Capítulo 30
Desesperada por desahogarme con alguien fui hacia la oficina de Clarise, pero se había marchado me comunicó Mariah mirándome algo intrigada.
--Samia te noto algo alterada, ¿qué te pasa para que estés así?
--Asiéntate Mariah y trae un saco de almendras, para acortar mi vida.
--¡Oh qué horror! No quiero que te suicides por Dios.
--Tranquila Mariah, que quiero vivir. Lo que pasa es que...--Empiezo hablando bajito a mi amiga contándole lo ocurrido con Bastien. Puedo observar como su rostro cambia y hace un especie de O, cuando termino de narrarle la historia.
--Samia, ¿estás segura que es lo quieres?
--No sé Mariah, todo me resulta muy confuso. Ahora mismo tengo la picha echa un lío, no sé qué hacer.
--Mira amiga, antes de tomar esa decisión, lo mejor es buscar un plan B.
--Plan B, digo poniendo mi dedo índice en mi barbilla.
--¿De qué plan B habláis?--Nos interrumpe Rifus cargado con carpetas y planos. Los deja encima de la mesa comenzando a mirarnos a mi amiga y a mí.
Las dos nos quedamos algo espantadas, hasta que comienzo a contarle lo que me sucedió hace unos días y la reforma del hospital saltándome la propuesta o el chantaje de Bastien.
Rifus me mira algo sorprendido. Se gira dejándome impactada hasta que de pronto me da un número de teléfono y cuál es mi sorpresa que se trata ni más ni menos que de Elian.
«Que si quieres arroz Catalina» Pues tómate tres tazas.
Hasta risa me da de que Rifus y Elian se conozcan, al parecer han coincidido en varios proyectos. Lo que me lleva a que Bastien también debe de conocerlo. No si lo que yo te digo, contra menos quieres ver a una persona más la tienes que ver.
Pues como no me queda de otra, utilizo el comodín del público y llamo a Elian.
Tras esperar un rato porque el idiota está ocupado, Paloma me pasa con el.
--Buenas tardes, soy Elian Zisis en qué puedo ayudarle.
Este tío cada día resulta más tonto o es que tiene menos luces que un candil.
--Elian estas drogado o es que cada día que pasa eres más tonto. Soy Samia imbécil.
--Ah tú.
--Bueno dejemos de decirnos lo mucho que nos queremos. Te llamo para que me ayudes con un proyecto de reforma con un hospital.
--No tengo ningún interés en ayudarte, falsa.
--Yo falsa a qué cuento viene eso ahora.
--Demasiado lo sabes.
-- A mí que me registren.
--No te hagas la tonta. Sabes perfectamente que se trata de Ciara.
--¿Y? Qué tengo que ver yo con ese bicho.
--Mucho, y lo sabes. Ahora te dejo no tengo ni tiempo ni ganas de hablar contigo.
--Mira Elian, dejemos lo personal y no lo involucremos en el trabajo. Somos dos personas adultas y civilizadas.
--Ahora te la das de profesional, pastelera pobretona.
--Sabes lo que digo Elian, que te zurzan.
Colgué totalmente desquiciada, este Primo mío o lo que me toque me revienta con sus impertinencias. Qué cosa más modorra de persona.
Estuve todo el santo día buscando alguna solución referente a quien me puede puede promover la reforma, pero llegó la noche y seguía sin hallar nada hasta que de pronto, San José me ilumina y llamo a Rosell.
Dos horas después, Rosell me da la referencia de una empresa constructora. Feliz y agradecida por la ayuda de Rosell me dispongo a recoger mis bártulos. Cierro la puerta, es demasiado tarde, todos se han ido. Menos Bastien. De pronto escucho la voz de Clarise. Como no soy ni pizca de cotilla, arrimo la oreja a la puerta para poder escuchar la conversación. Al parecer están hablando muy bajito como en un susurro. Nada, por más que hago oreja no consigo escuchar casi nada.
Aburrida de no poder empaparme de la conversación me marcho. Esperando el ascensor escucho unos sollozos. Camino despacio para ver de quién se trata.
Menudo día llevo hoy. Entonces veo a Mariah acurrucada llorando.
Pero bueno y ha esta que le pasa ahora.
--Mariah, hermosa llora que te vendrá bien.--Le digo mientras tomo asiento a su lado comenzando a consolarla.
--Samia no lo soporto más. Llevo callando este amor mucho tiempo y ahora...
--Mariah respira y sigue hablando que me dejas intrigá jodía.
--Clarise, Samia. Amo a Clarise y hoy me declarado y no he obtenido respuesta.--Mariah empieza de nuevo a llorar apoyándose en mi hombro.
--Mariah, eres muy hermosa, seguro que encontrarás el amor si ella no te ha dicho nada por algo será.
--Le mandado un correo Samia y ni se ha dignado a responder.
--Eh...Mariah mejor vas al programa de citas que utilizar a Internet de intermediario. Ven vayamos a echarnos una cerveza y verás como la tristeza desaparece.
Y tanto que desapareció. El pedo de Alfredo se quedó corto para la borrachera que llevamos encima Mariah y yo. Hasta nos subimos a la barra a bailar coyete dax. (es lo último que recuerdo),después el alcohol se hizo cargo que dejase de recordar hasta mi apellido.
Madre mía que mal cuerpo tengo. Tras ducharnos y prestarme algún traje Mariah de una hermana suya, marchemos hacia el trabajo en silencio y con la bolsa de hielo en la cabeza. Qué resaca por favor.
--Primero no beber más. --Me dice Mariah colocándose la bolsa del hielo.
--Hasta la próxima ricura.
Ambas nos echamos a reír. Antes de entrar Rifus nos ve y sale a nuestro encuentro. El pobre no dice nada, me mira con ternura pasando sus manos por mis brazos. Después abraza a Mariah y pasamos dentro de la oficina, por su puesto con apariencia de estar fresca como una lechuga, cuando en realidad estaba echa mierda.
En compañía de Rifus, pasé dentro. No si antes dale un beso en su calva. (Es que tengo debilidad por besar calvas o pasar la mano) Es una tentación que no me puedo aguantar. Y desde que se lo dije a Rifus me deja hasta pasarle la lotería por la calva.
Después veo cómo el pobre Rifus se preocupa de mí, dándome un café y algo de comer le cuento porque nos embarrechemos de esa manera.
--Desde luego estáis como cabras. A quien se le ocurre salir un miércoles de fiesta y encima beber cerveza como cosacas.--Ante su comentario empezamos a reír hasta que nos interrumpe Mariah con una cara peor que en un funeral.
--Samia Bastien quiere verte.
--Ok. Voy para allá. Espero que no me caliente la cabeza más que la tengo que lo mando a la mierda.
Mientras bebo un sorbo de café, acepto un chicle de Rifus y me recompongo mi traje para ir a ver al cantamañanas de Bastien. Mis dos amigos no dejan de reírse y hacer comentarios.
Toco la puerta con mis nudillos. Al escuchar al cantamañanas paso.
Mierda. Esto si que no me lo esperaba.
Bastien estaba reunido con Elian.
De pronto sentí como las piernas me bailan, mi cuerpo parecía de chicle y yo tonta por quedarme parada mirándolos con la lengua pegada al paladar sin poder decir ni mu.
--Adelante señorita Lopez. Tomé asiento, en este momento estaba reunido con el señor Zisis.
--Hola Samia, no creía que trabajases como arquitecta, pensaba que alguien como tú solo hacia pasteles.
Será desgraciado. --Qué pensábamos ignorante que porque sea pobre no obtuve estudios. Pues mira hasta donde he llegado.
--Ya lo veo y sacando provecho a los encuentros que tenía mi ex mujer con ese tipo para que te pagase a cambio de tú silencio.
Buah. Empiezo a bufar como los toros. --1. Te recuerdo que tu matrimonio fue una farsa. 2. Ciara es una zorra por naturaleza y 3. Si se acostaba con Joel sería porque tú no eres bueno en la cama.
--Tu misma sabes si soy bueno o no en la cama o prefieres mejor a Marcos. Ya que te acostaste con los dos, sabrás quien te dejó satisfecha o no.
--Arrrg. Qué asquito por favor no me lo recuerdes.
--Disculpadme, pero hay un proyecto por el cual debemos de debatir.--Nos interrumpe Bastien poniendo paz entre los dos.
Hago lo que me dice Bastien, me siento lejos de Elian por si me muerde y me pegue la rabia.
La reunión da comienzo, pero como era de esperar, Elian no deja de tirar indirectas hacia mí. En algunos momentos miro a Bastien para que saque la cara por mí. Al parecer no tiene ninguna intención de intervenir.
Horas después, Elian se despide de Bastien y se marcha.
A solas, Bastien me mira atónito pudiendo ver cómo un destello en su mirada de furia.
--Bastien siento mucho lo sucedido con Elian.
--Qué sientes Samia. No haberlo cazado a él. Te metiste en su cama y después en la de su primo, que decepción Samia. Nunca hubiera imaginado que fueses una mujer así.
--¿Y qué? A caso soy la primera mujer que se equivoca o cree estar enamorada de un hombre que no la quiere. Y además yo con mi cuerpo hago lo que se me da la real gana. No tengo porqué darte explicaciones. Es mi vida y hago lo que me apetece.
--Actuando como una mujer desesperada, te piensas que por meterte en la cama con un hombre te va querer más, te va respectar más. No me hagas de reír Samia.
Me acabo de dar cuenta que como arquitecta eres excelente, pero para compartir mi vida junto a ti, no merece la pena.
Bastien se marcha dejándome muda, sin saber que responderle puesto que lleva razón.
Reconozco que soy estúpida, me dejé llevar o impresionar por Elian porque un hombre rico y guapo se fijase en mí. Y no tuve bastante que me metí con Marcos. Para después enterarme que son mis primos. Qué vergüenza me doy yo misma. Qué bajo que he caído. Al parecer mis errores me van a estar persiguiendo siempre. Es lo que tiene no pensar con la cabeza y dejarse llevar por emociones absurdas que sólo te sirven para tu corazón se desgarre despacio y tú te sientas como una mierda, por no saber guardar tu dignidad y honradez.
Este es el resultado de las malas acciones, ¿ahora qué debo hacer?
Pues llorar como una estúpida y dejar por lo menos que las gotas amargas y dolorosas me limpien por fuera porque por dentro sigo sintiendo un remolino de sensaciones de amargura y cuál peor que me reconcomen por dentro. Y aquí quien le echo la culpa de mis acciones si yo solita me la he buscado.
Me tapo mi rostro para liberar mi lamento hasta que siento unas manos grandes que me atraen a su pecho consolándome en silencio mientras yo me auto destruyo agradeciendo que esté a mi lado y poder sentir que ha pesar de todo se preocupa por mí.
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