Prólogo
En él santuario
Diez de la mañana.
¿Un error? él jamás podría llamarlo, un estorbo tampoco porque desde que se enteró que lo llevaba adentro se ilusiono mucho con él. Tal vez él culpable de su miserable unión a la fuerza de eso sí podría culparlo.
esos eran los pensamientos de Milo en ese momento que estaba de frente a frente mientras su diosa las veía con mucho enojó.
Milo: lo siento mucho pero yo no me voy a casar con él...
Camus: yo menos sólo fuiste un simple juego para pasar la noche Milo.
Athena: pues me vale una y dos con sal ambos deben de saber que un bebé es una gran responsabilidad así de que de que se casan porque se casan...
Caballeros: Si Señorita... - dijeron con molestia.
Pero que había pasado para llegar a todo ésto bueno lo veremos con forme pase la historia.
Continuará...
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