
27. Un pequeño respiro
¡Hola, darlings! Actualizo después de un mes, pero más vale tarde que nunca ;)
¡Espero que disfruten este capítulo, tanto como yo!
¡A leer!
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🐺⭐️🐻
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Wonwoo y Jongin se encontraban en una pequeña cafetería, analizándose uno al otro en silencio. No habían soltado más que un simple saludo y el pedido de su orden, que ahora iban bebiendo. Cuando sus tazas estuvieron vacías, supieron que no podían alargar más el asunto.
—Lamento lo de espiarlos —soltó Wonwoo, sin dejar de mirarle a los ojos—. Fui engañado.
Jongin observó los residuos de su chocolate caliente por un segundo y luego asintió.
—Tu padre ya le explicó eso a mi madre, y ella a mí, pero estoy seguro de que me ahorraron muchos detalles del desenlace —dijo el moreno—. Te pedí encontrarnos aquí, porque a pesar de que Kibum ya no esté...
—Temes que alguien de la familia Yang esté cerca —completó Wonwoo, entendiéndolo al instante—. Mi papá y yo también estamos preocupados por ello. La seguridad intenta seguir cada peculiaridad de nuevos habitantes en Busan, pero es... bastante territorio que cubrir.
—¿Es cierto, entonces? —preguntó Jongin, tan serio como siempre.
—¿Qué cosa?
—¿Sucederás a tu padre cuando deba ser el momento?
Wonwoo no pudo responder al instante, puesto que la respuesta aún ni él mismo la sabía. Optó por encogerse de hombros, mirando su taza vacía.
—Creo que... estoy en un 50/50 —se sinceró—. Fui educado para un entorno diferente y dejar de lado todo eso...
—Ah, entiendo el sentimiento —casi sonrió Jongin—. Sí, es complicado. Pero no imposible.
—¿Así que en serio ibas a ser el heredero de la empresa de tu familia?
—Y me comprometieron con mi prima política —secundó el moreno.
Wonwoo negó con la cabeza, relajándose. Jongin tenía un humor seco. Qué agradable.
—¿Qué te impulsó entonces a romper todo ese camino que trazaron para ti?
—El primer factor fue enviarme aquí —analizó Jongin—. El segundo factor es crear lazos con personas a las que ves crecer. Y tercero... Bueno, eso lo sabes más que bien.
—Kyungsoo.
La sonrisa de Jongin se tornó más cariñosa con tan solo oír el nombre de su pareja y asintió.
—Es interesante lo que el lazo más profundo con la persona indicada puede hacer en el camino de uno mismo —murmuró el hijo de Ieran, pensativo—. Y no me arrepiento, si te soy sincero. Heredar la empresa de mi madre ni siquiera ocupa algún lugar en mi mente. Ahora solo me preocupa construir un futuro con Kyungsoo, mis amigos...
Wonwoo asintió, escuchando atentamente a Jongin. En cierta forma, eran parecidos. Ambos siendo instruidos para seguir un camino, luego siendo enviados a Busan. Conocen a alguien que cambia su rumbo y entonces... Todo se bifurca.
Una hora después de su encuentro con Jongin, Wonwoo se dirigió a casa.
Y a pesar del gran avance en la relación con su padre, el muchacho inhaló hondo antes de tocar la puerta semiabierta de su despacho. Cuando oyó la voz del señor Jeon gritándole un «¡Estoy por acá!» desde la cocina, Wonwoo no pudo evitar poner una cara confundida.
—¿Pero qué se supone que haces, papá? —soltó.
—Um. ¿Panqueques? —dijo el señor, echando una mezcla a la sartén, que ya estaba empezando a generar humo. Wonwoo se acercó a bajar el fuego de la hornilla con rapidez, haciendo una mueca.
—¿Panqueques a las seis de la tarde? —preguntó el chico de nuevo.
—¿Hay una regla que me impida comer panqueques a esta hora? —inquirió su padre, girando su postre con cuidado, mostrando claramente que no estaba acostumbrado a estar en la cocina—. ¿Para qué me buscabas?
Wonwoo evitó reírse. Su papá echaba la mezcla a la sartén como si esta fuera una bomba a punto de estallar. Y conste que su papá sabía desactivar explosivos y le había enseñado para futuras situaciones catastróficas.
—Eh... —Sus ganas de reír se fueron—. ¿Recuerdas cuando fuimos al búnker?
Su papá le miró con seriedad y apenas vio que su panqueque estaba listo, apagó la cocina, lavándose las manos y secándoselas con un paño desechable.
Cómo podrían olvidar ese día.
Cuando llevaron a Kibum al bunker (que estuvo destinado para retener a Jongin), el líder de la Triada le había dicho claramente que ahí no tendría compasión con su extutor. Y Wonwoo, sin dudar, quiso ir con su padre, presenciando el acto de tortura que su papá le infirió al otro hombre.
Había demasiada sangre corriendo por el rostro del traidor, Wonwoo recibió la mirada de su padre, quien tenía la camisa blanca manchada. Entendió desde un principio la muestra directa de qué pasaría en su futuro y lo que tendría que hacer si aceptaba seguir el estilo de vida de su progenitor.
—Puedes cerrar los ojos, Wonwoo —le recordó el señor Jeon, cuando uno de sus hombres le entregó una pistola para darle punto final al asunto.
—Estoy bien, papá —respondió el muchacho, sin tenerle miedo.
—Siempre tienes una segunda opción, no lo olvides.
Wonwoo observó cómo su papá quitó el seguro de la pistola, acercándose a un Kibum casi irreconocible, recuperándose luego de que le quitaran un dedo (y no por cuestión de sadismo injustificado, sino porque ese trozo de carne serviría como una advertencia clarísima de lo que era capaz de hacer el clan Jeon para proteger a los suyos).
El líder de la Triada le dio la espalda a Wonwoo y observó a aquel hombre que lo había traicionado, aquel hombre a quien le confió la seguridad de su único hijo. Tuvo que darle crédito en que al menos Kibum nunca dejó de mirarle a los ojos.
—¿Últimas palabras? —preguntó el señor Jeon, en un tono calmado.
—Vete... a la mierda.
El padre de Wonwoo casi sonrió. ¿Era en serio? ¿Desperdiciar sus últimos segundos de vida para decirle algo tan obvio?
Tan patético.
—Ya estoy en ella, Kibum —respondió el hombre y bajó el volumen de su voz, hasta casi susurrarle al oído—. Ambos estamos en la mismísima mierda, te lo recuerdo. La diferencia entre ambos, es que yo no soy un traidor.
Y sin temblarle el pulso, el papá de Wonwoo disparó.
Definitivamente, padre e hijo nunca olvidarían ese día.
Ambos optaron por caminar hacia el comedor, aquel que ahora siempre trataban de usar para conversar. Fortalecer un lazo casi congelado era lento, pero tenían seguridad en que pronto podrían tratarse sin parecer extraños.
—Te escucho, hijo —dijo el adulto, esperando pacientemente a que Wonwoo hablase.
—Cuando finalice el año escolar... ¿volveremos a China? —preguntó el chico, esforzándose en mantenerse tranquilo como siempre.
—¿Eso es lo que quieres? —respondió su padre—. Creí que te gustaba estar aquí.
Wonwoo miró a su papá una vez más, evitando psicoanalizarlo demasiado. Era como un mal hábito adquirido.
—A donde quiera que vaya, no tengo demasiados lazos que me retengan —musitó Wonwoo—. Pero... Sí, me gusta estar aquí.
—¿Entonces?
—¿Entonces qué?
—¿Esa es tu decisión final? —preguntó el señor Jeon, calmado.
El muchacho parpadeó rápidamente. ¿Cómo responder a ello sin sonar tan contradictorio? Era un «Sí», era un «No», y siempre con un «Pero». En resumidas cuentas, era un simple...
—No lo sé.
Su papá le sonrió con un poco de tristeza, viéndose tan hogareño de pronto, pero a la vez tan sabio, aun teniendo el mandil de tela color amarillo patito cubriendo so conjunto de camiseta blanca de algodón y pantalones jeans.
—Wonwoo, cuando te envié a este lugar, tuve esperanza de que conocieras personas de tu edad, de que puedas disfrutar de lo que sea que las generaciones de ahora hacen. Sé que fui estricto en tu educación, pero ¿no todo padre hace eso? —preguntó el señor Jeon, casi más para sí mismo que para su hijo y le miró a los ojos—. Quise que entendieras que siempre hay una segunda opción.
—Pero...
—Pero ahora tu corazón está dividido, ¿no es cierto? —soltó finalmente el hombre—. Mi meta era desligarte de ese... mundo, hijo. Has demostrado ser más que digno para sucederme, pero no voy a obligarte a seguir mis pasos. Siendo sincero, no quiero esto para ti.
Wonwoo frunció el ceño.
—Es que... es difícil imaginar mi futuro sin... ese mundo —confesó el chico, evitando bajar la mirada—. Y también está él... ¿Qué se supone que debo hacer?
—Bueno, eso es simple —El adulto se encogió de hombros—. Ama y sé libre.
—Tienes respuestas para todo, ¿cierto?
—Soy tu padre, eso es lógico —sonrió el señor Jeon y se puso más serio—. Hay dos caminos, Wonwoo. Si eliges este mundo, pero también a Kim Mingyu; ten por seguro que no será fácil. ¿Recuerdas sobre la mejor forma de lastimar a alguien?
—El daño emocional.
—Exacto. Y no solo lo sabemos nosotros, lo sabe cada integrante de toda familia. Involucrarte en la Triada, como viste, entrelaza mucho el trabajo y la vida privada. Además, supongo que deberás decirle la verdad a Mingyu si realmente quieres que ese lazo sobreviva, aunque por supuesto, él no podrá soltar ni una palabra sobre lo que vea o escuche a alguien más...
—Espera, ¿estás aceptando que esté con él?
El señor Jeon se encogió de hombros una vez más, como quitándole importancia al asunto.
—No sé mucho, pero sé que sabe taekwondo y es cinturón negro en ello...
—Sabía que lo investigarías —musitó el chico, casi evitando reírse.
—Por supuesto que sí —se mofó el señor y suspiró luego—. Solo quiero que sepas que si estás dispuesto a tomar ambos caminos, o uno solo, o incluso no elegir ni uno, ni lo otro; no dudes en que te apoyaré, ¿sí?
Wonwoo miró a su padre y asintió, sonriéndole un poco.
—Eso es... lindo. Gracias, papá.
—Aunque si en serio vas a estar con ese chico, no estaría nada mal que aprenda a disparar...
—Ya vas a empezar...
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Había pasado unas semanas desde aquella maravillosa presentación teatral en la escuela Baekseok. Casi todo había vuelto a la normalidad, algunos los alumnos trataban de no quedarse dormidos en clases, otros evitaban maldecir al profesor por dejar tareas, otros lloraban internamente por exámenes sorpresas (y maldecían de nuevo a su profesor).
«Esto es indignante», pensó Baekhyun, escribiendo todo lo que podía, pero sabía que sus conocimientos sobre los Poetas malditos eran un desastre. Si tan solo no se hubiera distraído tanto leyendo la historia de Arthur Rimbaud y Paul Verlaine...
«Eso fue extraño», Minseok suspiró, luego de rellenar esos espacios en blanco con muchos sinónimos para deshacerse de su prueba.
«Ya valí berenjenas», sollozaba mentalmente Chanyeol saliendo del aula, mientras Jongdae le daba palmaditas en la espalda sin dejar de sonreír (Por si se preguntaban, el tema para nuestro muchacho fue sencillo).
Algunos salían de clases comparando resultados, para luego murmurar un «fue la vida» al ver que no coincidían.
Por otro lado, Luhan bostezaba, mientras que Sehun lo abrazaba por detrás, con los ojos cerrados, apoyando su mentón sobre los cabellos del más bajo. Ambos caminaban con un claro cansancio.
—¿Y a esos dos qué les pasa? —murmuró Junmyeon.
—No tengo idea —respondió Kyungsoo y miró a Jongin, quien estaba a su lado—. ¿Han tenido ensayos ayer?
—No hay ensayos desde la función que hubo —respondió el moreno—. Los profesores no quieren saber de ensayos tanto como nosotros, lo cual es bueno. Sobre todo por... eso.
Los ojos de los demás pasearon por los pasillos de la escuela y le dieron la razón. Carteles, afiches y volantes anunciaban con toda pompa la ceremonia de graduación que se daría en las próximas semanas.
Cuando las parejas se ubicaron en sus lugares de siempre, casi todos observaron a Luhan y a Sehun, quienes en serio lucían más dormidos que despiertos.
—Luhan... —le llamó Minseok.
—¿Hmm? —respondió el chico con los ojos cerrados, apoyado en el hombro ancho de Sehun.
—¿No van a comer algo? —prosiguió el muchacho de ojos felinos—. Si están enfermos, pueden ir a la...
Sehun negó con la cabeza, abriendo los ojos y bostezó esta vez. Yìxīng no pudo evitar repetir la acción. Maldición, los bostezos en serio eran contagiosos.
—No es que estemos enfermos... Solo no hemos dormido bien —explicó el chico, rodeando a Luhan con un brazo para que descansara mejor.
Antes de que alguien soltara alguna broma sobre qué habrían hecho por la noche para andar así de agotados (Mejor no digas algo, Jongdae), Luhan explicó el asunto.
—Nuestro gatito enfermó y nos estuvimos turnando para cuidarlo...
—Ahhh... Ay.
—El veterinario dijo que era por una alergia y le tuvo que poner inyecciones al pobre Capitán.
—Había olvidado que nombraron a su mascota por una franquicia de cómics —murmuró Jongin, bebiendo limonada.
—¿Y ahora está bien? —preguntó Junmyeon.
—Mi mamá lo está chequeando, pero sí, ya está un poco mejor —respondió Luhan, apoyándose de nuevo en el hombro de Sehun—. Y ahora si me disculpan...
Sehun sonrió y elevó ligeramente el lugar donde su novio estaba recostado.
—Diles la otra cosa —murmuró.
—Ah, cierto...
Luhan abrió los ojos una vez más y Kyungsoo se preguntó internamente hasta cuando seguirían así. Prácticamente sus dos amigos eran la muestra viva de una pareja desvelándose por cuidar a su especie de... ¿hijo?
—¿Se acuerdan cuando envié mi solicitud para entrar al programa de la Universidad Nacional de Seúl? —Varios asintieron—. Pues adivinen...
—¿Los rechazaron? —preguntó Jongdae, luciendo horrorizado. Jongin y Minseok evitaron reírse.
—Un poco más de confianza, por favor —se quejó Luhan.
—It's a joke, little deer —sonrió el muchacho, guiñándole.
—Nos aceptaron a ambos —dijo Sehun finalmente, ahorrándose tanta palabrería y robándose el café de Junmyeon con disimulo—. Sus felicitaciones son bien recibidas. No me quejo si es en billetes, gracias.
Los demás chicos prosiguieron a abrazar a sus amigos, pidiendo más detalles de cómo fue cuando se enteraron de ello y cuándo deberían de ir a Seúl. El cansancio fue desapareciendo de Luhan y Sehun al hablar más; la emoción al saber que tendrían una oportunidad de poder estudiar lo que amaban y sobre todo, en facultades no tan lejanas, era algo que agradecían profundamente.
—Deberíamos ir a celebrar saliendo de clases —sugirió Chanyeol.
—¡Claro...! No, espera —Baekhyun meditó unos milisegundos—. No, hoy no. Es viernes.
—Ay, es cierto —murmuró Junmyeon y miró a Yìxīng—. ¿Estaría bien retrasar nuestra salida unas dos horas? Olvidé que hoy voy con los chicos a casa de la tía y la abuela de Baekhyun...
—Sí, descuida —sonrió Yìxīng, comprensivo y acarició la mejilla de Junmyeon, dándole un beso rápido—. Solo no tardes mucho.
Varios evitaron mirar cuando aquellos dos se quedaron inmersos en la mirada del otro. No los juzguen, estaban disfrutando plenamente su noviazgo a los cuatro vientos.
—Ustedes en serio sí que son puro algodón de azúcar —dijo Jongdae, rompiendo la burbuja y se giró para mirar a Minseok—. Darling, ¿no puedo acompañarte a la casa de las señoras Byun? ¿Por favoooor?
Minseok miró a los demás. Nunca se les había ocurrido llevar a alguien más aparte de ellos cinco a sus reuniones.
—No suena mal —acotó Luhan—. ¿Quieres ir, Sehun?
—Solo por unos minutos... Recuerda que debo cuidar a Capitán por hoy.
Fue así que una inocente pregunta de Jongdae terminó por lograr que aquellos muchachos caminaran rumbo a casa de las señoras Byun apenas tocó el timbre de salida. Jongdae y Sehun tenían la clara curiosidad en sus miradas a medida que sus parejas les contaban sobre lo magnificas y sabias que eran aquellas dos mujeres.
Chanyeol solo los dejaba ser, pues él ya conocía a las señoras desde hace mucho.
En cambio, Yìxīng y Jongin...
—Estás más callado de lo normal —le dijo Kyungsoo al moreno, mientras caminaban tomados de la mano, siguiendo a los demás—. ¿En qué piensas?
—Las cosas no se dan por casualidad —sonrió el más alto, besando la frente del pelirrojo.
Pero antes de que Kyungsoo pidiera una mejor explicación, pronto estuvieron cerca de la acogedora casa. Baekhyun ya se había encargado de avisar a su tía que vendrían más invitados por mensaje de texto y por ello, cuando las parejas llegaron al recinto, fueron recibidos con humeantes tazas de chocolate caliente y galletas de canela.
Jongdae y Sehun se presentaron amablemente con las señoras, mientras que Yìxīng se volvió a encontrar con la abuela de Baekhyun, a quien en otras ocasiones había visitado por el parque en las mañanas.
La abuela Byun sonrió encantada al ver a Junmyeon de lo más feliz y enamorado con Yìxīng; quien en voz baja le decía algunos versos para hacerle sonrojar. Sus consejos habían surtido efecto y dejó a la parejita en paz.
Cuando Jongin saludó a las señoras, la tía Heesun le sonrió de forma cómplice y ambos estrecharon sus manos.
—Es un placer conocerla. Kyungsoo me ha hablado mucho de usted —dijo el moreno.
—Lo mismo digo, Jongin —respondió la tía Heesun, como si nunca se hubieran visto aquella noche en que ella le aconsejó arriesgarse por la persona indicada—. En los pocos minutos que los he visto, puedo decir que Kyungsoo y tú hacen una linda pareja.
Jongin le sonrió, sonrojándose débilmente, y asintió, inclinando la cabeza en un mudo agradecimiento, para luego acercarse hacia su pequeño novio.
Sí, definitivamente, las casualidades no existían en este mundo.
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🐰🌻🐑
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Junmyeon sonreía, oyendo cómo Yìxīng hablaba maravillado tras haber charlado con las señoras Byun. De una forma u otra, había terminado por enterarse que la abuela de Baekhyun había aconsejado a Yìxīng de animarse a conocerlo mejor, de pasar tiempo juntos.
Cuando todos se hubieron despedido, ambos caminaron casi sin rumbo. O al menos así se sentía para Junmyeon, puesto que no tenía idea de a dónde lo llevaba Yìxīng.
—¿En serio no me dirás a dónde iremos?
—Nop. Es una sorpresa.
Siguieron caminando hasta que Yìxīng se detuvo y soltó su mano con delicadeza, poniéndose entonces detrás de él.
—¿Asumo que esto es parte de tu plan?
—Vendarte los ojos llamaría mucho la atención....
—Claro y que te pongas detrás de mí y uses tu mano para cubrir mi vista debe ser de lo menos llamativo —se burló Junmyeon.
—Shhh. Hoy estás a mi merced.
Junmyeon evitó encogerse cuando el calor susurrante de Yìxīng se dirigió a su nuca. Pronto, sintió que entraban a un entorno más tibio, sin corrientes de aire que despeinaran su cabello. Sin duda alguna, habían entrado a una casa.
—¿En dónde estamos? —murmuró aún con los ojos cerrados.
—Cuidado por aquí —lo guio Yìxīng—. Toma asiento por acá —lo siguió orientando, hasta que sintió una suave superficie para descansar—. Okay, voy a sacar mi mano, pero solo a la cuenta de tres, abrirás los ojos, ¿sí?
—Está bien —dijo Junmyeon, un poco nervioso.
El castaño mantuvo su promesa de mantener los ojos cerrados cuando su novio se alejó de él.
—Uno... Dos... Y... Tres.
Junmyeon parpadeó adecuándose a la suave iluminación y reconoció de inmediato en dónde estaban. Miró a Yìxīng quien le ofreció una sonrisa tímida y se acercó, más confiado.
—Creí que con lo de ayer... —empezó a decir Junmyeon.
—Lo de ayer fue muy bonito, pero sentía que podía hacer algo más. Por eso te dije para salir, un poco tarde dadas las circunstancias, pero juntos al fin y al cabo.
El más bajo miró la sala de la casa de los Zhang, decorada bellamente con flores lilas y amarillas, los colores que los unían de una forma u otra. En el comedor, una mesa con un mantel blanco aguardaba por ellos con unos platos y una bandeja cubierta; además de una botella de...
—¿Eso es vino?
—No le digas a mi abuelo por si lo menciona cuando venga mañana —susurró Yìxīng con una risita, tomándolo de la mano para llevarlo hacia allá.
Los dos muchachos se sentaron e Yìxīng mostró el contenido de la bandeja, expectante de la mirada de Junmyeon.
—El plato de hoy es Cordon Bleu —Yìxīng habló, en un fingido tono formal, haciendo que Junmyeon riera—. Pero siendo claro, es solo pechuga de pollo rellena de jamón y queso.
—Se ve delicioso, gracias.
Yìxīng optó por servir la comida en sus platos, mientras que Junmyeon se encargó de servir solo un poco de vino en sus copas, lo necesario para hacer un brindis.
—Ayer fue nuestro aniversario de 100 días —Junmyeon dijo, elevando su copa.
—Brindemos entonces por nuestro aniversario de 101 días —sonrió Yìxīng y se puso un poco más serio, mirando a Junmyeon con cariño—. Y espero que podamos celebrar muchos aniversarios más.
—Por muchos aniversarios más —repitió Junmyeon, casi como una promesa, chocando suavemente su copa con la contraria y bebiendo un sorbo.
El castaño y el pelinegro pasaron a comer, disfrutando la comida (Gracias, abuelita Zhang, porque Yìxīng apenas y sabía hacer ramen). Junmyeon le señaló el detalle de las flores e Yìxīng se alegró de que notara ello, pues se había esforzado en decorar el lugar. Junmyeon en serio lo complementaba tan bien...
Ambos charlaron por varios minutos, hasta que Yìxīng se fijó en la hora.
—Hay una última cosa que debo mostrarte.
Como puro reflejo, Junmyeon tomó su mano y el más alto lo guio hacia el segundo piso. Era la primera vez que visitaba aquella parte de la casa.
Segundos después, Yìxīng le sonrió y abrió una puerta.
—¿Tu... habitación? —preguntó Junmyeon, un poco mareado.
—Sí, pero lo importante es que debemos ir más para afuera —explicó Yìxīng, abriendo una puerta ventana de vidrio que daba acceso a un pequeño balcón—. Aquí.
Junmyeon caminó hasta su lado, mirando el paisaje ofrecido. El sol se ocultaba, las nubes se abrían paso con lentitud, el cielo se teñía con tonos oros y violetas.
—Es... precioso —murmuró el castaño, absorto en la imagen. Pocas veces se podía disfrutar de algo así en una ciudad tan agitada y ocupada como Busan—. Yìxīng, en serio... Gracias.
—Cuando quieras —replicó el más alto, rodeándolo entre sus brazos para apreciar la puesta de sol que pronto culminaría.
El sol se fue despidiendo, como si un dios volando en un carruaje lo llevara de paseo a otros lugares inexplorados. El cielo se fue oscureciendo y la brisa fue aumentando, haciendo que Junmyeon inconscientemente buscara más calor en el cuerpo de su novio.
El más bajo se giró satisfecho para abrazarlo entonces con más ganas y ambos se quedaron así unos minutos, reconfortados en el calor del otro, en su aroma, en su contacto, en el lazo que habían forjado desde pequeños y que se había transformado en una explosión cálida de oro y violeta.
—Gracias, Yìxīng —susurró Junmyeon.
—Gracias a ti por haberme dado la oportunidad de ser más que un compañero de clases —dijo Yìxīng en el mismo tono, separándose un poco para mirarle a los ojos y acariciar sus mejillas—. Te amo.
—También te amo —Junmyeon le dijo con voz temblorosa. Tal vez la intimidad del momento le estaba poniendo muy sensible, pero ya no le importaba.
Se besaron con lentitud, bajo las estrellas, ocultándose en las paredes de aquella habitación, tal como el sol que había dicho adiós de forma momentánea, prometiendo volver en unas horas. Junmyeon e Yìxīng entonces se sumergieron en un viaje diferente.
El beso se profundizó, el ardor en sus mejillas se acentuó y sus manos torpes se deshicieron de aquello que les impedía observar piel inexplorada. Era un nuevo descubrimiento.
Junmyeon guio a Yìxīng, con paciencia infinita, alentándolo en voz baja, hasta que el lazo entre ambos brilló aún más. El cuerpo del más alto se estremeció al ser recibido por primera vez en un calor distinto y estrecho; las venas de sus brazos y cuellos de ambos se acentuaron poco a poco y pronto, nimios temblores se apoderaron de ellos.
Los bordes de su expedición se volvieron erráticos, se desfiguraron bajo suspiros y pronto navegaron sin rumbo por el nirvana, llamado El Dorado, en medio de caricias y repetidas frases de amor.
Una brisa pasó con suavidad, significado de que era tiempo de volver a la realidad.
Colapsaron el uno sobre el otro, ambos temblorosos y agitados, y cuando Junmyeon finalmente parpadeó a través de los las estrellas de sus ojos, lo primero que vio fue a Yìxīng mirándolo con asombro.
—Hey —murmuró el más bajo y empujó unos mechones húmedos de la frente de Yìxīng.
—Hey —respondió el más alto, sonriéndole, a la vez que sus miradas se fijaban en las bellas formaciones plateadas en el estómago y muslos de Junmyeon.
Yìxīng tomó algunos pañuelos de papel de la mesita de noche para que pudieran limpiar de sus cuerpos los despojos finitos que habían creado, extendiendo una manta gruesa sobre los dos para mantener el calor en sus cuerpos. Luego, se movió hasta cubrir solo parcialmente el cuerpo de Junmyeon, apoyando su cabeza en el hombro del más bajo y Junmyeon atinó a pasar una mano por sus cabellos.
Después de unos minutos en un tímido silencio, Junmyeon dejó escapar una risita.
—¿Qué pasa? —preguntó Yìxīng. Sus ojos eran brillantes y su sonrisa lo era aún más, como si el sonido de la risa de Junmyeon le trajera alegría.
—Estaba pensando en qué le voy a decir a mis padres cuando vean que no dormí en casa.
Yìxīng lo miró por un minuto y luego comenzó a reírse, tan profundamente que sacudió la cama y resonó en todo el cuerpo de Junmyeon. Fue contagioso hasta el infierno, pero aun así, el castaño ya empezaba a preocuparse. Sus padres lo iban a matar.
—Hablé con ellos, Junmie —musitó Yìxīng sobre su piel, con una sonrisa perezosa—. Solo me hicieron jurar que mañana te dejara sano y salvo en tu casa.
—¿Les pediste permiso para traerme a tu casa?
—Les pedí permiso para que pasaras la noche en mi casa —corrigió Yìxīng, besándole la frente—. No cuestionaron mucho, pero prometieron no hacerte muchas preguntas, por si te preocupaba ese asunto.
—Hoyuelos manipuladores y mentirosos —susurró Junmyeon, picando la mejilla de Yìxīng con la punta de su dedo índice—. Esos hoyuelos tuyos van a ser la perdición de medio mundo.
Yìxīng rio bajito y abrazó a Junmyeon, lleno de dicha, formando figuras imaginarias en la espalda del otro con sus dedos tibios. Le susurró un «Te amo» al oído y así, arropados, protegidos por las líneas y curvas de aquella habitación, Junmyeon e Yìxīng, la pareja que cumplía 101 días de estar juntos de forma oficial, cerraron los ojos para dormir plácidamente, maravillados de estar con alguien tan asombroso, perteneciéndose el uno al otro, tocándose y besándose sin restricciones.
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¡Buenas madrugadas, mañanas, tardes o noches!
¿Cómo lo han estado pasando? Espero que bien :)
Para quienes no lo saben, actualmente estoy trabajando a tiempo completo (para tener mi propio departamento, la independencia me llama) y he ahí la razón de la tardanza.
Mi cuerpo solo quiere dormir y vagar y el único día para escribir calmada es sábado por la noche o domingo por la tarde. Así que bueno, espero que les haya gustado el capítulo de hoy ^^
🐺🐻 Es la primera vez que ellos dos interactúan directamente, je. Solo que uno debe decidirse aún por definir su futuro. Como dijo Jongin, será difícil, pero no imposible.
👬 Ya todos conocieron a la tía Heesun y a la abuela de Baekhyun, ¡finalmente! Gracias señoras Byun por haber formado parejas tan bellas en la historia...
🐰🐑 Y ellos cumplieron 101 días de novios, celebrándolo de la forma más pura y preciosa. Usar al Dorado como metáfora para su nirvana era algo que debía de hacer, no me juzguen.
Por cierto, ustedes me pidieron hace tiempo que les diera el aviso y por eso, debo de anunciar lo inevitable (aunque ya muy notorio): Esta historia está llegando a su fin.
Según mi escaleta, quedan tres capítulos, un epílogo y algunos especiales (si adivinan de qué tratarán esos especiales, se los dedico específicamente, ahre).
Así que, disfruten mucho de la recta final de Se corre el rumor 2 💜
En fin, darlings. ¡Gracias por leer, espero leer sus opiniones sobre el capítulo! ;)
🌼 Confieso que tenía la seguridad de que el enlistamiento de Kyungsoo no me dolería. Pero ese día, fue extraño. Apareció Paper cuts en vivo, donde Chen y Baek le cantan a Minseok, a Baek entonces se le quiebra la voz y simplemente creo que algo se rompió dentro de mí. Luego en la madrugada salió la canción de Kyung y ahhh, nunca había tenido tantas ganas de cuidar un cactus. Recién asimilé todo, no lo sé, como dije, fue extraño. 😅
🌼 Siguiendo con el tema del servicio (lo siento, jajaja), me preguntaba si tenían algún fic que me recomienden sobre el ChenMin y el KaiSoo afrontando que estarían separados por casi dos años. Y si por ahí tienen un fic del reencuentro del SuLay/LayHo, dado que Yixing fue a Corea y estuvo con los chicos (cuando vi esas fotos, yo lloré, bai). Lo necesito demasiado, ayuden a esta alma. 😭
🌼 ¿Cómo puedo superar Paper Cuts y That's Okay?
🌼 Hoy leo que la tropa en donde anda Kyungsoo está de lo más encantada con el muchacho. "Es muy guapo", es lo que paran diciendo. Literal, ya se ganó hasta al cocinero, quien le prometió darle postres y helados extras porque cayó redondito por Kyungsoo. Ese chico a donde quiera que vaya, termina con más fanboys a su lista. XD
🌼 Oh, cierto. Fui al estreno de Spiderman: FAH y si no lo han visto aún, en serio... Van a emocionarse bastante y gritar "¿Pero qué demoniooooos?!" con el final, jeje.
En fin, tengan un buen fin de semana, ¡besos y abrazos a ustedes! ¡Adiós!💜
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