Capítulo 40
Mis días corren más rápido de lo que yo pudiera imaginarme. Ya habían pasado unos cuantas semanas desde que operaron a Abraham. Aún sigue en el hospital, los médicos están haciéndole pruebas para diagnosticar el estado de sus ojos. Hasta ahora su cura va bien y crucemos los dedos para que continúe de la misma manera.
Yo voy cada noche a visitarlo, en ocasiones le he llevado algún dulce y otras me tenido que topar con el palo de escoba de Mónica. Oh Dios, no la aguanto. Es más molesta la tipa que un grano en el culo. Admito que me da mucho coraje que se la pase todo el rato acariciando Abraham como si fuera su mascota. Pero cuando él nota mi presencia, deja de prestarle atención para charlar conmigo. Oh sí, como me regodeo ante la cara de imbécil que se le queda a Mónica.
Hablamos Abraham y yo de todo un poco hasta que la hora de visitas da por finalizada, como siempre Mónica, que parece que la criatura le hubiera puesto pegamento en el culo, no se mueve hasta que no me voy yo y aparece Lina para acompañar a su hermano. Me despido de mi amor platónico quedando en vernos mañana en su casa. La buena noticia es que la lentilla se está adaptando a su ojo y según él ya comienza a ver bultos. Le abrazo llena de júbilo y feliz porque poco a poco volverá a recuperar su vista. No me haría nada más feliz que saber que Abraham vuelva a ver.
Caminamos Mónica y yo hasta el ascensor. Dentro me cuenta lo mucho que le gusta Abraham y como se siente cada vez que la toca y la besa etc.
<<Será desgraciada la tipa esta>> Cómo no se calle le voy a pegar un par de tortazos que le va dar la cabeza vueltas a cámara rápida.
Sonrío como si no me importarse lo que está diciendo. Mentira y gorda, cada vez tengo más ganas de engancharla de los gaznates.
--Qué bien no Mónica. Me alegro mucho por ti, seguro que cuando Abraham vea se interesará más por ti.
--¿Tú crees Samia?
Desde luego más tonta no la he visto. --Claro que sí mujer, pero eso sí no lo atosigues, déjalo que se tome su tiempo, debes tener paciencia ya sabes como son estas cosas cuando te estas curando.
--Claro, sí llevas razón. Ahora entiendo por qué Abraham habla tan bien de ti, se nota que eres muy buena persona.
--Gracias. Creo que ya tengo todos los bonos para que san Pedro me deje entrar en el cielo.
--Qué graciosa que eres Samia, sabes me caes súper bien.
--Me alegro, chata.
Gracias a todos los dioses griegos que llegamos al aparcamiento y pude despedirme de Mónica. No es mala chica si la tratas, pero me tiene la cabeza como un tambor no para de hablar, es que no se le secará la lengua.
Por fin llego a mi hogar, que paz, que tranquilad. Pero no, un momento esa es mi abuela discutiendo con Elian para no variar. Me voy para el baño y dejo que mi abuela eche espumarajos por su boca mientras yo me dio un largo baño pensando como no en Abraham y escuchando la canción que tanto nos gusta a los dos "Aunque no te pueda ver, de Alex Ubago"
Cuando termino de escuchar las canciones de Alex Ubago, me voy para la cocina para escuchar las canciones preferidas de mi abuela.
--Abuela estas muy callada. Has roto con Claudio.
--Elian, siempre Elian, no sé cuando este chico me va dejar de dar problemas.
--Y ahora qué ha echo el pobrecico mio.--Digo pegándole un bocado a mi comida.
--Sabes que ese casino donde nos llevó, resulta que él es el dueño y encima anda cada día con mujeres distintas. Mujeres que lo van a llevar a la ruina. Y ahora me dice que cree que se ha enamorado. Tú te crees el bribón este que me va llevar a la tumba antes de tiempo.
--Uy abu, no te sofoques si a ti para llevarte a la tumba a que echarle arte. Y mira no te preocupes por Elian, el será capaz de llevar su negocio y sacarlo adelante y respecto al amor abuela. Nunca es tarde para enamorarse, déjalo que sea feliz. Y venga termina tú comida y tómate tus pastillas no sea que tenga que llamar a la ambulancia.
--Samia, menos pitorreo que no está el horno para bollos. Y sí voy a cenar que he quedado con Claudio.
Mira la golfa de la abuela como se lo monta, y qué se va morir esta. Me dará a mi tiempo antes que a ella. Pues no se cuida bien ni na la jodía.
Temprano llego a la oficina, como me acosté a las hora de las gallinas me ha dado tiempo de sentir los ronquidos de mi abuela, prepararle la droga y el café nada más despertarse y darme un baño largo. Así que estoy como un flan, hoy por fin le darán el alta Abraham y dentro de unos días empezaran a quitarle los vendajes. Estoy deseando de que se los quiten, echo tanto de menos mirar esos ojos azules, rozarle su rostro y probar de nuevo sus labios. No si lo que yo te digo estoy chocheando más que mi abuela.
Me pongo a trabajar cuando veo que son las once y Clarise sale de una reunión algo molesta diría yo.
