
9. Me distraes demasiado
Hemos superado las 40k leídas, muchas gracias por su apoyo. 💜
Creo que este es uno de los capítulos más largos de la obra.
Así que tengan una cajita de dulces si leen hasta el final XD
¡Disfruten el capítulo!
* * *
Yìxīng esperaba en la línea de meta con sus compañeros del aula. Faltaba poco para ver al ganador y, cuando vislumbró a su amigo, todos se pusieron como locos.
—¡Oh Sehun, de la secundaria Baekseok, ha llegado primero a la meta! —anunció el juez de la maratón—. ¡Lo secunda, Kim Mingyu, también estudiante de Baekseok! ¡Felicidades!
Gritos de algarabía resonaron, todos se amontonaron a darle un merecido abrazo grupal a Sehun, aquel muchacho alto que trataba de respirar con decencia. Luhan instó a los demás a darle espacio y su novio, muy agradecido, bebió de la botella de agua que le ofrecían los ayudantes del evento sin pensarlo.
Detrás de él, vio cómo el grado menor que ellos felicitaban a Kim Mingyu por su desempeño. El muchacho de piel morena sonreía agradecido por el apoyo y soltaba una carcajada, muy animado. Era adorable, aún con toda la altura que tenía.
Solo faltaba que por la noche anunciaran al curso ganador como el mejor decorador del aniversario e Yìxīng podría declarar como su mejor sábado del mes.
Pero siendo sincero consigo mismo, que Sehun haya ganado y que su curso probablemente también ganase (vamos, podía apostar que obtendría el primer lugar en decoración, no por nada Baekhyun es presidente de la clase), no podía compararse con algo importante que le hacía aumentar la velocidad de sus latidos: En unas pocas horas, tendría una cita con Junmyeon.
—¿Yìxīng?
El muchacho se giró y automáticamente centró su atención en el chico que ahora le robaba los suspiros.
—Hola, Junmyeon —respondió, sonriendo.
—¿Nos vemos a las tres, entonces? —preguntó Junmyeon, algo nervioso e Yìxīng tuvo que esforzarse en no tomar aquel rostro sonrojado entre sus manos y...
—Sí. ¿Te parece bien vernos en el puente de madera? —replicó el pelinegro, rezando internamente que Junmyeon aceptara. Porque sí, nuestro buen amigo chino tenía un plan para que su cita sea agradable.
Junmyeon asintió con la cabeza.
Pero Yìxīng tuvo la sensación de que alguien más los observaba.
—Siento interrumpirlos, pero te tengo que robar a Junmyeon para cuidar la decoración —apareció Baekhyun, con cara de no haber dormido toda la noche.
—¡Baekhyun! —se quejó Junmyeon, con las mejillas rojas, pero alejándose.
Yìxīng miró a Baekhyun algo impresionado. ¿Tanto se notaba que le gustaba Junmyeon? Su abuela tenía razón: la sutileza no era su mejor cualidad.
—Nos vemos, Junmyeon —dijo finalmente el pelinegro y miró a Baek—. La decoración está muy bonita, por cierto.
Los ojos cansados de Baekhyun se animaron y le dio una brillante sonrisa.
—Gracias por el comentario —expresó el castaño, con cara satisfecha—. Por eso te apruebo para Junmyeon, Yìxīng. Hazlo feliz o te parto la...
—¡Byun Baekhyun, ya basta! —exclamó Junmyeon, tomando del brazo a su amigo antes de que siga diciendo más cosas vergonzosas y miró al pelinegro, cohibido—. Te veo más tarde en el puente.
Yìxīng apenas pudo asentir, aun mirando con cara asombrada cómo ambos castaños se alejaban, pero sonrió al ver a Junmyeon reclamarle a su amigo, mientras este poco caso le hacía.
Se entretuvo paseando con Sungmin, Heechul y Hangeng, comentando sobre sus planes luego de graduarse. Vio a lo lejos a Zitao y Yifan, paseando tomados de la mano mientras conversaban sobre algo. El exrubio alto, ahora teniendo un atractivo cabello negro, lo reconoció y le saludó con la mano libre. Yìxīng correspondió el saludo, sonriéndole a Tao también.
A Yìxīng le agradaba la pareja. No solo por ser compatriotas, sino porque gustaban de los deportes y la música, tanto como él.
—Yìxīng, ¿crees que sea cierto? —preguntó Sungmin.
—¿Qué cosa?
—Si Jung se retiró, ¿no crees entonces que el rumor de Chen y Xiumin sea cierto? —acotó Heechul, dándole un mordisco al algodón dulce que le había comprado Hangeng.
El chico frunció los labios. Sinceramente esperaba que sea cierto y que sus amigos pudiesen arreglar las cosas.
—Solo espero que arreglen el malentendido si es cierto —comentó, preocupado.
Ahora que lo pensaba, esos rumores sí parecían haber afectado a Jongdae y Minseok. En la escuela, los veía más callados, pero intentando mantenerse como si no pasara nada.
Yìxīng estaba dispuesto a ayudarles, pero ¿cómo?
Tristemente, no lo sabía.
—Entonces, Junmyeon y tú, ¿eh? —le codeó Heechul, levantando ambas cejas de forma pícara.
El muchacho miró a sus compañeros y se sintió tímido de pronto. Esto de lidiar con los sentimientos a vista de todos era un completo problema.
—Esos rumores... —suspiró Yìxīng, resignado.
—No lo digo por los rumores, idiota —agregó su compañero—. Ayer los vi cuidando de los niños de primaria y déjame decirte que se ven muy bien juntos. Adorables, podría decir.
Yìxīng sintió sus mejillas arder levemente.
—Eh, bueno... ¿gracias?
—Wow, en serio te gusta —acotó Sungmin, algo asombrado—. Estás muy sonrojado, amigo.
¿Nunca les ha pasado que cuando alguien les menciona estar sonrojados, inmediatamente sus rostros se ponen más colorados?
Bueno, para Yìxīng eso fue un hecho. Sungmin, Heechul y Hangeng se rieron con ganas, fastidiándolo estúpidamente aún más como buenos amigos que eran.
Y cuando su reloj marcó las dos y cuarenta de la tarde, se despidió y caminó rumbo al puente de madera, disfrutando la relajante sensación de la brisa mientras esperaba a Junmyeon.
Diez minutos antes de las tres, lo sintió llegar.
—Hola —saludó Junmyeon, acercándose.
¿Cómo una simple palabra era capaz de hacerle temblar por dentro?
—Hola —repitió, a la vez que dirigía el camino—. Te ves muy bonito.
Junmyeon parpadeó, sorprendido y miró su ropa. A Yìxīng no se le había pasado por alto el lindo atuendo del castaño.
Unos jeans negros amoldándose a su piel y una camisa azulada arremangada hasta los codos le daban un aspecto casual pero muy elegante a Junmyeon.
Bueno, Junmyeon siempre se veía elegante, como si fuera un príncipe.
—Tú también te ves bien —replicó el más bajo, sonriéndole, sin huir de su mirada por primera vez.
Las comisuras de los labios de Yìxīng se elevaron y siguieron caminando hasta llegar a la feria rebosante de dulces, niños y colores. Hablaron un poco sobre las cosas de la escuela y de los ensayos para la obra teatral que se retomarían la siguiente semana. La comodidad entre ambos fluía, los sonrojos mutuos menguaron al darse cuenta que no tenían por qué seguir avergonzándose entre sí.
Yìxīng no dudó en comprar manzanas acarameladas para ambos mientras disfrutaban de la agradable tarde sabatina y se reían por el constante resonar del dulce en sus bocas. Tenían un sentido del humor un poco extraño, a decir verdad. Junmyeon mantenía una expresión sonriente, con las mejillas aun ligeramente arreboladas de rosa, pero muy cómodo a su lado.
Hablar de sus familias fue algo muy pasajero, porque Yìxīng ya conocía a los respetables señores Kim y Junmyeon sabía que el pelinegro estaba a cuidado de sus abuelos, mientras que los padres de este laboraran en China. Eran ventajas de estudiar juntos desde la primaria. Todos se conocían y eso incluía familiares (excepto Kim Jongin, gran sorpresa se había llevado toda la escuela de conocer a la señora Ieran, pero eso ya pertenecía a otra historia).
Y cuando pretendían comprar unos boletos para competir en tiro al blanco, fueron vistos por algunos de sus compañeros de escuela. Y eso incluía a Jackson.
El rubio los miró por unos segundos y luego, solo atinó a saludar con una breve inclinación de cabeza para luego seguir caminando como si nada hubiera pasado.
Yìxīng debía admitir que estaba impresionado por la madurez de su compañero. No cualquier hubiera tenido la educación de saludar a la persona que te gusta estando con alguien más.
—Entonces, ¿vas a dejar que gane? —dijo Yìxīng burlonamente, distrayendo a Junmyeon de sus posibles pensamientos de culpa.
El castaño centró su atención en el pelinegro y le miró ofendido. Sacando unos billetes sin ver la cantidad, se la entregó al señor encargado de administrar el juego y este aceptó sin rechistar.
—Tienen el juego para ustedes por media hora —dijo el señor, contando los billetes con incredulidad.
Yìxīng soltó una risita. Ver a Junmyeon tan competitivo era oro.
—Vas a lamentar haber retado a Kim Junmyeon —replicó el más bajo, tomando el arma falsa con descuido—. Vas a lamentarlo.
Valga decir que el buen y diligente Junmyeon batalló hasta el final contra Yìxīng.
Peroooo... perdió.
* * *
¿Cómo Junmyeon podía concentrarse cuando Yìxīng tuvo la gran idea de colocarse detrás de él e indicarle que estaba sujetando incorrectamente el arma falsa?
¿Cómo demonios podía concentrarse al disparar si luego veía a Yìxīng a su lado, tomando un arma y ponía una expresión atractivamente seria al apuntar al blanco?
¿Es porque era chino?
Sí, eso era. ¡Chino tenía que ser!
—¿Estás molesto? —dijo Yìxīng, cargando uno de los peluches que habían ganado. Porque sí, al menos el señor de la tienda tuvo la gentileza de decirles: «Elijan los peluches que quieran, jovencitos. ¡Vuelvan cuando gusten!».
Junmyeon entrecerró la mirada y abrazó el peluche entre sus brazos.
—No —dijo, mirando al frente.
—Estás molesto —afirmó el pelinegro, suspirando.
—¡Me distrajiste! —reclamó el más bajo, frunciendo el ceño y apretujando a la oveja con fuerza. El pobre peluche hubiera llorado ante semejante acto de crueldad.
—¿Yo te distraje? —preguntó Yìxīng, sorprendido, bajando el conejo de felpa de su pecho.
—Sí, tú y tu concentración me distrae, eso pasa —soltó Junmyeon infantilmente, caminando hacia adelante.
—¿Qué? —se rio Yìxīng, confundido y Junmyeon casi gimotea por lo tierno de la expresión.
Esperen. ¿Acaba de pensar que Yìxīng era tierno?
«Focus, Junmyeon. Focus», se reprendió mentalmente.
—¿Era tu plan distraerme con eso de que estaba sujetando mal la pistola? —rebatió Junmyeon, deteniéndose cuando ya estaban frente a su casa.
Yìxīng le sonrió de lado y el castaño casi le tira la oveja de peluche a la cara.
—Junmyeon, no te ofendas, pero te faltaba balance —dijo Yìxīng, con toda la sinceridad plasmada en sus palabras.
—¿Disculpa? —el tono de indignación en Junmyeon no se hizo esperar.
—Ya sabes, el equilibrio en tus movimientos —explicó el pelinegro, como si estuviera en una clase de danza—. No debías tensar tantos los músculos al momento de disparar, por eso te ayudé. Lo siento si esto te molestó.
Junmyeon suspiró y hundió el rostro en el peluche.
Ok, siendo sinceros, estaba siendo infantilmente ridículo en estos momentos.
—No, discúlpame tú a mí —dijo en voz baja—. No siempre pierdo en esos juegos, fue muy inmaduro de mi parte reclamarte —agregó, mirando al otro chico con cara apenada—. Me divertí mucho, Yìxīng. Gracias por lo de hoy.
—De nada, también me divertí mucho —le sonrió y una brisa movió sus cabellos, tan clichémente como un dorama que veía su madre.
Junmyeon solo repitió el gesto, elevando las comisuras de sus labios.
—Y gracias por acompañarme hasta aquí. Envíale un saludo a tus abuelos de mi parte, por favor.
—Descuida. Saluda a tus padres de mi parte también —dijo Yìxīng, sin dejar de mirarle.
Bien, ambos muchachos estaban alargando mucho esta despedida.
Y por eso, Yìxīng dio el primer paso.
Fue acercándose a Junmyeon y el castaño se quedó quieto, mirando cómo el pelinegro se acercó a su rostro con lentitud. Por reflejo, cerró los ojos.
