Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 13

Suelto lentamente el aire acumulado por mis pulmones, mirando al techo agobiada por todo lo que me estaba sucediendo.

―Yasmina, dime que te ocurre y así podré ayudarte, pero chica suelta eso que te está consumiendo por dentro.

―Néstor, estoy así por mi hermano. El...está metido en peleas ilegales.

―¡¡No jodas!!! Pero eso es grave.

―Y tanto, pero no entiendo por qué lo hace, él es abogado, tiene su propio bufete no le va nada mal...Pero sigo sin entender por qué lo hace.

―Ven cosita que te doy un achuchón, ahora tranquilízate yo estoy aquí para ayudarte.

Néstor me estrecha contra su pecho, no puedo más y dejo que mis lágrimas salgan, el dolor me mata, sin embargo Néstor no dice nada tan solo pasa una de sus manos por mi cabello y la otra la desliza por mi espalda logrando que sienta un pequeño escalofrío. Sin quererlo me separo de él, necesito besarlo. Mis labios chocan con los suyos nuestras lenguas se fusionan acrecentando el deseo, sus dedos recorren muy despacio mis mejillas acaloradas  sin apartar nuestras miradas, un silencio nos envuelve pudiendo llegar a sentir el sonido de nuestros corazones, entrelazamos nuestras manos era un momento tan íntimo que no quería parar. Volví a besarlo necesitaba apreciar el roce de sus labios sobre mi piel que comenzaba a quemarme, mi cuerpo ardía de deseo, ya no podía esperar lo tenía delante de mí respondiendo con fervor a mis besos... Era aquí y ahora, no era un lugar muy apropiado pero no podía esperar más los dos buscamos mucho más, deseaba explorar su cuerpo y no quería esperar, le quito despacio la camiseta dándome el gusto de acariciar su abdomen, sigo hasta abajo sintiendo bajo mi mano su miembro ya duro. Cuantas veces me había imaginado este momento y aunque parezca una locura no voy a parar, voy hacer realidad mis fantasías. De un impulso Néstor me coge por mi cintura para sentarme encima de mi escrito tirando antes todo trasto al suelo. La ropa sobraba, sus manos hábiles se deslizan por mis muslos llegando a mi centro. Ahí comienza a jugar con fogosidad, de un arrebato me arranca el tanga, me excito siento como mi cuerpo tiembla ante lo que me hace tan salvajemente, aprecio su piel caliente rozando la mía. Su boca no tiene piedad sus embestidas son violentas y al mismo tiempo apasionadas, curvo mi espalda para ofrecerle más, necesito que comprenda que lo deseo y él capta mi señal consiguiendo que un pequeño espasmo sacuda mi cuerpo logrando alcanzar la culminación dejándome llevar por el éxtasis para minutos después llegar al clímax juntos.

Nos encontramos jadeantes con nuestras frentes pegadas y abrazados.

―Si me dices que te arrepientes te juro que no me vuelves a ver el pelo doctora.

―A sido maravilloso Néstor.

―Me alegro de haberlo hecho contigo Yasmina, no sabes cuánto he esperado para que ocurriese este milagro y ahora que te tengo no pienso dejarte.

Quería preguntarle si hablaba en serio o era otras de sus bromas. Decidí morderme la lengua y no preguntarle, tan solo necesitaba estar así abrazada a él. A continuación Néstor se deshace del preservativo y se viste y yo hago lo mismo.

Montados en el ascensor Néstor me aconseja que vayamos esta noche al lugar donde se celebran las carreras, le cuento lo que vi en el edificio. Al parecer no le ha hecho muy gracia por el cambio que toma su rostro.

―Vayamos esta noche al edificio y procura disfrazarte, ya te contaré después.―Néstor me besa antes de salir del ascensor para salir a la calle.

―Quedamos a las doce Yasmina, no te retrases.

―Seré puntual.

Néstor me guiña un ojo y se marcha para su auto. Mientras yo me monto en el mío para comenzar a conducir hasta una tienda de artículos de peluquería. No comprendo porque me habrá dicho Néstor que vaya disfrazada, pero bueno, le haré caso.
Me compro una peluca larga color caoba, unas pestañas y uñas postizas y maquillaje. Pago y me dirijo de nuevo a mi coche para irme a casa y prepararme.

Como ya suponía, mi hermano no estaba en casa, lo llamo al bufete y su secretaria me dice que hace una hora que se marchó. Perfecto. Lo llamo al móvil pero no responde. Su actitud comienza a preocuparme, ¿Qué demonios le pasa?

Dejo de pensar por un momento en mi hermano y me marcho para el baño tengo que dar comienzo con mi transformación.

Me miro al espejo unas cuantas veces dándome el último retoque de brillo de labios. ¡¡Guauu!! Si parezco una muñeca con mi peluca larga color caoba, mi vestido ajustado color plata atado al cuello con la espalda al aire, que sexy me veo y todo. Solo me falta ponerme mis tacones e ir en busca de Néstor. Me puedo hacer una idea de la cara que pondrá cuando me vea. Una pequeña risa traviesa se me dibuja en mi rostro, desde luego Néstor me ha calado hondo y después de lo que ha pasado en mi consulta ahora sí tengo claro que mi corazón me está guiando por el buen camino.

Una hora después llego a la calle donde se encuentra el edificio, aparco mi auto y llamo a Néstor para comunicarle que ya he llegado. Me responde que me espere en la puerta. Perfecto, ¡ay que nerviosa que estoy!

Me bajo de mi auto con elegancia, camino como una modelo, bueno más bien para no caerme con los tacones.
Llego a la puerta y no veo a Néstor, será posible que me haya mentido, mira si ha hecho algo así te juro que lo mato. Espero unos diez minutos, busco mi móvil en mi bolso para volverlo a llamar cuando lo veo revolver la esquina, pero mis ojos no van hacia él, sino hacia Cristina. Respiro hondo pretendiendo que mi desconcierto no se note demasiado.

―Buenas noches Yasmina que gusto me da verla, se ve distinta esta noche.―Los ojos claros de él me miraban de arriba de abajo como si lo que viera le gustase, pero el muy cínico prefirió hacer que fuese una coincidencia ante su cuñada. Aquel comentario me fastidió mucho, le di la mano en forma de saludo tragándome mi propio veneno para no soltarle la cachetada que se merece.

―De nuevo nos vemos Yasmina.
―Me dice Cristina clavando sus ojos negros en mí.

―Bueno si lo deseas ven con nosotros Yasmina ya que vamos al mismo lugar.―Mi respiración estaba un poco más agitada, lo fulminé con la mirada aquello ya me estaba sacando de mis casillas y encima ver como Cristina lo agarra del brazo susurrándole algo al oído para reírse como un par de tontos. Me sentía tan decepcionada y al mismo tiempo tan cabreada, en ese momento quería salir corriendo, pero oye que tampoco soy una cobarde y menos tengo porque huir.
El motivo por el cual estaba allí era por mi hermano. Por lo tanto de la parejita de babosos podía pasar aunque me doliese tanto de ver como Néstor le presta toda su atención a ella y de mí pasa como de la peste.

Mientras yo me encontraba detrás de la pareja babosa, Néstor hablaba con el hombre que se encontraba en la puerta vestido de negro. No sé exactamente lo que le dijo pero éste nos dejó pasar a los tres sin hacernos un registro como la vez anterior que estuve aquí.

―Muy amable señor Majane por ayudarme para que me dejen de entrar y poder disfrutar esta noche con ustedes.―Miré a Néstor que se encontraba metiendo su cartera en el bolsillo de su chaqueta.

―Para mí no es ninguna molestia que nos acompañe y para Cristina tampoco.

―Bueno no me importa que nos acompañe, aunque hubiera querido estar a solas contigo Néstor.―Me responde Cristina con voz melosa acercándose más a Néstor, no sé...pero me daba a sensación que quería dejarme claro que él era de su propiedad.
¡¡ Qué zorra Dios!!
Pero de qué va la tipa esta. Que es su cuñada, que lo traicionó casándose con su propio hermano y ahora se cree con derecho de alejarlo de toda mujer. Al no ser que Néstor me esté ocultando realmente lo que siente por ella. Entonces menudo fiasco me voy a llevar, ya que me había hecho ilusiones con él, incluso...Pero que tarada soy por favor. Si es que eso me pasa por ignorante, si el mismo me lo ha dicho, tan sólo quería sexo conmigo y yo ahí fantaseando como una adolescente. Desde luego una es que no escarmienta.

Míralos ahí a la perra esta como lo coge de su brazo acercándose tanto a él dándole pequeños mordisquitos en su oreja y lo peor que podía esperar era que él le respondiese sonriéndole, quedándose quieto y disfrutando con lo que ella le hace, incluso veo como le rodea su cintura y le besa su cuello para darse unos piquitos. ¡¡Por favor qué cerdos!!

Vale Yasmina, tranquilízate que la cosa no es para tanto. Desde luego como no me había dado cuenta que todo era mentira, si no hace falta más que ver la manera como la mira, si se le cae la baba, a mí que no me jorobe, pero este todavía la quiere. Y yo voy y le doy lo que buscaba,
¡¡Pa'matarme!! Desde luego que tonta que soy, no tengo remedio.

Con disimulo me salgo del corrillo donde hay más personas con su copas en la mano hablando y con los billetes en la mano apostando por su luchador preferido. Entonces escucho como un hombre vestido de pingüino hace las presentaciones de los luchadores. Estos no tardan en comenzar a darse golpes, la sangre recorre sus cuerpos, el sudor resbala sus frentes y se ven que sus fuerzas están al mínimo, pero uno de ellos tiene que ganar. Yo no puedo mirar esas cosas, el corazón se me encoge y más observando cómo la gente que se encuentra allí vestidos elegantes gritan el nombre del luchador por el cual han apostado y algunos se dan el privilegio de reírse, al parecer se divierten con lo que ven.

No puedo soportarlo más y decido marcharse de ese lugar. Antes de salir del lugar donde se estaba celebrando la pelea, en una gran terraza decorada con alfombras, asientos de mimbre y varias barras en las cuales había varios camareros sirviendo las bebidas y otros cargados con bandejas repartiéndolo​ entre los asistentes.

De nuevo el hombre calvo vestido de pingüino anuncia la segunda pelea. ¿Pero bueno cuántos hombres están dispuestos a ganarse la vida de esta forma?

Me quedo quieta girándome lentamente observando desde lejos a mi hermano engatusado con la mujer morena que vi él otro día en la habitación con él. Aquello para mí es como una ofensa, ver como mi hermano flirtea con esa pava y más cuando lo veo como la besa para quitarse su camiseta y plantarse en mitad del circulo hecho por los asistentes animándoles para que saquen sus billetes gritando su nombre como si fuera un Dios. Definitivamente no podía permanecer en ese lugar, miré por última vez a mi hermano antes de marcharme.

Quería llorar, la noche no había salido como yo quería y lo peor de todo que me voy totalmente desilusionada por Néstor que me ha dejado claro que yo para él solo soy su juguete sexual y por mi hermano sintiéndome tan mal como si muy despacio me golpease con una barra de hierro.

No puedo aguantarlo más y paso a un servicio, paso y hay dos mujeres hablando y maquillándose. Paso de ellas que me miran por el espejo con cara de asco. Dentro del cubículo, cierro la puerta y lloro amargamente tapándome con mis manos evitando que se escuchen mis sollozos. Algo más tranquila voy a salir cuando escucho una voz y el nombre de mi hermano y hago un poco de oreja escuchando lo que dice esa mujer.

«Sí esta noche pelea, tranquilo lo tengo comiendo de mi mano, Naím hace todo lo yo le digo, creo que está hasta enamorado de mí. Tranquilo solo hay sexo entre nosotros, sabes que debo mantenerlo contento. Naím nos hará de ganar mucho dinero, es buen luchador»

«Hija de puta» Pienso mientras abro la puerta y me la encaro. Su cara ha comenzado a ponerse blanca, mientras que la mira roja de la furia que siento. Pero la tía sigue con lo suyo, termina la conversación y se pone un poco de brillo en sus labios. Me quedo mirándola en silencio apreciando como mi ira va creciendo dentro de mi notando como mis puños están demasiados cerrados, no lo puedo soportar más y la agarro de un brazo, la miro a sus ojos turquesa dándole un empujón contra el lavabo.

―Mira zorra, te lo voy a decir solo una vez, deja a Naím en paz o te juro que te vas arrepentir de haber puesto tus ojos en él, porque yo misma te los voy arrancar. ¿Entendido?

―No me hagas de reír, tú a mi no me vas hacer nada, antes estarás muerta. Ten cuidado con lo que haces y la que estás avisada eres tú.

Ah no, a mí me va venir con amenazas. Sin dudarlo le doy un bofetón con todas mis fuerzas para agarrarla de su cabello zarandeándola. En esto que llega unas chicas y comienzan a gritar, no me queda de otra que soltarla y salir de ese lugar, cuando mi adversaria sale detrás mio boceando a unos hombres de seguridad que le agredido que me detengan.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro