarse de mi hermano. Joder, voy a tener que dejar de ver mentes criminales o voy a escapar para que me encierren.

―Buenos chicos, tomad echaros unas cervezas y unas patatas fritas.

―Yasmina tenemos que decirte algo.―Me dice Néstor mirándome con expresión seria. Desde que lo conozco es la primera vez que me mira de esa forma, y debo reconocer que me asusta.

―Dime Néstor te escucho.

―Aprovecho ahora que está aquí Isaac para pedirte disculpas por lo que te dicho en tú consultorio y que sepas porque lo he dicho.

―Venga empieza.―Le digo vacilante a Néstor cruzándome de piernas echándome una patata a la boca.

―Como bien sabes, todo esto empezó en las dichosas carreras hace ya años. El día que te caíste, fue Isaac el que te empujó para que te cayeras y perdieras la carrera. Aquella noche el premio era gordo y participaba Oliver Santoi, es buen piloto y aliado de Camelia.

―¿Oliver? El primo de César.―Digo asombrada levantando sin darme cuenta la voz.

―Exacto. Por eso yo sabía que estabas con ese gilipollas. Bueno de eso me enteré después. Pero sabemos que Oliver tiene algo que ver con la muerte de mi hermano y de que ahora Naím se vea así.

―Chico habla en cristiano que no me entero de nada. ¿Qué narices tiene que ver Oliver con toda esta situación?

―Oliver es un hombre que debe dinero a la mafia. Al parecer trabaja para Tito el novio de Camelia.

―El cornudo del siglo dirás.

―Más o menos. Oliver le debía dinero a Tito y para poder pagarle la deuda, hacía lo que le decía y una de las cosas que hizo fue dar la orden de matar a mi hermano. No fue él quien se metió en el coche con mi hermano pero sabemos que está detrás de la muerte de mi hermano como ahora es el responsable de que de Camelia tenga a tú hermano.

―A ver que me entiendo, que estoy confundida. Me estás queriendo decir que Oliver el primo de mi ex novio resulta que trabaja para la mafia, y él está detrás de la muerte de tú hermano y no es poco que también quiere matar al mío. Me equivoco en algo.

―No preciosa.

― ¿Entonces qué coño tengo yo que ver en todo este asunto?

―Pues tan simple, como que tú hermano apostó por ti y perdió la apuesta y tuvo que meterse en las peleas ilegales para poder salvar su deuda. Pero al parecer Oliver está interesado en ti y al rechazarlo se las está haciendo pasar canutas a Naím. Y Camelia lo quiere para que le ayude a conseguir más dinero, admito que he visto pelear a Naím es un tío que lucha bastante bien.

―Joder mi madre, pero que cerquita  lo he tenido. Quien me lo iba a decir que Oliver era el que estaba detrás de todo esto. Y todo porque no he querido acostarme con él. Desde luego lo que son los tíos capaces de hacer cuando lo rechazas para que luego digan que las mujeres hacemos cualquier cosa para conseguir nuestros propósitos.

―Bueno ahora que sabes todo espero que me tengas más confianza y cenes conmigo pisicologa.

―Mira Néstor no estoy de humor. Quiero saber dónde se encuentra mi hermano. Y me alegro de que hayáis hecho las paces. Al final sois amigos, y miraros. La amistad no se debe romper así como así. Me alegro mucho por vosotros.

―En parte te lo debemos a ti, Yasmina.―Me dice Isaac modesto.

―Aquí la cosa no termina Yasmina, se me ha olvidado contarte lo mejor. Venga Isaac remata tú.

―Yasmina, no tenemos ni pajoreta idea de donde puede estar tú hermano. Lo único que sabemos es que Oliver quiere tema contigo y tú serás quien te encargues de llevarnos hasta Camelia y donde podamos encontrar a tú hermano a través de Oliver.

―De acuerdo. Haré de cebo, pero que conste que lo hago para saber dónde está mi hermano, por él hago lo que haga falta.

Con una sonrisa, Isaac me mira y Néstor me da un beso en mi mejilla. Suspiro para ahuyentar el miedo que se ha quedado estabilizado ahí en mi cuerpo y no quiere salir.

Sigo atentamente todas las instrucciones que me da Isaac, me coloca una pequeña cámara en forma de broche. Me explica que es lo que debo hacer en caso que me encuentre en peligro, él me asegura que estará a mi lado y no permitirá que nada malo me suceda.

No sé si reírme o gritar del pánico que estoy viviendo. Saber que Isaac está preocupado por mí me alegra, pero cuando intento mirarlo, él desvía sus ojos para otro lado evitándome. Me duele un pelín cuando hace eso, aun así lo entiendo por qué lo hace. Néstor. Él está interesado en mí, a pesar de sus tonterías y su manera de dirigirse a mí, sé que Isaac lo hace por su amigo. Y eso en cierto modo me fastidia un poco. Néstor es guapo, es bromista, es buen amigo. Pero yo solo lo veo como tal. Pero con Isaac es todo distinto. Mi pulso se acelera cuando lo tengo a mi lado, mi cerebro deja de funcionar y mi cuerpo reclama su calor.
Algo que ni por asombro me pasa con Néstor. Pero vamos que una en estos momentos no está para amoríos, si no tengo que concentrarme y llamar a Oliver y tener una cita con él para que me lleve hasta Camelia.

Llamo a Oliver, me alegro de conservar su número de teléfono.

―Dígame.―Un escalofrío traspasa mi columna al escuchar su voz. Maldigo para mis adentros.

―Oli, soy Yasmina, qué tal. Esto mira, me siento algo triste, no sé que me pasa, y como siempre me has dicho que si quería cenar contigo, me gustaría quedar y comentarte algo que me ha ocurrido esta mañana con Eva.

―Ah, te has enterado que César va ser padre.

―Sí, y quería hablar contigo, no sé estoy confundida.―Madre mía, pero que buena actriz que soy, si creo que me ganado hasta un Goya y todo. El muy imbécil se lo ha tragado todo. Al final hemos quedado para ir a cenar.

Para la ocasión me decanto por un vestido color fucsia por debajo de mis rodillas. Me dejo mi pelo suelo haciéndome unas ondas abajo en las puntas y me maquillo a conciencia. Quiero estas monísima para la ocasión.

Estoy tan cansada de esta situación que lo único que deseo es no fracasar y poder ayudar para que salven a mi hermano.

Al llegar al restaurante, me siento en una mesa. Oliver aún no ha llegado y de Isaac y Néstor no los he vuelto a ver desde ayer. Trago saliva para poder espantar el pánico que se apodera de mí. Conozco a Oliver desde hace años, sé que él está interesado en mí, me lo ha dicho muchas veces, pero ahora que me enterado de lo que es capaz de hacer un nudo de terror se ha formado en mi pecho y temo que todo salga mal.

Veo como Oliver se acerca hasta la mesa donde estoy sentada, lleva puesto una camisa malva y unos pantalones negros. Admito que el muy capullo es guapo. Su cabello rubio lo lleva peinado con gomina y sus ojos azules se fijan en mí nada más verme besándome en la boca sin ningún pudor.

―Siento la espera, pero tenía cosas que terminar en el trabajo. Estás preciosa.

―Gracias, eres muy amable, tú también estas muy guapo esta noche.―Respondo haciéndome la modosita, cuando en realidad tengo unas ganas de cogerlo del cuello con las dos manos.

Tras varios halagos, comenzamos con la cena. Hablamos de César y Eva. No es un tema de conversación que me divierta pero no me queda de otra si quiero capturar al pringado este.

Terminamos de cenar y le propongo ir algún lugar. Le comento que tengo ganas de ir a ver alguna carrera. Aunque no participe. No sé me ocurre nada más para poder sonsacarle algo.

Él, con amabilidad me conduce hasta su coche, sus labios se posan en los míos. ¡Dios mío qué asco por favor! Me hago un poco la estrecha, lo que no quiero en estos momentos es tener sexo con él. Pero él no se baja del burro y sigue besándome. Joder que bien besa, y lo peor de todo que ha comenzado a encenderme. Ay madre que calentón me voy a llevar.

Intento separarme de él, pero al parecer él no está dispuesto a dejarme ir así como así. Sus besos se vuelven más fogosos sus manos pasean a sus anchas por mi vestido y mi centrito se ha despertado en el peor momento.

Joder, es que no pueden hacer algo. Estoy siendo vigilada por la policía, y resulta que no hacen nada para librarme de esta situación. Ah claro, solo intervienen en caso de que esté en peligro, esto se lo tomarán como que quiero yo acostarme con el rubio.

Para mi suerte lo llaman al móvil. Respiro aliviada limpiándome con disimulo la boca. Él me hace un gesto con el dedo índice y se aleja de mí unos pasos.
Yo como soy así de cotilla lo sigo, aprovecho que está de espaladas para escuchar la conversación.
Al parecer está hablando de mi hermano. No da muchos detalles, pero puedo adivinar que se trate de él, incluso a dicho un nombre de algún lugar. Antes de que cuelgue me separo y vuelvo apoyarme en el coche.

―Bueno por donde iba.―Se vuelve acercar para besarme como si la conversación no hubiera sido de la menor importancia.

Le rodeo con mis brazos el cuello y lo beso. Acepto que me da morbo la situación, y al mismo tiempo tolero que el rubio me bese. Pero no me queda de otra si quiero que me lleve hasta su casa y poder averiguar más.

Una vez que llego a la casa de Oliver miro para todos lados, entonces mis ojos van directos hacia una carpeta que está encima de una mesa pequeña. Mientras el me prepara una copa yo abro la carpeta y miro el contenido.

El vello se me eriza cuando veo la foto de Isaac y lo que supongo que serán datos de él.

Adopto una actitud normal cuando  veo regresar a Oliver con las copas. Él, con sus ojos clavados en mí me ofrece el vaso. Yo sin dudarlo me lo bebo de un trago. Espero que el alcohol me dé la valentía que necesito para poder intentar resolver todo este lío. Y de paso, poder averiguar donde tienen escondido a mi hermano.

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