💜Capitulo 4💚
//Antecedentes//
Mientras tanto en la manada del Norte estaba envuelta en un ambiente de tensión, la partida repentina de Vegetta, Rubius, Spreen y los guardias hacia el bosque había dejado a los jóvenes líderes al mando. Mafer, la prometida de Missa y Roier, el prometido de Spreen, habían asumido las responsabilidades en ausencia de los mayores.
Mafer estaba de pie frente a la cabaña principal, observando cómo los betas de la manada realizaban sus tareas habituales, aunque sus movimientos parecían más apresurados de lo normal. Su cabello castaño oscuro, que resaltaba su porte de alfa decidida a su lado, Roier estaba sentado sobre un tronco, comiendo una pereza de carne y luciendo una expresión despreocupada, aunque sus ojos seguían atentos a todo lo que ocurría a su alrededor.
-Esto es un caos -comentó Mafer, cruzándose de brazos mientras miraba a un par de omegas discutir sobre cómo repartir las provisiones.- Y tú de dónde carajos sacaste esa presa de carne!?-
Roier rió suavemente, apoyando un codo en su rodilla. - Se yo quite a Steph -Se río como si no fuera que la alfa le prohibió juntarse con Mariana si no se disculpaba- ¿Qué esperabas? Cuando el alfa y los demás líderes se van, todos empiezan a entrar en pánico.-
-No debería ser así -gruñó Mafer, su ceño fruncido mientras se giraba hacia él- La manada debería saber que seguimos aquí para mantener todo en orden.-Dijo Mafer enojada pero luego miro a Roier que se devoraba la pereza de carne- Si no fueras la pareja de Spreen estoy muy segura de que Stephanie ya te hubiera matado por robarle su presa-
-Ella no me manda -respondió Roier, levantándose con gracia y estirándose-Pero volviendo al tema de la manada inquieta pues no les gusta sentirse desprotegidos, los omegas, sobre todo, están nerviosos, es nuestra responsabilidad calmarlos.-
Mafer asintió, aunque una sombra de preocupación cruzó su rostro. -Es nuestra responsabilidad... pero también deberían confiar más en nosotros.- Luego volvió a mirar a Roier - De dónde carajos sacaste esa presa de venado!?- Dijo al ver que Roier tenía otra presa más grande -
Roier ladeó la cabeza, mientras se comía la presa, luego sonrio -¿Ésto era para Missa?-
La alfa no dijo nada al principio, solo le fío un sape el la cabeza en respuesta.
-¡AY!-
P-Por supuesto que si, es mi prometido, Roier y aunque sé que es capaz, no puedo evitar preocuparme, no sabemos en qué peligro podría estar ahora mismo.-
Roier soltó una carcajada suave, poniendo una mano sobre el hombro de Mafer. -Tranquila, Mafer, Missa es un omega, sí, pero no es un cachorrito indefenso, además, mi instinto me dice que estará bien-
Mafer suspiró, relajándose ligeramente bajo el toque de Roier. -Lo sé, pero no puedo evitarlo, la idea de que esté allá afuera, lejos de la manada, me pone inquieta, no quiero perder a mi mejor amigo...-
-Lo entiendo -admitió Roier, quitando la mano de su hombro y mirando hacia el bosque que se extendía en la distancia-Spreen tampoco quería este compromiso conmigo y lo entiendo perfectamente, pero eso no significa que no lo respete, igual, no dejo de preocuparme por él, aunque sé que puede manejarse solo.-
Mafer lo miró, sorprendida por la sinceridad en sus palabras. -No sabía que pensaras así.-
-Hay muchas cosas que no sabes de mí, Mafer -dijo Roier con una sonrisa un poco triste- Pero por ahora, lo que importa es que mantengamos todo en orden aquí, para que cuando regresen, encuentren la manada como debe estar.-
Mafer asintió, su determinación renovada. -Tienes razón, vamos a asegurarnos de que todo esté bien.-
Con esa decisión tomada, ambos se separaron para supervisar las diferentes áreas de la manada, aunque la incertidumbre seguía presente.
//Presente//
La manada del Norte estaba envuelta en un silencio tenso cuando Missa regresó al territorio, acompañado por su familia y algunos de los guardias, su pelaje negro noche brillaba bajo la luz tenue del atardecer, sus ojos morados parecían reflejar la turbulencia interna que sentía mientras caminaba al lado de su hermano Spreen, quien no dejaba de lanzarle miradas de desaprobación.
-Missa... -la voz grave de Vegetta777, el alfa líder de la manada del Norte, resonó como un trueno mientras se acercaba a él, su mirada era fría, pero había un leve atisbo de preocupación en sus ojos. -¿Sabes lo que has hecho tiene severas consecuencias?-
El omega bajó la cabeza, sintiendo la intensidad de su padre. No podía responder, no porque no quisiera, sino porque la culpa lo abrumaba. La sensación de haber desobedecido a su padre, de haber ido en contra de las reglas que definían su existencia, lo ahogaba.
-Lo siento, padre... -murmuró finalmente, su voz baja, cargada de arrepentimiento.-
Spreen, su hermano mayor, lo miró con furia, su pelaje oscuro de igual manera brillando con el mismo brillo intenso que sus ojos morados iguales a su padre, pero de un color más opaco y frío, un alfa que ya se estaba preparando para asumir el liderazgo, aunque su relación con Missa había sido siempre protectora, en ese momento no podía evitar sentir una mezcla de ira y preocupación por la desobediencia de su hermano menor.
-¡No solo nos pusiste en peligro a ti mismo, sino a todos! -gruñó Spreen, su tono más fuerte que nunca, aunque se sentía culpable por haberlo dejado escapar en primer lugar, no podía evitar sentirse traicionado por la falta de responsabilidad de Missa.-
Rubius, el omega esposo de Vegetta777 y madre de Spreen y Missa, se acercó suavemente a su hijo menor, poniendo una mano sobre su hombro, su mirada era más comprensiva, pero también había una dura reprensión que se transmitía a través de sus ojos.
-Missa, esto no es un juego, no puedes simplemente hacer lo que quieras sin pensar en las consecuencias, el bienestar de la manada depende de todos nosotros. -Su voz, aunque tranquila, tenía un matiz de preocupación y desaprobación.-
Missa asintió, sintiendo cómo el peso de sus acciones se asentaba sobre sus hombros.
Vegeta777 se adelantó, su mirada firme. -Por este desliz y por desafiar las reglas de nuestra manada, tu castigo será el aislamiento temporal, durante los próximos tres días -Dijo y empezó a alzar la voz- ¡No tendrás contacto con nadie fuera de tu familia¡- Dijo seriamente - Considera esto una lección de humildad, para que aprendas que cada acción tiene una consecuencia, ya te e mimado bastante.-
Missa tragó saliva, su corazón latiendo con fuerza al escuchar las palabras de su padre. Sabía que había cruzado una línea, pero la idea de estar apartado de todos durante esos tres días lo hizo sentirse aún más solo.
La manada del Norte, aunque protectora, era una familia unida por reglas estrictas.
-Lo acepto, padre -dijo, finalmente levantando la cabeza con la dignidad que pudo reunir, no tenía derecho a desafiar su autoridad.-
La manada comenzó a dispersarse, pero Missa se quedó en su lugar, mirando a su familia y sintiendo una mezcla de vergüenza y responsabilidad. Durante esos tres días de aislamiento, tendría tiempo para reflexionar sobre sus acciones y con suerte, aprender a no volver a cometer el mismo error.
Mientras caminaba hacia su hogar, solo en su mente y su corazón.
//Manada del Este//
El aire del territorio del Este se sentía más frío esa mañana, o al menos así lo percibía Tommy mientras miraba fijamente hacia el horizonte desde su ventana. Cuatro meses habían pasado desde aquel encuentro inesperado que había cambiado algo en él. Desde entonces, sus pensamientos regresaban constantemente a Missa, el omega del Norte que lo había cuidado en su breve extravío. El recuerdo de su pelaje negro y ojos morados que parecía brillar en la oscuridad lo llenaba de un extraño consuelo, pero también de una punzante nostalgia.
Bajó las escaleras en silencio, intentando no despertar a sus hermanos mayores. Sin embargo, el sonido de sus patas diminutas en el suelo de madera fue suficiente para alertar a Wilbur, quien estaba acostumbrado a los movimientos nocturnos de su hermano menor.
-¿A dónde vas Tommy? -preguntó Wilbur desde el marco de la puerta, su voz baja pero firme. Technoblade apareció detrás de él, con el ceño fruncido.-
-Solo quería... dar una vuelta -respondió Tommy, desviando la mirada, pero sus orejas se agacharon en un gesto que delató su mentira.-
-Tommy... -Technoblade cruzó los brazos-. Sabes que mamá no quiere que salgas.-
El cachorro no respondió, pero el leve temblor de su cola lo confirmó. Wilbur suspiro y se agachó frente a el, colocando una mano sobre su hombro.-
-As estado muy extraño últimamente... Es por ese omega?-
Tommy bajó la cabeza, sintiendo la culpa hundirse en su pecho. -Es solo que... él fue tan amable conmigo, Wilbur y nadie aquí lo entiende.-
Mientras tanto, en otra parte del territorio del Este, Philza estaba teniendo un dilema similar. Desde el momento en que vio a Missa, algo en él había cambiado. Había pasado meses intentando negar de que lo atraía hacia ese omega del Norte, pero sus pensamientos siempre volvían a esos ojos morados, tan intensos que parecían revelar un alma única.
Esa mañana, después de asegurarse de que Mumza y sus hijos estuvieran ocupados, Philza decidió actuar. Transformándose en su forma de lobo, un majestuoso animal de pelaje rubio cenizo y ojos azules como el cielo, partió hacia el límite entre los territorios.
Lo que no sabía era que Tommy, frustrado por las palabras de sus hermanos, había decidido seguir sus propios impulsos y también había salido de la casa en su forma de cachorro lobo. Wilbur y Technoblade, al notar su ausencia, no tardaron en darse cuenta de que Tommy y su padre estaban ausentes.
-Esto no puede ser coincidencia -gruñó Technoblade mientras se transformaba en su forma de lobo-. Papá y Tommy desaparecieron.-
-Mamá va a matarnos si no hacemos algo -respondió Wilbur, siguiendo a su hermano. Ambos partieron al bosque, con la esperanza de interceptar a su familia antes de que ocurriera algo peor.-
Mientras tanto, en el bosque mixto que separaba las manadas, Philza y Tommy habían desacelerado su paso. Su encuentro fue chistoso, ambos se toparon en la frontera de su hogar, Tommy amenazó a Philza con decirlo a Mumza, pero Philza lo llamo idiota por intentar manipular a su padre, además no quería alarmar a la manada del Norte, pero tampoco podía resistir la tentación de acercarse más a donde sabía que estaba Missa.
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//CONTINUARÁ// 💚x💜 platónico (Almas gemelas 🤗) :3 :3 :3
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