Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 15

Al día siguiente estaba con un dolor terrible de cabeza, apenas había podido dormir y no me encontraba con ganas de ir a trabajar. Llamé a Inés mi secretaria comunicándole que no iría a trabajar, estaba enferma le mentí para quedarme en casa.

En todo el día me pude levantar de la cama, solo para ir al baño y prepararme algo de comer. Llamé repetidas veces a mi hermano pero no conseguía dar con él. Su móvil estaba apagado y en el bufete no se encontraba. Todo aquello comenzaba a preocuparme incluso me temía lo peor.

Tuvieron que pasar tres días para que volviese de nuevo al trabajo, en esos días me desconecté del todo el mundo, no quería saber absolutamente nada de nadie. Necesitaba estar sola para poder analizar todo y buscar al menos una solución.

Antes de ir para mi trabajo decidí primero ir a buscar a mi hermano al bufete. Para mi suerte pude encontrarme con mi hermano en el párking.

―Yasmina cómo estás me tenías preocupado.-Veo como mi hermano viene hacia mi abrazándome fuerte.

―Naím lo siento necesitaba estar sola para poder pensar.

―Yasmina siento mucho la manera de cómo te traté delante de Camelia, pero no quiero que vuelvas más a poner un pie en ese lugar, ese sitio es peligroso.

―Ya es tarde, abofeteé a Camelia, quiero que te deje en paz, Naím escuché como hablaba por teléfono con alguien explicándole que te está utilizando. Por favor Naím sal de ese mundo, ahora tienes trabajo, tú bufete. Recapacita Naím ya estuviste en la cárcel creíamos que habías dejado eso atrás. Por favor Naím no nos hagas esto a mí y Yanira.

―Yasmina, Camelia no es nada importante solo la estoy utilizando, y si estoy en las peleas no es por ella, es por mí, diríamos que tengo una deuda atrasada y debo pagarla.

―Naím ¿Qué me estás queriendo decir?

―Ahora no puedo decirte nada, pero prometerme Yasmina que cualquier cosa que te suceda me avisarás, no andes sola y sobre todo ten mucho cuidado. Espero que esos mafiosos no vayan a por ti.

―Joder Naím, dime ya de una vez que está ocurriendo. Dímelo no puedes dejarme así.

―Te lo explicaré todo a su debido tiempo. Ahora debo de irme tengo un juicio pendiente en una hora. Nos vemos, ve a mi casa no quiero que estés ni un minuto sola.―Mi hermano me da un beso en mi mejilla y mirándome con tristeza y algo de culpabilidad se marcha dejándome descompuesta en un manojo de nervios, preocupada y lo peor de todo con la incertidumbre de saber qué es lo que realmente está ocurriendo.

Cuando pude reaccionar un poco a todo lo que me estaba sucediendo, me monté de nuevo en mi coche y me fui para el trabajo, allí por lo menos me podría distraer y no pensar en nada de todo lo que gira en mi entorno y que tanto terror me da.

Una vez que llego a mi consultorio, Inés me pone al tanto de todo lo que ha ocurrido en mi ausencia, tras terminar de hablar con ella, doy comienzo a mis sesiones con mi primer paciente.

Horas después estoy agotada, a pesar de intentar calmarme un poco, no puedo hacerlo debido a que me encuentro algo inquieta como si tuviera un mal presentimiento. Y hablando de malos rollos aparece por la puerta Néstor.

―Adelante Néstor―Le digo cuando pasa mirándome fijamente con gesto de preocupación.

―Yasmina, ¿Se puede saber dónde te has metido, te he estado llamando mil veces?

―En mi casa, estaba enferma.

―Eso no te lo crees ni tú. Dime porque narices te fuiste la otra noche, ¿no habíamos quedado en que te ayudaría con el tema de tú hermano?

―Siii, ya lo vi lo interesado que estabas que no hacías masque hacerle arrumacos a Cristina y de mí pasaste como de comer mierda.

―Un momento hermosa. Yo iba a ir solo, pero Cristina se empeñó en acompañarme y no puede decirle no.

―¿De verdad? ¡¡Venga ya!!

―Yasmina, escúchame por favor. Entiendo que estes molesta, pero también quiero que comprendas que no deseo lastimarte. Cristina es muy importante para mí, y a veces hacemos cosas que no deberíamos, pero ella lo hace por mi bien y yo se lo agradezco.

Soplo varias veces intentando controlar las ganas de pegarle una patadas en sus testículos.

―Mira Néstor hermoso, eso se lo vas hacer tú a tu tía del pueblo, porque ese farol no ha colado conmigo. Mira voy a serte sincera. No te voy a negar que no me gustas, incluso llegué hacerme ilusiones, te preguntarás porque. Pues aunque eres un poco altanero, engreído y presuntuoso. No eres mal tipo. Tienes muchas virtudes de las cuales no deseas sacar por miedo. Sin embargo puede darme cuenta como tú le respondías gustoso a todo lo que te hacia Cristina, y aunque me niegues que no sientes nada por ella, te estas mintiendo tú solo.

―Te puedo asegurar Yasmina que no siento ese amor enfermizo que sentía por ella hace años. Ahora solo tengo apego a ella y cariño.

―Néstor, cuando nos enamoramos por primera vez, es muy difícil poder olvidar a esa persona, lo hacemos porque estamos lejos o simplemente porque nos lastiman. El dolor se convierte en rencor y eso nos hace de que lleguemos aborrecer a esa persona que un día amemos. Pero en tú caso, has convertido el dolor en atracción, y ni tú mismo tienes voluntad para decirle no. Porque aquí en tú corazón aún hay un fragmento de cariño hacia ella. La sigues queriendo Néstor, te guste o no ella no te está protegiendo, eres tú quien quieres que te proteja.

―Eso no es cierto Yasmina, la única a la que estaba protegiendo esa noche era a ti, la única que me preocupaba eras tú, y si dejé que Cristina me hiciera carantoñas solo lo hice para protegerte. Yasmina soy un hombre famoso, en ese lugar va gente muy importante, políticos, deportistas, banqueros... Más o menos nos conocemos entre nosotros, si me hubieran visto contigo, hubieras sido el centro de atención por ir acompañada de Néstor Majane, y créeme cuando te digo que nadie te hubiera tomado en serio. Ha Cristina ya la conocen pero a ti no, y por nada del mundo hubiera permitido que cualquier desesperado me hubiera ofrecido dinero por querer acostarse contigo.

― ¿Me estas queriendo decir que esas mujeres que se ven acompañadas por ti las utilizas como mercancía? Pero como puedes ser tan miserable.

―Che, para el carro hermosa. Punto uno; Yo no soy ese tipo de hombre, lo segundo si alguna mujer quiere hacerlo yo no las obligo, siempre queda en su elección y lo tercero...Pisicologa, pareces no enterarte que me importas demasiado, que la atracción que siento hacia ti no la siento por ninguna otra mujer y te aprecio demasiado como para que cualquier subnormal picha floja te haga algo. ¿Lo pillas? O no me explicado bien.

―Sí, pero sigo pensando lo mismo.

―Piensa lo que quieras Yasmina, pero yo no obligo a ninguna mujer a meterse en la cama conmigo, yo no soy exigente y mucho menos impongo nada a nadie. Cada cual sabe lo que hace y antes de que lo hagan yo les hablo de lo que hay. Después cada una es libre de tomar sus decisiones. Esto funciona así, uno no hace lo que el otro no quiere. Me explico Pisicologa.

―Perfectamente. Ahora si me disculpas debo continuar con mi trabajo.

―Mírame Pisicologa. No vuelvas más a irte de la manera que lo hiciste la otra noche, si alguien te debe proteger, ese seré yo. Porque chica que quieres que te diga pero tienes más peligro que caperucita roja.

―Ya he captado la indirecta. Gracias por todo Néstor.

―No hay de qué, pero dame un muah, anda.―Sonrío ante la cara de corderito que pone Néstor, me levanto de la silla y agarrándole por sus hombros lo beso, sus labios me enardecen y esos besos tan dulces me impulsan a pegarme más contra su cuerpo. Con su mano puesta en mi espalda, Néstor me aprieta más contra su duro cuerpo, puedo sentir su excitación, impulsándome a prolongar más mi beso y mover mis manos hacia el borde de su camiseta para quitársela. Menudo gustazo poder disfrutar de este monumento yo sola, sin pensarlo me tumbo en el diván, dejando que él tome el control y sea quien me lleve a ese viaje de erotismo que tanto anhelo.

―Sabes Pisicologa, creo que voy a venir más veces a verla, estas sesiones son lo más.

―Néstor lárgate, mira qué horas es, voy retrasada.

―No te preocupes, te recompensaré, a las siete pasaré a buscarte y cenaremos juntos y me tendrás para ti solita. Esta noche será especial, tú y yo.

―Alguna vez te han dicho que eres único.

―No, me piropean o me ponen verde. Cuídate Yasmina, nos vemos.―Lanzándome un beso al aire, Néstor se marcha dejándome un poco aflojada y aliviada de haber sabido que Cristina no es tanto como yo pensaba. Ahora si estoy segura que le intereso a Néstor, se preocupa por mí, se impacienta y sobre todo está obsesionado. ¡¡¡Wuauu!! Qué bonito es el amor.

A las siete Néstor pasa a recogerme a mi trabajo. Agarrados de la mano andamos por la calle en busca de nuestros autos. Mientras conduzco pienso en todo lo que estoy viviendo con Néstor, pareciese que nos conociéramos de antes, bueno él a mí si que me conocía por las carreras, pero eso ya no importa. Lo que de verdad me interesa es que es lo que va pasar, y lo que soy para él.

Veinte minutos después llegamos a un restaurante francés. Primero se baja el de coche, como ya habíamos acordado primero pasa él primero al restaurante y después paso yo para evitar los paparazis. Si el supiera que este mundo ya me lo conozco, pero no quiero decirle nada, prefiero seguirle la corriente y mantenerme al margen de su vida. Por si acaso las cosas entre el y yo no llegasen a nada.
Como decía mi abuelo, piensa mal y acertarás.

Paso al restaurante, pregunto al maître por una mesa reservada por Néstor Majane. El hombre amablemente me conduce hacia la mesa donde se encuentra Néstor sentado mirando la carta del menú.

―Esto Yasmina, mira no tengo ni idea de francés, chica puedes pedir tú.-Me río mientras yo.adiento y lo miro divertida, en ese momento me percato lo distinto y amable que es conmigo.

―¿Y porqué me has traído aquí?

―Para impresionarte. Pero vamos que yo de franchute ni papa idea.
Como mucho sé decir Bonjour y para de contar.

―Vale, yo si estudié francés, yo pido.

―Tranquila pago yo, así que no escatimes en gastos.

Comienzo a leer la carta y pido la comida. Me decanto por un Aligot como primero, de segundo Merluza al beurre blanc y de postre Clafoutis acompañado de un buen vino rosado.

Comenzamos a cenar, admito que la compañía de Néstor es agradable, hablamos de todo un poco hasta que terminamos de cenar.
Seguidamente salgo yo la primera y después el. Como era de esperar había paparazis en la puerta del restaurante. Puedo saberlo porque cuando me disponía a montarme en mi auto y salió Néstor vi varios flashes. Entiendo que vida pueda llevar y más porque trata de protegerme. Agradezco que me prevenga de todo esto, puesto que sé de qué trata todo este circo por Yanira y lo mal que lo pasó cuando empezó su relación con Charlie. Me monto en mi auto y comienzo a conducir hasta que llego al apartamento de Néstor. Lo miro un poco fríamente no me agrada mucho tener que subir a donde trae a todas sus conquistas. Pero si deseo estar con él asumo lo que hay y comienzo a caminar hasta su apartamento.
Espero unos minutos en la puerta hasta que llega él. Me da un beso suave que me enloquece al instante.
Pero el encanto termina cuando se abre la puerta y se asoma Cristina. Ambas nos quedamos mirándonos con cara de pocas amigas, ella sin dudarlo se dirige a Néstor molesta.

―Qué hace ella aquí, no se suponía que esta noche íbamos a estar solos.

―¿En serio que he quedado contigo Cristina?

―Me parece que sí Néstor. Ahora te pido Yasmina que te marches, aquí no tienes nada que hacer.

Me quedo mirando a Néstor asombrada, esperando que le responda, que le diga algo, que le explique que la que anda sobrando es ella y no yo. Al parecer eso queda en mis pensamientos.

―Gracias Néstor por tu invitación, me ha encantado cenar con un buen amigo, ahora me tengo que ir. Disculpa si molesto. Chao Cristina que paséis una buena noche.―Me despido de ellos, decidida me acerco a Néstor y muy despacio le susurro al oído; «Te tiene dominado»

Él me mira confuso guardando silencio. Antes de irme le vuelvo a besar, lo hago por darle un poco en los hocicos a esa zorra. Me separo de él dándole un beso con mi dedo índice y me marcho moviendo mis caderas exageradamente. Aunque tenía ganas de llorar, no lo iba hacer. Estaba más que decidida a no dejar que me volviesen a pisotear mi orgullo. Ya estaba cansada de tener que sufrir, de tener que echarme la culpa de todo y de cuestionarme que es lo que hecho mal para tener que verme así, y por supuesto menos voy a caer en ese pozo de lamento que he vivido durante tanto tiempo por culpa de un hombre.

Néstor puede ser un mujeriego, un gilipollas, pero en todo momento ha sido franco dejándome claro que entre nosotros solo somos folla-amigos. Aquí la ingenua, la que se ha hecho falsas esperanzas he sido yo. El problema es que Néstor se ha introducido en mi corazón irrumpiendo alguna especulación para sentirme conquistada y fascinada por él.
Lo asumo, esto es lo que hay.
Ante cualquier situación, compórtate como si fuera normal. Maldita ley de Murphy como si fuese tan sencillo.

Dejo aparcadas mis absurdas ideas, me seco mi cara antes de bajarme del auto. Camino dirección a mi piso para recoger unos expedientes, después iré a casa de Naím, le prometí que volvería a su casa y hablaríamos.

Al llegar a la puerta siento una sacudida en mi estómago, al ver la puerta medio abierta. Temblando paso dentro lentamente, miro y todo está desordenado, el pánico empieza a fluir por mi organismo. Me giro y salgo inmediatamente hacia la calle. Siento mucho miedo, y lo peor que me dejado el móvil en el coche. Con mi respiración agitada me monto de nuevo en mi coche. Llamo a mi hermano.

―Dime Yasmina.

―Naím tengo mucho miedo, mi casa está patas arriba y la puerta estaba abierta cuando he llegado.

―Mierda, Yasmina dime ¿Dónde estás?

―Voy camino para tú casa.

―De acuerdo, aquí te espero.

Finalizo la llamada, acelero todo lo que puedo hasta que siento que me golpean por detrás. Apunto de tragarme el volante, pego un frenazo, miro por el espejo retrovisor y veo un furgón negro siguiéndome, acelero todo lo que puedo pero mi coche no es lo suficiente rápido y la furgoneta se traviesa en mitad de la carretera.

Freno en seco, intento quitarme el cinturón de seguridad pero de los mismos nervios no atino, un hombre de dos metros voluptoso me saca sin apenas esfuerzo de mi auto tapándome la boca agarrándome fuerte de mi vientre. Intento quitarme de su agarre pero me es imposible, ese mastodonte me mete en el furgón de un empujón. Segundos después siento un trozo de tela en mi boca y mis parpados no tardan en bajarse.

No recuerdo nada, me encuentro aturdida y con mis ojos vendados y mis manos atadas en el respaldo de una silla. Intento escuchar algo para orientarme, pero solo escucho el sonido de unas gotas y unos pasos.

―Por fin se ha despertado la bella durmiente.

―Qué quiere de mí.-Pronuncio temblando dejando caer mis gotas por mi rostro del pánico que sentía.

―Muchas cosas querida, lástima que la jefa no lo tenga prohibido, si no, te puedo asegurar que lo íbamos a pasar de lo lindo.

―Vete a la mierda gilipollas.

―Cállate zorra.―Su mano golpea mi cara. Siento mucho miedo pensando en qué me ocurrirá, me tienen secuestrada, atada y lo peor de todo, nadie sabe dónde estoy. ¿Qué será de mí, y que me van hacer conmigo?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro