Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

E10: Imperturbable (Kris)

De la amistad al amor hay tan solo un paso... Y este es el caso de Huang Zi Tao y Wu Yi Fan. Sí, lo que leyeron. Estos dos jóvenes, unidos desde niños por tener mucho en común (incluída la nacionalidad), ¡habían sido pareja!

Confirmamos que lo fueron el año pasado. Tan solo recuerden lo preocupado que estuvo Tao por Kris cuando tuvo un accidente jugando básquet o de cómo Kris mandó al diablo un día de entrenamiento para solo ir a ver a su lindo 'pandita' en el concurso de canto.

Suponemos que su amistad prevaleció ante todo porque, a pesar de haber roto, aún siguen más unidos que nunca. Pero, vamos, ¿quién no desearía que estos bonitos y apuestos mejores amigos vuelvan a estar juntos? Así que no se preocupen, ¡tienen todo nuestro apoyo, chicos!

•••

¡Hola! Te habla Zitao. Por el momento no puedo responderte, pero si quieres deja un mensaje despúes del pitido. ¡Adiós!

—T­ao, mmm... Probablemente ya deberías de estar durmiendo... Claro, porque ya es casi las tres de la madrugada... Leí los correos y yo... Solo quería decir que espero que esos rumores no nos separen, porque bueno, tú y yo sabemos que es mentira y no soportaría perderte... Eh, me refiero a que no quiero perder la amistad que tenemos... Sí, bueno... Yo... Supongo que te veo en unos días, cuídate mucho. Adiós.

•••

Por primera vez en su vida, Wu Yi Fan odiaba ser tan alto.

Ignoró cualquier pregunta de sus compañeros, protegiéndose con el zumbido constante que emitían sus audífonos y caminó con una expresión neutra. Solo quería verlo.

Necesitaba ver a Tao.

Los tres últimos días se había estado debatiendo de forma miserable. ¿Esto cambiará su amistad? ¿Él lo habrá tomado en broma? ¿Quién demonios hizo ese correo? ¿Y si esa persona ya se había dado cuenta que le gustaba su mejor amigo? Mierda...

Cuando entró a su aula, muchos se quedaron en silencio. ¿Qué se supone que diría? Disgustado, caminó a su pupitre, notando que Tao aún no llegaba.

—El señorito falta una semana y ni hola dice. Las generaciones de ahora están cada vez peor...

Yifan miró a Amber y esta le dio una sonrisa pícara.

—¿Qué hay, Kevin?

—Buenos días, Amber.

Ella río por el intento de sonrisa de su amigo.

—Ah, relájate —se puso algo seria—. Ehh, Taozi no vendrá hoy.

¿Qué? Los peores escenarios posibles acudieron a la mente de Yifan y el pánico lo envolvió por milisegundos. ¿Por qué no vendría? ¿Despertó tarde? ¿Enfermó? ¿Un accidente? ¿Qué...?

Sin embargo, solo pudo fruncir el ceño.

—¿Por qué no vendrá?

—Creo que le dio fiebre —musitó la chica—. Me llamó ayer por la noche...

—Oh... Bueno, supongo que más tarde iré a visitarlo.

—Sí... —ella le miró como si quisiera decirle algo más pero solo le dio una pequeña sonrisa y el asunto quedó finalizado.

Oh, bien, ella también sabía lo de los rumores.

Estupendo.

Trató de concentrarse en las palabras de su maestro pero su mente aún era revuelo. Kris en serio tenía la necesidad de hablar con Tao. Era inquietante no verlo, no oir su voz, no poder ser testigo del sonido de su risa, no poder abrazarle cuando este se ponía muy sensible. Cielos.

La hora del recreo se sintió extraña porque, por costumbre, siempre iba con Tao a la cafetería. Amber le miró con una ceja enarcada.

—Lo peor que puedes hacer es mirar su asiento con cara de perrito abandonado.

—No estoy mirando su asiento. Y mucho menos con esa cara.

—Ajá, lo que digas —se puso de pie—. Salgamos de aquí, te están mirando de nuevo.

Yifan soltó un suspiro de exasperación y le dedicó una mirada envenenada a sus compañeros, quienes de inmediato evadieron encontrar sus ojos.

Caminaron en silencio por el pasillo central y Kris solo pensaba en escapar de la escuela. Sabía que era Tao muy propenso a decaer y solo imaginaba lo débil y somñoliento que estaría su amigo.

—A veces me estresas, en serio —Amber casi gritó—. ¿Me estás oyendo?

—No entiendo lo que quieres decir —murmuró el otro, dándose cuenta que la chica le estaba hablando.

—Te estoy diciendo que Tao no vino porque enfermó ¿y ni siquiera se te pasó por la cabeza llamarle ahora que tienes tiempo libre? Cualquiera pensaría que esos rumores en serio te afectaron, porque pareces muy determinado a evitar cualquier tema concerniente a tu mejor amigo.

Yifan frunció el ceño.

—Los rumores me valen... me valen un carajo, Amber. Dije que lo visitaría, así que no lo estoy evadiendo.

Amber levantó los brazos como si exclamara un "¡Aleluya!".

—Hasta que por fin dices algo, idiota. Te estoy hablando casi cinco minutos y solo estabas asintiendo. Ahh, pero si digo algo de Tao, de inmediato abres la boca, ¿no? —el rubio le miró mortalmente serio—. No me des esa mirada, conmigo no funciona tu mierda intimidadora.

—A veces no entiendo cómo puedo ser tu amigo.

—Porque, además de Taozi, soy la única que puede soportarte —dijo la chica sin dudar.

—Gracias, Josephine.

—De nada, Kevin.

•••

El término de clases le supo a gloria. Guardó sus cosas de inmediato y se despidió de Amber y los compañeros que habían tenido la decencia de no mirarle extraño. Ignoró a varias chicas de otros grados que le hablaron con una dulzura horrorosa. Al menos no tuvo que lidiar con Krystal, porque al parecer ella estaba muy enfocada en el rumor más comentado, ese que sumaba a Do Kyungsoo, Kim jongin y la palabra "relación".

Caminó hasta el parque Jaemi y se dirigió a la casa Huang con rapidez. Apenas oía lo que pasaba a su alrededor, estaba tan nervioso que tuvo que respirar profundo y, entumecido, tocó el timbre del intercomunicador.

¿Sí?

El suelo bajo sus pies tembló y parpadeó rápido.

—¿Taozi? —susurró.

¿Yifan? —la voz ronca y agotada del otro sonó confusa.

—¿Puedo pasar?

¿Porqué estás aquí? —soltó Tao y Yifan se sintió algo herido—. Quiero decir... ¿cómo supiste que...?

—Amber me dijo. Además, te traje las tareas —respondió, con una excusa razonable.

Ah, bueno... —murmuró Tao—. Pasa.

Un click indicó que la llave de la reja principal fue retirada y Kris entró a la casa, nervioso. La forma en que habían hablado había sido tan incómoda que ya no sabía qué esperar si ambos se veían. 

Realmente, todo era estúpido.

Cuando lo vio acurrucado en el sofá, envuelto en una gruesa manta blanca, mandó todo al diablo y caminó hacia él. Los ojos oscuros de Tao, enmarcados por unas profundas ojeras, le miraron y sus labios resecos se estiraron formando una pequeña sonrisa.

—Hola, chico del sarampión —bromeó.

Yifan rió, sentándose a su lado.

—Te ves fatal, Taozi —dijo, mirando su rostro más fijamente de lo normal—. ¿Dónde están tus padres?

—No pueden dejar el restaurante —murmuró comprensivamente—. Pero me dejaron sopa muy deliciosa y vitaminas del sabor que me gusta. Dime que hoy no hay mucha tarea, por favor.

—En Literatura solo dejaron hacer un ensayo de una obra de la época del Romanticismo.

—Oh, bueno. Eso es mejor que problemas de Física cuántica.

—Claro...

Y por primera vez en sus vidas, el silencio fue incómodo para ambos. Yifan miró la amplia sala, notando que habían comprado un nuevo televisor. Por otra parte, Tao le miraba de reojo y con un cúmulo de nervios que se hacía más grande en su interior.

—¿No tienes hambre? —dijo Kris de pronto, tratando de no perder la calma.

—Tomé sopa antes de que llegaras —dijo el otro en voz baja.

Vamos, hablar con tu mejor amigo no podía ser difícil.

—Tao...

—¿Mmm?

—¿Todo... está bien?

El chico con ojeras le miró fijamente y asintió con lentitud.

—¿Por qué no debería estarlo?

—Bueno... —Yifan no sabía cómo sacar el asunto de los correos.

Los dos chicos se quedaron en silencio pero Tao dio el primer paso.

—Lamento no haber contestado el celular en estos días—dijo de pronto—. Pero he estado tan cansado de recibir mensajes y llamadas que le quité la batería. La gente es realmente fastidiosa si no tienen respuestas por un rumor tan malditamente estúpido y fuera de la realidad. ¿Es tan difícil entenderlo, Yifan? Porque yo no lo sé... —su mirada se enfocó en las manos de su regazo—. ¿Qué hemos hecho para que otros vean cosas que no hay? ¿Abrazarnos demasiado? ¿Reir? ¿Mirarnos? ¿Cuidarnos el uno al otro? ¿Eso está mal? ¿Qué cosa está mal, Yifan?

—Yo... —su voz tembló—. No lo sé, Taozi...

El otro chico suspiró, agotado tras decir lo que le molestaba.

—¿Cómo estuvo la cosa hoy?

—Bueno... Realmente esperaba que esto no nos afectara. ¿Enfermaste por todo esto, Tao? ¿Lidiaste con todo el asunto porque yo no estuve? ¿Por qué no me dijiste algo al respecto?

—Kris, el rumor es el segundo más comentado de la escuela. No esperes a que esto no nos afecte —susurró Tao y tragó saliva—. Pero bueno, solo queda ignorar todo, ¿no? Mañana entraremos al salón como si nada, mientras todos los demás seguirán con sus preguntas, ¿cierto? Porque tengo la esperanza de que esto acabe pronto...

—Te prometo que esto va a pasar, Taozi —murmuró Kris, tomando la mano del otro de forma inconsciente, en un remedio de calmar su desesperación—. Todos olvidarán el rumor y volveremos a estar en paz, paseando en el parque Jaemi sin que murmuren, te lo prometo —se acercó a darle un abrazo y sintió que todos los nervios se disiparon cuando el cuerpo cálido de Tao lo envolvió con suavidad.

—Necesitaba oír eso —confesó el pelinegro y correspondió al abrazo—. Gracias por venir.

—Siempre estaré a tu lado, Taozi.

El chico rió un poco y se separó del rubio.

—Esa fue la frase más cursi que pudiste haber dicho en el año.

—No mates el momento, Huang Zitao.

El pelinegro rió aún más y Yifan se unió a sus risas.

—Ya tengo hambre de nuevo, ¿quieres sopa?

—¿Y luego hacemos la tarea de Literatura?

—Estoy hambriento, no dije que quisiera estudiar —se quejó el otro, haciendo una mueca cuando se puso de pie.

—Quédate en el sofá, yo voy a la cocina —dijo Kris de inmediato.

—Solo tengo fiebre y ando algo decaído, no me estoy muriendo.

—¿Por qué eres tan infantil a veces?

—Estoy enfermo, Yifan. Más comprensión, por favor —bromeó Tao—. Así me quieres, aunque no quieras admitirlo, así que te aguantas mi terquedad infantil. Vamos a comer.

Así es Tao. Así te quiero.

•••

La llamada de un número desconocido le despertó y cuando vio la hora, maldijo en chino. Rechazó la llamada y volvió a cerrar los ojos.

Pero de nuevo vibró el celular.

Con exasperación, Yifan contestó.

—¿Quién es?

Si eres lo suficientemente inteligente, supongo que verás a esos correos como la oportunidad de estar con él, ¿cierto?

El sueño se fue y se puso alerta.

—¿Qué...? ¿Quién...?

Vaya, realmente esperaba que me reconocieras... Olvidas a la persona que está dispuesta a apoyarte, me rompes el corazón...

Cuando el tono de voz se le hizo conocido, frunció el ceño.

Tres letras:

—¿Fei?

—¡Holaaa~!

—¡¿Qué demonios haces llamándome a las tres de la mañana?!

—¿Tres? Oh, lo siento —se disculpó ella pero sin realmente sentirlo—. La diferencia horaria siempre la olvido. Pero, ew, volvamos al asunto principal. ¿Cómo te va con Tao?

—¿A ti qué demonios te importa? —susurró.

—Es mi primo favorito, es obvio que me importa, idiota.

—Fei, estoy durmiendo y realmente no tengo tiempo para esto.

—Escucha bien Kris, solo quiero decir algo —el tono de ella fue tan serio que el rubio no le interrumpió—. Tao me contó sobre esos correos y sé que enfermó aunque él lo haya negado. Solo quiero estar segura de que vas a cuidarlo porque los rumores de ese tipo son muy agotadores. ¿Entendido?

—¿Qué te hace pensar que no lo voy a cuidar?

—Ah, esa es la respuesta que esperaba —respondió ella—. Eso es todo, ¡bye-bye!

Y colgó.

—¿Qué...? ¿Fei? ¿Aló? Ah, maldita sea...

•••

Y finalmente, Yifan y Zitao fueron a la escuela juntos y con el pasar de los días, ignoraron cualquier comentario malicioso sobre ellos. Estar al lado del otro era reconfortante sin duda alguna.

Claro que ninguno esperaba que unas chicas le desearan lo mejor del mundo a la supuesta relación.

—...Y realmente no espero que me malentiendan, pero ustedes dos se ven tan lindos juntos... —decía una de ellas, con la ternura rebosando de sus poros, toda digna de una fangirl.

Yifan estaba mudo y el pelinegro se sonrojó furiosamente.

—Eh... Gracias —susurró el chico con ojeras—. Pero solo somos amigos...

—Aún así se ven lindos juntos —sonrió la menuda muchacha de primer grado—. Es adorable ver cómo sus ojos brillan cuando se miran o lo protectores que son el uno con el otro, ¡en serio!

—Gracias... —respondió esta vez Yifan, tragando saliva.

Ninguno de los dos dijo algo cuando acabó el recreo.

Demonios, todo era confuso en estos momentos.

•••

El camino al parque Jaemi no estuvo rodeado por miradas curiosas e inquisidoras. Pero definitivamente el ambiente entre ellos dos era tan pesado que no eran capaces de mirarse a los ojos.

Tao soltó un suspiro derrotado.

—Los correos nos están afectando, Yifan.

—No es cierto —le contradijo de inmediato el rubio.

—Es cierto y lo sabes —respondió el otro y sonrió con ironía—. Es gracioso y estúpido que no podamos hablar. ¿Que nuestros ojos brillan cuando nos miramos? ¿Que somos protectores el uno con el otro? ¿Que nos vemos muy lindos juntos? —recitó Tao—. ¿Cómo se supone que nos trataremos ahora? La idea era acabar con el rumor, pero nos salió mal...

—¿Qué estás tratando de decir? —murmuró Yifan con algo de pánico, deteniendo sus pasos y miró fijamente al pelinegro.

—Creo que lo mejor sería, bueno... —dudó Tao—. ¿Darnos un tiempo para estar con otros amigos? ¿Salir con otras personas? Yo qué sé, Kris.

¿Qué?

—¿Estás...? ¿Es en serio?

—¿Qué se supone que podemos hacer, Yifan?

—¡Cualquier cosa menos eso!

—¡Entonces sugiere algo mejor porque ya estoy harto, joder!

—¿Vas a permitir que un rumor nos separe, Zitao?

—¿Crees que a mí me hace gracia todo este asunto, Yifan? Tú no eres al que llaman todos los días, al que le dejan un montón de mensajes de chicas que piden, por favor, consejos para estar contigo. ¿Cómo demonios quieres que no me afecte eso? ¡Es malditamente agotador!

—¿Así que eso es lo que quieres? ¿Cada quien por su lado y ya?

Tao apretó sus labios hasta formar una línea.

—Ignorar el asunto y andar juntos no hace más que empeorar las cosas. Me prometí ser fuerte y aguantar, pero ya no puedo más. No puedo dormir tranquilo, no puedo entrar a internet sin que mi bandeja colapse... ¿Tú estás pasando por esto? Oh, por supuesto que no. Nadie se atreve a molestar al mejor capitán de básquetbol, pero vamos, mejor acosemos al mejor amigo.

La forma amarga en que el pelinegro expulsaba esas palabras herían a Yifan lentamente y apretó la mandíbula para controlar los pequeños temblores que empezaban a aparecer.

—¿Por qué recién me dices todo esto? —murmuró Kris—. ¿Por qué eres tan orgulloso para no decirme las cosas como son, Zitao?

Los ojos de Tao brillaron miserablemente y su voz se quebró.

—Creí que ser podría aguantarlo todo yo solo, ¿sabes? —soltó una carcajada sin diversión—. Pero ya no puedo más, Yifan. Ya no —se abrazó a sí mismo, como si de esta forma evitara romperse en pedazos—. Lo siento, yo... no... Tal vez a ti no te afecta porque nadie te enfrenta y solo te miran, y eso que usualmente me vale un carajo lo que digan de mí pero hay un límite para todo y yo...

—Taozi...

—No sé qué hacer Yifan —se rindió el pelinegro, mirándole fijamente—. He estado tratando de encontrar la mejor solución para acabar con un rumor que nos inmiscuye en una relación y lo único que se me ocurre es aparecer de la mano con otras personas para que se callen de una jodida vez.

¿Así que eso era?

—¿Estás tratando de decir que...?

—Yifan, no hay que alimentar un rumor. Por más mejores amigos que seamos, creo que lo mejor será que nos demos un tiempo para pasar tiempo con otras personas. Eso es lo único que se me ocurre por ahora. ¿Tienes una idea mejor?

¿La verdad? Yifan solo había estando conforme con ignorar todo.

Pero Tao tenía razón. Tal vez estando separados, tal vez salir con otras personas sería lo mejor... La imagen del pelinegro de la mano con otra persona le estrujó dolorosamente el corazón y parpadeó con rapidez cuando sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas.

—¿Eso es lo que quieres? ¿Entonces estaría bien que acepte salir con alguna chica que, como dices, quiere estar conmigo?

—Es tu vida, Yifan. Puedes hacer lo que te plazca... —replicó el pelinegro con cansancio.

—Está bien, Zitao. Es en este tipo de situaciones en que debemos de ser más fuertes que nunca, pero tú solo decides rendirte. Si crees que esto es lo mejor, está bien. ¿Estaría bien salir con Jessica? ¿Con Krystal? ¿Quién sería la afortunada elegida? —respondió Yifan con amargura.

—Bien, Kris. Cúlpame por rendirme —dijo sarcásticamente—. No tienes que pedir mi permiso para salir con alguien. Solo somos amigos, no soy tu madre y mucho menos soy tu novio. Sal con quien se te dé la maldita gana.

—¿Te das cuenta de que las cosas no serán como antes, cierto?

—Las cosas cambiaron desde mucho antes, Wu Yi Fan —respondió Tao, empezando a caminar y su mirada insistente parecía decir algo más—. Solo que eres tan estúpido que no te diste cuenta de ello.

—Solo no te sorprendas si mañana aparezco con alguien —soltó el rubio sin pensar y se arrepintió de inmediato cuando el otro se estremeció por lo cortante que había sonado la oración.

Pero increíblemente Tao rió y siguió caminando hacia su casa. Yifan no podía creerlo. ¿En serio al pelinegro no le importaba lo que acababa de decir?

—Puedes acostarte con las mujeres que quieras, Kris. Me vale una mierda.

—¡Bien! —replicó el rubio con rabia.

—Hasta luego —respondió Tao con calma y desapareció de la vista de Yifan. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro