Capítulo 14
Un escalofrío recorrió mi espalda, el miedo me avisó que estaba en peligro y debía salir corriendo si no quería que esos hombres tan altos y fuertes le sirviera de cena esa noche.
Me quité los tacones para correr más rápido, me metí por un pasillo, después baje por una escaleras para encontrarme otro pasillo con puertas a los lados, miré para atrás y esos hombres están pisándome los talones.
¡Mierda y ahora qué hago!
Para mi buena suerte vi una chica salir de una habitación, corrí hacia allí y puse la mano antes de que se cerrase la puerta y pude pasar.
Dentro apoyada en la puerta sentía como mi corazón fuese a salirse de mi pecho, me costaba hasta de respirar. Apoyé mis manos en mis rodillas para tranquilizarme un poco.
De pronto veo unos pies grandes descalzos, alzo mis ojos al escuchar una voz masculina hablándome.
Joder…digo al ver aquel hombre alto, moreno, cuerpo fornido marcándose sus músculos y su piel morena mojada le brillaba. Tan sólo llevaba puesto una toalla atada a su cintura. Sí, no lo voy a negar el muchacho está buenísimo.
― ¿Quién es usted? ¿Y qué hace en mi habitación?—Su voz sonaba muy enfadado.
―Déjeme explicarle, yo estoy huyendo, unos hombres me persiguen y necesito que me ayude a salir de esta.― Mis nervios empezaron a fluir de nuevo al escuchar las voces de esos hombres. No tenía tiempo que perder.
Me quité la peluca me deshice del recogido lo más rápido posible, me desabroché el vestido, dejando mis pechos al aire lo miré desconfiando de que ese hombre no me siguiese la corriente. Caminé hasta él, le rodeé con mis brazos su nuca y lo besé tirándolo encima de la cama justo en el momento que los dos gorilas pasaron dentro de la habitación dando un fuerte golpe a la puerta.
―Oh, lo sentimos señor, pensábamos que había entrado una mujer pelirroja aquí.―Se disculpa uno de los gorilas y tras hablar el moreno con ellos, estos se marchan.
―Ahora piensa explicármelo.
―Lo siento mucho, pero no me quedaba de otra.
―Claro, a poco me viola. Pero bueno es usted muy bonita me hubiera dejado.
Ahora dígame qué le ocurre.
Resoplo tomando asiento en la cama, mientras me abrocho el vestido le voy explicando lo que me ha pasado.
―Me llamo Yasmina, y soy hermana de Naím unos de los luchadores y solo quiero evitar que mi hermano siga peleando. Pero me chocado con una morena, mala, víbora, zorra…Y tras pegarle unas cachetadas y amenazarla me ha echado a los perros. Y el resto ya lo sabe.
―Me llamo Isaac. Y debo decirte Yasmina que estás en peligro, según tu descripción, te has metido con Camelia Roger. Es una mujer muy peligrosa, malvada y es capaz de hacer cualquier cosa con tal de conseguir su propósito. Y si le has abofeteado, sabrás que te las has echado de enemiga, y debo decirte Yasmina, que esa mujer tiene muchas influencias y puede obtener todo lo que se proponga.
―Pues vaya ánimos que me das. ¿Y ahora qué hago?
―Espera aquí en mi habitación un rato y después saldrás conmigo hasta mi limosina, a continuación te llevaré a tú casa y procura no venir a este lugar y ten mucho cuidado, te puede pasar cualquier cosa.
Trago saliva ante lo que me dice Isaac, de nuevo el miedo se apoderado de mí, tiemblo ante la idea de que esa tal Camelia me pueda hacer algo.
¡¡¡Madreee, pero donde me metido yo!!
Un rato después, camino abrazada a Isaac como si fuera su amante, agradezco mucho el detalle de este hombre de ayudarme.
Salimos a la calle y su chófer ya nos espera con la puerta trasera de la limosina abierta. Dentro puedo respirar algo de paz, Isaac se acomoda enfrente de mí observándome sin decir nada.
―En menudo fregado me he metido. Quien me manda.
―Sí te soy sincero, estás en problemas Yasmina. Debes entender que en este mundo todo es muy peligroso, debes de ser muy astuto si no quieres terminar mal. El dinero es la mayor golosina, la gente hace lo que sea incluso de perder su vida. Pero cuando se trata de enfrentarte a los peces gordos, a los organizadores de todo esto, lo mejor es saber actuar con cautela puesto que tu vida está en sus manos si no haces lo ellos quieren. Ellos tienen el poder, tú vida no vale nada.
―Joder Isaac parece que me estás contando una peli de Chuck Norris hijo.
―Tómate esto en serio Yasmina. Aléjate y habla con tú hermano para que lo deje cuando antes.
―Ya lo he hecho pero no me escucha. Y yo no sé qué hacer.
―Ponte a salvo Yasmina, tú vida corre peligro.
―Gracias por avisarme Isaac, eres buen hombre. ―Le abrazo fuerte puesto que de algún modo quería que alguien me consolase, y Isaac me devolvió el abrazo junto con un beso que recibí encantada.
«Umm este hombre besa de maravilla»
Me bajé de la limosina y me fui para mi casa, quería estar sola y pensar en todo lo ocurrido y lo que poco a poco estaba comenzando a descubrir.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro