El pollito que conoció a su madre en sueños;
Me pregunto donde, ¿dónde te he visto?
Tu sonrisa es tan familiar para mí
Pero no puedo recordar
Ah~ En mis sueños
En mis sueños, te he conocido en mis sueños
Con tu sonrisa que es tan dulce como la miel
Eres tú, la única que veo en mis sueños
De lo primero que se da cuenta es que se encuentra debajo de un árbol, no esta seguro de como ha llegado ahí pero agradece que el follaje es lo suficientemente grande y grueso como para que los rayos del sol no lo alcancen. Solo algunos se escapan de entre las ramas, pero no pegan directamente a su rostro, caen en partes del pasto cercas y alejadas de él, esquivándolo a la perfección.
Se apoya en sus codos y lo que primero que observa es que su alrededor es una gran extensión se pastizal con algunos arboles acompañándole a lo lejos. El aroma a roció inunda el lugar, y SeHun casi puede distinguir el aroma a botones de oro a la lejanía, una mezcla un tanto extraña pero agradable que lo tiene respirando profundamente y tirando todo el aire junto a su cuerpo al dejarse caer al pasto.
Se pregunta si se encuentra lejos de su hogar, si habrá caminado hasta ese lugar dormido o los demás niños lo llevaron hasta ahí en parte de una broma. Cualquiera podría ser aceptada, pero por el momento ninguna de esas situaciones podría importarle menos a SeHun cuando una ráfaga de aire empieza a golpear delicadamente contra sus mejillas; que se encontraban calientes, y meciendo ligeramente el follaje del arbol.
SeHun piensa que se encuentran bailando, el árbol meciéndose al ritmo que lo lleva al viento de un lado a otro y eso hace que una pequeña sonrisa de forme. Levanta ambos brazos y forma sus manos en puños, para luego levantar el dedo indice de cada una y empezar a mecerlos de un lado a otro como si se tratara de una batuta, imaginándose que se encuentra dirigiendo su propia orquesta para que el viento y el árbol sigan bailando al compás de sus dedos.
— ¿Qué estás tocando?
Y toda la orquesta sinfónica de SeHun se ve interrumpida en su momento cúspide cuando una voz que no es la suya lo saca de su ensoñación, logrando sacarle un grito que lo hace rodar y quedar boca abajo. Volteando su rostro rápidamente hacía donde venía la voz.
Es una niña, oh, bueno, es una mujer. SeHun parpadea un par de veces para tratar de ver si no se trata de algún espejismo o algo por el estilo, pero la figura de la mujer inerte frente a él, mirándole con una sonrisa desde su lugar. Una bonita sonrisa si se le permite decir a SeHun.
Su cara era bonita, sus mejillas teñidas de rosado y sus labios todavía curvados en esa linda sonrisa que le empezaba a gustar tanto a SeHun. Vestía un vestido de color azul que cubría sus brazos, mientras que una de sus manos descansaba en su regazo y con la otra se apoyaba en el césped, con su cabello cayendo encima de su hombros, su mechones que se movían ligeramente al compás del viento; ahora el viento bailaba con ella.
SeHun se levanto con ayuda de sus manos y codos y se sentó con las piernas cruzadas al estilo mariposa a una distancia prudente de la mujer. El viento seguía jugando con su cabello y era inevitable para SeHun el mover sus dedos indices e imaginar que dirigía una orquesta para acompañar a tan peculiar pareja de baile. Sus dedos van de arriba hacía abajo, de un lado a otro, rápidos y luego lentos. Los ojos de la mujer lo miran con un brillo que no puede identificar, pero le gusta ser mirado de esa manera,y ahora él se encuentra sonriendo.
—Estoy dirigiendo una orquesta —su voz sale suave y un tanto tímida, la mujer sonríe más grande y la calidez dentro del pecho de SeHun empieza a darle un cosquilleo en su garganta —, para que el viento y tu cabello bailen, mamá.
No sabe de donde ha sacado la palabra, pareció deslizarse perfectamente de sus labios al momento de decirla y es que pareció natural al momento de dirigirse. Ha escuchado hablar a sus amigos y a otros niños de las mamás. Y SeHun quiere una mamá, porque son lo mejor del mundo.
Una mamá que le abracé cuando llegue cansado de la escuela. Que al abrazarla se sintiera cálido y que sus manos acariciarán su cabello y le murmurarán palabras de aliento por su arduo trabajo.
Una mamá que le dejará salir a jugar con sus amigos, y cuando se sintiese cansado, al ir con ella le tuviese preparado algún refrigerio y agua para recuperar sus fuerzas.
Una mamá que le cure el dolor de cualquier herida. Que lo sentará en su regazo cuando llegará a ella raspado de las manos o pies, le colocará alguna curita y lo meciera en brazos para calmar su dolor y calmarlo con los latidos de su corazón.
Una mamá que le recibiera con su platillo preferido para la cena y le preguntará como le había ido en su día, escuchándole atenta a cada palabra que saliera de su boca con total adoración con una bella sonrisa en sus labios.
Una mamá que le ayudé a bañar y a cambiar al momento de prepararse para ir a la cama. Preparándole un baño de burbujas con agua calientita, y que al salir, su pijama ya estuviera preparada para después de secarse, poder usarla.
Una mamá que lo llevara en sus brazos a su cuarto, recostarlo en la cama, y arroparlo. Con ella a un lado suyo, acariciando sus cabellos y asegurándose que la cobija le cubría de los pies a la cabeza.
Una madre que revise que no hubieran monstruos debajo de la cama, ni dentro del armario. Que se asegurará de dejar una luz encendida y le tendiera su peluche preferido a la hora de dormir.
Una mamá que antes del salir de la habitación, se detuviera ante el llamado de SeHun y aceptase su petición de una historia antes de dormir. Qué se sentará a su lado y empezará a narrarle historias donde el sería el personaje principal, encarnando a guerreros luchando contra bestias feroces y rescatando a alguna princesa. Que su voz variará al momentos hacer las voces de cada unos de los personaje, y recreará con sus muñecos de acción o los peluches, las batallas épicas que los personajes representarían. Donde terminarían con un final feliz y al final le dijese «Colorín colorado, este cuento se ha acabado».
Una mamá que le mirase a los ojos y antes de que SeHun los cerrará, le murmurará un «Te amo, mi niño» y le diera un beso de buenas noches en su frente, dejando a SeHun con el corazón lleno, el corazón contento.
Y a la mujer no parece molestarle en lo absoluto, al contrario, ahora se encuentra gateando y acercándose más cerca de SeHun hasta colocarse a un lado y colar un brazo encima de sus hombros y traerlo a un abrazo. Es cálida, su brazo cerniendo alrededor suyo y los latidos de su corazón acompañando a la orquesta imaginaria de SeHun.
— ¿Te gusta mi cabello, mi niño? —Una de sus manos toma un mechón de su pelo y lo enreda en su dedo indice.
—Me gusta mucho, mamá, es muy lindo. —Y con la misma mano en la que tenia enredado el mechón de su pelo, la lleva hasta la mejilla del menor, apretándola suavemente con sus dedos pulgar e indice, recibiendo un puchero de SeHun.
Ahora la mano cambia de rumbo, se desliza suave por su mejilla hasta que los dedos de la mujer se encuentran con su cabello y se entierran dentro de sus hebras, acariciando las y acomodándolas, tratando de peinar el cabello de SeHun. —Y tu cabello también es muy lindo. Es tan obscuro como la noche, las estrellas podrían caer en tu cabello y creerían que sigue siendo la noche.
— ¿Eso es bueno, mamá, te gusta? —Las caricias que su mamá deja en su cabello son suaves y relajantes, lo tienen como si se tratase de un gatito, inclinando su cabeza tratando de obtener más de ellas y una risa escapa de los labios de su mamá. Le gusta mucho la risa de su mamá
—Me encanta, mi niño —Los dedos de su mamá siguen haciendo magia con su cabello y el sueño empieza a golpear sus ojos.
El aire golpea de manera suave y refrescante su cuerpo, es una combinación perfecta junto a la calidez del cuerpo de su mamá. Se siente somnoliento y su madre parece notarlo, que ya en menos de un segundo, recuesta su cuerpo en el pasto, colocando su cabeza encima de su regazo y continuando con las caricias.
Desde su lugar SeHun puede ver como los cabellos de su madre siguen bailando con el viento, son pequeños remolinos que van de un lado a otro, de arriba hacia abajo y en distintas direcciones de una manera tan especial, que pareciera arrullarlo.
— ¿Vas a estar cuando despierte, mamá? —Habla a duras penas, la pesadez se vuelve demasiado en sus ojos y ahora su boca se estira en un bostezo, sacando otra sonrisa a su mamá. SeHun no quiere perder ningún instante de ella.
—Te lo prometo, mi niño.
Y todo se vuelve negro para SeHun, llevándose como último recuerdo la sonrisa de su madre.
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+ Yo la neta ya quería empezar a publicar esto, tal vez mañana publique lo que sigue.
+ SeHun es un pollito.
+ KeithLt me dijo que nunca escribo nada bonito. Y también me hablo feo la otra vez.
vuelve el perro arrepentido, con sus miradas tan tiernas, con el hocico partido, y con el rabo entre las piernas.
+ Denle las gracias a Juanes, seguí esto solo por él.
https://youtu.be/yWkQbrfSvfs
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