9
BAADIR GIRAY
Mi historia resultó ser muy convincente para Elizabeth y espero que para sus padres también, pues no tendría otra excusa para acercarme a ella ya que me he informado sobre las tradiciones de este tipo de pueblos antes de venir y me he dado cuenta de que sin alguna excusa de por medio, no tendría oportunidad de acercarme mucho a Eli, es decir, ni siquiera podría invitarla a salir como pensaba hacerlo sin que alguien arruine mis planes sin haber comenzado. Por lo que tuve que idear un plan.
Desde que llegué a este pueblo me he dado cuenta de varias cosas importantes para mi venganza, entre estas, la que más llamó mi atención fue el respeto que todos los habitantes le tienen a Emir, pues me di el trabajo de investigar por mi cuenta, todo este fin de semana, que es lo que piensan de él. Y como me lo contó aquel hombre de la cárcel, todo el mundo lo respeta por su trabajo y la familia de donde proviene, por lo que prácticamente lo tienen en un pedestal, del cual gozaré bajarlo cuando mi plan termine.
Aparte de todo esto, lo que me tiene intrigado es Ahmed, pues no sabía hasta hace poco que él y Eli se conocieron, de hecho, nunca lo hubiera sabido de no ser por lo que pasó con Elif. Sin embargo, no lo veo como algo tan malo porque sé que tarde o temprano me servirá de algo, obviamente espero que este no interfiera en el plan y haga lo que le pido sin enterarse de nada pues no se si me echará de cabeza o me ayudará, y prefiero no averiguarlo.
Estaba tan perdido en mis pensamientos, cuando noto que Ahmed se encuentra en la puerta de mi habitación mirándome.
— ¿Qué quieres? — Digo.
— Nada, bueno sí, quiero saber por qué le mentiste a Sul-Elizabeth, no entiendo cuál es el propósito de tu mentira, pues yo que sepa, nosotros no tenemos planeado hacer ningún libro — dice enojado.
No lo entiendo, es decir, a él no le suelen preocupar este tipo de cosas y me sorprendo, pues nunca lo había visto mostrar algún tipo de emoción.
— Bueno, eso no lo sabías tú, pero yo en verdad tenía planeado hacer un libro y cuando la conocí pensé que sería la persona idónea para este proyecto, ¿Mi secretaria no te mencionó nada?
— No, no me lo dijo, pero aun así, siento que mentiste en algunas partes de tu "historia", porque yo ni siquiera soy escritor, soy tu asistente.
— Bueno, no le dije que eras mi asistente porque no quería dejarte en ridículo, de hecho, deberías estar agradecido. Y con respecto a mi "mentira", de hecho, en parte es verdad, porque todo esto lo tenía planeado con mi anterior asistente y bueno, ahora se me ha salido que tú nos ayudarías con el proyecto, perdón ¿Sí?
— Entiendo, pero aun así, creo que deberías decirle la verdad porque de seguro se dará cuenta de que no voy a tomar nota de la famosa historia que piensas hacer. — Dice con esa pasividad que me estresa.
— Bueno, ella no tiene que saberlo, solo trata de hacer como que lo haces, o puedes grabarla y ya luego eso podemos mandar a un redactor profesional, no te preocupes.
— ¿No sería mejor que le digas que yo no seré el redactor y contratas desde un comienzo al verdadero? — Rueda los ojos.
— ¿Y que tú te la pases aquí sin hacer nada durante 3 meses? No lo creo ... ¿Amigo? Además, necesito que tú tomes las fotografías. — Me levanto y me acerco hasta él — ¿Podrás hacer por lo menos eso?
— No soy tu amigo, en este momento soy tu asistente y entiendo lo que quieres decir, trataré de actuar bien durante estos 3 meses y si, si puedo hacer lo de las fotos, recuerda que soy fotógrafo profesional. — Se acerca más a mi — Ah, lo siento, no recordaba que no sabías esa información, solo mis amigos lo saben.
« Maldito, ¿Quieres hacerme sentir mal?»
— Por cierto, faltando 1 hora para ir a casa de Elizabeth vendré a informarte para que te alistes.
