Capítulo 17
Elian
He podido cometer mil y una estupideces en mi vida. Pero hacerle caso a la bruja de mi abuela para casarme con Ciara, es lo peor que he podido hacer en mi vida. Y encima hoy la bruja ha convocado a la familia para comer. No soporto las reuniones familiares y más tener que interpretar mi papel como marido enamorado. Joder pero cuando terminará esta tortura.
Los primeros en llegar son mis tíos, Almudena y Germàn los padres de Marcos. Después llegan algunos amigos míos. Salimos al jardín, hace una mañana fabulosa. Empezamos haciendo unos cócteles y preparando unos pinchos mientras nuestras mujeres hablan de moda y cotilleos. Pasado un buen rato veo aparecer a Mariola sin Marcos. Frunzo mi ceño contemplando el estado de Mariola, parece que está muy alterada. Se hace un corrillo entre las mujeres, me temo lo peor. Me acerco a donde están las mujeres cacareando, todo mi cuerpo se tensa al escuchar el nombre de Samia.
No sé si creer a Mariola o no. La duda ya está sembrada. Sé que mi primo jamás me la jugaría de esa manera sabiendo lo que siento por Samia. ¿Pero porqué Mariola afirma que pasaron la noche juntos Samia y Marcos? Será verdad, o solo es una mentira porque Marcos ha puesto fin a la relación.
De pronto veo que pasa mi primo con una sonrisa como si le hubiera tocado la lotería.
Me acerco hasta donde se encuentra discutiendo con Mariola. Lo saco de ese embrollo dejando que Mariola siga gritándole e insultándole.
Sin andarme con tapujos le formulo la pregunta si es verdad que pasó la noche con Samia.
SAMIA:
Creo que ha sido la mejor noche que he pasado en toda vida. Sentir los besos, las caricias y esas palabras tan dulces colmándome de amor ha sido tan especial, tan fantástico que no quisiera lavar mi cuerpo para conservar su olor y sus huellas.
Pero como no soy una cerda, debo lavarme y verás ahora la que me va esperar con mi madre. Se me van a saltar hasta las lágrimas de la bronca que me espera.
Llego a la pastelería y veo a mi madre con una cara de enfado que si pudiera echar fuego por la boca seguro que yo estaría chamusca.
--Vaya horas de llegar.--Sabia yo que llevaba mucho tiempo cayada.
--Es-to...--Aver que excusa me invento.
--Toma. Lleva estos pedidos y date prisa que quiero irme a descansar.
Mi madre me entrega de mala leche los pedidos. La miro algo confusa, puedo suponer que no está enojada por haber llegado tarde, le debe pasar algo más. La dejaré que se tranquilice y después hablaré con ella.
Comienzo a cargar los paquetes en el furgón y me topo con Joel.
--Hola Samia que tal, te echo una mano te veo apurada.
--Si anda ayúdame a repartir estos encargos. Y de paso me das conversación.
--Vaya veo que te sirvo de gran ayuda.
Después de mi benriche con mi madre, le pregunto a Joel la dirección donde debemos dejar el pedido. Cuando Joel pronuncia la mansión de los Zisis, todas mis alarmas se disparan, presiento que no voy a salir bien parada de ese lugar. Aún recuerdo la última vez que estuve allí.
--Samia para que te pasas.--Me anuncia Joel sacándome de mis pensamientos.
Mi rostro cambia a más serio, mi cuerpo empieza a temblar comenzando asustarme.
--Esto Samia, te noto rara. Te puedo ayudar en algo.
--Mira Joel, en esta casa no soy bien reciba y encima traigo una guerra con mi mejor amiga, por lo cual tiramos los pasteles y salimos cagando leches.
--Tranquila, no estas sola. --Pero que cosa más rica de criatura. Fijo que se me ha tenido que quedar una cara de boba impresionante.
Toco la puerta y sale sonrisitas. Una de dos, o este hombre no se ríe para que no le salgan arrugas o es así de frío por naturaleza.
--Buenas tardes sígame para indicarle donde debe dejar las bandejas.
Sigo a sonrisitas hasta el jardín. Allí veo a Elian y Marcos discutiendo. Y como suponía yo me encuentro en medio de la disputa.
Me quedo quieta sin saber que hacer, mis pies parecen que se han quedado pegados y un temor se va apoderando de mi cuando todos los presentes clavan sus ojos en mí.
En poco tiempo se hace un corrillo y Ciara me agarra del brazo llevándome más al medio del corrillo.
Me siento tan nerviosa casi no atino a pronunciar palabra, en ese momento me siento como un animalillo que han acorralado para lastimarlo.
--Venga Samia, di que es mentira que no te acostaste con Marcos. Maldita estúpida gorda --Mariola hace amago de abofetearme, a pesar del pavor que siento consigo recuperar mi fortaleza y agarrarla antes de que su mano pare en mi cara.
--Shuss... Quietecita y métete las manos en los bolsillos. Acaso eres mi abuela para tener que darte explicaciones de mi vida.
--Marcos es mi novio y por tu culpa todo se ha acabado.--Gritaba desquiciada Mariola.
--¡¡¡Basta Mariola!!! No eches la culpa de tus actos a Samia--Le respondió Marcos furioso.
--Tranquila amiga. Segura estoy que Samia ha sido tan solo un pasatiempos para Marcos. No sé como te pones así.
--Para hacerle entender ha esta gorda estúpida que..
--Qué me vas hacer entender desgraciada. Que a pesar de estar gorda Marcos se ha acostado conmigo. Eso es lo querías saber. Que lo que tú no eres capaz de hacer otras si podemos.
--Eso no me cabe ni la mínima duda--El tono de Ciara sonaba a burla. Y por supuesto aquel comentario hizo gracia a todos. A todos menos a Elian y Marcos que me echaban una mirada asesina.
Me encontraba en un callejón sin salida, y lo mejor que podía hacer era retroceder y salir de allí cuanto antes. La interrupción de Ciara cortándome el paso consiguió que volviera a ser el centro atención. Aquella situación me estaba destabilizando, mis ojos miraban hacia Marcos o Elian suplicándole ayuda.
--Fíjate por donde Samia que pensaba que eras menos aprovechada, y por lo que veo te mueve bastante el interés del dinero.
Iba a responderle cuando Joel le respondió a Ciara.
--Habló la más indicada. ¿No Ciara? Pienso de que antes que te pongas a juzgar a los demás, mírate tú primero en el espejo, no solo para darte los tres kilos de maquillaje que llevas. Debajo está la verdadera tú. Mas quisieras parecerte a Samia. Tú aun quisieras nunca llegarías a ser como ella.
Arrea mi madre, pero este discurso lleno de rencor de Joel para Ciara no me lo esperaba ¿se conocen?
--Ay Ciara si hay otro que sabe que eres arpía, mira que callaico se quedado tu marido. --Comencé a reírme al ver el careto que se le había quedado a Ciara.
--Samia, ya he descargado el pedido. Pienso que es mejor que nos vayamos o aquí va arder Troya y tenemos las de perder.
Hice caso a Joel, después de lo que le dijo a Ciara y esa manera de defenderme, mi temor fue desapareciendo, me sentía más aliviada cuando él sacó la cara por mí. ¿Pero de qué conocía a Ciara?
No lo puedo evitar, soy muy cotilla. Y nada más arrancar el furgón y ponernos en marcha se lo pregunté.
--Joel, de qué conoces a Ciara. O sea mi ex mejor amiga, la traidora, víbora etc etc...
--Estabas tardando en preguntarme.
--Lo siento si me cayo reviento. Venga desembucha me mata la curiosidad.
--Ciara es mi ex--Pronunció muy despacio Joel.
--Tu ex novia. Bah, tampoco te habrás perdido mucho.
--No Samia. Mi ex mujer.
--¿¿Qué??--De la impresión tuve que pegar un frenazo que a poco me como el volante.
--¿¿Ciara tú ex mujer??
No podía salir de mi asombro. Ciara casada.
--Sí, Samia hace exactamente tres años que me dejé llevar por su belleza, guiándome por mis sentimientos cometí esa locura.
--Aaa. Pero como fue.
--Hacemos una cosa, te invito a una copa esta noche y te cuento la historia.
--De acuerdo. Podré sobrevivir con la intriga.
--Echo.--Joel y yo nos dimos un abrazo quedando en vernos en la disco.
Tras cerrar la pastelería, sentía mi cuerpo agotado, sin fuerzas. Necesitaba dormir más que el comer.
Llamé a Joel para decirle que no iba a poder quedar. Empecé a buscar en mi agenda el número de Joel, pulse un número sin mirar, cuando detrás mío escuché la voz del desgraciado de Jesús Alberto.
Me quitó el móvil dándome un empujón.
--Vaya con la gorda asquerosa. Qué estas llamando al retrasado mental de la otra noche.
--Qué quieres gilipollas, no me puedes dejar en paz. ¿Eh?--Empecé a empujarlo haciéndome la valiente cuando en realidad tenía mucho miedo. Pánico de que me hiciera algo, sabía las intenciones de Jesús Alberto y no eran para nada buenas.
--Mi dinero, estúpida. Dónde está mi dinero.
--Ya te he dicho que no te voy a dar ni un euro. Lárgate imbécil y déjame en paz. --Mis lágrimas empezaron agolparse en mis ojos, necesitaba ser muy fuerte, demostrarle que soy valiente y puedo vencer todo reto que se me ponga por medio. Pero me equivoqué, notaba como mis piernas flaqueaban, mi respiración aumentaba ante su presencia de macho alfa. Me agarró de mi cabello con una mano y con la otra me rodeó mi garganta, intenté defenderme, le di patatas, y puñetazos, como si se los estuviera dando al aire. Se me había olvidado lo fuerte que es, y de un bofetón acabé en el suelo con mi labio partido.
--Deja a mi hija ahora mismo.--Vi como mi madre empezó hacerle caras a ese desgraciado.
--Quiero mi dinero, lo que es mío.
--Qué también me vas a pegar a mí cobarde. Ponle una mano a hija encima y te juro que no respondo.
--Ja ja ja. Celia no te hagas la heroína que con una cachetada que te de acabas como tu hija.
Al sentir como amenazaba a mi madre me fui para él dándole un puñetazo en el estómago con todas mis fuerzas. Aunque alguien ya le había golpeando antes dejándolo tirado retorciéndose del dolor
Aprovecho ese momento para descargar toda mi rabia que llevaba contenida durante tiempo en darle patadas, puñetazos sin parar como una loca, vengándome por todo el daño que me causó. Ahora se encontraba él tirado en el suelo recibiendo mis golpes, los de mi madre, Paquita y Consuelo con los bolsos.
--Para Samia lo vas a matar.--Sentí como alguien me agarraba de mi cintura tirando de mí hacia atrás.
--Déjame que lo remato, te juro que lo mato.--Grité rabiosa al mismo tiempo que mi cuerpo temblaba. Ya no pude más y acabé desvaneciéndome en los brazos de Marcos.
El intentaba tranquilizarme mientras mi madre hablaba con la policía. En los brazos de Marcos me sentía protegida a salvo de todo y noté como mi organismo se calmaba.
--Estás bien Samia. He venido cuanto he recibido tu llamada. --Marcos volvió abrazarme pude comprobar que estaba preocupado y enojado. Tuve que haberme equivocado al marcar. Pero doy gracias por ese error para que fuese Marcos quien me consolase y defendiera de ese desgraciado.
Tras haber hablado con la policía, le presenté a mi madre a Marcos. Ya es hora de contarle que amo a este maravilloso hombre.
--Mira mamá este es Marcos Zisis, el hombre que quiero. --Mi voz sonó con timidez.
--Encantado. Mucho gusto en conocerla.--Le extendió la mano Marcos a mi madre, pero ella se mostró fría.
--Igualmente soy Celia.-- Entonces me percaté de la manera de hablarle mi madre a Marcos y como lo fulminaba con la mirada. Eso en ella no es habitual. Continuemos hablando sobre lo ocurrido, y mi madre seguía hablándole con tirantez comportándose de una manera algo extraña e inusual en ella. ¿Qué le pasaba a mi madre para que se comportarse así con Marcos?
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Que tal como se encuentran querid@s lectores. Yo acabo de terminar el capítulo con un final un poco dudoso. ¿Por que se porta Celia tan fría con Marcos? Lo iba a escribir en este pero he pensado que para alargarla lo escribiré en el próximo capítulo, prometo que va ser emocionante, esa es mi idea. 😄😊 Espero que le guste este capítulo, ya me contaran que tal les ha parecido. Vuestros comentarios me ayudan mucho y os lo agradezco.
Aprovecho para dar la bienvenida a mis seguidores y a todos aquellos lectores que se toman un ratito de su tiempo en seguirla. Muchas gracias. Bienvenidos. Y no me olvido de agradecer a tod@s los lectores que la siguen y con sus votos y comentarios me ayudan. Muchas gracias.😘😘😘
Tardaré unos días en actualizar, pido disculpas pero deseo que entendáis que escribo más historias y necesito un día por capítulo. Os agradezco vuestra paciencia y gracias por entenderlo.
Aquí os dejo un adelanto. Que tengáis un estupendo día. Chao lectores.😘😘😘
***Mian Jollel ***
En el próximo capítulo:
Samia empieza a mosquearse con su madre por el trato tan poco cordial que le ha dado a Marcos. Ambas empiezan a discutir y Samia se marcha de su casa.
Días después llega un policía con una orden de que deben desalojar el local. Samia se altera y empieza hacer preguntas de porqué la desalojan.
A solas, su madre le explica lo sucedido. Samia no puede creer lo que su madre le ha confesado.
Tras descubrir la verdad Samia se enfrenta al causante de sus problemas.
Continuará....
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