Capítulo 4
Desesperada. Irritada. Cansada. Celosa.
Cuatro palabras que pueden describir a la perfección como me siento el día de hoy.
Desesperada porque seguían sin tener rastros de Danika Reyes. La muchacha parecía no tener ninguna red social. Me había matado buscándola toda la noche y nada. Le debía una gran disculpa por lo que ocurrió ayer en el comedor y no sabía ni por dónde empezar.
Irritada por los rumores que han estado circulando desde que llegué al colegio.
Cansada de los lamentos y quejidos de Max.
Y celosa por el hecho de que Dylan y Kylie estuvieron besándose el día de ayer.
Era lo suficiente mujer como para admitir una cosa así. Me encontraba celosa. Quizás las primeras horas de clase había estado tranquila y algo malhumorada con todo el tema de un supuesto beso del que fueron testigos los alumnos del primer año. La mitad de la población estudiantil no creía en eso. Yo era parte de esa mitad, aun así me enojaba un poquito escuchar que se estuvieron besando. Luego llegaron las fotos del hecho y, oh, también mis ganas de golpear algo.
Sí, no tenía ni idea de cómo habían conseguido mi número de teléfono, pero me habían enviado las fotos. A mí y a toda la escuela.
Mi primer pensamiento fue Max. El pobre muchacho la pasaría muy mal al ver las imágenes, puede que incluso se la agarrara conmigo. No me importaba. Él era mi amigo, después de todo. Estaba dispuesta a ayudarlo el día de hoy. Haría lo que fuera para que no la pasara tan mal.
O al menos, eso intenté las primeras horas de escuela.
Conforme pasaban las horas, más rumores se escuchaban en la escuela. Todos acerca de Kylie y Dylan. Mis ganas de golpear algo aumentaron. Y yo no era una persona violeta, así que todo esto me sorprendía. Tampoco era una persona tan celosa, pero ahora mismo me sentía a punto de explotar. Quizás tenían que ver los celos mezclándose con la decepción. Ninguno de ellos estaba obligado a decirme sobre su relación. Pero Kylie... era mi mejor amiga, al menos me hubiera gustado saberlo antes que el resto.
—¡En serio! Mejor agarra una tijera y córtame el puto corazón. ¿Qué más quieren de mí!
El quejido de Max me saca de mis cavilaciones. Suelto un resoplido.
—¡Que te calles!
Mi gruñido lo sorprende y casi me siento culpable por tratarlo mal. Pero lo he estado escuchando desde que me senté en el salón de la clase de física; cada queja y lamento, cada grito e insulto. Su enojo se ha mezclado con el mío y ya ni sé cuál de nosotros será el primero en golpear a la nueva parejita.
¡Y ni siquiera debería estar molesta! ¡Por Dios! Dylan y yo somos amigos, no debería de sentirme de esta manera.
—Auch. Parece que alguien se levantó de mal humor, ¿qué te sucede? ¡No es como si tu ex novia estuviera saliendo con otra persona!
Reprimo las ganas de decirle que se ve patético de este modo. Sufriendo por una persona que no lo quiere. Qué imbécil... soy.
La risa que sale de mis labios es amarga y Max me observa preocupado.
Yo soy la patética aquí. Él al menos fue el ex novio. ¿Yo qué soy? La amiga. Eso es todo. Quizás si dijera en voz alta lo que pienso, se le haría insoportable a las personas estar a mí alrededor. Justo como me siento respecto a Max. Cansada de sus lloriqueos por Kylie y cada cosa que hace, con ganas de meterle una galleta por la boca y hacer que se atragante con ella.
Niego con la cabeza, decepcionada por mis pensamientos. No soy mejor que él. Yo también estoy enojada y no tengo derecho de estarlo.
—¿Alessandra?
—Max —tomo un respiro para tranquilizarme—. Un ratito, ¿sí? Estoy intentando resolver una tarea aquí.
Eso es mentira. Ya ni ganas me dan de resolver el estúpido ejercicio que yace en mi cuaderno. Solo lo observo y finjo que tengo alguna idea de lo que hago mientras escribo palabras sin sentido y segundos después, lo borro.
—Las tareas se hacen en la casa.
Suelto un suspiro y me giro hacia Max. Su ceño se encuentra fruncido mientras me observa con atención. El profesor no ha llegado aún al salón, pero algunos de mis compañeros ya se encuentran sentados en sus lugares.
—¿Estarás insoportable todo el día? ¿Qué sucedió con eso de no hablarme por ser una mentirosa? En serio estoy extrañando esas épocas en las que me ignorabas.
Max ríe negando con la cabeza. —Una vez dijiste que, si me sentía mal te buscara. Sin importar lo mal que podríamos estar en ese momento, ¿recuerdas? Me ayudarías.
Uh, uh.
Bien, ahora me estoy arrepintiendo un poquito por haberlo tratado mal. Max no tiene la culpa de mi mal humor.
—Tienes razón, lamento mi mal trato. ¿Qué decías?
—Nada, ya ni ganas tengo de contarte como me siento si me vas a estar tratando de ese modo. —Abro la boca sorprendida, Max vuelca su atención en la pizarra.
Aunque me siento culpable por mi actitud, no tengo muchas ganas de arreglar las cosas ahora. Continuo con la vista fija en mi cuaderno, tomo mi lapicero y hago pequeños círculos, que nada tienen que ver con el tema, en la parte superior. Escucho el saludo del profesor mientras entra y los pasos apresurados del resto de alumnos. Sé que tengo esta clase con Dylan, por ello no levanto la mirada de mi cuaderno. No quiero verlo hoy.
La silla de mi costado se mueve con brusquedad y Seth Carbone toma asiento. No se ve muy feliz hoy. Nadie parece tener un buen día, a decir verdad. Sus cejas están fruncidas y lleva una mueca en su bonito rostro. Sin poder evitarlo, lo observo por varios minutos en silencio. Seth es considerado uno de los chicos más guapos del colegio, es casi imposible quitarle la vista encima. Por eso no me preocupo en disimular mientras lo miro, el muchacho debe estar acostumbrado a esto y yo no pienso privarme de la buena vista.
También es un viejo amigo mío y está acostumbrado a mis extrañas conductas.
Uno de sus labios se curva en una sonrisa y me observa de reojo. —Me estoy preguntando si debo sentirme halagado porque no me quitas la vista encima o preocupado de tener algo en el rostro.
—Quizás asustado —mis comisuras tiemblan—. Verte por mucho tiempo no podría considerarse normal.
—Oh, pero en mi mundo lo es. Y nada tiene que ver con mi atractivo —su sonrisa se volvió arrogante—, o interesante personalidad, creo que tiene que ver algo con ser el hijo del alcalde.
Parpadeo. En algunas ocasiones tiendo a olvidar que viene de una familia adinerada e importante.
—¿Viste las noticias? —pregunta después de unos segundos de silencio. Tiene una pequeña arruguita en al frente mientras observa con concentración la pizarra. El profesor debe estar haciendo algunos ejercicios pero no podría importarme menos—. Las personas han estado hablando de eso todo el día.
—Creí que estarían hablando de Dylan y Kylie. —Oh al menos es en lo único que estuve pensando—. Ya sabes, el beso y eso...
—Ah, también —responde mientras copia ejercicios en su cuaderno—. Pero a las personas les gusta decir que mi padre es el peor alcalde de la historia, un poco triste tomando en cuenta que no tiene muchos meses en el cargo.
Enderezo la espalda, recuerdo a mi padre maldiciendo al alcalde esta mañana. Lo acusan de haberle robado mucho dinero a la ciudad, no es algo que vaya a mencionar ahora. Supongo que ser el hijo del alcalde debe ser más difícil de lo que muchos imaginamos. Que el hombre que te dio la vida, esté en boca de todos y no por cosas buenas, debe doler.
—También les gusta decir que mi padre vende caro la carne en el mercado —bromeo—. Espero que ambos cambien con el tiempo.
Seth detiene sus movimientos y me observa. Sus bonitos ojos castaños se encuentran con los míos, noto como estos se llenan de algo cálido. Trago saliva.
Demasiado incómoooodo.
—Espero que tu padre me quiera hacer un descuento.
—Creo que él podría hacer eso —me encojo de hombros con despreocupación—. Siempre y cuando no me cobren las entradas al museo.
Mi sonrisa se borra ante su mirada seria. Sus ojos se mueven por mi rostro, quizás buscando algo. Me mantengo en silencio, observándolo de regreso. Me siento algo incómoda ante su escrutinio y la intensidad tallada en su rostro.
—¿Te gustaría ir este viernes al museo conmigo?
Uh, bien.
No esperaba una invitación tan rápido. Suelto una risita nerviosa. No debería sentirme incómoda por la invitación de Seth, después de todo ir a un museo es algo normal y hasta aburrido para algunas personas. Pero por su tono, sí, por ese tono de voz cualquiera podría creer que me está pidiendo matrimonio.
—¿Y bien? —cuestiona con una ceja alzada.
Abro y cierro la boca como un pez. —Estaría encantada de...
—Señorita Castillo —hago una mueca y levanto la vista hacia el profesor—, ¿Le molestaría repetir lo que dije?
—Eh...
—Sí, eso pensé. ¿Podría, por favor, prestarme atención mientras dirijo mi clase? —asiento con los labios apretados, avergonzada por su regaño. Su vista se posa en Seth y frunce el ceño—. Señor Carbone, si bien usted consigue un excelente en mi clase, debería ser menos egoísta y ayudar a los que no les va tan bien en mi curso.
Tomo varias respiraciones profundas para tranquilizarme. Este idiota acaba de decirle a todo el salón que tengo malas notas en su curso. ¡Oh, gracias! Menudo imbécil.
El profesor vuelve su atención a la pizarra y me encojo con vergüenza en mi asiento.
—Si quieres puedo explicarte la clase luego —susurra Seth, su vista fija en la espalda del profesor.
—Eso estaría bien —murmuro—. Y sobre el museo, es un sí. Estaría encantada de ir contigo.
***
Salgo apresurada del salón de Arte, nunca he sido buena trabajando con las manos y mi nota en el curso es testigo de eso.
Esa ha sido mi última clase y ya puedo irme feliz a casa. He ignorado todo el día la presencia de Kylie y Dylan, este último estuvo llamándome y tirando papelitos durante la clase de física.
Camino por el pasillo empujando a un par de personas que se cruzan en mi camino, necesito salir de aquí antes de que Kylie o Dylan me encuentren. A decir verdad, no podría sonreír por esos dos ni aunque me pagaran millones. Sí, ambos son mis amigos y lo que más deseo es que sean felices. Y puede que me ponga feliz por ellos dos más adelante. Hoy no. Hoy me siento triste porque, quizás, estaba sintiendo algo más que una amistad por Dylan. Me siento triste, celosa y...
—¡Alex! ¡Dios! ¡Alex!
Cierro los ojos, maldiciendo en voz baja. Volteo justo a tiempo para ver a Dylan caminando apresurado hacia mí, una sonrisa falsa se abre paso por mis labios.
—¿Me estuviste evitando o son alucinaciones mías? —pregunta ni bien nos encontramos a unos centímetros de distancia.
—No, claro que no —la mentira sale con facilidad de mis labios. Hago una mueca segundos después. No me gusta mentirle a la gente—. Bueno, sí. Solo un poco.
—¿Qué? ¿Por qué?
¿Dije que no me gustaba mentir? Tachemos eso.
—Desperté de mal humor, eso es todo. He evitado a todos mis amigos el día de hoy, pregúntale a Kylie.
Dylan alza ambas cejas y se cruza de brazos. Algo en su postura me pone tensa. Casi se ve como si estuviera dudando de mi palabra.
—Un poco extraño teniendo en cuenta de que te vi hablando con Seth en toda la clase de física.
—Me estaba ayudando en los problemas.
Resopla. —Alex, ¿de qué problemas hablas si ni te vi tocar el cuaderno?
—¿Qué estuviste haciendo, espiándome toda la clase? —niego con la cabeza, totalmente indignada—. Y cuando hablo de los problemas no me refiero a los ejercicios, tonto. Hablo de problemas, uh... problemas familiares.
¡Dios! Es por este motivo que odio tanto las mentiras, me la paso inventado excusas poco creíbles y al final termino haciendo todo una bola gigante de mentiras que termina jodiendo mi consciencia.
—No sé por qué no te creo.
—¿Tengo alguna razón para estar molesta contigo, acaso?
¡Ja! Estoy diciendo las mismas palabras que me repite Jenna cada vez que le cuestiono si anda molesta conmigo o no. Es muy buena idea usar esa frase. En mi caso, me deja asustada y recordando todas las cosas malas que he hecho o dicho en años anteriores.
—Ah... ¿no?
—¿Estás dudando? —Alzo una ceja—. Porque si en serio crees que tengo una razón para estar evitándote no deberías actuar como si estuvieras molesto.
—Bien, sí, creo que hay una razón por la que podrías estar molesta.
Asiento con lentitud. Genial. ¿Ahora con qué cosa, de años anteriores, me va a venir? Seguro el pobrecito está creyendo que tiene que ver con la mala actitud que tenía hacia Victor en la época en que salíamos.
—¿Entonces...? ¿Por qué debo estar molesta?
—Porque estoy saliendo con Kylie.
Nota:
No estaba muerta(? Hola, lamento mucho la tardanza. Tuve un bloqueo asqueroso y no podía escribir nada. *c pone a iorar* Pero ahora estoy escribiendo bastanta :B Por eso actualizaré dentro de unos minutos el capítulo cinco.
Si hay errores, perdón. No tuve tiempo de editar, no quería hacerlos esperar y pensé solo en subirlo, ya luego podré corregir algunas cosas con calma.
Capítulo dedicado a: carolinafernandez996 ¡¡Hola!! Hace tiempo que te quiero dedicar un capítulo y estoy feliz de hacerlo ya ¡Ahhhhhhh! Gracias por todo tu apoyo, en serio. Eres muy dulce y te quiero un montón <3 Espero que te guste este capítulo o me iré a llorar(? okno. Un beso enooorme Caro y muchos abrazos desde Perú.
Gracias a todos por ser pacientes. Quiero leer sus opiniones del capítulo, eh 7u7 Dentro de unos minutos subo el otro capítulo.
MarianBlack. <3
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