1. Mentira Mitad Verdad.
-¿En serio no harás nada al respecto? -cuestiono incrédulo.
-Lucius ya te contesté a ello, sabes cuanto detesto repetir lo que digo -expreso fastidiado.
-¿¡Es cierto que contraerás nupcias con Potter!?
Exclamó un agotado Regulus que luego de gritar aquello se desplomó al obtener un asentimiento de cabeza de Lucius y Severus.
-Hasta Mini Black perdió el conocimiento de la impresión -acuso con cierta preocupación el peliblanco, quien a costo a contrario en su cama arropándolo.
-Lucius ¿Podrías ser mi padrino? Eres como el dolor de una patada en el trasero, pero así también eres como el hermano mayor que debí tener.
Cuando volteo a verlo, Lucius se encontraba a moco tendido sonándose con un pañuelo pulcramente blanco y bordado...
-Supongo que es un si.
Y volvió a escarmenarse su cabello, mientras veía a su amigo intentando soportar la emoción luego de su demostración de amor fraternal.
[. . .]
-Remus, Peter y Lily... ¿Podrían dejarse de ver como si no estuviera presente?
Solo el ruido de la leña quemándose en su sala común se escuchaba de fondo.
Frotándose la sien continua. -No puedo creer que Sirius se lo tomará mejor.
-James es que me conviene, si tú contraes matrimonio con Severus... por obvias razones yo seré tu padrino... y el suyo será Lucius.
-Ah disculpa, pensé que lo hacías por mí no por Lucius.
-James, tú estarás casado con Severus... ¿Qué tiene de malo velar por mis intereses? Además, preferible que se case conmigo que con cualquier alimaña que se le ofrezca... y sé qué propuestas no le faltan.
-Perfecto indirectamente haré el papel de casamentero.
-Ni te quejes, que sin mí, Severus ni te estaría dando la hora tan siquiera.
-Ya vamos a empezar de nuevo... tienes la mala costumbre de reprochar los favores, a ver si así aprendo -hablo entre dientes.
[. . . ]
Y si, Sirius mediante los contactos que tenía con su hermano descubrió que los Prince, si aplicaría para la costumbre de matrimonio arreglado... fue así que James pudo conseguir una audiencia con la cabeza de la familia Prince... que por obra de Fate y su gran historial fue digno de ser el 1.º candidato para Severus.
Según el pergamino que el tío abuelo de Severus le redacto con puño y letra, además de una inigualable firma y sello donde le comunicaba que ya era el prometido de su exquisito heredero.
No solamente se jactó de contarle a sus padres y allegados, sino que en lo que tuvo oportunidad se lo expresó a su círculo de amigos... que para malograr la situación únicamente Sirius estaba que no podía contener la alegría, aunque sea para sus fines egoístas.
[. . .]
-Lamento, si no es de su agrado mi unión, pero tampoco es como si me importara, no se sorprendan, sino que reciben invitación, ahora si me disculpan es hora de irme.
-Espera James...
-¿Qué sucede? Si no me voy seré impuntual.
-¿Ustedes se aman? -pregunto un temeroso rubio.
-Realmente no -respondió de inmediato.
-¿Entonces porque el yugo? -soltó Remus.
-¿Y por qué no? -contesto con una gran sonrisa.
-¿A que te refieres James? -tímida y confundida pregunto Evans.
-Bueno... en resumen para ustedes, conocemos el peor comportamiento y pensamiento del otro... así que ¿qué más podría separarnos? Por ende, en vez de irnos a la ruina a lo mejor, podemos sacar más de lo que otros no pueden ver.
[ . . . ]
Severus se esperó a que Lucius tomará su especial baño para escabullirse sin que se diera cuenta de que mientras él salía, otra entraba en medio de la oscuridad... en la habitación se abría.
Para cuando Severus llego cerca del gran comedor fue abrazado y jalado dentro de la capa de invisibilidad.
Ambos recorrieron el camino hasta dar con el espacioso prado situado entre la lucheceria y el lago negro.
Su tío abuelo se había dado cuenta de inmediato que James era el chiquillo que acostumbraba a hacerle jugarretas a su cervatillo. Claro que no se la dejo fácil es más hasta consideró de inmediato quemar aquella solicitud de cortejo, lastima que Severus se entero y le pidió que fuera igualitario, no podía tomar represalias de esta manera, llegaría el momento mientras tendría que esperar.
Fue así que James se ganó la confianza luego de un arduo trabajo que consistió en en hipotéticamente buscar una aguja en un pajar. Y de paso hacer reír a la vieja serpiente.
Que por suerte del miope compartían la fascinación de escabullirse.
Una vez sentados en el extenso prado, cada quien saco su juego de notas.
-¿Ya decidiste que harás? -James comenzó.
-Me preocupaba el hecho de tú quisieras formar una familia tan pronto...
-Lo cual ya te dije que aún no. Nuestra unión es suficiente caos de momento.
-Quisiera pasar una temporada siendo el ayudante de tu padre.
-Me alegro de que te lo propusiera, madre estará encantada por cuidarte.
-No debería tomarse la molestia...
Lo interrumpió. -Sabes que te adora, así que déjala que te consienta, sospecho que en realidad le hubiera encantado tener una hija.
Una pequeña risa salió de los labios de Severus.
-¿Por qué la risa? Espera no... ¿A caso? ¿Me imaginaste siendo mujer?
-Eres extraño James, suenas más intrigado que molesto -lo veía analizando su rostro.
-Me cuestiono el que si fuera mujer... ¿Te hubieras acercado tú a mí? -se acercó tocando la mejilla pálida temblorosa de Severus.
Manteniendo el contacto pensó su respuesta. -Quizás.
-Sé que te habría perseguido.
-Conociéndote esta por demás. ¿Qué harás tú?
-Ahora que sé que estarás en mi hogar y yo estaré en el tuyo -le contó- tu familia tiene una fama de ser un buen exportador, y hemos conversado una que otra idea que llegamos a coincidir. Si mi padre y tú en cuanto empiecen a formular nuevas fórmulas y si así quieren comerciarlas, nosotros dos nos encargaremos de ello, ¿qué te parece la idea?
-Es grandiosa -tan sincero le dijo que James lo abrazo de la emoción recibiendo risas por su impulsividad- ya bien hecho -le dio unas palmaditas en la cabeza.
-Severus, has pensado en la noche de boda... -como aún rodeaba con sus brazos el peculiar cuerpo de Severus, sintió que estaba más calentito- ¿quisieras que se consumara el matrimonio? -aunque él también se consumía en vergüenza.
Tratando de regular su respiración. -¿Lo quieres?
Lo acerco más a su pecho. -No es que sí lo quiero Severus, quiero hacer lo que tú quieras.
-¿Ahora me consentirás? -correspondiendo el abrazo se acomodó en el pecho contrario.
-Las veces que sean necesarias para persuadirte, todos estos años hemos tenido que llevar una careta ante los demás, aunque el matrimonio solo es una fachada, saber que fue la excusa perfecta para vernos juntos ante lo que será nuestro círculo social. Sin olvidar que he tenido que soportar a Sirius.
-¿De nuevo lo menciono? -acaricio su barbilla y tocando ligeramente su labio inferior.
-Sé que no fue con intensiones crueles, pero esa obsesión por Lucius está llegando a mi límite.
-Prefiero que siga con ello, a que averigüe nuestra pequeña treta.
[ . . . ]
Continuará...
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