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6. En el silencio de la biblioteca

Kyungsoo cada día se asombraba más de cómo se esparcía la información en su secundaria. Si antes era un simple rumor de que, supuestamente, él y Kai estaban juntos, ahora era casi oficial. ¿Cómo el establecimiento completo se había enterado de que iban a trabajar juntos para un informe de matemáticas en apenas una hora? Ni idea. Kyungsoo suponía que el hecho de que fue en realidad la profesora la que los juntó no contaba. Ellos dos iban a trabajar románticamente juntos y eso parecía ser lo más importante.

Sí, claro. Romántico su trasero.

Era un informe de matemáticas, la asignatura que más odiaba en el mundo, junto con la última persona con la que hubiera querido hacer un trabajo de cualquier tipo. Esa debía ser la cita más romántica del mundo, sin dudas.

Pero al mal tiempo, buena cara.

La idea de que por primera vez tuviera una posibilidad real de sacar una nota máxima en matemáticas tenía demasiado atractivo. Y el 70 % del trabajo era más escribir que usar números. No podía ser todo tan malo.

—Kyungsoo.

Kai lo llamó cuando ya iba saliendo por la entrada del establecimiento. Como el trabajo era para dos semanas y media más, Kyungsoo no se había preocupado de hablar con su compañero sobre cómo y cuándo harían el informe.

—Necesito pedirte que hagamos el informe lo antes posible. Estoy entrenando y no tengo mucho tiempo disponible.

Kyungsoo estuvo tentado a preguntarle para qué estaba entrenando, pero se mordió la lengua. Ese no era asunto de él.

—Tú dime, entonces.

—¿Este lunes? Lo tengo libre.

—El lunes está bien. ¿Después de clases?

—En la biblioteca.

—Perfecto. Adiós, nos vemos, hasta entonces.

Sin esperar respuesta alguna, Kyungsoo se dio media vuelta y siguió su camino. Acción de la que se arrepintió a los pocos segundos después de hacerlo. Eso había sido muy mal educado de su parte y muy lejano a su naturaleza.

Está bien, lo admitía. Podrían haber pasado varios días desde que la bomba (entiéndase por correos) explotó, pero el asunto aún le costaba. Y, de todas formas, nunca había sabido cómo tratar a Kai realmente (razón por la que, derechamente, no lo trataba de ninguna forma).

Aunque ahora estaba jodido. De aquí al lunes tendría que superar el sonrojo, la timidez y la torpeza.

Lo que parecía tan fácil de decir y tan difícil de hacer.

—¿No te molesta mucho trabajar con Kai, Kyungsoo? —preguntó Junmyeon mientras regresaban a sus hogares.

—No me molesta trabajar con él, la verdad. Más me molesta todos los rumores que se dirán y que no serán verdad.

—Lo que pasó en matemáticas realmente fue mucha mala suerte, ¿no creen? —comentó Luhan reflexivamente.

Podría ser, pensó Kyungsoo. Nunca antes le había tocado hacer un trabajo de ese tipo con Kai y era realmente irónico que fuera justo ahora la oportunidad de hacerlo.

—Ya me imagino como estarán los comentarios en facebook ahora en la tarde —sonrió Minseok al pensar en ello, como si esperara varios minutos de diversión—. ¿Aún sigues en lo de no meterte en ninguna red social, Kyungsoo?

—Sí, y definitivamente pienso seguir de esa forma después de lo de hoy.

El comentario hizo reír a sus amigos, pero Kyungsoo lo decía muy en serio. Incluso temía que, para cuando volviera a usar sus cuentas, ni siquiera se acordara de las contraseñas. Por suerte, él nunca fue del tipo de chico dependiente de la vida virtual. Menos mal.

***

Los lunes nunca habían sido los días favoritos de Kyungsoo.

Exactamente, ¿qué podrían tener de bueno?

Eso de levantarse temprano después de dos hermosos días donde se había acostado/levantado tarde no le hacía ninguna gracia. Y no, tener Educación Física ese día no ayudaba mucho.

Sin embargo, ese lunes era distinto. Lo pudo sentir desde que abrió los ojos al escuchar el despertador.

El chico no sabía si estaba más ansioso o nervioso, la verdad. Por un lado, quería terminar el informe de matemáticas lo más pronto posible, por lo que no podía esperar más para que llegue la tarde después de clases y acabar con ese asunto.

Pero eso no quitaba los nervios. No porque fuera a estar con Kai, sino porque tenía un mal presentimiento.

¿Y por qué eso?

Oh, bueno, los "amables" mensajes que le llegaron a su celular durante el fin de semana habían ayudado a ello. Es que recibir textos como "Aléjate de él si aprecias tu vida" o "Vamos a hacer de tu vida un infierno" eran realmente la guinda del pastel.

Siendo sincero, a Kyungsoo le había llamado la atención en que hayan demorado tanto. Conocía a las fans de Kai y había esperado algo así más o menos desde el comienzo. Vamos, después del incidente de Taemin y las pancartas gigantes en la entrada del establecimiento ya podía esperar ver de todo. Así que se podía dar más o menos una idea de cómo serían las repercusiones contra él.

Pese a ello, había un pequeño detalle que seguía molestando a Kyungsoo de toda esta locura. A él aún no le gustaba Kai. Peor aún, no le gustaba nadie. Pero iba a ser trinchado por un grupo de chicas sin siquiera ser culpable. Eso llamado buena suerte no había estado de su parte últimamente.

—Sabes que te están amenazando casi de muerte en Internet, ¿no? —le preguntó Baekhyun a Kyungsoo durante el receso.

—¿De verdad? —comentó el pelirrojo con indiferencia.

—Pues, sí. Y mal. La gente en este lugar es cada vez más rara. Aunque eso no es lo importante. Adivina quien salió a defenderte.

—No me digas que mi príncipe azul en su corcel blanco —respondió Kyungsoo con ironía.

—Me alegro que estés de tan buen humor. Pero no. O quizás sí, dependiendo de cómo lo mires. Créelo o no, pero el mismísimo Kim Jongin salió a tu rescate.

Kyungsoo miró a Baekhyun como si hubiera hablado en otro idioma y tuviera dos cabezas en vez de una.

Un momento...Pero ¡¿Qué?!

—Mentira.

—¡En serio! Ahí viene Minseok, pregúntale. ¿Verdad que Kai defendió a Kyungsoo en Internet?

—Oh, sí —asintió el de mejillas abultadas al llegar donde sus amigos—. Últimamente ya no sé qué esperar de nadie.

—¿Y cómo se supone que me defendió? –preguntó Kyungsoo cada vez más pasmado. ¿Pero qué rayos le pasa al mundo en estos días?

—Había un debate sobre si eras o no una buena pareja para Kai. Te estaban analizando de pies a cabezas, tus pros y contras.

—¿Y por qué diablos alguien...? No, no importa. ¿Y?

—Pues, de la nada, aparece un comentario de Kai y estoy seguro que media secundaria se fue de espaldas tras ello —Minseok sonrió al recordarlo.

—Básicamente les dijo a todos que sea quien sea con la persona que él quisiera estar, no era problema de nadie más que de él. Y que era una reverenda estupidez el análisis que estaban haciendo de ti pues, en realidad, no había nada de malo contigo. Juro que estuve tentado en la mañana de acercarme a él y darle la mano —finalizó Baekhyun sonriendo al igual que Minseok.

¿De verdad Kim Jongin había hecho eso por él?

Kyungsoo no sabía si sonreír o entrar más en pánico. Aunque, de lo que sí estaba seguro, era que le debía una grande a su compañero. Eso de que 'no había nada de malo con él' era la cosa más dulce que había escuchado decir sobre él en lo que parecía ser mucho tiempo.

Aunque las Kai-maniacas no debieron haber estado muy felices con ese comentario. Lo que bien pudo comprobar Kyungsoo en el último receso de la tarde cuando iba al baño.

No, no se preocupen. No lo atacaron, ni lo encerraron en el baño de chicos, o le dijeron advertencias ofensivas. Pero fue obvio para Kyungsoo que las ganas no les faltaron. Desde la forma en que lo miraban, hasta como susurraban sobre él mientras iba por el pasillo rumbo al baño. Digamos que el pelirrojo nunca había caminado más rápido que en esa oportunidad en su vida.

Pero incluso si escapaba de las miradas, la situación no mejoró. Por lo que pudo captar, Krystal, entre varias otras chicas, querían su cabeza en una bandeja de plata. Gracias a Dios que Taemin ya no estaba en esa secundaria, con lo loco que estaba probablemente hubiera traído un hacha y hubiera matado a Kyungsoo a primera hora ese día.

—Mira el lado amable al asunto, recién partieron con los movimientos agresivos ahora. Bien pudieron haberlo hecho hace semanas atrás —lo animó Luhan al darse cuenta de la situación.

—Gracias, Luhan, eso me hace sentir definitivamente mejor —repuso Kyungsoo con sarcasmo mientras escondía su cabeza entre sus manos—. Esto se podría definir como acoso escolar, ¿no?

—Podría ser —comentó Baekhyun reflexivamente—. Aunque tu caso de bullying sería único en su clase. ¿Cómo les explicaríamos a las personas que las chicas te acosan por culpa de un chico?

—Pero Kim Jongin no es exactamente cualquier chico —agregó Junmyeon con tono sombrío.

No, no lo era. Kyungsoo debía admitir que su compañero era cualquier cosa menos un chico común y corriente. Se estaba volviendo loco con todo ese acoso y no llevaba ni un mes en ello. Pero Kai llevaba años siendo observado, juzgado, perseguido, admirado, imitado, hostigado y, pese a ello, seguía manteniendo una sanidad y tranquilidad mental envidiable.

Eso de ser celebridad no era una tarea para nada fácil.

Hablando de tarea, ya era hora de que se juntara con Kai en la biblioteca. Los amigos de Kyungsoo se despidieron de él tras una maravillosa clase de voleibol (donde Baekhyun y Minseok terminaron con sus muñecas con el doble del tamaño normal). Guardó su ropa de cambio en su bolso y notó que varios chicos estaban afuera, organizando un partido de fútbol para después de clases.

Kyungsoo no pudo ver a Kai entre ese grupo, ni a los alrededores. De seguro aún estaba duchándose o cambiándose de ropa.

—¡Hey! ¡Kyungsoo!

Kyungsoo, sorprendido, buscó al dueño de la voz que lo llamaba. Pero no fue necesario, Yixing se le acercó junto con otros de sus compañeros.

—Kyungsoo, ¿te gustaría jugar un partido de fútbol? Nos falta una persona.

—¿Para dejarme de arquero otra vez? No, gracias.

—Oh, no. No vamos a cometer ese error otra vez.

—La última vez no nos dejaste hacer ningún gol —agregó Sehun, coincidiendo con su amigo.

Kyungsoo ya estaba acostumbrado a pasar varias tardes jugando fútbol, o cualquier otra cosa, junto con sus compañeros. Era una costumbre que tenía desde primaria y, como conocía a varios de ellos desde esa época, aún lo seguían invitando a participar. Aparte, si faltaba alguien para algún equipo, siempre podían contar con él.

—Su invitación es realmente tentadora, pero debo declinarla en esta ocasión.

—Vamos, va a estar entretenido. Estamos apostando un pack de cervezas al equipo ganador.

—Pero yo no tomo.

—No, pero si estás dentro del equipo ganador te compramos una copa de helado como la última vez. ¿Qué te parece?

—Chicos, es que realmente no puedo hoy. Cualquier día menos hoy.

—Aguafiestas. Aunque nos vas a quedar debiendo un partido. Y tú, Kai, ¿te animas a un partido?

Con sobresalto, Kyungsoo miró hacia atrás y se encontró con Kai a muy poca distancia de él. ¿Hace cuánto que estaba ahí?

—Lo siento, pero no puedo hoy.

—¿También no puedes? ¿No se irán a juntar ustedes dos por si acaso? —preguntó Yixing fingiendo sospecha.

—Exactamente.

Por la reacción que pudo ver Kyungsoo en sus compañeros, ninguno de ellos había esperado una respuesta como esa provenir de Kai. Incluido el propio Kyungsoo.

—Pero pregúntenle a Jongdae, probablemente acepte —prosiguió el pelinegro tranquilamente.

—Eh... Claro. Gracias —respondió Yixing tratando de mantener la compostura.

Kyungsoo se preguntó si alguno de ellos se acordaba de que Kai y él debían hacer el trabajado de matemáticas juntos. Probablemente no. Pero esperaba que no fueran corriendo a publicar algún estúpido chisme en sus páginas de Facebook al respecto. Valía la pena soñar. 

—Lo siento por la demora. ¿Vamos?

—Sip. Nos vemos chicos.

D.O se despidió de sus compañeros, pero solo algunos de ellos le respondieron de vuelta. Los demás estaban demasiado ocupados observándolos irse juntos. Kyungsoo no sabía si lamentarse o reír ante ese espectáculo. 

En silencio, los dos compañeros se dirigieron a la biblioteca. El trabajo que debían hacer consistía en la vida y obra de matemáticos célebres y a ellos les había tocado Tales de Mileto. Quien sea que haya sido ese tipo. Aunque Kyungsoo podía apostar que era griego.

Al llegar al edificio, casi de forma sincronizada los dos se dirigieron a la parte más alejada, junto a la ventana. A Kyungsoo le gustaban las mesas de ese sector por la vista hacia el bosque. Y parecía que era también el sector de preferencia de Kai.

—Tales de Mileto no solo fue matemático, sino que también filósofo y astrónomo. Así que tendremos que explicar muchas cosas.

Kyungsoo se sintió mal al escuchar eso. Kai, responsablemente, ya había leído sobre el personaje que les había tocado, además de parecer tener una clara idea de lo que debían hacer con el trabajo. Mientras que él ni siquiera se había molestado en leer las instrucciones que la profesora había dado.

Mal comienzo.

—Puedo escribir la introducción y la biografía, mientras que tú comienzas con lo de los aportes a las matemáticas —ofreció Kyungsoo tímidamente.

—¿Evitando de cualquier forma hacer algo directamente relacionado con números? —preguntó Kai con una sonrisa.

—Por supuesto —respondió el chico ahora más relajado al ver la sonrisa y la actitud tranquila de su compañero—. Tú no quieres verme haciendo lo de matemáticas, en especial si quieres una buena calificación después.

—Entonces, hagámoslo como dijiste.

De esa forma, cada uno comenzó a trabajar en su parte. Aunque comentaban cosas respecto a Tales de Mileto, además de ponerse de acuerdo en qué poner y revisar lo que el otro hacía, el resto del tiempo transcurrió en un ambiente relativamente silencioso. Lo que, para asombro de Kyungsoo, no era tan malo. En realidad, trabajar con Kai era bastante más fácil y relajado de lo que él pensó que sería.

¿Comentar lo de los correos y todos los rumores que se habían creado sobre ellos dos? Nop, Kyungsoo ni siquiera quería acercarse a ese tema. Ya hace rato que estaba determinado a ignorar todo lo relacionado a eso lo mejor posible. Además, estaba demasiado concentrado en lo suyo como para hablar de ello, al igual que su compañero.

Parecía que, después de todo, esa sería una tarde tranquila y sin problemas.

—¡Kai! Que coincidencia.

O quizás no.

—Krystal.

—Escuché que vas a participar en la triatlón juvenil de este año. ¿Vas por el primer lugar ahora?

—Solo voy a participar.

—Ah, lo haces sonar tan fácil. ¡Qué humilde de tu parte!

Kyungsoo estaba completamente horrorizado/estupefacto ante lo que veían sus ojos. ¿De dónde diablos había salido esa Krystal dulce y preocupada? ¡Si hasta el tono de su voz había cambiado! Krystal estaba perdiendo el tiempo en el grupo de coro, su verdadero talento estaba definitivamente en el teatro.

—Este viernes tendremos una fiesta en la casa de Hyuna, será solo para personas exclusivas. ¿Te animas?

—Estoy entrenando.

—Pero de seguro podrías hacer una excepción esa noche, ¿no?

El pelinegro no respondió y se quedó mirando a Krystal seriamente.

Kyungsoo estuvo realmente tentado a reír.

Sin ninguna palabra, Kai le estaba diciendo a Krystal que no estaba interesado y que dejara de joder. Y hacer eso era casi un arte, uno que Kai manejaba bastante bien.

—Ya se me hace tarde —replicó Krystal viendo, o fingiendo, ver su reloj—. Espero que lo consideres. Nos vemos.

Por un segundo Kyungsoo quiso comentar que, probablemente, Krystal no lo había visto y que por eso no lo saludó ni le dijo algo. Pero, vamos, ¿a quién quería engañar? Lo había ignorado magistralmente. Aparte, tampoco es como si le importara mucho si Krystal lo saludaba o no. Ese era un saludo del que lo más bien podía prescindir el resto de su vida.

—Tras lo del asunto de los correos, Krystal se ha vuelto cada vez más intolerable —dijo Kai aún serio.

Oh, oh.

El tema prohibido finalmente se había instalado en la mesa.

Kyungsoo meditó por un segundo como esquivar el asunto, pero al final decidió tomar el toro por las astas. Iba a suceder tarde o temprano después de todo.

—Si te hace sentir mejor, Krystal ha estado insoportable con todos tras ello últimamente.

—¿Te ha hecho algo? —preguntó Kai frunciendo aún más el ceño.

—La verdad es que no. Pero sé que ha estado hablando a mis espaldas en malos términos. Sin embargo, siendo justos, casi todos han estado hablando de mí de todas formas.

Aunque ese último comentario había sido en tono de broma, Kyungsoo solo obtuvo más seriedad de Kai. Y no le gustaba verlo así. Sabía que el chico estaba pensando en algo, dándole vueltas a un asunto que él no podía descifrar. Toda su actitud había cambiado drásticamente tras la interrupción de Krystal.

—¿Sabes? No sé cómo lo haces. Eventualmente todo lo de los rumores se acabará y la gente se olvidará de mí. Pero tú llevas años en este circo. ¿Cómo soportas eso? ¿Qué todos se metan en tu vida?

Jongin observó a Kyungsoo por unos momentos. Al menos no lo miraba con tanta seriedad como hace instantes. El pelirrojo esperó pacientemente una respuesta.

—No lo hago. No soporto nada, sólo lo ignoro —contestó el pelinegro.

—Debe ser difícil. Tú jamás buscaste esto y siempre has protegido tu privacidad.

—¿Acaso no asumes que yo busqué ser una pseudocelebridad y que todos estén interesados en mí? —preguntó Jongin desafiante.

—Claro que no. No nos hablaremos mucho, pero te conozco desde hace años. Sé que jamás hubieras buscado algo así para ti.

Kyungsoo lo decía muy en serio. Nadie siendo tan reservado y poco social desearía atraer tanta atención. Aún en primaria, Kai prefería pasar desapercibido entre sus compañeros y vivir tranquilamente su mundo. Lo de la fama le había llegado de golpe y eso lo sabían muy bien todos los que lo habían conocido desde antes. Por lo mismo, jamás lo molestaban con ese asunto durante clases.

Lástima que no fuera esa la misma actitud del resto de la secundaria.

—Igual es más o menos tu culpa —repuso Kyungsoo volviendo a prestarle atención al trabajo que estaba haciendo anteriormente.

—¿Mi culpa? ¿Sobre qué?

—Sobre tu fama. Si actuaras como Minho, por ejemplo, nadie te prestaría tanta atención. Al menos, no tanto a como lo hacen ahora.

—¿Sugieres que actúe como un idiota que de verdad cree que es el mejor futbolista del mundo, pero que no sabe ni siquiera en que galaxia nos encontramos?

—Sip, esa sería una muy buena idea. Aunque creo que no estás en el club de fútbol, ¿verdad?

Para alegría de Kyungsoo, Kai dejó la seriedad y le volvió a sonreír.

No, corrección.

No le sonrió, sino que rio.

Y ese era un fenómeno que el pelirrojo muy pocas veces había tenido la oportunidad de observar.

—¿Y cómo se supone que eso ayudaría a mi problema? —inquirió Kai echándose para atrás en su silla y cruzando los brazos.

—Mientras más ignoras a la gente, más ellos se interesan en ti —comenzó Kyungsoo, mientras terminaba de escribir la biografía de Tales de Mileto—. Eso hace que resaltes. Si mostraras el más mínimo indicio de que en realidad te gusta ser una pseudocelebridad, como dijiste antes, probablemente ya no llamarías tanto la atención. A nadie le gusta una celebridad que le gusta ser celebridad, no así una persona que tiene todos los elementos para ser celebridad, pero que no le interesa ser una. Ya terminé la biografía, ¿la quieres ver?

Kyungsoo dio vuelta a la notebook para mostrárselo a su compañero, pero en el instante que cruzaron sus miradas, el chico se olvidó de lo que estaba haciendo.

Kai lo miraba con una intensidad con la que jamás le habían observado antes.

Era como si lo estuviera viendo más allá de la superficie. Y aunque era una sensación algo incómoda, no podía despegar su mirada de la de él.

—Nunca nadie me había dicho algo como eso —musitó Kai.

Kyung le sonrió y se sonrió a sí mismo. En realidad, ni él mismo se creía que había dicho algo tan... ¿Sabio? Normalmente el de los consejos útiles y opiniones profundas era Minseok.

—Aunque estoy jodido. No tengo ningún interés en ser como Minho.

—Bien, porque me gustas más como eres ahora.

¡¿Pero qué mierda acababa de decir?!

Porque con ese "gustas" se refería más a "agradas". Con un Minho bastaba y sobraba para toda la secundaria, y realmente le agradaba más Kai siendo él mismo que otra persona. Pero diablos... Ese último comentario sonaba tan poco afortunado.

El silencio que se instauró en el ambiente fue el último detalle que su desatino les dejó. Quizás Kai había entendido el mensaje tal como era y no había pensado en nada más. Pero con la mala suerte que Kyungsoo había tenido en estos últimos días, no estaba muy seguro de ello. Mejor aclaraba todo de una vez por todas.

—Sabes... Realmente lo siento si todo el asunto de los correos y ese rumor te afectaron de alguna forma. No tengo ni la menor idea de porqué alguien escribió algo así —dijo Kyungsoo con timidez, mirando hacia abajo—. La verdad es que a mí no me interesa románticamente nadie y lo del rumor me tomó por sorpresa. Agregado a eso, me molestó muchísimo como los demás le dieron tanta importancia a algo que no era verdad. Supongo que no me tomé de muy buena forma todo eso.

Kyungsoo se animó a levantar la mirada. Kai lo observada con absoluta tranquilidad, sin expresión alguna que delatara lo que estaba pasando por su cabeza. De alguna forma, eso relajó en gran medida al pelirrojo.

—Ahora último la gente ha estado inventando cualquier tipo de cosa referente a los dos y no sé si estoy más frustrado o enojado. Ni siquiera me imagino lo que dirán de nosotros mañana. Viste cómo nos miraron Yixing y los demás chicos. Y no estoy para nada animado de cómo será el ensayo de coro junto a Krystal este jueves —Kyungsoo guardó silencio unos segundos, meditando un poco—. Supongo que debo decir que una parte de mí te admira mucho. Yo me volvería loco en tus zapatos.

De la nada, comenzó a haber más ruido en la biblioteca alejando su silencio tan característico. O bien un montón de chicas, y algunos chicos, tenían que buscar repentinamente sus libros o hacer tareas ahí o, como comenzó a sospechar Kyungsoo, fueron a ver si él y Kai estaban juntos ahí. Una vez más, el pelirrojo se maravilló al ver cómo se esparcía la información en su secundaria.

—Creo que mejor nos vamos. Yo igual terminé lo mío —dijo Kai al ver lo que estaba pasando.

—Me parece bien.

Rápidamente los dos guardaron sus cosas y salieron del edificio. Casi se pudo sentir el abucheo en el momento que se fueron. Ya no habría ningún espectáculo que ver, para la tranquilidad de Kyungsoo y el disgusto de los demás.

Al salir del establecimiento, los dos se dirigían hacia la misma dirección, por lo que se fueron caminando varias cuadras juntos en silencio. Pasado el parque Jaemi, Kai seguía derecho, pero Kyungsoo doblaba a la izquierda.

—¿Qué vamos a hacer con lo que queda de trabajo? —preguntó Kyungsoo—. Nos queda lo de los otros aportes de Tales de Mileto y la conclusión.

—Podríamos juntarnos el próximo lunes. El trabajo es para la semana subsiguiente.

—¿No te incomoda? Con lo del entrenamiento, digo.

—No, no hay problema.

—Entonces... Nos vemos mañana, Kai.

—Nos vemos mañana, Kyungsoo.

Kyungsoo le sonrió por última vez y siguió solo su camino. Parecía que, después de todo, lo de la mala suerte se estaba alejando, dándole por ese día una tregua. Todo había salido mil veces mejor de lo que pudo haber incluso imaginado.

***

Jongin miró a Kyungsoo alejarse, mientras su cabeza le regañaba. Si hubiera sido más práctico, lo que mas bien pudo haber hecho, es repartir lo que quedaba de trabajo y ahorrarse la molestia de juntarse de nuevo con su compañero otra tarde.

Entonces, ¿por qué había sugerido juntarse otra vez? La respuesta era fuerte en su mente y absolutamente aterradora.

Quería volver a estar a solas con Do Kyungsoo.

Ah, diablos. Jongin estaba tan, pero tan jodido.

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