Lo siguiente que sintió fue los labios de Yìxīng posándose suavemente sobre su mejilla sonrojada. Fue un breve toque muy inocente, pero sublime para ambos. Su cuerpo tembló, sus párpados se elevaron cuando el más alto se alejó, aunque no del todo. La mirada que le estaba dando Yìxīng le hizo suspirar involuntariamente y sentir el aliento dulce en su rostro le estaba haciendo mandar su racionalidad al diablo.
El pelinegro acarició su mejilla con parsimonia.
—¿Sabes, Junmyeon? Te ves muy lindo enojado —susurró Yìxīng, para luego alejarse con un endeble sonrojo, dejando a Junmyeon nadar en nubes esponjosas de colores.
¿Por qué demonios había cerrado los ojos? ¿Acaso había estado anhelante de otro tipo de beso?
La respuesta interna que le lanzó su consciencia fue abrumadora.
Ah, ya estaba perdido, en definitiva.
Y pensar que al inicio estaba negándolo todo...
* * *
Eran las dos de la tarde del día martes, cuando Baekhyun y Chanyeol caminaban bajo un extraño silencio, que se tornaba incómodo al punto de poner nervioso al más alto. Baekhyun no estaba tomando la mano del otro, como siempre.
De pronto, el castaño se detuvo, casi huyendo de la mirada de su novio.
Y luego de lo que parecía una eternidad... todo se rompió.
—Quiero que tú y yo terminemos —dijo Baekhyun en un tono lleno de seguridad, como si nada le importara romperle el corazón al más alto con sus palabras.
El más alto lo contempló en silencio, casi sin parpadear. De pronto, respirar no era una tarea sencilla. Algo punzante en su pecho apareció de pronto, haciéndole marearse. Tardó unos segundos en poder responder, buscando con esperanza que, por favor, todo sea una broma.
—¿Qué? —susurró, aún conmocionado.
—Tal vez sea tiempo de conocer a otras personas —agregó el chico bajito, incapaz de mirarlo aún—. Yo... No creo poder seguir de esta forma, no es... no es correcto y... Lo siento mucho... —su voz se quebró y dejó de hablar, limpiando con furia las lágrimas que habían empezado a caer.
De inmediato, Chanyeol le rodeó con sus brazos, sintiendo los temblores del cuerpo de Baekhyun. Parecía más pequeño de pronto, como si se esforzara en encogerse hasta desaparecer.
—Por favor, no llores —le dijo el más alto sobre los cabellos del castaño—. Si eso es lo que necesitas... —Chanyeol tragó saliva, separándose un poco, limpiando las mejillas de Baekhyun con sus dedos temblorosos.
—Estoy saliendo con otra persona —susurró el castaño.
Chanyeol bajó la vista entonces, con el corazón más roto. ¿Qué había hecho mal? ¿No había sido atento? Nunca lo sabría...
—Eso no quita el hecho de que te siga amando —replicó el más alto, luchando contra su voz que amenazaba quebrarse más—. Y si decides terminar conmigo, no lo impediré, porque eres lo mejor que me pudo haber pasado en la vida —agregó, con una pequeña sonrisa llena de dolor.
—Te acabo de decir que te engañé... ¡¿y aun así dices amarme?! ¡Soy un maldito ser despreciable! Te engañé, maldita sea, ¡¿acaso eres un idiota?! —Baekhyun empezó a golpear el pecho del otro con sus débiles puños—. ¡Se supone que debes odiarme!
Chanyeol lo contuvo, abrazándolo de nuevo, sintiendo el calor del castaño en su vacío cuerpo.
—No puedo odiarte... —rompió a llorar, con la voz ronca—. ¡¡No puedo!!
Pero Chanyeol soltó a Baekhyun.
Aún con las lágrimas en sus mejillas, rememoró el rostro pálido de Baekhyun...
Y salió de escena.
—Y... ¡Corten! —Todos los compañeros de curso se sobresaltaron al oír la voz de la maestra Solar—. ¡Asombroso, muchachos! ¡Asombroso!
Chanyeol de inmediato reapareció en el escenario, corriendo hacia su novio.
—Te amo, te amo, te amo —lo abrazó con fuerza y el castaño correspondió de inmediato.
—Yo también te amo —Baek le sonrió tristemente, sacando los rastros de sus lágrimas, pero acentuó más su sonrisa—. Jamás hubiera pensado que llorarías de esa forma, Channie.
—Lo sentí muy real —confesó el más alto, sintiendo que los suaves pulgares de su novio limpiaban las lágrimas de sus mejillas.
—Shh, ya pasó —el castaño le dio un beso para calmarlo—. Vamos.
—Es así como deben realizar la escena, muchachos. La química entre ustedes es muy buena, pero deben relajarse más, confiar el uno en el otro, ¿bien? —indicó la maestra a los elegidos para la obra teatral, mientras que Baek y Chanyeol bajaban del escenario, tomados de la mano—. Jackson, por favor, narra la escena de nuevo para Taekwoon y Wonsik.
El muchacho carraspeó un poco y leyó su guion.
—«Azul. Todo fue azul cuando uno lloró por la persona que amaba por primera vez en su vida. Amar a veces es como estar en un océano del que no se sabe su profundidad... Todo se pinta de azul, de lágrimas por un amor no correspondido o peor aún, de un amor que perece con el paso del tiempo...»
* * *
Minseok no sabía si iba a poder lidiar con tantas actividades en la escuela. A pesar que le alegraba que su curso haya ganado el sábado pasado, el insomnio se había vuelto un amigo y la sensación de náuseas le estaba haciendo perder el apetito. Definitivamente, no iba a poder con tanto.
Apreciaba mucho la preocupación de sus amigos, ellos habían sido muy cuidadosos de hablar sobre el rumor en que lo mencionaban y Minseok sospechaba que ellos también intuían lo que pasaba en realidad. Por esa razón, sus compañeros le estaban dando el espacio suficiente, aunque nunca quitándole el ojo encima por si acaso.
Y por esa razón, había logrado escabullirse de los ensayos mientras Chanyeol y Baekhyun ayudaban a los protagonistas de la escena cuatro y ahora estaba intentando leer en un salón abandonado del tercer piso. El señor de limpieza del lugar no le decía nada, porque sabía que Min nunca hacía escándalos.
—Así que ya sientes que estás al límite.
Las manos de Minseok temblaron y el libro entre sus dedos casi se desploma. Respiró hondo cuando el nudo en su estómago apareció y rezó por no devolver lo poco que había desayunado. No había podido almorzar, simplemente las ganas de comer habían decaído.
—¿Por qué dices eso? —se obligó a hablar, sin sacar la vista del libro aún.
Oyó a Jongdae acercarse y se sentó en el suelo, junto a él.
—Siempre venías aquí cuando estabas demasiado estresado —le recordó con voz suave, mientras parecía revolver algo en su mochila.
«Por favor, por favor, vete...», suplicaba mentalmente Minseok, al borde de los nervios.
—Aquí está —siguió diciendo Jongdae, sacando un recipiente hermético de comida y Minseok sintió los ojos picar. El chico le miró y, con cuidado, le quitó el libro—. Vas a comer, Minseok.
Minseok miró el recipiente en su regazo y luego observó a Jongdae. Se sentía un completo inútil. Se suponía que él debía de cuidarlo... pero, por supuesto, Jongdae aún no lo sabía.
Desde que salieron esos rumores, sumando la carta anónima que un principio Minseok casi no creía, él había estado sopesando la idea de no decirle la verdad a Jongdae. Vivir en la ignorancia parecía una salida fácil. Pero Minseok sabía que no era tan cruel de ocultarle eso a Jongdae. No podría.
Escuchó a Jongdae suspirar y vio cómo este abría el recipiente, mostrando unos modestos rollos de arroz y pollo sazonado con fideos. Le ofreció los palillos pacientemente y Minseok se vio tomándolos con los dedos helados.
—Eso de andar matándote de hambre no es algo que voy a permitir —le riñó Jongdae, tomando el libro que Minseok había estado leyendo para distraerse por mientras—. ¿Sabes cuántas personas darían lo que fuera por comer esta delicia? Así que no me iré hasta ver que hayas comido algo, porque ni loco voy a botar esa comida, Minseok.
Minseok se preguntaba cómo Jongdae había podido volver a clases luego de esa fiesta. Mientras él se emborrachaba para olvidar sus penas, ¿qué había hecho Jongdae? ¿Cómo se habría sentido cuando él se había acercado para terminar su relación? La respuesta mental le hizo tragar saliva y dirigió el rollo de arroz a su boca, permitiéndose saborear la comida luego de tantos días. Reconoció bien la sazón y sus ojos observaron a Jongdae, quien parecía satisfecho de verlo comer.
—Sí, mi mamá lo preparó —respondió a la pregunta muda, para luego seguir leyendo (o más bien, pretendiendo) Un mundo feliz.
Los minutos pasaron, con Minseok comiendo en silencio y Jongdae leyendo. Solo cuando hubo terminado el recipiente entero, el chico de ojos felinos se permitió hablar.
—Gracias, Jongdae —dijo con toda la sinceridad posible.
—De nada —respondió el muchacho a su lado, cerrando el libro y tomó el recipiente cerrado para guardarlo en su mochila.
El silencio entre ambos se acentuó, cada uno tratando de qué decir mientras miraban los estantes algo empolvados. Minseok tenía muchas ganas de gritar la verdad, pero sabía que este lugar no era apropiado. De solo pensar en decirle todo a Jongdae, su garganta se cerraba.
—Tus amigos están preocupados —inició Jongdae, sin mirarlo. Minseok se sintió más culpable—. Ya sabes que puedes decirme lo que está pasando, ¿no?
El Minseok del año pasado le hubiera rechazado mordazmente.
El Minseok de ahora solo asintió.
—Sí creo en los rumores que hablan de nosotros —dijo sin poder evitarlo, inhalando y exhalando con lentitud para no perder la calma.
Jongdae le observó claramente asombrado. Minseok casi se hubiera reído, ver a Jongdae sorprendido era algo que casi nunca ocurría. Pero el chico a su lado recuperó la compostura, mirando de nuevo al frente.
—Entonces sabes por qué ella se vengó —murmuró Jongdae luego de unos segundos, uniendo los cabos sueltos.
Minseok palideció y de pronto, sentía que no podía respirar. Las crisis nerviosas parecían nunca terminar cuando hablaba sobre el tema. ¿Cómo diablos podría decirle la verdad sin parecer un idiota inútil, entonces?
—Inhala hondo y cuenta hasta tres —ordenó Jongdae al darse cuenta de lo que le estaba pasando, tomando sus manos después de tres años.
¿Cómo mierda podría cuidar a Jongdae si se comportaba como un cobarde apenas le mencionaban el tema?
—N-No puedo... —su voz tembló.
—Minseok, mírame y haz lo que te digo, por favor —suplicó Jongdae en voz baja—. Confía en mí, inhala hondo y cuenta hasta tres, vamos, ¿sí?
El chico de ojos grandes le miró tembloroso y obedeció.
—Exhala y vuelve a inhalar, contando hasta tres —oyó decir a Jongdae.
Krystal le había dicho que iba a lamentar no haberle cedido el puesto de líder y él poca importancia le había dado a esas palabras... Todo había sido su culpa...
—Así está bien, Minseok. Lo estás haciendo bien —le alentó el muchacho frente a él, aun sujetando sus manos. Dios, no sabía que había extrañado la sensación cálida de tomar las manos de Jongdae.
Se concentró en esa sensación para mantenerse estable, observando fijamente los ojos preocupados de Jongdae sobre él. El respirar errático fue calmándose, hasta que Minseok finalmente se tranquilizó y se dio cuenta de que sus pestañas estaban húmedas.
Jongdae no dijo nada, pero no soltó sus manos.
—Lo siento mucho, Jongdae —murmuró Minseok.
—No tienes por qué disculparte —replicó el muchacho, sin enterarse que Minseok no solo se disculpaba por el pequeño ataque de ansiedad que había tenido, sino que, de alguna forma, también se disculpaba por todo lo ocurrido hace años—. ¿Te sientes mejor?
El más bajo asintió, dudoso y Jongdae soltó sus manos con suavidad, tomando su mochila y la de Minseok. La frase tácita de Jongdae diciéndole que lo acompañaría a estaba ahí y ambos chicos salieron de la escuela.
Minseok miró sus manos. Estas picaban por sentir el calor de hace un rato, por lo que luego miró a Jongdae, quien seguía perdido en sus pensamientos.
—¿Tu familia sabe que tus crisis han vuelto? —susurró Jongdae de pronto sin dejar de caminar.
Minseok se sintió cohibido y negó con la cabeza.
—No te voy a ordenar que les digas la verdad, pero sería bueno que confíes en ellos —le miró Jongdae, con una expresión comprensiva—. Pero lo que sí te voy a ordenar es que no dejes de comer. Estás muy delgado, Minseok.
—Lo siento —murmuró el chico.
La fragilidad en Minseok había aumentado tanto que dolía.
Cuando llegaron a la casa de los Kim, Minseok no pasó desapercibida la expresión preocupada de Jongdae cuando este le devolvió su mochila.
—Descansa, por favor —le dijo finalmente y esperó a que Minseok entrara a casa.
Solo cuando el castaño pasó por la puerta y vio a Jongdae alejarse, se reprendió mentalmente por ser tan débil. Se suponía que él era el maduro en estas cosas. Y solo se había comportado como un completo débil ante Jongdae.
Con sus padres trabajando y su hermana menor en casa de su amiga, Minseok se dirigió a su habitación, sacando esa carta que ya estaba gastada por los bordes.
«Comprende que cuando alguien sufre por algo así, la culpabilidad y el asco en uno mismo es poderoso. Jongdae prefirió alejarse de ti, evitando lastimarte con sus propios demonios. Y así como él decidió protegerte y no dudo que lo seguirá haciendo, creo que es tu turno para cuidar de Jongdae ahora».
Las lágrimas de frustración se arremolinaron en sus ojos y hundió el rostro en la almohada de su cama. ¿Cuándo tendría la valentía suficiente de poder decirle la verdad a Jongdae sin entrar en una estúpida crisis nerviosa? ¡¿Cuándo?!
* * *
¡Hola a todos! ☺️
¿Qué les pareció el capítulo?
Lamento la demora. Mis padres se fueron de viaje y estoy cuidado de mis dos hermanas menores, por lo que tenía que levantarme temprano para alimentar a mi gatita y luego cocinar. No me quejo, es divertido estar a cargo de todo. Amo cocinar y mantener la limpieza. 😅
Además, no sé si lo he mencionado, pero este es mi último año de la carrera que estudio en la universidad, así que ya estoy viendo el tema de mi tesis. Se vienen tiempos difíciles :'u
Como sea, ¡espero que esta actualización les alegre el inicio de la semana!
🐑 La cita de Yixing y Junmyeon fue una de las cosas más dulces y graciosas que he amado escribir. Exceptuando el momento de Jackson viéndolos (Mark coming soon). ¿Qué opinan de la interesante faceta infantil de Suhito y su falta de balance? 😂
🐰 Junmyeon ya no está tan reticente a negar lo que está comenzando a sentir... ¿Alguien más pensó que Yixing iba a darle otro tipo de beso a Junmyeon? Jajaja, se la creyeron we :'u
🐶 No nieguen que se asustaron al leer la escena del ChanBaek. Lo siento si los asusté. Si no sintieron pena cuando Chanyeol le dice «Lo sentí muy real», al interpretar la ruptura, son unas viles personas, ahr >:c
🐹 Siendo sincera, al corregir la escena de Minseok y Jongdae, me dio tanta pena que consideré borrar todo y hacer algo más dulce para ellos. Pero recordé que los problemas de ese tipo no se solucionan así de la noche a la mañana. Min tiene un problema de ansiedad por la creciente culpa que tiene y, diablos, Jongdae a su cuidado casi me hace llorar. ¿Es normal que sienta eso, aún si lo estoy escribiendo? Ay. 😓
🐱 No sé si lo notaron, pero el curso ha ganado el concurso de decoración. Les darán dinero. Y cuando les dan dinero, ¿qué hacen siempre?
a) Lo donan a los(as) muchachos(as) que no tienen para comprarse un álbum.
b) Lo ahorran porque Baekhyun lo dice. Y ya.
c) Fiesta llena de alcohol, donde siempre ocurren cosas malas.
Si dijeron la opción C, felicidades.
🌸 Y esa es la pista de lo que pasará en el siguiente capítulo: una fiesta. ¿Qué creen que pueda ocurrir? Recuerden que ahí no solo van los alumnos del curso de Kyungsoo, también acuden otros grados...
Bueno, eso es todo por hoy. ¡Tengan un gran inicio de semana!
Cuídense mucho, descansen y coman bien ☺️
Besos y abrazos a todos ustedes.
PD: Ya estoy ordenando las historias que me pidieron como regalo. Solo busquen la obra «The collector» en mi perfil y podrán enterarse mejor. Espero su apoyo y que les agrade~ 😍
PD: ¡DÍGANME QUE NO FUI LA ÚNICA QUE TUVO UN ASDFHGK AL VER LA POLAROID DEL KAISOO! 😍 O CUANDO PCY AMARRÓ LOS PASADORES DE BAEK, AY, CTM, ME MUEROOOO. 💜
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