— Está bien, espero y hagas bien tu trabajo, así no tendré motivos para despedirte. — Sonrío — Por cierto, quería preguntarte algo desde que llegamos.
— Dime. — Rueda los ojos.
— ¿Por qué no la saludaste? ¿No se supone que la conociste? O ¿Acaso te pusiste nervioso ante su presencia? – Trato de bromear.
— Lo que me estás preguntando es algo personal y no interfiere en mi trabajo que es para ti, no para ella.
« Como siempre "tan profesional" »
— Ok, entiendo, ya puedes retirarte.
A penas lo digo, este se da la vuelta, pero de inmediato se devuelve.
— Lo había olvidado, Elif se encuentra abajo, me dijo si la podías recibir.
Me alegro de que Elif haya tomado una buena decisión, porque después de la "pelea" que tuvimos hace unas horas pensé que tendría que buscar a alguien más para que me entretenga un poco.
« Un problema menos »
— Claro, dile que suba. — Me voy quitando la camisa para no perder el tiempo cuando ella suba.
— ¿Estás seguro? – Dice extrañado – Creo que lo que están haciendo no es bien visto en este pueblo y podrías causarle algunos problemas a la chica. — Denota algo de preocupación en su rostro.
« Te tengo al fin Ahmed »
— ¿Acaso te gusta? — río abiertamente — . No te preocupes, tanto ella como yo sabemos lo que podría pasar y no nos preocupa, porque su abuelo es el alcalde del pueblo y me dijo que no nos harían nada pues es la única nieta y por ende la más mimada, incluso... — No me deja terminar.
— Bueno, no me interesa, si está bien para ustedes y para el pueblo, no tienes que darme explicaciones, ya la hago subir. — Da media vuelta.
— Lo olvidaba — se devuelve —, necesito que tengas listo el contrato que debe estar entre los papeles que traje.
— Está bien, por cierto, no me gusta esa muchacha, ni siquiera es mi tipo, aunque ella se me insinúa todo el tiempo — Pone su mano en mi hombro —, no te preocupes, no le voy a hacer caso por lo que puedes hacer lo que quieras con ella. – Dice y se va de inmediato.
« Te odio Ahmed, siempre tratas de humillarme... Y siempre lo logras. »
Cuando se va me pongo a pensar si en algún momento de mi vida lo veré demostrando alguna emoción verdadera. La verdad, esperaba mucho su reacción cuando le dije lo de Anastasia porque pensaba que aún la amaba, como ella me dijo que lo hacía, aún cuando ella era mi pareja, pero creo me equivoqué.
Pero ahora que me dí cuenta que le gusta Elif, no pienso desaprovechar mi oportunidad para molestarlo cuando vea que la chica que le gusta, está en mi cama y no en la suya.
Antes de seguir con mis pensamientos, una voz corta mis pensamientos.
— Así que estás listo, te hubieras dejado la camisa, me gusta quitártela. — Dice Elif sin ningún atisbo de vergüenza como lo hacía al principio.
— Bueno, aún me queda el pantalón ¿Qué tal si me ayudas con eso? — Me acerco a ella.
— Perdón por lo de esta tarde, no quiero que esto termine, aunque no quieras formalizar una relación, acepto seguir haciendo lo que hemos estado haciendo sin compromiso alguno. Quien sabe y terminas enamorándote de mí. — Casi río por la confianza que tiene y lo ridícula que es la situación, pero no lo hago, prefiero seguirle el juego.
— Si, bueno, podría pasar, pero no te confíes mucho, ahora dejemos de hablar y has lo que sabes hacer — asiente y esboza una sonrisa seductora —. Entonces, ¿Qué tal si me ayudas primero con el pantalón?
— Claro que sí, ya sabes que estoy dispuesta a ayudarte en lo que quieras. — Intenta cerrar la puerta, pero de inmediato la detengo.
—No, déjala abierta.
— P-pero está Ahmed, de seguro nos escuchará y tal vez nos vea.
— No te preocupes por eso, de seguro está puesto esos audífonos que lo he visto llevar todo el fin de semana, así que déjala abierta, ¿O acaso te molesta que él te vea?
Espero que no cierre la puerta, pues quiero que Ahmed escuche y si es posible vea todo lo que le hago a su chica.
— No me molesta, de hecho — Sonríe con picardía —, pensándolo bien creo que incluso me excitaría más si nos ve. — Se acerca deshaciendo su blusa, dejando a la vista su lencería.
— Entonces, arrodíllate y ayúdame un poco ahí abajo, y sabes que no me refiero al pantalón ¿Verdad? — Obedece.
La veo arrodillarse y de inmediato empiezan los juegos que hemos venido haciendo todo este fin de semana. Elif no hace nada mal su "trabajo". Claro que no se compara con las mujeres que tenía en la ciudad, ellas si eran expertas. Pero en este lugar ella es la única que puede darme lo que necesito, por lo menos hasta que Elizabeth también caiga ante mis encantos y pueda tenerla de la misma forma que tengo a Elif ahora.
AHMED ÜLKER
Han pasado 2 días desde que la vi recibiendo su "castigo" y hoy, cuando volví a verla ni siquiera pude mirarle a los ojos, no pude, solo con escuchar su voz recordé cómo lloraba mientras recibía los latigazo y estoy seguro, que si la miro nuevamente me sentiré aún más culpable por todo lo que le hicieron. Todo el fin de semana solo he pasado reprochándome el que no haya hecho algo para ayudarla.
Lo único que pudo calmarme un poco, fue su walkman, incluso tuve que comprar una nueva tanda de pilas porque pasaba todo el día escuchando sus canciones, que ahora mismo pienso que no están nada mal. De hecho me han gustado todas las canciones, sin excepción.
« Vaya Sultana, no tienes malos gustos. »
Sin embargo, a pesar de que ya le tomé cariño a ese aparato sé que debo devolverlo pues según recuerdo ella dijo que ese aparato la hace "la persona más feliz del mundo", sus palabras, no las mías, y la verdad no sé cómo recuerdo eso. Lastimosamente no sabía que hoy iríamos a su casa, porque de haberlo sabido se lo hubiera llevado, ahora tal vez esté pensando que no se lo voy a devolver.
Pero no es mi culpa, Baadir apenas supo que conocía su casa me obligó a llevarlo, lo cual me pareció en un principio raro pues no sabía que ellos también se conocían, hasta que en una conversación con Elif, él sacó el tema. Debí haber mantenido mi boca cerrada cuando escuché hablar a Elif sobre la Sultana, pero no pude contenerme.
FLASHBACK
— Por cierto Elif ¿Tú conoces a Elizabeth Aydin? — Dice Baadir y casi me atraganto con lo que estaba comiendo.
« ¿Él conoce a Sultana? »
— ¿Por qué quieres saber de ella? — Frunce el ceño y deja de comer.
— Es alguien que me ayudó el primer día que estuve en este pueblo, pero ¿sabes o no algo de ella? — Dice algo cansado por la actitud que está tomando Elif.
— Si, claro que conozco a la mosquita muerta de Elizabeth Aydin, se cree la gran cosa solo por ser la novia del jefe de policías, el cual por cierto no es nada comparado contigo. — Le guiña un ojo.
— ¿Te cae mal? — Elif asiente — ¿Por qué? Cuando la conocí no me pareció para nada odiosa ni nada que se le parezca, de hecho, es muy dulce.
« Y torpe, muy torpe. »
— Eso es porque no la conoces en verdad, además escuché que apenas se habían dado un tiempo en la relación con el jefe Emir, ya la habían visto con 2 hombres diferentes esta semana, ¿No creen que es una desvergonzada?, sobre todo con el chico del auto que la fue a dejar hasta su casa, se nota que es una ...
— ¿Se tomaron un tiempo? — Dice Baadir algo sorprendido.
— Si, eso dicen en el pueblo, además quisiera saber quién la llevó hasta su casa, esa mosquita muer...
— Yo fui quien la llevó a su casa y no pasó nada de lo que piensas. — Interrumpo llamando la atención de ambos— Solo la ayudé porque tuvo un accidente en la carretera por donde pasaba.
No quiero seguir escuchando más estupideces de esta chica, se nota que no conoce a Elizabeth, además, no estás en posición para hablar de "desvergonzadas".
— ¿Cómo que tú la llevaste a su casa? ¿Por qué no me lo dijiste? — Dice Baadir, exaltado.
— No me lo preguntaste, pero como vi que estaban pensando mal de una situación que nunca pasó, decidí aclararlo, pues no quiero que luego piensen mal de mi sin conocerme, como lo ha hecho Elif con Elizabeth.
— Yo no dije nada malo de ti, solo pienso que no está bien lo que ha hecho Elif, ahora todo el pueblo sabe que...
— Bueno lo que hicimos no es nada comparado a lo que has venido a hacer en esta casa estos 2 días, así que no creo que estés en posición de juzgarla.
— ¿Acaso me estás insultando? Quiero que sepas que mi abue...
—Está bien, está bien, ya no peleen, vamos Ahmed, recordé que debemos ir a un lugar. — Dice Baadir y se levanta de inmediato.
Que yo sepa no debemos ir a ningún lado, pero de seguro quiere ir a conocer algún lugar.
— ¿Puedo ir con ustedes? — Dice Elif entusiasmada.
— No puedes, no quiero que las personas del pueblo piensen que somos algo cuando no lo somos, podría dañar tu reputación. — Explica Baadir.
— ¿Cómo que no somos nada? Pero... hemos pasado juntos todos estos días, debe significar algo para ti.
« Esta escenita ya me está cansando. »
— Tú sabes que no somos nada, te lo aclaré desde el primer momento, no vengas ahora con reclamos que no vienen al caso. — Se levanta.
— ¡Entonces aquí se acaba todo! No pienso seguir haciendo nada contigo, así que decide, o formalizamos las cosas o no vuelvo más.
« Qué dolor de cabeza con estos dramas amorosos. »
— Ya conoces mi respuesta, no pienso formalizar nada porque no somos nada, así que tú vas a elegir lo más conveniente para ti, pues no pienso rogarte y respetaré tu decisión. — Dice calmado — Nosotros regresaremos en 1 hora máximo, si quieres que esto siga sin compromisos puedes venir, si no lo haces lo entenderé y haremos como si nada hubiera pasado.
— Pero ...— Trata de seguir a Elif, al borde del llanto.
— Ahora vámonos Ahmed. — Sale de la habitación y le sigo para no tener que lidiar con Elif.
FIN DEL FLASHBACK
Ahora tengo que fingir que soy escritor, cuando ni siquiera me gusta leer, peor aún escribir. Lo bueno de todo esto, es que podré hacer algo que me gusta, la fotografía, cosa que aprendí de mi madre.
Cuando intentaba seguir con mis pensamientos empiezo a escuchar a Baadir y a Elif haciendo sus cosas y me molesta.
« ¿Acaso no tiene respeto? Yo odiaría que me escucharan haciendo eso. »
Antes de seguir escuchándolos y dándole vueltas al asunto decidí ponerme a escuchar por última vez las canciones del walkman, lástima que no pueda saber ni el nombre de la canción ni del artista porque el walkman es tan viejo que solo reproduce las canciones y no muestra los nombres de estas, y para terminar, ni siquiera entiendo una estrofa de las canciones porque la mayoría son en español, ojalá hubiera aprendido algo de ese idioma cuando mi padre quiso enseñármelo.
« ¿Será que Sultana sabe los nombres? »
Espero que sí, esta tarde le voy a preguntar el nombre de algunas que me gustaron y espero lo sepa, para poder grabarlas en unos casetes que compre junto con una radio para poder escucharlas todo los días hasta que terminen estos 3 meses de infierno.
Mientras reviso los papeles del contrato que me pidió Baadir, escucho y repito una de las canción que se ha vuelto de mis favoritas, aunque no le entienda nada.
"Siento el calor de toda tu piel
En mi cuerpo otra vez
Estrella fugaz, enciende mi sed
Misteriosa mujer
Con tu amor sensual, cuánto me das
Haz que mi sueño sea una verdad
Dame tu alma hoy, haz el ritual
Llévame al mundo donde pueda soñar..."
Después de mucho tiempo veo el reloj y me doy cuenta de que falta exactamente 1 hora para ir a la casa de Sultana, por lo que de inmediato decido ir a la habitación de Baadir a decirle que se aliste.
Cuando llego a la puerta de la habitación, noto que esta se encuentra abierta y todas las luces de la habitación están apagadas, incluso las cortinas están cerradas completamente, dejando así un cuarto completamente oscuro, donde no puedo ver bien si está o no dentro.
« Odio tener nictalopía »
— ¿Baadir, estás ahí?
Escucho risas en el baño de la habitación y supongo que Elif aún no se ha ido.
— Si, pasa, pasa, prende la luz, ya salimos del baño. — Dice Baadir desde el baño y lo hago con dificultad.
Cuando se prenden las luces al fin puedo ver el gran desastre que dejaron y decido regresar luego, pues no quiero verlos cuando salgan del baño, donde seguro siguen haciendo sus cosas. Pero antes siquiera de intentarlo salen ambos. Baadir solo con una toalla alrededor de su cintura y Elif con la camisa de Baadir la cual no le cubre casi nada, por lo que decido darme la vuelta.
— ¿Nunca has visto a una mujer casi desnuda Ahmed? — Suelta una risa Baadir.
— Si, pero no por eso voy a faltarle el respeto a Elif.
— No me molesta que me mires Ahmed, sin embargo, quiero que sepas que por el momento solo soy de Baadir.
— La verdad no me interesa, solo venía a decirte que falta — Veo el reloj en mi muñeca — Exactamente 57 minutos para ir a casa de Elizabeth, así que alístate. Ahora, con permiso.
De inmediato salgo sin regresar a ver, pues en verdad me incomoda ver a una mujer casi desnuda, y no es que nunca haya visto una, solo que soy muy respetuoso con las relaciones ajenas y no me siento cómodo viendo a una mujer que no es nada para mí, casi desnuda.
Cuando me encuentro en mi habitación empiezo a alistar todo, poniendo en la maleta que estaban todas las cosas un paquete enorme de pilas, pues pienso que tal vez las necesitará, además decido poner unos 2 casetes en blanco que igual le podrían servir para grabar más música. Desearía poder regalarle un IPod o un celular, pero en este momento no tengo más que mi celular, espero poder regresar a la ciudad y comprarle uno.
« Estoy exagerando ¿Verdad? »
La verdad no se si hago todo esto porque en parte pienso que haciéndolo, me quita un poco de culpa por lo que le hicieron, o si es por otra razón que aún no logro entender. Aun así, lo hago.
Cuando estábamos por llegar a casa de Elizabeth, Baadir me detiene.
— Quisiera que cuando hablemos del trabajo que hará Elizabeth me sigas la corriente y trates de secundar todo lo que digo cuando te pida que lo hagas, es importante que ella sea parte de esto ¿Me entiendes?
— Está bien, de ser necesaria mi intervención trataré de hacer todo lo posible porque la dejen trabajar con nosotros. — Digo e intento seguir, pero nuevamente Baadir habla.
— Por cierto ¿Qué es eso que traes en la mano? — Señala — ¿Una maleta?
— No es nada que te importe, solo sigamos. — De inmediato continúo.
Me intriga que quiera a Sultana para esto pues a pesar de que es una buena opción, yo optaría por Elif, que incluso es la nieta del alcalde. Bueno, a pesar de que me parece algo sospechoso todo esto, decido quitar esa idea de mi cabeza, pues no creo que Baadir sea capaz de hacer algo malo con ella.
« No sería capaz. »
Cuando llegamos a la puerta de la casa, decidimos tocar y de inmediato nos abre la puerta Issadora, la hermana de Sultana, la cual me desagrada desde que optó por abrir la boca para hacer el castigo de Sultana peor.
— Hola, ustedes deben ser los tipos que vinieron a ofrecernos trabajo. — Sonríe.
— Si, buenas tardes justo de eso venimos a hablar ¿Podemos pasar? — Dice Baadir, tan encantador como siempre.
— Claro que sí, por cierto, soy Issadora ¿Y ustedes?
—Creo que sería mejor si nos deja pasar y nos presentamos con todos para no hacerlo dos veces. — Digo.
La muchacha me queda viendo y de inmediato nos deja entrar. Cuando lo hacemos nos lleva directamente a la sala donde vemos que hay muchas personas, entre todos ellos mi vista recae en ella. Y me intriga un poco que se encuentre con la mirada en el suelo y triste, por lo que pienso que tal vez su padre nuevamente la castigó por nuestra culpa.
« Creo que esto es una mala idea. »
— Buenas noches con todos. — Decimos ambos al entrar y recibimos respuesta de la mayoría.
El padre de Elif nos invita a tomar asiento en un sofá frente a todos ellos y lo hacemos.
— Bueno, antes de empezar yo soy Baadir y mi compañero — Me señala — es Ahmed. Es un gusto conocerlos.
— Nosotros somos la familia Aydin. Yo soy el padre y cabeza del hogar, me llamo Arnold, mi esposa es Nora, mi hijo mayor es George, mi primera hija es Charlotte, la otra es Issadora y bueno, ya conocen a Elizabeth. Ahora, díganme el motivo de su visita.
— Supongo que Elizabeth ya les comentó la propuesta que le realizamos esta tarde, se trata de un trabajo que ...
— Si, si, ya sabemos de qué trata el trabajo — interrumpe la madre — Sin embargo, no sé porque quieren la ayuda de Elizabeth, es decir, hay mejores personas para el trabajo y no tendrán que lidiar con la torpeza de esta muchacha, incluso podría arruinar su trabajo.
Baadir regresa a verme y creo que pensamos lo mismo.
« ¿Qué diablos le pasa a esta mujer? »
— ...de hecho tenía pensado ofrecerles la ayuda de mi hija Issadora, ella tiene una vida que vale la pena contar, ella estudia, tiene proyectos de vida y ...
Antes siquiera de que termine de hablar mal de su hija, Baadir decide intervenir y se lo agradezco internamente.
— Si, bueno, entiendo que pueda haber más gente que nos pueda ayudar, sin embargo, yo personalmente quiero que sea Elizabeth la que sea parte de este proyecto, por lo cual me atreví a venir a hablar directamente con ustedes. — Dice firme Baadir.
— ¿Por qué? No lo entiendo, es decir, ella es muy incompetente y no podrá ayudarles en un proyecto tan grande como el que nos comentó Elizabeth.
— Si, bueno, en realidad la escogí a ella en parte como un agradecimiento personal, pues no se si su hija les comentó la manera en la que nos conocimos.
— No, no lo hizo — Dice el padre.
— Bueno, el primer día que estuve en este pueblo me perdí y mientras buscaba ayuda tuvimos un pequeño accidente y bueno ella me ayudó demasiado pues no tenía nada de dinero porque lo había olvidado en casa, ella sin esperar nada a cambio me ayudó, lo cual dejó una buena impresión en mí.
— ¿Sólo por eso? — Interrumpe Issadora.
— Por eso cuando regresé a la ciudad y analicé nuevamente el proyecto del libro, quise que ella sea parte de esto. — La ignora Baadir. — Se que les parecerá una tontería, pero para mí significó mucho el que me haya ayudado cuando seguramente nadie lo hubiera hecho. Por eso no quiero a nadie más en este proyecto, incluso la he elegido por encima de la nieta del alcalde del pueblo.
No sabía que ella había hecho eso por él, bueno, la verdad si la creo capaz pues se nota que es una buena persona, torpe también, pero una buena persona. Aun así, la historia de Baadir me deja un mal sabor de boca porque a él si lo trató bien desde el comienzo, pero a mí no, es decir yo tampoco lo hice bien desde el comienzo, pero aun así me molesta un poco.
— Lo entiendo, lo entiendo, pero aún no nos han dicho cuánto ganaría Elizabeth. — Dice el padre.
— Es verdad, casi lo olvido, de hecho, no te lo dije en la tarde ¿Verdad Elizabeth?
Al fin la veo levantar la cabeza y sus ojos se conectan inmediatamente con los míos, pero los aparta para mirar a Baadir.
— N-no, es decir, yo pensaba hacerlo sin pedir nada a cambio, no creía que...
— Niña tonta — interrumpe su madre —, ¿Cómo crees que vas a trabajar sin esperar nada a cambio?
— P-perdón, solo que no pensé...
— Bueno — interrumpe Baadir — lo que tenía planeado pagarte son 226 Virs al mes, a parte podría pagarte más, dependiendo de las fotos que usemos en el libro ¿Te parece bien Elizabeth?
Apenas termina de hablar Baadir, noto que todos se sorprenden por la cantidad, hasta yo lo haría, es poco dinero lo que le ofrece, o bueno, para mí lo es.
— ¿T-tanto? — Todos la ven mal y se vuelve a cohibir — E-es decir, está más que bien.
— Seguro es una broma, ni nosotros ganamos eso al mes ¿Y ella lo va a hacer solo por contar su vida? — Dice Charlotte.
— Entonces ¿El sueldo está bien? — La ignora Baadir.
— Claro que está bien, a pesar de que lo que dice Charlotte es verdad, creo que ya es hora de que esta muchacha haga algo bueno por la familia y no solo nos deje en mal frente al pueblo, que es lo único que ha estado haciendo de un tiempo para acá. — Habla la madre.
— Entonces, voy a proceder a entregarles el contrato para que lo lean y verifiquen que todo está bien.
— ¿No tienes que mostrarle el contrato solo a Elizabeth? — Interrumpo.
— ¿Y quién es usted para meterse en los asuntos del señor Baadir? Él nos debe mostrar el contrato, somos sus padres. — Dice molesta la madre.
— Lo siento tiene razón, por cierto, soy el escritor y fotógrafo del proyecto señora Nora, además...
— Además es el tipo que trajo a Elizabeth el viernes. — Interrumpe George enojado — Es el tipo por el cual han creado chismes en el pueblo y han afectado a mi Eli.
Antes de que digan algo, decido explicarles todo.
— Si, yo soy quien la trajo a casa el viernes, siento mucho que se hayan creado algunos malentendidos de la situación, pero yo solo traté de ayudarla pues prácticamente el accidente que sufrió fue en gran parte mi culpa y al igual que mi compañero, ella me ayudó mucho ese día.
— Se pasa de buena samaritana mi hermanita ¿No? — Interrumpe Issadora.
— Solo espero que no hayan creído en esos chismes. — La ignoro — Como pudieron notar, su hija es una gran persona, de hecho, en parte es por eso que su salario es más elevado que el básico, pues a ambos nos ha ayudado sin esperar nada a cambio. Deben sentirse los padres más orgullosos de este pueblo. — digo sarcástico.
— S-si bueno, ya no importa, eso quedó en el pasado. — Dice la madre.
— Por cierto, mientras Baadir les habla de los términos del contrato, quisiera que me permitieran hablar un momento a solas con Elizabeth.
Se que Baadir me reprochará al salir de aquí, porque esto no estaba en sus planes, pero yo necesito hablar con ella.
— ¿Para qué? ¿No lo pueden hablar aquí? — Interrumpe George.
— Es algo confidencial del proyecto, tengo que explicarle algunas pautas que ni siquiera ustedes como familia podrán saber. — Miento.
« Es la peor excusa pero espero me crean, porque no tengo otra. »
— Claro, claro, podrían hablar en el patio trasero. — Dice el padre.
— ¿Me muestras el camino Elizabeth? — Me dirijo a ella.
Esta me queda viendo, pero de inmediato se levanta y me lleva al patio trasero. No sé por qué, pero ahora mismo estoy nervioso.
- Nictalopía (ceguera nocturna): Es una afección visual que se produce cuando la persona que lo padece tiene dificultad para ver con claridad en situaciones de poca luz.
- El sueldo normal en Vakirust es de 150 Virs al mes.
Nota: Espero les haya gustado. Gracias por leer la historia. Recuerden que si les está gustando podrían ayudarme recomendándola.
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