20. Cuando los secretos se revelan
¡Buenas, darlings!
Acabo de despertar agripada, así que antes de que empeore la cosa, mejor actualizo 😂
En fin, ¡disfruten el capítulo de hoy! Tiene más de 7 mil palabras, no sé cómo, solo pasó ♡
*
* * *
🌼🐱🌼
* * *
*
Jongdae, quien hacía sus tareas de Física con pocas ganas, bostezó. Podría haber estado leyendo una buena novela, podría haber estado jugando al PS o leyendo un cómic. Pero no. Su maestro había dejado más tareas de lo normal debido a la semana deportiva que se venía y en vez de ser buena gente como su adorada maestra de Matemáticas, dijo algo sobre no perder clases y que era por el bien de sus alumnos.
Gracias, profesor de Física, mis ganas de ser el próximo Isaac Newton se ha multiplicado a la potencia de la velocidad de la luz.
El timbre de su casa sonó y el chico hizo un recuento rápido, pensando si alguien de la escuela iba que venir a su casa. No, no en lo absoluto. Todos estaban bien metidos en sus casas, maldiciendo al profesor como él. Al menos eso sabía gracias al chat grupal de whatsapp que tenían.
—Jongdae, cariño —la voz de su papá casi le hizo saltar de su asiento y se giró para mirarlo—. ¿Puedes bajar un momento, por favor? Baekho está aquí.
—¿Tiene noticias de las dos chicas? —preguntó, algo preocupado, mientras seguía a su papá, quien fruncía el ceño, notablemente tenso.
—Eso parece —replicó su padre, llegando con él a la sala.
Su mamá estaba sentada en el sofá grande, esperándolos, mientras que Baekho estaba ubicado en el sillón personal. Jongdae saludó a su amigo con un breve abrazo y se sentó con sus padres, uno a cada lado suyo, silenciosamente diciéndole que estaban a su lado pasara lo que pasara.
—Krystal Jung, como saben, está bajo arresto preventivo en la correccional hasta que se lleve el caso a juicio. No ha hablado mucho sobre lo de Jongdae —empezó a explicar el investigador, luciendo muy cansado—. Pero ya recogimos la declaración de las dos chicas que buscábamos. Todo concuerda con la fecha y los datos que hemos juntado en este tiempo. Excepto que... —Baekho miró vagamente en un punto lejano del lugar y volvió a mirarlos, sacando su celular—. Esto es confidencial, pero creo que es mejor que lo escuchen ustedes mismos.
El hombre presionó la pantalla con rapidez y puso play a un archivo de audio.
—¿Confirmas entonces que Krystal Jung envió a Kim Taeyeon y a ti a esa fiesta? —la voz demandante de Dongho apareció.
—Sí.... Yo... no sé cómo lo supo, pero en ese momento necesitaba el dinero... mi papá había adquirido una deuda muy grande —se oyó una voz femenina, sonando tímida—. En ese entonces, Tae y yo éramos amigas, y cuando Krystal me ofreció el dinero, Taeyeon y yo aceptamos.
—¿Qué les pidió hacer exactamente en esa fiesta?
—Debíamos ir a esa fiesta, fingir que nos divertíamos y luego esperar en una de las habitaciones a que llegara Kim Jongdae. Y... estar con él.
—¿Estar con él? Explícalo mejor.
—Tener relaciones sexuales con él —susurró Tiffany, apenada—. Krystal nos aseguró que él no estaría tan consciente de ello y que no nos reconocería. Dijo que le iba a poner algo en su bebida, drogarlo en sí. Yo decidí esperar, mientras Taeyeon salió a traerlo.
—¿Y qué sucedió luego?
—Krystal vino con Taeyeon, trayendo a Jongdae. Estaba muy drogado, no entendía lo que decía realmente. Krystal se fue, dejándonos solos. Jongdae estaba en la cama y nosotras ya no estábamos tan seguras de hacer eso. Él solo murmuraba el nombre de su novio, Minseok... Ellos eran muy conocidos en la escuela. Y me dio miedo, me di cuenta que no podría... no podríamos... —la chica respiró hondo, buscando las palabras—. Krystal quería cerciorarse de que cumpliéramos nuestra parte y nosotras queríamos el dinero. Así que solo se nos ocurrió besarlo para dejar algunas marcas y le quitamos la ropa.
—¿Entonces fingieron haber tenido relaciones con Jongdae?
—Como le dije, él estaba muy drogado, no estuvo consciente de lo que pasó. Evitamos tocarle todo lo posible y lo cubrimos con las sábanas apenas estuvo desnudo. Taeyeon y yo tuvimos también meternos en la cama con él, para hacer la historia más creíble. No pudimos dormir en lo absoluto, solo queríamos que el día terminara de una vez.
—¿Y al día siguiente?
—Krystal entró y vio cómo estábamos, parecía satisfecha. Nos dejó el dinero y en ese momento, empezó a despertar Jongdae. Ella se fue y Taeyeon y yo seguimos en la cama. Jongdae parecía confundido cuando nos vio —la voz de Tiffany sonaba culpable—. Definitivamente no recordaba lo que había pasado y sentí muchas ganas de decirle la verdad. Apenas tuvimos la ropa puesta, Taeyeon guardó el dinero y yo solo pude mirar a Jongdae. No dijo nada, estaba sentado sin poder decir algo. Luego de eso, pagué la deuda de mi papá y decidí ir a vivir con la familia de una amiga. Taeyeon y yo nos retiramos de la escuela, no pudimos soportar lo que pasó en las siguientes semanas. Yo... Lo lamento mucho... Quise decirle, en serio. Pero tenía miedo.
—¿Taeyeon qué dijo al respecto? Sobre decirle la verdad.
—Que hay secretos que era mejor no revelarlos. Porque Krystal tenía ojos y oídos por todo el colegio... Era como si fuera dueña de todo allí.
La grabación se cortó.
Jongdae se sentía completamente entumecido, apenas sintiendo que su papá le había pasado el brazo por los hombros y que su mamá acariciaba sus manos temblorosas. Trataba de decir algo, en serio que lo intentaba. Pero su mente estaba asimilando la información escuchada, aceptando el hecho que había narrado una de las chicas, cuyos nombres al fin conocía.
Todos estos años...
—Me cercioraré que la pena de Jung no se vea reducida por esto —carraspeó Baekho, sonando serio, mientras guardaba el celular—. Además con lo de haberla encontrado con las drogas, no tiene muy sencillo que logre ser liberada.
Jongdae al fin sabía lo que realmente había pasado.
Incluso drogado, no había dejado de hablar de Minseok, no lo había lastimado, él mismo no había sido lastimado como lo había creído. Un hormigueo pasó por su cuerpo, sintiendo una extraña calma que no había sentido desde esa noche.
Nunca había estado con ellas en realidad.
Nunca había engañado a su Minseok.
Nunca había sido tocado como pensó.
—¿Qué pasará con las dos chicas? —preguntó su madre, quien tenía los ojos llorosos. A Jongdae le dolió el corazón. Sus padres también habían sufrido con él y ahora también ellos estarían tranquilos.
—Están a entera disposición de lo que se decida con ellas —Baekho dijo—. La coartada de la deuda del padre de Tiffany es cierta, el hombre tiene varios problemas de estafa. La chica prescindió de vivir con él, sus tutores son los padres de una amiga suya.
—Trata de que no les pase nada —murmuró Jongdae, viendo la mirada sorprendida de sus padres—. ¿No se dan cuenta? Ellas eran, en cierta forma, víctimas también. Y entiendo que hayan tenido miedo —miró ahora a Baekho—. Trata, por favor.
Su amigo solo pudo asentir y se puso de pie.
—Les avisaré cuando se programe el juicio —sonrió brevemente el investigador—. Los dejo, no se preocupen por acompañarme, en serio. Creo que tienen cosas que hablar ahora, con permiso.
Jongdae fue rodeado por sus padres, quienes solo le sonrieron, llorando también. No se imaginó un mundo sin ellos. Su papá y su mamá eran los seres más maravillosos del planeta y se sintió muy afortunado de tenerlos a su lado, cuidándolo, protegiéndolo.
Pero no podía quedarse quieto, necesitaba decírselo a él.
Sus padres entendieron y Minseok pronto llegó a su casa, luciendo afligido apenas Jongdae abrió la puerta. Sus hermosos ojos felinos lo miraban con una preocupación tan fuerte que la sensación era casi una presencia física.
El menor lo abrazó con fuerza, hundiendo su rostro en el cabello del castaño, quien de inmediato le correspondió la acción, dejándose hacer. El aroma a lavanda le reconfortó aún más, agradecido de también tener a esta maravillosa persona a su lado.
Pasaron a la sala tomados de la mano, con Minseok secándole las lágrimas que seguían cayendo en contra de su voluntad. Entre susurros llorosos, Jongdae le contó todo lo que había pasado y pronto, ambos lloraban juntos.
La felicidad era una cosa agridulce ahora.
Porque por un secreto no dicho por miedo, ellos aún...
—Esto es increíble —susurró Minseok, ya más tranquilo a su lado.
—Si tan lo hubiera sabido antes...
Los «quizá» surgieron en la mente de Jongdae.
Ellos quizá nunca habrían terminado, ellos quizá pudieron haber cumplido más de un año juntos, ellos quizá pudieron haberse dado regalos por su aniversario de cada año, Jongdae quizá podría haberle dedicado una canción que hizo para Minseok...
—Hey —Minseok le apretó cariñosamente la mano y le sonrió, con las mejillas rosadas—. Deja de pensar en eso. Lo que importa ahora es que estoy aquí contigo, ¿no? Aún después de todo, estamos aquí, ahora, juntos.
Minseok siempre tenía las palabras adecuadas para él. ¿Cómo podría dejarlo ir?
Jongdae le miró fijamente, perdiéndose en aquella mirada cariñosa. El extraño hormigueo apareció de nuevo, sus manos se empezaron a sentir sudorosas y frías, su rostro ardía por lo que iba a hacer. Los ojos de Minseok pronto se hicieron más grandes, conforme más se acercaba a él. Su corazón latía con fuerza y rapidez, sentía que pronto se le saldría del pecho o que moriría, pero no le importó. Si ese era su último momento con Minseok, que así sea.
—Di que me detenga y lo haré —susurró Jongdae, cerrando los ojos y rozando las puntas de sus narices, sintiendo al mismo tiempo cómo Minseok se estremecía ligeramente al escucharlo.
El mayor no replicó, cerrando los ojos también, acercándose también a Jongdae. Sabían lo que tenían que hacer, solo unos cuantos centímetros menos y pronto ambos podrían sentirse el uno al otro, tener aquel deseado beso que tantas veces habían reprimido por temor a apresurar las cosas, por miedo a que tal vez su lazo actual solo sea de pura amistad.
Los dedos de ambos se entrelazaron y evitaron soltar un suspiro de plenitud cuando sus labios se rozaron con parsimonia. Jongdae sonrió para sí mismo, nervioso pero feliz. Minseok sabía a cerezas todavía, tal como lo recordaba hace tres años. Todo era correcto en ese momento, todo era como debía de ser. No supieron cuántos segundos duró el contacto, pero sí supieron sonreírse mutuamente cuando se separaron, apreciando sus miradas tímidas, pero a la vez alegres.
—Juntos —murmuró Jongdae sobre los labios de Minseok.
—Juntos —repitió el castaño, soltando una pequeña carcajada y terminó por abrazarlo con fuerza, ocultando el rostro en su pecho.
Ambos muchachos se quedaron así, disfrutando el momento, su momento, ignorando que los padres de Jongdae sonrieron para sí mismos desde la cocina, viéndolos a escondidas, pero felices de que su hijo tenga a alguien que lo ame tanto como ellos.
Minseok estaba destinado a Jongdae y Jongdae estaba destinado a Minseok.
No había otra forma de verlo. Eran almas gemelas que habían soportado de todo, superando los obstáculos a base de una única fuerza llamada amor y finalmente se volvían a encontrar.
Finalmente estaban juntos.
*
* * *
🌸🐧⏳🌸
* * *
*
Sohyun salió de casa, despidiéndose de sus padres con una sonrisa (la mejor que pudo hacer). Su celular vibró en su bolsillo y evitó hacer una mueca de fastidio al ver quién llamaba.
—Dime —respondió, caminando con calma por las calles.
—Se dice «Buenas tardes», señorita —la voz de Lee Kibum habló, sonando falsamente indignada—. ¿Tus padres no te enseñaron buenos modales con tus mayores? Bueno, no me importa en realidad. Tienes un nuevo trabajo —Sohyun aguantó el suspiro de cansancio que quiso salir de su boca—. Ya que la parejita no puede romper por una chica nueva en su aula, creo que sí romperán cuando se enteren que sus amigos de años les mintieron.
—¿A qué te refieres? —Sohyun sospechaba la respuesta, pero era imposible. Ella nunca le había dicho lo que sabía sobre ese tema.
—No finjas que no sabes, me mentiste Sohyun. Te pedí datos relevantes sobre la relación de esos dos y me traes pura basura. Wonwoo fue más útil que tú apenas pisó la escuela —despotricó el hombre, disgustado—. Pero bueno, sé que tienen la semana deportiva y que el domingo es la triatlón en donde Jongin estará compitiendo. Es el único momento donde Kyungsoo andará solo, su casa ya no es un punto de acceso porque allá en China ya saben lo que está pasando y están tomando medidas.
—¿Todos saben? ¿Todos, todos?
—Relájate, cielo, nadie sabe de nuestro secreto. Aunque no sospechan de mí, al menos —dijo Kibum, con un tono lleno de seguridad—. Bueno, al tema: quiero que te acerques a Kyungsoo y veas la forma de decirle que sus amigos crearon rumores para que esté con el chico Kim y todo eso. Es un adolescente, y como todos, se sentirá inseguro de su relación. Todo simple, tarea simple. ¿Entendido?
—Dudo realmente que me crea, Kibum —explicó la chica—. El hecho de que nos hayamos hecho cercanos tan rápido, no quiere decir que me tenga que creer todo lo que diga. Kyungsoo podrá ser distraído, pero no es un idiota.
—Tú ya ve la forma, Sohyun. No me falles o las cosas terminarán mal para ti.
—Okay, ya entendí —musitó ella, derrotada. Kibum colgó y Sohyun vagamente pensó en lo sencillo que sería todo ahora, podría seguir en China, disfrutar de la vista en Hong Kong...
Kibum era astuto y a Sohyun le preocupó que terminase teniendo razón. Un Kyungsoo inseguro y hasta culpable de estar con Jongin sería una buena forma de matar una relación. Sumado con la traición y la desconfianza que se generaría al saber que sus propios amigos lo metieron en un rumor el año pasado (aunque Sohyun aún no entendía por qué). Ciertamente, las cosas terminarían lastimando más a Kyungsoo. Eso lastimaría a Jongin. Muchos saldrían heridos si ese secreto se revelaba.
No quería seguir con el plan de Kibum.
Consideró vagamente advertir a Minseok con algún correo anónimo, pero no podía arriesgarse de nuevo. Kibum probablemente se enteraría y todo terminaría en catástrofe.
Había secretos que eran mejor no ser revelados.
*
* * *
🏀⚽🏁
* * *
*
La semana deportiva inició con toda la algarabía de los alumnos de las escuelas del distrito. El lunes y martes pasó con rapidez, sin ignorar la gran primicia del momento: Minseok y Jongdae eran pareja de nuevo. La sorpresa de verlos cariñosamente tomados de la mano en la cafetería había tomado desprevenido a más de uno, pero los amigos de ambos solo esperaron silenciosamente una explicación de cuándo, cómo y dónde había sido el momento en que decidieron ser novios (de nuevo).
—Solo supimos que era lo correcto —dijo Minseok, encogiéndose de hombros.
—¿Pero cómo fue? Danos más detalles —insistió Baekhyun—. Detalles, por favooooor.
—Bueno, él me miró, yo lo miré y... fin.
Baekhyun le dio una expresión aburrida de «¿Es en serio?».
Los demás empezaron a reírse de la actitud de Baekhyun, quien se rindió y empezó a recordar, con lujo de detalles, cuando Chanyeol le pidió ser su novio en la entrada de la escuela (o más bien, cuando el bajito le increpó arreglar su error de haberle robado su primer beso sin ser nada más que compañeros de aula).
El miércoles se inició la competencia, donde apenas salieron de clase, todos fueron al estadio y celebraron que su escuela hubiese ganado en dos deportes (arco y flecha y natación) y quedando segundo en tenis de mesa. Más tarde, ya a las seis de la tarde, se inició el partido de básquet, donde el capitán del equipo se veía más determinado que nunca a ganar.
—Sospecho que el año pasado perdimos porque Yifan andaba distraído por los rumores con Zitao —murmuró Luhan, pensativo—. Porque ahora en serio se ve muy serio y concentrado... Miren cómo hace esos pases, wow...
Y vaya que no se equivocó. Zitao elevaba un cartel de apoyo a su novio, gritando como loco y Yifan, cada vez que encestaba, se veía más contento de los resultados que iba sumando con el paso de los minutos. Los gritos de euforia tras cada punto anotado emocionaba a todo aquel miraba el partido y pronto varios de la escuela hacían carteles improvisados para los jugadores de la Baekseok.
—¡Y los dragones de Baekseok anotan otro punto! —exclamaba el locutor desde su cubículo—. Parece que el capitán del equipo, Wu Yifan, está más que determinado a llevarse la copa para su escuela... Gira para dar el pase a... ¡Ouch! ¡Ha chocado con el número 8 de la escuela Kyungnam!
—¡Falta! ¡Eso es falta personal! —empezó a vociferar Jackson desde su asiento, acompañando a otros que gritaban enfadados por el daño a su compañero.
—El árbitro se acerca para verificar el estado de Yifan, quien parece señalar que está bien, pero aún no se pone de pie... Sí, tal como gritan varios del público, es falta personal. El árbitro reprende al 8 por haber empujado al líder y le da saque libre a la escuela Baekseok... Pero parece que Yifan quiere seguir en campo, ¡esa es la actitud, muchacho! ¡Qué buen espíritu deportivo tienen estos dragones!
Los chicos seguían mirando a su capitán, quien levantaba el pulgar hacia arriba señalando que podía seguir jugando. El público empezó a decir el nombre de Yifan. Luego del pequeño susto, siguieron en lo suyo, jugando y poniendo en práctica todo lo que habían ensayado.
—Sabes, hubiera sido icónico que todo el público guardase silencio y de pronto Zitao se ponga a cantar algo como «Yifaaaaaaaan» y Yifan le responda con un «Right now I can hardly breath» —divagaba Jongdae, quien estaba al lado de Minseok.
Jongin se giró para mirarlo, incrédulo, y se preguntó cómo mierda podían seguir siendo amigos.
—¿De qué estás hablando? —cuestionó Chanyeol, confundido.
—Oh, cielos... —susurró Minseok, negando con la cabeza, intentando concentrarse en el partido.
—Están hablando de High School Musical 3 —suspiró Junmyeon, enarcando una ceja para mirar al novio de su amigo—. ¿Y luego qué? ¿Zitao le responde con un «You can do it, just know that I believe»?
—Exacto —replicó Jongdae, emocionado—. Y Yifan le diría: «And that's all I really need».
—«Then, come on» —cantó Junmyeon, riendo.
—«Make me strong. It's time to turn it up. Game on!» —le siguió el muchacho, feliz de que alguien entendiera su gusto culpable por High School Musical.
Todos los demás que les rodeaban les miraron con una expresión que combinaba las ganas de reír y unas muecas desdeñosas con confusión. Jongin ocultó su rostro en una de sus manos, apoyando su cabeza en el hombro de Kyungsoo, mientras este solo se reía.
—Me voy a culpar por haberle mostrado a Junmyeon las películas de Troy y Gabriela cuando éramos niños —musitó Baekhyun, suspirando.
—Oye, por esas películas supe que quería estar en musicales —replicó Junmyeon, fingidamente herido, siendo abrazado por Yìxīng y sintiendo que este le daba un beso la sien—. Acabo de sentir que estás aguantando reírte, Zhang Yìxīng. Adelante, ríete —el chico frunció el ceño y cruzó los brazos sobre el pecho.
—Ah, Junmie, no te enojes —se rio su novio con ganas y le abrazó con más fuerza—. Prometo que te lo compensaré, quizá podríamos... —y le empezó a susurrar en el oído. Sea lo que sea que le hubiera dicho, causó que el rostro de Junmyeon se coloreara.
—Ew, chicos, aquí no —se quejó Sehun, mientras Luhan ya estaba tosiendo por reírse demasiado.
Siguieron viendo el partido, ya más calmados, notando con ánimo que la ventaja era buena. El locutor del partido intentaba mantener su neutralidad, pero se notaba lo emocionado que estaba por ver a la escuela Baekseok ganar.
—¡Jinyoung lidera el campo y evita que le roben el balón con un giro sorpresivo! —decía el hombre—. Pero el capitán de la escuela Kyungnam logra tomar la pelota e intenta pasarlo para anotar y... ¡Yifan estira el brazo y le quita el balón! ¡Está corriendo a encestar, señores! Los demás lo cubren y, ¡síiii! ¡¡Punto para los dragones!! ¡Han ganado, señores! ¡¡La escuela Baekseok se corona como la campeona del año!!
Fue todo una locura. El público chilló de la alegría, mientras Yifan era cargado por sus amigos, dándole la copa de oro y cuando lo elevó, solo ocasionó más gritos. Apenas lo bajaron, buscó con la mirada a su novio y sin dudarlo, corrió hacia él al verlo, besándolo con fuerza y abrazándolo con una gran sonrisa en el rostro.
Hubiera sido genial hacer una fiesta en celebración, pero mañana habría clases y debían estar lúcidos. La fiesta podía esperar hasta cuando la competencia terminara.
El jueves se realizó las categorías de gimnasia rítmica, tenis y vóley, donde la sede fue en la escuela Kyungnam. Los chicos tomaron el autobús, listos para apoyar a su equipo como debía de ser, ganando en gimnasia (¡finalmente, gracias Yuqi!) y quedaron segundos en vóley. En tenis quedaron terceros, pero bueno, a veces se gana, a veces se pierde.
El viernes llegó y Junmyeon estaba nervioso, pero no por él.
—Prométeme que vas a tener cuidado —le hizo jurar a su novio, quien vestía su uniforme de fútbol. Tenía una camiseta blanca con su nombre y el número 10 en letras negras impresas en la espalda, mientras un short negro y medias largas hasta las rodillas cubrían sus torneadas piernas.
—Lo intentaré —le sonrió Yìxīng, marcando sus preciosos hoyuelos y le dio un beso en la boca para calmar su preocupación—. Hemos practicado mucho, nos irá bien, ¿sí? —le robó otro beso y se alejó—. ¡Te amo!
—¡Yo también! —le respondió Junmyeon de la misma forma, siendo jalado por sus amigos para que ya se ubicara de una vez en su asiento. También se apresuró en desearle buena suerte a Jackson, con un abrazo, recordándole que tuviera cuidado. No podía evitarlo, se ponía peor que mamá gallina con los que quería.
Finalmente, el entrenador llamó a todos a calentar, para que trotaran por la cancha.
Luhan era el encargado de dirigir las arengas que dirían y se le veía muy emocionado por ello.
—Entonces todos dirán «¡Reinamos el cielo, somos dragones; somos Baekseok, los campeones!», ¿está bien? —indicaba Luhan, en tono intenso. Miren, a él en serio le gustaba el fútbol, pero a su propio ritmo. Algún día llegaría a ser un Cristiano Ronaldo... algún día.
—¡Entendido, jefe!
—¿Y no podemos decir algo como «Araña, araña, araña, los de la escuela Geumjeong no se bañan»? —preguntó uno del público, esperanzado.
—¡Que no! —rezongó Luhan, frunciendo el ceño.
Y pronto estuvieron iniciando el juego. Para el alivio de todos, el partido transcurrió relativamente bien en el primer tiempo. Claro que hubo faltas, pero nada que lastimara de gravedad a los que jugaban.
En el segundo tiempo, cuando nadie se lo esperó, Yìxīng marcó un pase hacia Jackson y este logró el primer gol, haciendo que todos saltaran de la alegría, mientras que Luhan celebraba como si hubiese pateado la pelota él mismo. Sehun estaba sorprendido de la actitud de su novio, sabía que le gustaba el fútbol, pero era la primera vez que lo veía gritar como un demente.
Aunque la tensión aumentó cuando el otro equipo marcó un gol.
El entrenador le hizo una seña a Yìxīng y este comprendió que debía organizar a los demás para armar una estrategia que habían estado practicado. Minho y Jackson empezaron a dejar un buen espacio a un lado del campo, dándole el pase a Yìxīng para que este pateara el balón hacia Leo, el delantero del equipo. Se suponía que este correría para anotar, pero terminaron cerrándole el paso y le devolvió el balón al capitán. Era un movimiento arriesgado, pero tenía que funcionar.
Yìxīng se hizo a un lado, corriendo. Le pasó el balón a Jackson, y cuando los del equipo de Geumjeong empezaron a seguir al rubio, el pelinegro corrió hasta un punto cercano de la portería contraria. Jackson le pasó la pelota a Leo y este miró a Yìxīng, asintiéndole, pateando hacia él.
Era casi imposible fallar.
—¡Gol! ¡Gol, mierdaaaa! ¡Gooool! —gritó Luhan, besando a Sehun de la nada y luego lo soltó para seguir gritando—. ¡Somos dragones, somos campeoneeeeeeees!
Para felicidad de la salud mental de Luhan, la escuela Baekseok sí terminó ganando con un 2-1 y todos corrieron al campo, rodeando al equipo y al entrenador, ignorando lo sudorosos que estaban.
Junmyeon le sonrió a Yìxīng y, cumpliendo con la escena cliché, se besaron. Pero apenas el más bajo abrió los ojos, retrocedió con rapidez, bajo la mirada confusa de Yìxīng.
Y definitivamente tenía toda la excusa de alejarse, porque el capitán del equipo no esperó que le vaciaran el galón de agua helada encima, cortesía de los otros miembros del equipo.
—¡Capi, ganamos! —dijeron los chicos, abrazándole también.
—¡Si me enfermo, los mato! —se quejó Yìxīng, temblando ligeramente y oyó que Junmyeon se reía de la escena—. Ah, esto es por reírme ayer, ¿no?
—¿Ya ves lo que se siente? —le retó Junmyeon, satisfecho.
—Ya vas a ver, ¡ven para acá! —empezó a perseguirlo, mientras el entrenador negaba con la cabeza, rendido. No iba a reñirles, se merecían su momento. ¡Habían ganado!
Al día siguiente, Luhan despertó con un malestar en la garganta y se la pasaba con sus caramelitos para bajar la creciente inflamación de su faringe, laringe o lo que sea. Hoy estarían Sehun y Kyungsoo en atletismo y quería estar sano y dispuesto para celebrar.
Varios llegaron temprano a la zona de competencia, viendo gustosos que los puestos de la feria estaban siendo armados. Baekhyun enarcó una ceja al ver la ligera desorganización, pero se recordó que ahora ya no era responsabilidad de su grado lidiar con la decoración del lugar. Era su último año y debía preocuparse solo de disfrutar del día. Los chicos y sus parejas se juntaron, en la línea inicial de la ruta que seguirían sus amigos para desearle buenos ánimos.
—¡Uf, mira esas piernas, papá! —silbó Jongdae al ver a Sehun con el uniforme de competencia, quien se avergonzó ligeramente, y Minseok negó con la cabeza.
Pero no podía negarlo, la camiseta manga cero resaltaba los anchos hombros de su compañero y sus brazos marcados. Y el short negro mostraba sin pudor cómo los músculos de las piernas de Sehun se contarían a cada paso que daba.
—Wow, Sehun sí que ha entrenado mucho ahora —elogió el de ojos felinos a Luhan y este asintió satisfecho.
—Ah, tampoco es para tanto... —musitó Jongdae.
—¿No que decías que te gustaban sus piernas? —se burló Luhan y Minseok se rio junto a su amigo.
—¿Y en dónde está Kyungsoo que no lo veo? —inquirió Baekhyun, buscando con la mirada al pelirrojo—. Ah, ya llegaron su papá y su hermano. ¡Señor Woosung! ¡Ryeowook!
La familia Do oyó el llamado del bajito y sonrieron al reconocerle. Los chicos saludaron a los recién llegados y el señor les avisó que Kyungsoo ya estaba llegando. Ryeowook, fastidiado, murmuró algo sobre «shorts muy pequeños».
Pronto Kyungsoo llegó tomado de la mano con Jongin, quien intentaba no matar con la mirada a todo aquel que se detenía a observar más de la cuenta a su pareja.
—Creo que Ryeowook y Jongin se unirán para decapitar a quien mire a Kyung más de la cuenta —musitó Luhan, aún fastidiado por el dolor en su garganta.
Era muy extraño ver al pelirrojo tan descubierto.
La camiseta blanca resaltaba los brazos torneados de su amigo y el short negro mostraba unos muslos blanquecinos, viéndose estilizados a pesar de la estatura de Kyungsoo. Sin mentir, las piernas del pelirrojo eran muy bonitas.
El moreno terminó de matar con la mirada a un chico de una escuela contraria que miró el trasero del pelirrojo y se acercaron a donde ya todos esperaban que se diera inicio a la carrera. Jongin saludó a la familia de su novio con una respetuosa reverencia y charlaron brevemente.
Cuando se les pidió despejar la zona, todos sus amigos abrazaron a Kyungsoo para desearle suerte. Su familia también le dio buenos ánimos, Jongin solo esperó tranquilo a que ellos se alejaran para poder acercarse, y el bajito le sonrió.
—¿También vas a desearme buena suerte? —preguntó el pelirrojo, burlón—. ¿O seguirás mirando a los...?
Los labios de Jongin lo silenciaron sin mucho preámbulo, ignorando la sonrisa del señor Do, la mueca de fastidio de Ryeowook y los chiflidos de los demás. Con Jongin, Kyungsoo nunca sabía qué esperar, en realidad. Y eso le gustaba tanto... Se separaron luego de unos segundos, y el moreno acarició las mejillas rojas de Kyungsoo.
—Tierno —musitó para sí mismo y le dio un beso en la frente, ignorando el reclamo de su novio—. Sé que eres bueno en esto, solo ten cuidado.
Kyungsoo asintió, algo atontado.
Valga decir que Sehun tuvo un primer merecido lugar, seguido de Kyungsoo. Luhan gritó, ignorando el dolor en su garganta y los demás vitorearon. Fue una doble victoria para la escuela y fue tanta la emoción, que el entrenador los abrazó a ambos con fuerza, orgulloso y nostálgico de tener que asimilar que sus mejores talentos ya iban a dejar la escuela.
De tan solo pensar en cómo había crecido junto a ellos, no siendo solo un profesor de deportes, sino también un consejero y un segundo padre para quien lo necesitara.
En serio iba a extrañar a estos chicos.
*
* * *
⭐🐧⭐
* * *
*
Apenas tuvo la oportunidad, Kyungsoo se puso ropa más cómoda y se dirigió con sus amigos para disfrutar de los puestos de la miniferia instalada. Gastaron dinero (no quiso calcular cuánto) y comieron kimbap y tortillas en el puesto de un amable señor. Jongin luego se despidió de él, diciéndole que ahora él debía cambiarse de ropa para la triatlón.
Así que pasó el tiempo restante con su familia y amigos, burlándose de la desdicha de Luhan porque ahora sí se había quedado sin voz, mientras Sehun se convertía en el portavoz oficial de su novio. Baekhyun y Chanyeol se retiraron para darse un tiempo a solas y cada pareja terminó yéndose a pasear, acordando verse en la escuela para apoyar a Jongin.
Su papá le recordó que no llegara tan tarde a casa y se llevó la medalla de plata de Kyungsoo, para que su distraído hijo no la terminara perdiendo por ahí; mientras que Ryeowook se excusó con que estaría por ahí con unos amigos. Amigos, sí, claro.
El pelirrojo caminó por la plaza, mirando los puestos de manualidades con atención, sin darse cuenta de que lo estaban siguiendo.
*
* * *
❄🐻❄
* * *
*
Jongin se puso el traje isotérmico para la primera prueba, sin poder evitar sentir un mal presentimiento. No era por la triatlón, de esa estaba seguro.
Desde que había hablado con su mamá, había estado evitando dejar solo a Kyungsoo. Tenía miedo, pero confiaba en que ahora el pelirrojo estuviera con su familia y amigos por mientras.
—Jongin, será mejor que te apresures en ir a la piscina —le avisó el profesor de deporte.
El muchacho asintió, poniéndose la gorra de goma y tomó los lentes de protección. Podía oír la bulla del público desde el camerino en donde estaba y caminó hacia el lugar que le indicaron, escuchando cómo los gritos aumentaron al verlo. Mantuvo una expresión seria, buscando a su pareja entre la gente, pero apenas podía reconocer algún rostro. Eran demasiadas personas juntas.
Dieron aviso de que ya debían ubicarse en sus lugares y todos se acomodaron, poniéndose ahora los lentes como debía de ser. Uno de los jueces, tomó una pistola de aire comprimido y disparó, dando inicio a la triatlón.
Apenas se oyó el estridente sonido, Jongin se lanzó al agua, vaciando su mente de cualquier preocupación, disfrutando la adrenalina y alimentando su espíritu de esa adorada competitividad que lo impulsaba a seguir participando en cosas como estas. Si llegaba al menos al tercer lugar en esta primera prueba, estaría contento consigo mismo.
Recorrer los 500 metros de natación fue algo que casi sucedió en un abrir y cerrar de ojos y cuando salió del agua, miró la pantalla de los puestos de llegada. Había obtenido el segundo lugar en natación.
Pero se apresuró a quitarse la gorra y los lentes, accesorios que el entrenador guardó, mientras que este le pasaba sus calcetines y zapatillas para que se lo pusiera con prisa. Se colocó el casco de seguridad y los guantes de protección.
—15 kilómetros de bicicleta —le recordó el hombre, dándole un asentimiento de apoyo.
Jongin comenzó a pedalear desde la escuela hasta el parque central donde antes habían corrido Sehun y Kyungsoo en la mañana. Serpenteó con cuidado lo baches y ligeros obstáculos, aumentando la velocidad y aliviado de que en este año finalmente ya no tuviera problemas con una bicicleta. Se recordó agradecerle a Sue y Lee por el regalo.
Podía sentir el fuerte latido resonar en su cuerpo, pero se alegró de que el cansancio aún no se haya apoderado de sus músculos, su resistencia aún era buena (aunque ya no tanto como el primer año en la triatlón, cortesía de los cigarrillos). Podía ver fugazmente a algunos dándole ánimos y siguió pedaleando, contento de llevar la ventaja.
Pronto llegó a la línea de la siguiente y última competencia.
La ventaja del público era que podían cortar camino y esperar tranquilamente a que los competidores aparecieran. Apenas llegó, su maestro ya estaba ahí, dándole una botella de agua y una toalla. Jongin se quitó el caso y se retiró de la bicicleta, dejándosela al adulto, agradeciéndole agitado. Se secó el sudor del rostro y bebió, sintiéndose más revitalizado que nunca.
—Vas primero. 5 kilómetros de carrera, muchacho. ¡Ánimos!
Jongin ajustó sus zapatillas y empezó a correr, tratando de mantener su respiración en un ritmo constante para no fatigarse. Inhaló por la nariz y exhaló por la boca, calculando el tiempo de llegada si mantenía su velocidad con la que había entrenado hasta el máximo. Tiempo era igual a distancia sobre velocidad. t=d/v. Si la distancia era de 5 kilómetros y su velocidad promedio era de 26 km/h, llegaría en 11 minutos y 32 segundos. Estaba bien, sí podría hacerlo.
Aprovechó que estaba en un terreno plano y miró hacia atrás, notando que a varios metros se le acercaba el estudiante que le había ganado el año pasado. Jongin volvió a concentrarse y pasó los siguientes diez minutos sintiendo cómo sus músculos se estiraban y contraían a cada paso que daba; y usó una mano por su frente para quitar las gotas de sudor. Iba a lograrlo. Le había ido bien en natación y había ganado en ciclismo. Era resistente con las carreras largas.
Miró las banderas que indicaban la meta final a lo lejos, por lo que aumentó la velocidad, oyendo la respiración también controlada de su contrincante. El bullicio se incrementó al verlo llegar y no pudo reprimir mirar de nuevo a Park Jungsoo, quien aumentaba la velocidad a lo máximo que podía. Jongin había sido astuto y siguió manteniendo su ritmo, acelerando a unos 100 metros con todo lo que pudo.
La sensación cosquilleante del desafío lo embargó por completo y sonrió ligeramente cuando cruzó la línea final, logrando que toda su escuela se pusiera de pie, gritando (excepto Luhan), a la vez que aplaudían. Ganar casi no le importó, siendo sincero. Le importaba más el desafío, el competir con alguien más que también se esforzaba, era un quita y pon de adrenalina que adoraba.
Se detuvo finalmente, apoyando las manos sobre las rodillas para respirar más profundo, sintiendo el cansancio en sus piernas, era un ligero ardor en los músculos indicándole el esfuerzo realizado.
—¡Jongin! —le llamó su maestro, con la cara roja de la emoción—. ¡Haz ganado, hijo! —exclamó el hombre, abrazándole con rapidez, con una expresión orgullosa—. Creo que has roto el récord del año pasado, en serio, ¡felicitaciones, muchacho! Pero ahora tienes que ir con los médicos para que te revisen, anda de una vez.
El moreno le sonrió, aún cansado y caminó hacia la ambulancia más cercana, donde le midieron la presión y le hicieron recostar en una camilla para que descanse unos minutos, revisando la elasticidad de sus músculos. Luego le dieron un rehidratante y le sonrieron, como felicitándolo por su desempeño. Jongin agradeció la atención y se detuvo a mirar cómo iban llegando los demás competidores.
Sus ojos terminaron por pasearse por el público y ubicó a sus amigos del aula, animándolo.
Pero no estaba Kyungsoo con ellos.
Frunciendo el ceño, gesticuló una interrogante muda hacia los amigos de Kyungsoo, preguntando en donde estaba su novio. Minseok se giró, confundido, mirando entre el público e hizo gestos señalándolo a él. Junmyeon entonces sacó el celular y lo agitó en su mano para indicarle que llamaría a Kyungsoo para ver en dónde estaba.
—Se les pide a los competidores que se acerquen al estrado para realizar la ceremonia de premiación, gracias —anunció uno de los jueces.
Jongin ahora necesitó controlar su respiración, no por el cansancio de la triatlón, sino por la ansiedad que comenzaba a sentir. Su mal presentimiento se acentuó y humedeció sus labios secos con la lengua, nervioso. Vio cómo Junmyeon negaba con la cabeza, encogiéndose de hombros.
Maldita sea, maldita sea.
Debió haber aceptado la sugerencia de Lee, si hubiera permitido que la seguridad extra en su casa les siguiera el paso a una distancia prudente, ahorita no estaría con los nervios a flor de piel.
Trató de mantener la calma, al menos externamente, mientras subía al estrado y lo ubicaban en el podio del primer lugar, mirando aún preocupado entre el público, buscando rastros de una cabellera rojiza.
—¡Jongin!
El nombrado cerró los ojos por un segundo, aliviado.
Kyungsoo se le acercó corriendo, con el cabello ligeramente despeinado por el viento y con una gran sonrisa de corazón dirigida hacia él. A Jongin poco le importó el protocolo y la estúpida medalla de oro, por lo que bajó del estrado de un salto y lo rodeó, aun sintiendo la agitación dentro de él.
Era un hecho, cuando a Kyungsoo se le ocurriera estar solo, mandaría seguridad con él. Mierda, no, ya estaba seguro de que no soportaría la incertidumbre, hablaría seriamente con su novio al respecto para explicarle lo que pasaba.
—¡Ganaste! Aunque sé que eso no te importa, ¡pero ganaste! —le felicitó Kyungsoo, más que feliz.
—¿En dónde has estado? —preguntó Jongin, sin poder ocultar su preocupación—. Junmyeon te estaba llamando y no contestabas y yo... Cielos, Kyungsoo, no vuelvas a hacerme esto, por favor —suspiró, dejando que el olor fresco y dulce del pelirrojo lo tranquilizara.
—Mi celular murió, se le fue la batería —explicó el chico, luciendo extrañado ante la expresión del más alto—. Siento mucho haberme perdido la carrera, se me fue el tiempo ayudando a un señor que se había perdido, era extranjero y la verdad es que su coreano era terrible. Me demoré bastante tratando de explicarle en dónde quedaba la estación del metro... Luces fatal, Jongin. ¿Ha pasado algo malo? Pero si ganaste...
—Me asusté cuando no te vi —confesó el moreno en voz baja y Kyungsoo frunció el ceño—. Tengo que explicarte algo más tarde, ¿sí? Trata de no quedarte solo, por favor.
—Estaré con los chicos, descuida. Pero ya quita esa cara, me estás contagiando tus nervios y ni sé por qué.
—Jóvenes, sé que es un momento para celebrar, pero les pido por favor que vayan a sus respectivos lugares, la ceremonia va a empezar —interrumpió una voz femenina. Era una de los jueces de la competencia.
Ah, verdad, la premiación.
Ambos chicos se disculparon por lo bajo y se separaron. Jongin regresó al podio, sonriendo como modo de disculpa por su acto impulsivo, viendo cómo Kyungsoo se unía con sus amigos. Ya todo más ordenando, los jueces empezaron a entregar las medallas.
El tercer lugar lo ocupó la escuela Geumjeong, gracias a Yoo Youngjae, a quien se le entregó una medalla de cobre. El segundo lugar fue de Park Jungsoo, cuya medalla de plata fue entregada por un representante de la Municipalidad de Busan.
Y finalmente, el alcalde de la ciudad se acercó a Jongin a entregarle la medalla de oro y un regalo. Kyungsoo y sus compañeros vociferaron gritos de ánimos y aplaudieron con fervor, mientras que el público en general gritó con fuerza. Jongin, con la medalla puesta y con el regalo en la mano, saludó al público en agradecimiento por el apoyo con una sonrisa. Las personas solo optaron por gritar y aplaudir aún más en respuesta.
Así concluyó la competencia, con las autoridades agradeciendo la asistencia de todos y felicitando a los primeros lugares. Pronto la zona se empezó a vaciar y Jongin vio que Kyungsoo le indicaba la plaza como punto de encuentro, a lo que asintió.
Su profesor le indicó que una de las camionetas que había facilitado la municipalidad los llevaría hasta la escuela para no caminar hasta allá, cosa que Jongin agradeció. Francamente ya no tenía ánimos de ir a pie, el cansancio físico y mental ya le estaba pasando factura. Pusieron la bicicleta en la parte trasera, mientras que la mochila, donde guardaba su ropa de cambio y sus demás cosas, la tomó gustoso.
Cuando llegó a su escuela, mensajeó a Lee y se dirigió a ducharse con rapidez, vistiendo unos jeans oscuros, un polo sencillo de color gris y unas converse de uso diario. Mucho mejor. Puso las prendas húmedas en la mochila y salió de las taquillas, donde su profesor hablaba con otros colegas que habían ido a apoyarlo también. Felicitándolo de nuevo, el chico tomó su bicicleta y se retiró del lugar.
Ni loco iba a caminar hasta la plaza, no, gracias.
Una camioneta negra esperaba a la vuelta de la escuela y Jongin reconoció a la seguridad que resguardaba su casa. Acomodaron la bicicleta en el portaequipaje y la mochila igual.
—Apenas lleguen, le dicen a Lee que por favor saque las cosas de la mochila. Lleva ropa de la competencia y no sería bueno que se echen a perder por la humedad —les avisó Jongin.
—Como diga, joven Kim.
Lo dejaron cerca de la plaza, justo por los puestos de comida. Jongin agradeció y salió del auto, libre de cosas pesadas, y más relajado. Caminó buscando a sus amigos, deteniéndose en el puesto de manzanas acarameladas. Sonrió vagamente y se decidió por comprar una para Kyungsoo, siguiendo caminando, disfrutando el estar a solas por un momento.
Oyó voces conocidas a la vuelta de un puesto de confitería, discutiendo en voz baja.
—Sabes que eso va a terminar mal para ambos, Junmyeon —se quejaba Minseok.
—¿Por qué demonios estamos teniendo esta conversación de nuevo? Ya olvídalo, Min.
—¡Te estoy diciendo que creo que alguien más sabe! Si es cierto, es cosa de que pronto todos se enteren, la escuela no es precisamente el lugar ideal para guardar secretos, Junmyeon.
—¿Qué sugieres que hagamos? —contestó Junmyeon, exasperado—. ¿Aprovechar que hoy estaremos con ellos y les digamos: «Hey, chicos, sobre esos rumores del año pasado; bueno, nosotros los creamos por pura curiosidad»?
—¿Así que ustedes dos crearon esos correos? —increpó Jongin, con el ceño fruncido.
*
* * *
*
Chan, chan, chaaaaaan.
Escribo desde mi cama, darlings. ¿Esto es castigo divino porque soy agnóstica y solo me emociona la comida en estas fiestas? ㅜㅜ
En fin. Buenas madrugadas, mañanas, tardes o noches... Ya saben, ¿qué tal su día? ¡Espero que bonito y cálido!
No como en mi ciudad, que amaneció nublada y con lluvia en pleno verano ¿:D?
Quería publicar algún one shot navideño como siempre, tenía la idea trabajada, pero mi cuerpo no da para más. Lo publicaré antes de fin de año si la cabeza deja de dolerme 😅
Anywaaaaay, ¡pasemos a hablar del capítulo!
🐱 Okay, aquí han pasado dos hechos intensos. Primero, sabemos quiénes fueron las dos chicas y que en realidad nuestro Jongdae (bueno, todos en general) vivió creyendo que le había pasado lo peor, pero todo fue mentira. No iba a permitir que siguiera viviendo engañado, no me odien por todo el sufrimiento ocasionado 😔
Pero heeeey, el Chenmin es pareja de nuevoooo. 😄💕
🐧🌸 Pues la pobre Sohyun sigue atada de pies y manos por Kibum. ¿Nadie adivina porqué no puede negarse y listo? 👀
🏀 Confieso que tenía que poner la escena de HSM3 cuando jugaban básquet. No sé, me gusta burlarme a veces de lo que hago. Si leyeron cantando las líneas de Now or never, valen millones 😂
⚽ Yixing y Junmyeon tan goals en el partido. 💕
⚽ Y Luhan todo intenso en la barra. Me hizo acordar a las olimpiadas de mi colegio, cuando los de la A y la B eran enemigos naturales. Ahí todo era vida o muerte, y el "araña, araña, araña" era un clásico 😉
🏁 Sehun y Kyungsoo vistiendo ese uniforme deportivo is my kink 🌚
🏁 ¡Y finalmente Jongin ganó la triatlón! Usando la física para calcular su tiempo de llegada, ay, me encanta porque el mru fue lo primero que aprendí de niña y no supe más del tema 😂
💢Y como cierre a este maravilloso año, dejo que Jongin sepa que Minseok y Junmyeon fueron los que crearon los rumores el año pasado. ¿Por qué? Ya verán. ¿Cuándo? ¡El próximo año! Jajajaja, ay, ok, chiste pésimo 🙆💔
En fin, darlings. ¡Espero leer sus opiniones sobre el capítulo! Siempre leo sus comentarios ;)
A quienes celebren la Navidad, ¡feliz navidad! Y les deseo un próspero año nuevo a todos en general 😉
Eso es todo, ahora con permiso me voy a ver el capítulo de EXO en Knowing Brothers.
Besitos, besitos, chau, chau 😘
PD: Les doy una pista del próximo fic que publicaré para ustedes: Está basado en el álbum completo de Love shot 👤💸🔫
PD2: No puedo superar Gravity, lo pongo modo "repetir uno" y no me canso de oírlo. Hasta ya adecué la letra para cantarla en español con ganas. sEND HELP.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro