Capítulo 29
Entrecerré mis ojos fusilando a Bastien. Sinceramente no sabía cuál era el motivo que le había llevado para presentarse en mi habitación y proponerme en matrimonio.
Reconozco que el niño está qué cruje, pero tampoco estoy tan desesperada, Oh si. No sé.
Ya estoy de nuevo haciéndome la picha un lío.
--Bastien, mira, te voy a ser sincera.
No es que no quiera casarme contigo, porque por mis locuras y mi falta de tacto me tiro a tu pescuezo para acabar en la cama. Pero si deseo respetarme, y con la poca cordura que me quede, debo decirte que no puedo casarme contigo.
--¿Porqué? ¿Acaso no te atraigo?
--Bastien, no estamos hablando de sexo. Esto es algo más serio. Se llama amor.
--Por favor Samia, que antigua resultas hablando. Amor. Yo no puedo ofrecerte eso, pero si mi respeto y fidelidad.
--Si ya, chico que parece que me estás dando las condolencias.
--Piensalo Samia. Y te aseguro que juntos tendremos noches sabáticas y disfrutarás de una vida de lujo.
--¿Cómo? A no, mira guapito creído de cara. En ocasiones no puedo tener las tuercas apretadas, pero te digo que aquí la menda, no se vende. Yo soy una mujer sencilla, humilde que no le hace falta lujos para ser alguien en la vida.
Tan enfadada estaba que no me di cuenta que estabamos demasiado cerca hasta que sus labios se posaron en los míos, consiguiendo que dejara de pensar para dejarme llevar por ese beso glorioso y arrebatador.
Casi sin aliento, pude poner una mano en su pecho dándole un pequeño empujón.
Pero fue la voz de Esperanza la me devolvió a la realidad.
--¿Se puede saber qué está ocurriendo aquí?--Alzó la voz Esperanza haciendo que me sintiera ruborizada y abochornada.
--Esperanza yo...--Madre mía y ahora que le decía a mi mejor amiga, que acaba de terminar de morrearme con su hermano.
--Esperanza, tranquila no pasa nada.--Dijo Bastien calmado y mirando a su hermana algo molesto.
--¿Qué no pasa nada? Si os acabo de ver besándoros. Y tú Samia no me esperaba esto de ti. Te brindado mi amistad, y tú me lo pagas de esta manera.
--Esperanza, reconozco que a veces no pienso con claridad y me dejo llevar por mis impulsos. Pero yo...
--Basta Samia. Sinceramente te había tomado por otra mujer.
--Eh tú, tampoco te voy a consentir que me ofendas. Si quieres que me vaya me voy. Pero eso sí, está vez no he tenido yo la culpa.
Me giré, dándole la espalda a todos buscando las escaleras para salir de esa casa cuanto antes. Hice oídos sordos cuando me llamaban, no quería que me viesen de llorar, quería recoger las pocas migajas de dignidad que me pudieran quedar y salir de esa situación lo antes posible.
Caminé durante un par de horas, necesitaba pensar, si de verdad Bastien había sido sincero o sólo estaba jugando conmigo. Y entonces, porque leches estaba detrás de mí. Es que acaso el modorro no tiene mujeres de quita y pon para llevárselas a la cama.
De pronto escuché un ruido, no sé cómo un disparo creo. Me metí en una calle donde proceden voces y gente alarmada.
Al parecer unos hombres armados habían entrado en un teatro armados
dando comienzo a un tiroteo.
Me quedé impactada viendo como la gente chillaba aterrorizada e incluso se colgaban de las ventanas para ponerse a salvo de esos delincuentes.
Casi ni me dio tiempo a reaccionar cuando fui golpeada cayendo inmediatamente al suelo.
--Señorita se encuentra bien.--Me hablaba un hombre mayor cuando pude recobrar la conciencia.
Empecé a soltar tacos por el golpe que había recibido en varias zonas de mi cuerpo. El hombre, por cierto español, me ayudó a levantarme.
--Soy médico jubilado, si me acompaña le podré revisar, pero mire como está el panorama.
De pronto vimos como una mujer chillaba pidiendo auxilio, al parecer su marido estaba herido.
Miré a Julián, que se presentó minutos antes y salimos los dos para socorrer a la mujer y su marido. Sinceramente, si digo que no me entró los siete males, miento. Aquello era todo un caos, la gente corría gritando aterrorizada, e incluso pasaban por encima de otras personas para salvar sus vidas.
A duras penas abriéndonos paso entre la gente, por fin pudimos llegar hasta el hombre que se hallaba medio inconsciente sangrando por una pierna. Pienso que una bala tuvo que alcanzarle, hay como pudimos entre los tres levantemos al hombre y salimos de aquel caos tan horrible.
Al salir a la calle, Julián condujo hasta un hospital. Allí pasamos derechos a cirugía para que le extrajeran la bala.
Mientras esperábamos Julián llamó a su mujer para tranquilizarla y yo pues consolaba a la mujer del hombre herido. Mientras el tiempo transcurría, Julián me contaba en las condiciones que se hallaba el hospital. Desde hace más de 5 años habían pedido una reforma, pero al parecer iban los arquitectos y nadie hacía nada.
A la vez que Julián me contaba la historia, yo comenzaba a rebanarme los sesos buscando una solución, para que este hospital sea reformado. Pero el cómo y iba ser todo un desafío.
Al final, Zidane el hombre que rescatemos salió bien de la operación y Madeline su mujer se quedó más tranquila en compañía de sus familiares.
Como yo no tenía donde ir, y después de lo que pasó entre Esperanza y yo no deseaba ir a la mansión, por lo tanto decidí aceptar la invitación de Julián de pasar el fin de semana en su casa, y de paso aproveché para descansar y pensar en la manera de poder restaurar el hospital.
Lunes, primera hora de la mañana. Llegué la primera a la oficina, necesitaba con urgencia hablar con Elian para que su empresa se encargara de las obras y Bastien apoyar el proyecto. Menudo lío iba armar, pero todo sea por solidaridad. No tienen dinero, pues que lo empleen en ayudar a la gente que no tiene y deben hacer cola durante horas para que la atiendan o deben esperar meses incluso años para que puedan operarlos porque no tienen medios económicos.
Pienso que estos ricachones, podían hacer algo por la patria y ayudar a esas personas que no tienen medios económicos para pagarse un médico privado y deben ir al público. Pero claro un hospital que esté medio en condiciones, no con rajas en las paredes y el suelo que parece que se abrir cuando menos lo esperas.
Nada más sentarme en mi sillón empiezo mentalmente mi discurso. Reconozco que ando algo nerviosa puesto la manera de cómo salí de la mansión y durante estos días no he dado señales de vida. Pero tampoco me han dado elección, las palabras de Bastien me desconcertaron y las de su hermana me sentaron como un tiro.
Bueno pues allá voy. Cruzo los dedos antes de pasar a la oficina de Bastien.
Al entrar me topo con una mujer muy elegante ella; rubia, alta, buen tipo, y por supuesto con ropa cara.
Trago saliva pidiendo permiso para poder entrar.
--Adelante Samia pasa.--Me dice Bastien mientras caminaba hacia mi. Y cuál fue mi sorpresa que me abrazó estrechándome fuerte contra su cuerpo.
--Samia, ¿qué ha ocurrido? ¿Porque te marchaste de esa forma? No puedes hacerte una idea de lo preocupado que he estado por ti.
--Esto...yo... Bastien hermoso la rubia.--Digo por lo bajito separándome de él.
--Ah, Carla, ella es mi ex mujer. Tranquila no te preocupes ya se iba.
«Su ex mujer»,Jay Primo que me maten. Su coqueta ex mujer ahí sentada y el abrazándome.
Mi boca tuvo que llegar a la tercera planta del impacto que me dio de ver a la ex mujer de él y más actuando de esa forma tan indiferente.
--Bueno Bastien veo que tú novia, te tiene muy ocupado. Te mandaré a mis abogados, nos vemos.--Vaya con la rubia como pronunciaba a poco me llena la cara de babas la muy grosera. Menos mal que se fue, que sino vamos le doy una patada en su culo de modelo perfecto.
--¿Tú novia?--Le pregunto fusilando a Bastien ante su respuesta.
--Espera Samia no te alteres, todo tiene una explicación.
--Te escucho. Pero déjame que me siente y espero que hables.
--Ven, siéntate aquí a mi lado.--Hago lo que dice y después se sienta él agarrándome por mis dos manos, comienza hablar con una tristeza en los ojos que hasta pena me dio de escuchar su historia.
--Samia te preguntarás por qué estoy tan interesado en ti.
--Po... Si...
--Hace tres años me casé con la hija del socio de mi padre, Carla como has podido comprobar por ti misma es hermosa. Declaro que a mi su belleza me cautivó y no dudé en casarme con ella. En menos de un año ya estamos casados, apenas nos conocimos y vivir en pareja no resultó para nada fácil. Después falleció mi padre, y eso me llevó a quedarme con deudas y tener que levantar la empresa yo solo. Mi ex suegro me denunció y tuve que pagarle cada céntimo que mi padre le dejó a deber.
Por supuesto eso afectó a nuestro matrimonio y más cuando le propuse a Carla que tuviéramos un hijo.
Entonces ella se negó en rotundo, afirmando que nunca estuvo enamorada de mí. Incluso me llegó a decir que tiene un amante.
--Joder con la bicharraca. ¿Y tú qué hiciste?
--Me separé de ella, después llegó el divorcio y ha día de hoy me exige más dinero.
--¿Y qué tengo yo que ver con todo esto?
--Todo Samia. No quiero que te ofendas, pero tú no eres mi tipo de mujer. Pero cuando te tuve entre mis brazos y mantuvimos relaciones, para mí fue lo más maravilloso que ha pasado en mi vida.
--Para ti Bastien sólo fue sexo, para mí no. Y lamento decirte que no quiero casarme contigo. Una relación no se basa en sexo, debe haber sentimientos mutuos.
Y cambiando de tema, me darías tú aprobación para restaurar un hospital que se cae a cachos.
--¿Me necesitas?
--Eh...si.. necesito el sello de la empresa para poder empezar las obras. ¿Por?
--Tú por el sello.
--¿Qué?
--Lo que oyes. Si quieres que te ayude con la reforma del hospital, debes casarte conmigo.
--Y un jamón. Yo no me caso contigo ni a tiros. Sabes lo que te digo que se quede el hospital conforme está qué yo estoy muy ricamente conforme estoy. No te fastidia el otro, ve viene con chantaje.
--Piénsalo, no te arrepentirás.
Y el tío se levanta con una sonrisa tonta en la boca dejándome como una imbécil a punto de gritar de la rabia que tenía dentro de mí.
Pero ahora tengo otro problema. Necesito ayudar ha reformar el hospital puesto que le dado mi palabra a Julián. ¿Pero cómo lo hago?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro