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1. El consejo de la tía

¡Sean bienvenidos al primer capítulo de esta historia!

¿Cómo llegaron por aquí? Me encantaría saberlo > <

Bueno, a ver, debido a la polémica de la forma de pensar de un personaje me veo en la obligación de aclarar algo: Esto es un fanfic. Y las cosas que pasen aquí son FICCIÓN. (¿Así o más redundante la cosa?, ay).

Desde el año pasado he visto una avalancha de testamentos sobre cómo debe ser una relación y de si los celos son buenos o malos. Miren, amo el debate. Pero no sean maleducadas. He eliminado comentarios de gente que terminó en bardo intenso y soez por pensar de formas distintas. Calm down, darlings. ¿?

Cada quien tiene una forma de pensar, cada quien define cómo llevar una relación, así que... relax. 

Y si llegaron hasta el final o no, tengan un dulce.

(Yezabelle lanzando cajitas de dulces por todos lados).

Ahora sí, prosigan con su lectura y bienvenidos una vez más. 

¡A leer!

* * *

Kyungsoo no sabía qué era peor: tener clases de Matemáticas a la primera hora de la mañana o a la última hora de la tarde. El año pasado tenía esa asignatura el lunes en la mañana y era una tortura. Pensaba que solamente podría superar ese suplicio al tener Educación Física a la hora siguiente, pero su establecimiento se las ingenió para atormentarlo de otra manera peor. Tener Matemáticas a la última hora de la tarde de los viernes le venía tan bien como tomar leche avinagrada. En serio, había que ponerse de pie y aplaudir a cualquiera que haya organizado los horarios este año.

—Si hacemos estas pruebas, mas con los dos trabajos que harán en dúos o grupos, tendremos suficientes notas para terminar bien el semestre.

Al menos la profesora no estaba hablando de la materia.

Kyungsoo miró a su lado y Minseok le sonrió. El buen Minseok, siempre levantándole el ánimo. Pero ni cuatro payasos y globos en el cielo le quitarían el aburrimiento. Miró el reloj de la sala y suspiró. Mejor se armaba de paciencia, la clase no terminaría demasiado pronto para él.

Cincuenta minutos después y suficientes bostezos como para toda una semana, la clase había finalizado. Kyungsoo estiró los brazos para alejar el sueño y se levantó.

—Ánimo, Kyungsoo. No fue tan malo —Minseok comentó mientras ordenaba sus cosas.

—No, no lo fue, pero aún queda todo el año por aguantar, ¿no? —replicó Kyungsoo ordenando su mochila también.

—Vamos, Kyung, tú no eres así. Tú siempre miras lo bueno a todo.

Y eso era cierto. Do Kyungsoo era conocido por su buen humor y optimismo. Sin embargo, una simple clase de matemáticas era capaz de drenar toda la energía positiva que su cuerpo contenía.

—¿Están listos, chicos? —gritó Baekhyun desde la puerta del salón.

—Sí, vamos de inmediato —respondió Minseok, y tomó del brazo a su malhumorado amigo.

—¿A dónde vamos?

—¿No te acuerdas? Le dijimos a los chicos que acompañaríamos a Baekhyun donde su tía —Minseok le sonrió y siguió empujando al pelirrojo.

Aunque entre las varias características de Kyungsoo se encontraba el ser despistado, él podría jurar que jamás dijo nada de acompañar a sus amigos a ningún lado. Pero prefirió guardarse el comentario y seguir la corriente. ¿Qué tan malo podría ser? Aparte, le gustaba la tía de Baekhyun. Era algo "extraña", pero siempre tenía cosas interesantes que contar.

Kyungsoo y sus amigos cursaban su penúltimo año de secundaria y todos se conocían desde primaria. En realidad, casi a la mitad de su grupo curso los conocía desde primaria. Todos fueron al mismo colegio, y todos se cambiaron a la misma secundaria. Varias veces bromeaban entre ellos de que, lo más seguro, todos terminaran yendo a la misma universidad.

—¿Y qué le llevas a tu tía hoy, Baekhyun? —preguntó Junmyeon mientras se alejaban del establecimiento.

—Mi mamá me pidió que le llevara un libro de cocina. Últimamente está muy interesada en la comida china.

—¿Pero no que tu tía vivió en China hace unos años atrás? —comentó asombrado Kyungsoo.

—Sí, pero dijo que para no olvidarse de sus raíces solo comió ahí comida coreana —Baekhyun suspiró—. Ya saben que mi tía es algo especial.

Los chicos sonrieron. Oh, sí, todos sabían que la tía Heesun era inigualable. Ella era la hermana mayor de la mamá de Baekhyun, y desde que terminó la secundaria dedicó su vida a viajar, ser fanática del té, llenar su casa con incienso y coleccionar colgantes y aros. Muchos la considerarían una hippie, bohemia o, directamente, una excéntrica. Sin embargo, Kyungsoo sabía que era extremadamente inteligente y sabia. Manejaba varios idiomas, tenía un título en ciencias políticas, y como pasatiempo, resolvía problemas aritméticos y crucigramas.

—Y entonces... —partió Luhan con un tono de precaución en su voz—. ¿Qué pasó con Chanyeol, Baekhyun?

—¿Por qué comentas eso, Luhan? —preguntó extrañado Minseok.

—Bueno, Baekhyun siempre sale los viernes de clases junto a él, pero hoy no. Así que supongo que algo pasó, ¿no creen?

—Oh, por favor, no hablemos del idiota de Chanyeol, ¿sí? —protestó Baekhyun y apuró el paso.

—Ven, algo pasó —susurró Luhan con algo de preocupación.

—Bah, no le den importancia. Ellos siempre pelean, ¿recuerdan? —comentó Junmyeon ya sabiendo que las peleas entre su amigo y su novio nunca duraban mucho.

—¡Eh! Ya casi llegamos —señaló Kyungsoo apuntando a una casa verde oscuro en la esquina.

Si bien la tía Heesun podría tener gustos raros y/o extravagantes, su casa por fuera era bastante normal y simple. Jamás podrías adivinar desde la calle todas las maravillas y curiosidades que se encontraban dentro. Kyungsoo amaba su hogar, pero esta casa siempre le fascinaba. Era su modelo a seguir para su futura casa cuando tuviera una familia.

—Me pregunto si la tía Heesun tendrá galletas de canela —comentó Luhan—. Por más que me haya dado la receta, sus galletas son insuperables.

—Por supuesto que tengo. Pero te juro que te di la receta verdadera, así que no sé por qué no te salen bien —dijo la tía Heesun desde el patio con una sonrisa.

La tía Heesun estaba regando sus flores. Tenía alrededor de 50 años, pero lucía definitivamente más joven. Vestía un largo vestido floreado color verde, con un largo collar de cristal de murano y su cabello largo, suelto. Una vez le contó a Kyungsoo que antes ella solía matar cualquier tipo de planta o flor. Sin embargo, tras divorciarse, un vecino le dijo que la jardinería podría ayudarla a pasar ese difícil momento.

—¿Y la ayudó? —preguntó Kyungsoo completamente intrigado.

—No, pero como mi exesposo me dijo tantas veces que jamás sería capaz de mantener ni un arbusto vivo, decidí que haría todo lo posible para demostrarle lo contrario.

Y realmente lo había conseguido. Su patio rebosaba en vida, y ni siquiera el crudo invierno podría arruinar esas plantas.

—Pasen chicos —les ofreció la tía Heesun haciéndoles pasar a su hogar—. Baek ya está adentro, no me vio acá. Lucía algo enojado, ¿pasó algo?

—Chanyeol, eso pasó —bufó Junmyeon.

—Oh, bueno. Eso lo explica.

Kyungsoo respiró hondamente y tuvo que contener un suspiro. La casa olía a chocolate (de seguro gracias a algún incienso), además de que se podía sentir el olor a canela y té verde provenientes desde la cocina.

—¡Tía! ¿Dónde está? —gritó Baekhyun desde alguna parte lejana de la casa.

—¡Con tus amigos! —respondió la tía con una sonrisa—. Pasen al comedor. De inmediato les traigo té y galletas. —Y se retiró.

—Té y galletas. ¡Las energías me han vuelto! —Sonrió Kyungsoo y se sentó en el sofá.

Minseok y Luhan comenzaron a observar unas fotografías en la pared y Junmyeon se sentó junto a Kyungsoo. A los pocos segundos, llegó Baekhyun.

—¿Cómo fue que ustedes la encontraron primero que yo? —refunfuñó, tirando el libro de cocina que había traído en la mesa.

—Estaba en el jardín —respondió Minseok sentándose igualmente.

—Ni siquiera presté atención.

—Pensando en Chanyeol, ¿quizás? —comentó Junmyeon con algo de malicia.

—No vas a estar tranquilo hasta que te lo cuente, ¿verdad?

—No. Además, nos lo vas a terminar contando de todas formas sea ahora o después.

—Pues nada. Chanyeol y sus celos. ¡Y él sabe que no aguanto los celos!

—¿Y qué hay de malo con los celos? —comentó despreocupadamente la tía Heesun entrando a la pieza con una bandeja.

—¿La ayudo? —se ofreció Minseok.

—Gracias, cariño —Y el chico de mejillas regordetas se levantó y comenzó a ordenar las tazas—. Pero, volviendo al tema, ¿quién dijo que los celos son malos?

—¿No lo son? —preguntó Kyungsoo.

—Bueno, depende de cómo se vean. Aunque eso sucede con casi todo, ¿no?

—Tía, no hay nada de bueno en que tu novio se moleste contigo por cosas tan tontas como que un compañero te ayude en Química. ¡De inmediato pensó que lo estaba engañando o algo por el estilo!

—¿Y siempre hace eso a menudo? ¿O solo con el compañero que mencionas?

—Kasper es mi compañero en clase de Química, ¿qué otra opción iba a tener? ¿Decirle que no estudiaré con él porque Chanyeol se pone celoso cuando nos ve juntos? Esto es ridículo...

—Insisto, ¿eso es malo? —volvió a preguntar la tía mientras le pasaba las galletas a un Luhan sonriente.

—¡Por supuesto que sí! Él sabe que lo quiero, y me molesta que no confíe en mí.

—Entonces, ¿qué pasaría si no estuviera celoso? ¿Sugieres que sería mejor que no te prestara atención, en especial si te acercas a otro chico?

—No, o sea... —Pero Baekhyun no supo cómo defenderse.

—Ya entendí —dijo Luhan con una galleta a medio camino a su boca—. Si Chanyeol no estuviera celoso, significaría que no le presta atención a Baekhyun. Es eso, ¿no?

—Exacto —Sonrió la tía mientras le pasaba una taza de té a Kyungsoo—. En lo que a mí concierne, los celos son señales de cariño. Apuesto a que si vieras a Chanyeol con alguien, muy apegados, el último sentimiento que sentirías sería indiferencia, ¿verdad, Baekhyun?

—Sí, pero en mi caso es sobre un compañero. ¡Un compañero al que conozco desde hace años!

—Puede ser, pero los celos son incontrolables también. Y tú jamás sentirías indiferencia en lo que se refiere a Chanyeol porque lo quieres.

—Pero tía, ¡los celos matan una relación! No podría mirar a nadie si Chanyeol fuera celoso.

—Eso sería así solo si tu novio fuera celoso compulsivo, lo que no es. Pero si le das celos en su debida cantidad, no estaría tan mal. Preocúpate cuando ya no haya más celos. Eso solo significaría dos cosas: que tiene completa y absoluta confianza en ti, o que ya no le interesas.

Baekhyun miró a su tía como si fuera un caso perdido y, aún enojado, se sentó en el sillón con su té.

—Pero basta de mi sobrino. Ustedes, chicos, igual deben tener novias o novios, ¿no?

—Pues no, todos somos un grupo de solteros, a excepción de su sobrino —comentó Minseok risueño.

—Pero han estado con alguien, supongo.

—Bueno... —comenzó Junmyeon mirando a sus amigos—. Minseok tuvo un novio y yo, una novia, hace uno o dos años atrás. Y Luhan tuvo un pretendiente muy serio, pero se cambió de ciudad.

—Yo y mi suerte, ¿eh? —se burló Luhan levantando su taza de té y dando un largo sorbo, mientras fingía pesar.

—¿Y tú, Kyungsoo? ¿Has estado con alguien? —le preguntó la tía Heesun al pelirrojo.

—¿Yo? —preguntó Kyungsoo como si fuera demasiado extraño que lo consideraran en esos temas—. Oh, no. Yo no soy de los que tienen novia... o novio.

—Pero si eres muy lindo e inteligente.

—Gracias por el cumplido, pero, honestamente, jamás me ha interesado alguien. Cuando era niño me gustaba el mejor amigo de mi hermano, pero fue algo bastante platónico. Y con el tiempo... Supongo que no es para mí.

—¡Bah, tonterías! De seguro debiste gustarle a alguien.

—No sé, no lo creo —meditó Kyungsoo durante unos segundos—. Sin embargo, aunque así fuera, nunca pasó nada.

—¡Pero si tener pareja es tan fácil! —comentó asombrada la tía Heesun, como si los chicos no supieran la leyes básicas de la vida—. Llega incluso a ser mecánico todo el proceso.

—¿Mecánico? —preguntó Kyungsoo confuso.

—Oh, sí —La tía dio un largo sorbo a su té—. Lo primero es escoger a un chico, claro.

—¿Cualquiera? —preguntó Junmyeon.

—Bueno, no tan cualquiera. Uno que les interese al menos, da igual que no hablen o compartan mucho con él. Aunque si no les interesa, tampoco afectaría a los resultados.

—¿Y qué más? —insistió Minseok.

—Pues, es necesario que hagan correr el rumor de que les gusta ese chico.

—Primero que los celos son buenos y ahora mentir —bufó Baekhyun—. ¿En serio, tía?

—Como con los celos, los rumores pueden ser útiles en su medida justa. Por supuesto, añadiría mucha más eficacia que demostraran algo de interés, de modo que los rumores parecieran tener fundamento.

—¿Y eso es todo? —comentó Luhan sin encontrar sentido al consejo.

—Por supuesto que no. Falta el movimiento clave de todo el asunto. Cuando se percaten de que los rumores llegaron a oídos del chico en particular, ignórenlo.

—Ok, ahora sí me perdí —dijo Junmyeon frunciendo el entrecejo.

—Así de simple, ignórenlo. Eso llamará profundamente su atención. Será intrigante para él saber por qué, si antes era tan especial, ahora ya no. Y tras ello, sucederá lo inevitable. Él vendrá a ustedes.

Tras algunos segundos, Minseok y Luhan sonrieron. A los demás chicos les tomó un poco más de tiempo entenderlo todo, pero al final captaron la lógica de la idea.

—¿Y se supone que funciona? —preguntó Junmyeon aún meditando sobre el asunto.

—Claro que sí. Siempre resulta. Por lo que solo deben usarlo si están completamente seguros de lo que están haciendo.

Pasaron unos veinte minutos más, entre varias tazas de té, galletas y chismes, hasta que los chicos finalmente se despidieron de la tía Heesun. Baekhyun fue el primero en separarse del grupo para irse a su casa, y Luhan decidió a último minuto ir a comprar lápices, dejando a sus amigos al pasar por el parque Jaemi.

—¿Saben? Sigo sin entender mucho el consejo de la tía Heesun —comentó Kyungsoo.

—¿El de los pasos para tener pareja? —inquirió Minseok.

—Sí. Es que no entiendo. ¿Por qué ignorarlos los atraería más?

—Quizás por ser tan egocéntricos. Ciertos chicos pueden ser muy infantiles —sugirió Junmyeon resoplando.

Pronto llegaron a la casa de Kyungsoo y los amigos se despidieron. Cuando ya estaban a punto de separase, Junmyeon se detuvo bruscamente, llamando la atención de Minseok.

—¿Qué? —preguntó este intrigado.

—Hagámoslo —contestó Junmyeon mirando a su amigo ansioso—. Hagamos lo del consejo que dio la tía.

—¿Qué nos busquemos parejas?

—No a todos, solo a uno. Solo para ver si funciona.

—¿Y tú crees que funcionará?

—No sé —reflexionó un poco Junmyeon—. Hagámoslo con Kyungsoo, es el que nunca ha tenido novio, ¿no?

—Él nunca va a aceptar hacer algo así —replicó Minseok.

—No, pero no es necesario que se entere. Es cosa de esparcir el rumor, ¿verdad?

Rápidamente, Minseok se percató de lo fácil que sería. Propagar el rumor les tomaría menos de un día. Y como Kyungsoo no sabría lo que estaba pasando, ignoraría a todos de cualquier forma.

—¿Y quién sería el afortunado? —preguntó Minseok pensando en todas las posibilidades.

—Alguien difícil o imposible. Alguien en el que Kyungsoo jamás se percataría o elegiría estando consciente de ello. Ni viceversa —Tras varios segundos, a Junmyeon se le iluminó el rostro—. Kai. Él es nuestro chico.

—Oh, Dios. Realmente esa es una buena opción. Kyungsoo jamás miraría a Kai con interés amoroso, y mucho menos lo haría Kai con él.

—¿Qué dices? —inquirió Junmyeon, mirando a su amigo con esperanza—. ¿Estás conmigo en esto?

—¿Te das cuenta de que si Kyungsoo se entera de esto nos va a matar?

—Por supuesto. Pero no tenemos garantía alguna de que funcione, ¿verdad?

—No. Pero nos va a matar igual —Tras pensarlo unos segundos, Minseok asintió—. Bien, si vamos a partir, necesitamos un plan. ¿Cómo siquiera vamos a divulgar la mentira?

—Oh, no te preocupes. ¿Qué tan difícil puede ser propagar un rumor? —sonrió triunfante Junmyeon.


***

Con amigos así, para qué tener enemigos...

¡En fin, darlings! ¡Muchas gracias por darle una oportunidad a esta historia! > <



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