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E13: Aprendiendo (HunHan)

* * *

Al día siguiente, Luhan fue a su escuela más tranquilo. Como lo había supuesto, Kyungsoo había faltado a clases, pero ya más tarde le pasaría los deberes yendo a su casa.

Lo importante ahora era afrontar el descubrimiento de ayer y qué mejor de hablarlo con alguien confiable. Su mamá podría ser alocada, algo infantil y muy, muy mala cocinera, pero era muy buena dando consejos. Así que ingresó al aula lleno de valor, saludando a todos.

—Hey, Sehun, al menos te ves mejor que Kai —escuchó a Chen.

—Buenos días, para ti también, Jongdae —saludó Sehun, bostezando—. Hola Lu.

—Hola, Sehunnie —sonrió—. Te ves mejor que ayer. ¿No te duele mucho?

Sehun se sentó en su carpeta y suspiró.

—Nah, no duele tanto. Lo que duele más que nada es que papá me dejó por una semana sin videojuegos, así que nuestra salida quedará desplazada, lo siento.

—Oh, no importa —Luhan quería respuestas—. Pero... —bajó la voz—. ¿Por qué pelear con Kai, Sehun?

El mencionado solo le miró y frunció el ceño.

—Créeme, te prometo que en cuanto todo se esclarezca, serás el primero en saberlo.

—¿Qué quieres decir con eso?

Sehun solo sonrió, negando con la cabeza.

—Solo te diré que no quedó rastro alguno de resentimiento entre Kai y yo, sé que no te gusta las enemistades.

—Eso es... bueno, creo... —musitó Luhan.

—¿Eso crees?

—¿No quieres ir tomar helado saliendo de clases? Yo invito —soltó Luhan de pronto—. Digo, si quieres...

Sehun le miró fijamente y asintió, sonriendo. Su conversación fue interrumpida por la llegada del maestro. Y ambos muchachos solo quedaron ruborizados por el extraño clima que los envolvía.

Las horas pasaron increíblemente rápido y antes de que lo pensado, el término de clases había llegado.

—Iré a dejarle los deberes a Kyungsoo —avisó a sus amigos y ellos asintieron, agradecidos.

—¿Vamos, Luhan?

—Um, sí —guardó sus cosas—. Adiós, chicos.

—Adiós, Luhan. Adiós, Sehun —dijeron sus compañeros, caminando hacia el parque Jaemi.

—Así que... ¿a dónde iremos? —Sehun levantó las cejas, muy divertido.

—Han abierto un nuevo restaurante y es muy agradable —dijo Luhan, caminando—. La dueña del lugar me deja entrar a la cocina a preparar postres, es muy divertida. Ya verás.

El lugar mencionado, llamado "Paradise", resultó ser muy acogedor. Todo se veía tan delicioso tras las vitrinas que Luhan, muy emocionado, tomó la mano de Sehun y lo llevó adentro casi corriendo, riendo como un niño pequeño.

—Oh, miren quién ha venido —dijo una de las meseras—. Luhannie-bonito, ¿cómo has estado?

—¡Hola, Suzy! Todo bien —saludó—. Él es Sehun, estudia conmigo en la escuela.

—Mucho gusto —dijo Sehun, inclinando la cabeza.

—Igualmente —la chica los miró a ambos y soltó una risita—. Pero vamos, siéntense, siéntense —los llevó a una de las mesas—. Decidan qué pedirán, en un rato regreso, ¿bien?

—Muchas gracias —dijeron Luhan y Sehun al mismo tiempo y solo rieron para evitar la vergüenza.

—Realmente es un lugar muy bonito —comentó Sehun, mirando todo el lugar—. Y huele muy bien.

—Y la comida sabe deliciosa —sonrió Luhan.

—Entonces, ¿qué pediremos? ¿Alguna recomendación? —Sehun miró la cartilla de presentación, viendo los diversos postres—. ¿Un babana-split?

—Me leíste la mente.

Los muchachos le dijeron a Suzy lo que deseaban consumir y la muchacha asintió, yendo a la cocina con una dulce sonrisa en el rostro. Y para cuando llevó el postre a la mesa, los chicos vieron algo que los dejó perplejos.

—No me miren así, eso lo puso la dueña y ella manda —Suzy se disculpó sin lamentarlo—. Disfrútenlo...

Ok, estaba la banana-split, lista para ser devorada.

Y de paso, un "para una bonita pareja" escrito con chocolate en una tarta de vainilla (que debía de ser compartida entre dos personas), los dejó algo confusos. Se miraron y se pusieron rojos.

—Eh... —balbucearon ambos.

—Todo se ve... muy... muy bien —acotó Sehun, bajando la mirada.

—S-sí, sí, mejor... comamos.

Luhan le dio un bocado al helado y se sintió mucho mejor. Sehun, por otra parte, solo miraba de reojo esa frase, sintiendo que el corazón se le iba a salir del pecho.

Superado ese momento, solo se dieron sonrisas tímidas y charlaron como siempre. Pasar tiempo con Sehun no era desagradable en lo absoluto, era muy divertido y siempre le hacía sentirse feliz. Y eso era bueno, ¿no?

Al final, comieron esa tarta entre los dos, bromeando, burlándose uno del otro.

—Tienes la mejilla manchada —le dijo Sehun, sin dejar de reir.

—Mentiroso —le acusó Luhan, se pasó la mano por su pómulo izquierdo y no había nada.

—No allí, al otro lado —el más alto tomó una servilleta y se acercó a limpiarle con cuidado. Luhan se quedo quieto, sintiendo la mano caliente de Sehun rozar con su mejilla—. ¿Ves? Ya está.

Le mostró la servilleta y efectivamente, había una mancha de chocolate en ella. Pero Luhan solo sentía su cara arder por los nervios. Sehun le miró unos breves segundos y cuando se dio cuenta de lo cerca que habían estado y que lo había tocado, se quedó congelado al ver la reacción del otro muchacho.

Oh, cielos.

—Y-yo... —tartamudeó Luhan—. Ayer... Eh...

No era posible.

—Lo... lo lamento... —murmuró Sehun.

—N-no hay problema... Solo...

—¿Ya te diste cuenta, cierto? —Sehun no podía mirarle la cara.

A Luhan casi se le parte el corazón ver lo vulnerable que se veía Sehun. El pánico en sus ojos. El miedo al rechazo.

—Hey, Sehunnie, mírame —le rogó y el mencionado le hizo caso, con una expresión asustada—. No importa que lo sepa o no, tú siempre has estado a mi lado... Y realmente no me perdonaría que te alejaras de mí, yo... —tragó saliva—. No voy a mentir, m-me sorprendió mucho porque siempre has estado allí y no lo había visto desde otra perspectiva y yo solo... solo estaba tan asustado —se puso más nervioso—. No quiero herirte, no me lo perdonaría, lo juro, eres realmente importante en mi vida y no soportaría, no...

—Luhan, respira —le urgió Sehun, preocupado—. No te sientas presionado, por favor —le sonrió apenas—. Eres mi amigo y te quiero... mucho, ¿entendido? No quiero que te martirices por culpa mía. Te prometo que trataré de seguir como siempre, sin que nada cambie...

—Eso es lo que pasa —le interrumpió Luhan, mirándole fijamente—. Que me siento increíblemente confundido porque deseo que algo cambie. Yo... Tal vez... —con lentitud, rozó sus dedos con los de Sehun—. Tal vez deberíamos intentarlo, ¿n-no crees?

Ya estaba dicho.

Ahora Luhan no podía mirar al otro muchacho.

Sehun se quedó quieto por unos segundos, asimilando las palabras de aquel chico que le gustaba y algo cálido invadió todo su interior.

—Lu... —susurró—. Mírame, por favor.

Luhan se mordió el labio, muy nervioso. Al levantar la mirada, vio cómo Sehun le sonreía con dulzura, mientras tomaba sus manos entre las suyas.

—Acabas de hacerme el chico más afortunado de la galaxia.

Esas palabras despertaron una bonita sonrisa en el rostro níveo de Luhan.

Y ambos sonrieron sin soltar sus manos entrelazadas, ni siquiera cuando estuvieron caminando en la calle.

****

Las cosas realmente habían cambiado.

Sehun iba al taller de Luhan, con la débil excusa de "es que tenía hambre..."; pero Luhan solo sonreía divertido y le preparaba un postre, besándole la mejilla solo para ver cómo Sehun enrojecía.

—Eres tan tiernito cuando te sonrojas —le molestó.

—N-no es gracioso —acusó Sehun, dándole un bocado al postre.

—Sehunnie, Sehunnie, todo rojito como un tomatito... —y solo reía, viendo cómo Sehun hacía un mohín—. En serio, estás muy rojito...

Un fugaz beso en la frente interrumpió su cántico infantil.

—¿Y ahora quién está "rojito como un tomatito", eh?

—Eso no es justo —refunfuñó Luhan, sonrojado, agradeciendo que todos hayan salido del taller en plena hora de recreo.

Sehun rió, tomando el valor suficiente como para rozar sus nudillos en la mejilla colorada de Luhan.

—El postre estuvo muy delicioso, gracias.

—Tú s-solo vienes a robar m-mi com... —y, esta vez lo que interrumpió a Luhan fueron los labios de Sehun presionando contra los suyos.

Fue una presión suave y tranquila, haciendo que Luhan cerrara los ojos, viendo cómo un montón de colores estallaban en su mente. Los labios de Sehun estaban dulces por el almíbar de durazno y el más pequeño solo rodeó los brazos en su cuello, casi poniéndose de puntitas. Todo era dulce, sin resultar empalagoso. Todo era tan bonito, que el estómago de Luhan estaba lleno de mariposas.

Cuando se separaron, sus alientos se mezclaron y se miraron fijamente con los ojos brillantes. Sehun le sonrió de costado y peinó los cabellos de Luhan con los dedos.

—Te quiero —susurró el más alto, abrázandole.

Luhan no quería que este perfecto momento terminase. Soltó una risa suave y correspondió al abrazo de Sehun, enterrando el rostro en el pecho del más alto.

—Y yo a ti.

* * *

Siento publicar recién los especiales del HunHan, lo olvidé, lo siento mucho xD

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