--Clarise ocurre algo, te noto algo molesta.
--Molesta, no, estoy furiosa. El capullo de Ristán quiere que le hagamos el proyecto de su nuevo hotel.
--Ah, no es mala idea. Podremos hacerlo.
--Samia por dios, ese proyecto está en España, una de las dos debe viajar hasta allí, y la única que puedes eres tú que eres española, yo no sé hablar español y hay más, hay que reunirse con otro socio que al parecer quiere que le hagamos los planos de unos chalet.
--Tampoco es tan mala idea Clarise. Si tengo que viajar a España viajaré, esta empresa es tanto mía como tuya, pienso que los marrones no lo debemos de comer las dos.
--Samia ¿Estas segura? Tardarías meses en volver.
--Tranquila, no pasa nada, todo es ajustarse la agenda.
--¿Y Abraham?
--El de momento se está curando, tardará un tiempo en poder recuperarse del todo, además es mi obligación, con Abraham ya hablaré. Así pues amiga tranquilízate verás como todo va salir bien.
--Gracias Samia por todo de verdad.
--No me las des mujer, ya te he dicho que esta empresa es de las dos. Nuestro sueño es hacerle la competencia a Bastien, poco a poco lo iremos consiguiendo, esta es una puerta que nos se abre y no podemos desperdiciarla, y menos decir no a dos clientes.
--Llevas razón Samia, pero cuando me ha dicho que hay que viajar hasta España me he asustado, me veía incapaz de hacer un trabajo fuera de Francia.
--Pero Clarise para que estoy yo, de adorno de Navidad.
--No..ja,ja,ja. Lo siento Samia, me bloqueado y no...
--Bah, tranquila mujer eso nos pasa a todos.
Después de que Clarise se tranquilizase, nos fuimos a comer las tres al restaurante que tenemos al lado de la oficina. Después de haber terminado de comer, volvimos a nuestros trabajos, Clarise me explicaba en lo que iba a consistir el proyecto, comienzo a interesarme en él pero cuando me empieza a explicar con detalles, mi cuerpo se queda rígido llenándose despacio de irritación y odio. El proyecto de aquel maldito hotel, es en la calle Macabil, justo el edificio junto a mi pastelería que derrumbaron. Y mira que pequeño es el mundo, yo luché para salvar mi negocio y las casas de aquellas personas y ahora resulta que voy a ser yo quien haga los planos para que se empiece a edificar el asqueroso hotel. Ah, no. De momento voy ha aceptar, pero ese tal Jacob Ristán va tener una larga y detenida conversación conmigo. Vaya que si la va tener.
Un rato después terminamos de trabajar y me dirijo hacia la casa de Abraham, Lina me avisó que ya estaban ahí. Una vez llego a casa de Abraham veo que han ido mucha gente a visitarlo puesto que la casa está llena de gente. Me quedo parada unos minutos sin saber ni que hacer, tanta gente sentada hablando cada uno al mismo tiempo me descuadra un poco, por lo cual decido irme. Ya volveré otro día.
Durante la noche no dejo de pensar en el maldito proyecto, si lo piensas que irónico. Hace casi tres años me encontraba luchando para que no me quitasen lo que es mío, ahora voy a trabajar para el dueño del hotel y encima voy a ser yo quien haga los planos. Qué pequeño es el mundo, quien me lo iba a decir a mí. Tras meditar acerca de mi trabajo, llamo a Lina con la esperanza que pueda hablar con su hermano.
Lina me responde diciéndome que aún tienen visitas, y al parecer los amigos de su hermano van a pasarse todos los días.
--Ya entiendo, es que yo quería hablar con Abraham.
--Espera que te lo paso. Un momento.--Se escucha un silencio y al rato unas voces y risas, vaya menudo recibimiento.
--Hola que tal.
--Hola como estas.
--Bien gracias, y tú.
--Cansada ya sabes por..
--Me imagino. ¿Querías algo?
Vaya o son imaginaciones mías o está tratando de cortar la llamada rápido.
--Nada Abraham, solo decirte que tengo que irme unos días de viaje y no voy a poder verte, lo siento mucho, prometo llamarte para ver como sigues.
--Ah, vaya, sales de viaje por trabajo.
--Si, por trabajo. Bueno te dejo no quiero molestar ya te llamaré cuando estés más tranquilo. Chao.
--Chao. Seguimos en contacto.
Eso espero, eso espero porque tal y como me a hablado he notado más evasivas que entusiasmo en su voz.
Suspiro fuerte para evitar que mis lágrimas se asomen diciéndome lo estúpida que soy, por no escarmentar de una vez por todas, que la vida no es como las películas de romance, que yo solo he sido su amiga mientras he podido ayudarle, mi trabajo ha concluido y él tomará las riendas de su vida como yo tomaré las mías. Mi móvil suena de nuevo es Lina.
--Hola Lina,
--No soy Lina soy Abraham, Samia ¿como es esode que te vas?
--Pues hoy hemos mantenido una reunión con un cliente que debemos hacerle un proyecto sobre un hotel que está en España, y debo marcharse para poder tomar las medidas y hacerle los planos.
--Pero y Clarise, no puede ir ella.
--No Abraham, ella no sabe hablar español, y allí en España hay que hacer otros proyectos además del hotel.
--Claro y debes de ir tú--Su voz suena molesta.
--Abraham, es mi empresa también y además Clarise no sabe hablar español.
--Ya claro, bueno pues espero que tú empresa te se de bien y tengas muchos clientes. Yo iré recuperándome aunque me hubiera gustado que estuvieras a mi lado. Pero eso ya da igual. Ya hablaremos. Suerte. Chao.
La llamada da por finalizada, pero bueno y a este que mosca le ha picado ahora. Pero que egoísta ¿No? Qué pasa que soy su niñera o que le pasa.
--Le pasa que está acostumbrado a tu cercanía querida
--Joder abuela, que susto, haces menos ruido que un gato.
--Samia, ¿estas segura que quieres viajar a España?
--Abuela, porque me preguntas eso.
--Sabes que si tomas ese vuelo las cosas entre Abraham y tú se van a enfriar.
--Ya. Si le digo a Clarise que después de todo el sacrificio que nos está costando levantar la empresa perdemos a un buen cliente, seguro que me aplaude y todo. Porque si me voy, a mi regreso me voy a comer los mocos abuela. Quiero trabajar, es mi trabajo y si Abraham no lo entiende eso es su problema no el mío. --Salgo de la habitación furiosa. Pero joder porque mi mundo tiene que girar en torno a él, porque narices no puede entender aun sabiendo que montar la empresa me ha costado todos mis ahorros y necesito trabajar si deseo recuperar mi dinero y tener dinero si quiero vivir cómodamente. Pues nada, al parecer aquí soy yo la mala porque lo abandono cuando más me necesita. ¿Y a mí quien me va a dar de comer?
Tres días después me encontraba de nuevo en mi tierra, en mi querida España, en mi pueblo donde me he criado, donde mis vecinos a pesar de haberme ido me recuerdan y me invitan a comer y a sentarme en sus casas a tomar un café. Desde luego como el calor de la gente de quien te conoce no hay otro. Y por una vez en mucho tiempo puedo respirar y sonreír plácidamente.
Nada más dejar la maleta en la que fue mi habitación, miro para todos lados echando mi mente hacia atrás. Aquí en este edificio echo de ladrillos pero que tantos recuerdos me traen me llenan de nostalgia, vuelvo a encontrarme después de tanto tiempo y haber pasado por tanto. Llamo a mi madre para decirle que ya estoy aquí.
--Samia hija, estás aquí.--Me llama mi madre desde la otra punta de la casa.
--Mamá estoy aquí. --No me lo pienso salgo corriendo para abrazar a mi madre. Las dos como siempre nos echamos a llorar, nos separamos nos miramos con detenimiento volviendo abrazarnos de nuevo.
--Mami cuanto te he echado de menos.
--Y yo hija, y yo, me has echo tanta falta.--Entonces al escuchar esa frase observo a mi madre, está mas delgada, más pajiza, como si su piel estuviera más amarilla, y casi no tiene fuerzas.
--Mamá estás bien.
--Si cariño. Mañana tengo que ir al médico porque me han echo unas pruebas y tengo que recoger los resultados.
--Mamá no sabía que tú...
--Tranquila corazón, solo es una tontería yo me encuentro estupendamente bien.
Una tontería, me encuentro estupendamente bien, aquellas palabras fueron las primeras que se me vinieron a mi mente cuando la odoncóloga habló conmigo comunicándome que mi madre tenía cáncer, y estaba en metástasis. A mi madre le quedaban meses de vida.
Salí de la consulta y fui derecha al baño para poder llorar. ¿Cómo era posible que mi madre tuviera cáncer? ¿Por qué nunca se quejó? ¿Por que narices nunca ha ido a un médico y porque cuando a mí me pasaba algo ya mismo se preocupaba dándome medicinas?
Simplemente dos palabras: Por que. Y muchas respuestas para no llegar a encontrar la lógica, para no hallar el motivo por el cual mi madre nunca le ha gustado ir a los médicos, por que siempre ella se ha preocupado por los demás y no se ha cuidado un poco. Y ahora qué hago, cómo le digo a mi madre, a lo único que me queda en esta vida que le quedan meses de vida, que me tengo que despedir de ella para siempre, que nunca la volveré a ver, que cuando más falta me hace se marcha. Que hago dios mío, como puedo decirle a una persona que amas tanto como es tú madre que se va morir. En estos casos es cuando hay que ser más fuerte que nunca, pero tendré el suficiente coraje y valor para mirar a mi madre y ver como día a día se marchita como una flor y llegará el día que nos tengamos que despedir. A caso una persona puede llegar a ser tan fuerte para poder soportar esa impotencia de no poder hacer nada, de ver como un ser querido se marcha y tú no puedes hacer nada masque darle tú cariño y ayudarlo en todo lo que puedas hasta que su final llegue. Se puede estar preparado, se puede ser fuerte pero como serlo cuando llegue el momento.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro