Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 33

Sentí una mano en mi hombro, no quise ni alzar mi cabeza para ver la tristeza en sus ojos y la cara de preocupación que podría tener Clarise.

—Samia, amiga ¿Porqué estás llorando de esta manera a moco tendido?

—Pues muy simple Clarise. Porque soy tonta y por pegarme un revolcón estoy pagando las consecuencias.

—Samia explícate un poco, porque no me entero de nada.

—Bastien le ha dicho a Rifus que me acosté con él y...mi calvito se ha pillado un cabreo del quince. Tanto que no ha querido ni escucharme.—Comienzo a llorar mientras escucho como mi amiga dice más palabras feas que un camionero cuando se le pincha una rueda.

—Toma un clinex y límpiate la cara. Ya es hora que alguien ponga en su sitio a Bastien. —En segundos, Clarise tiró de mí alzándome con la intención de cantarle las cuarenta en oros al desgraciado de Bastien.
Como dos torbellinos encrespadas pasemos dentro de la oficina de Bastien. Inmediatamente Clarise empezó a insultarle, detrás yo.
Entre las dos lo pusimos fino. Pero él, solo nos miraba y se reía.

—Vaya Samia, te creía una mujer fuerte y te traes a... ¿para qué?—La sonrisa de idiota se le borró del rostro a Bastien cuando Clarise le atizó un bofetón.

¡¡Olé mi amiga, con un par!!

¡Uchs! La cosa comenzaba a caldearse demasiado, de pronto vi a Bastien con la mano alzada, seguramente con la intención de devolvérsela a Clarise. Ah no. Ni  lo dudé, le di una patada en su entrepierna antes de que pudiera hacerle algo a mi amiga.

—Joder como duele.—Se quejaba de dolor Bastien,  mientras se encontraba curvado con sus manos en sus partes, nosotras aprovechemos para sacudirle como las abuelas, dándole manotazos sin ton ni son por cada parte de su cuerpo, hasta que le inflemos las narices y acabó dándole un fuerte empujón a Clarise y a mí me dio un bofetón que vi hasta mi abuela en bikini.

—Maldito desgraciado, como te atreves a pegar a una mujer.—Gritó furioso Marcos propinándole un puñetazo en su carita de cabronazo a Bastien.

Por un lado me alegré de que Marcos le atizara a Bastien, pero es que el pobrecico mío también estaba recibiendo lo suyo. Entre Clarise y yo intentemos poner orden y separarlos. Pero era en vano, aquel combate estaba empezado y aver quien era el guapo que los hacia parar.

Un momento después, dos hombres fortachones de seguridad fueron quien paró aquella lluvia de golpes.

Cuando la cosa se tranquilizó, me llevé a Marcos a mi oficina. Desde luego tenía la cara echa un cromo.
Saqué mi botiquín de primeros auxilios, y hay como pude empecé a curarle sus magulladuras.

—Marc cómo te encuentras hermoso.

—Además de qué me duele todos mis huesos, se podría decir que bien.

—¡Oh! Lo siento mucho Marc, ha sido por mi culpa.

—Para nada Samia. Ese imbécil se lo merecía. —Reconozco que Marcos siempre se ha portado muy bien conmigo, y me alegro mucho de tenerlo como amigo. No se si es por la situación o vete tú a saber que es lo que me pasa que me dejo llevar por mis emociones y lo abrazo con cuidado de no lastimarlo.

Hubo unos minutos que nuestros ojos se quedaron fijos apareciendo un pequeño nerviosismo dentro de mí. Sin darme cuenta bajé mis ojos hacia sus labios notando como mi respiración aumentaba y su pecho subía y bajaba fuertemente.
Estamos tan cerca, tan sumidos en lo que ambos deseábamos que ni cuenta me di que apareció Clarise, hasta que me dió un golpe en mi hombro devolviéndome a la realidad.

En silencio, continúe curando a Marcos escuchado la conversación que mantenía con Clarise. Al terminar, en una situación algo incómoda, fuimos hacia el hospital para hablar con el encargado de obras y varias personas más encargadas del hospital, para dar comienzo con las obras.

Casi anocheciendo salimos del hospital. Me encontraba decaída y sin ganas de nada. Sin embargo Marcos siempre estaba sonriente, como si todo lo malo que hubiera ocurrido para el ya estaba resuelto. Sin embargo para mi no.
En mi cabeza seguía construyendo  que hubiera pasado entre él y yo si no hubiera aparecido Clarise, y por otro lado, estaba Rifus. Su inminente rechazo me ha escocido, pero aún así lo que más me trae de cabeza es que siempre me hago la misma pregunta. ¿Debería ir hablar con él? O lo mejor sería esperar y dejar que el tiempo transcurra y las aguas vuelvan a su cauce para hablar.

Dos días después, y tras seguir el consejo de Marcos y mis amigas, fui a ver a Rifus. Quería, necesitaba...no sé qué era lo que quería, solo necesito poder hablar con él y que lo que me tuviera que decir que me lo dijera de una vez. Pero tenerme en esta incertidumbre me estaba poniendo de los nervios. Tanto, que si antes desayunaba tres cruasanes, ahora solo me como dos mojándolos en medio vaso de colacao.

Bueno pues...tres, dos, uno... toco la puerta del departamento de Rifus. Mis manos tiemblan, mis piernas parecen dos alambres de gelatina y mi respiración pareciese que se quedado atascada. Tomo varias bocanadas de aire a la vez que miro el cerpudo de bienvenida de la puerta.
Escucho la puerta abrirse, alzo muy lento mi mirada hacia mí calvito que se encuentra vestido tan solo con un pantalón de chándal puesto.

—Es-to...Samia...¿Qué haces aquí?—Me pregunta Rifus algo inquieto y nervioso. Lo miro extrañada, sin encontrar sentido a su pregunta y cuando decido abrir la boca escucho una voz femenina detrás de él.
Lo miro incrédula mientras el intentaba cerrar la puerta para que yo no viese nada. Pero demasiado tarde, le di un empujón y pude ver a esa mujer.

«Increíble» Allí estaba, paseando sus piernas desnudas con una camisa de Rifus puesta que bien poco le tapaba a la subnormal de Carla, la ex mujer de Bastien.

Siento deciros que en ese momento me tenía que haber liado a hostias limpias con los dos, o haberme alzado la falda y haber echo Matrix.
Pero no pude hacer nada. Sólo poner una excusa e irme de aquel lugar cuanto antes.

Mientras iba dirección hacia mí coche, intentando limpiarme las malditas lágrimas que resbalaban por mis mofletes de impotencia pensaba en lo idiota que he sido al poner mis ojos y mis cinco sentidos en Rifus.
Me subí al auto y salí de aquella calle lo más rápido posible, como si hubiera echo algo malo.

A la vez que manejaba, mi llanto aumenta, pensando una y otra vez en la maldita escena. En ver a esa pija estúpida con su sonrisa de haber tenido varios orgasmos y como Rifus me miraba como arrepentido.
Y lo peor de todo, lo que más coraje me da, es que mientras yo estaba preocupada comiéndome la cabeza, el estaba revolcándose con la  ex mujer de Bastien.

Harta de pensar y de no encontrar soluciones que me digan lo payasa que soy. Decidí pasar a un pub con la esperanza de emborracharme y que el alcohol haga que me olvide de todo.
Al entrar al pub, pude observar que había poca gente, mejor porque no me apetece ni ver ni hablar con nadie.
Me acerco a la barra y me pido una cerveza, el camarero me la sirve mientras me comenta que dentro de unos minutos va tocar un grupo.
Bueno tampoco voy a perder nada si me quedo a escuchar música.

Tomo asiento en una mesa, a los pocos minutos escucho como una jovencita comienza a cantar, miro al escenario repasando cada componente del grupo, y entonces el que toca el órgano llama mi atención.
No estoy muy segura, si es porque lleva gafas de sol o porque toque bien. El caso que las dos horas que duró el concierto, estuve allí sentada tomándome tres fantas de naranja.
Al final viendo al músico y escuchando esas bellas letras que me tocaron hasta el corazón me olvidé por un momento de todo.

Al finalizar el concierto, me levanté y me fui al baño.
Al salir del baño tan distraída permanecía con mis pensamientos  me tropecé con alguien.

—Disculpe lo siento. Yo no lo había visto.—Dije atropelladamente mientras ayudaba al músico a incorporarse.

—Discúlpeme a mí, he debido de confundirme. —Madre mía, si de lejos me resultaba guapo, de cerca ni te cuento. Que cuerpo, que ojos azules claros como el mar y qué sonrisa. Entonces vi que se puso de nuevo las gafas de sol. Lo miré con extrañeza, mientras se despedía de mí, todas mis dudas desaparecieron cuando lo vi caminar con un bastón. Era ciego.
Lo observé hasta que se reunió de nuevo con sus amigos.
Sonreí para mis adentros pensando en la valentía de aquel hombre. Era ciego y no pierde la sonrisa a pesar de no tener luz en sus ojos. Y yo que puedo ver, no distingo de cuando una persona es sincera conmigo o sólo me dice las cosas por decirlas para acabar ilusionándome como una niña de cinco años que le regalan su primera bicicleta.

Agacho mi vista al suelo  derrotada ya por todo. Pensando qué es lo que estoy haciendo mal para acabar así. Tan poco valgo que lo mismo que me ilusiono acabo estrellándome contra un muro.
Un momento, veo algo en el suelo. Me agacho a recogerlo y me encuentro que es una billetera.
La abro y veo que se trata del músico. Joder que suerte. Miro su documento de identidad y leo que se llama Abraham Nostell, y tiene treinta y dos años, vive en la calle....y espera un momento, si es ciego, como tiene carnet de conducir.
Iba a entregarle la billetera al dueño del pub, pero es que la intriga puede conmigo, y como que me llamo Samia López iré personalmente a su casa averiguarlo.

Una de dos, o me da con la puerta en las narices o me manda a freír espárragos. Pero todo sea por devolvérsela.

Esa misma noche no pude ir a su casa a devolverle la billetera, estaban de obras en las calles y el gprs me mandaba todo el rato a la misma calle. Como me tenía hasta el potorro el puñetero gprs de estar dando vueltas durante dos horas por el mismo sitio, decidí volver a casa e intentarlo mañana.

______________________________________

Hola cómo están queridos y queridas lectores.
Espero qué bien y que los que hayan podido coger vacaciones se lo hayan pasado genial. Y los que no pues que sus días en sus estudios o trabajo sean buenos.
Pues como dije en el aviso empezaría a escribir de nuevo en Septiembre y aquí os dejo un nuevo capítulo  con una nueva idea, espero que os guste y como siempre le deis a esa ★ para decirme que sí y poder continuar o si no, pues cambiamos, vosotros sois lo que opináis y lo que me ayudáis. Siempre lo digo que estoy muy agradecida con esos comentarios y vuestros votos. Gracias de ♥ y aprovecho para saludaros y deciros que ya he empezado ha escribir e iré actualizando capítulos de otras historias además de esta.
Un saludo bienvenidos y bienvenidas.

**mian Jollel**

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro