capítulo 15
Otra semana había pasado y la búsqueda se dificultaba mucho más, no habían nuevas pistas de Angela que pudieran agilizar la búsqueda y la desesperación ya estaba a un punto alto; la familia y amigos cercanos de la rubia habian salido todas las noches a indagar, buscar pistas de perrera. Lo único que recaudaron, fue que perrera estuvo 3 años de carcél teniendo a penas 13 años; no era de muchos amigos y siempre se fue metiendo en mucho mas problemas en los cuales solo 1 vez entró a prisión, la impotencia de no poder ayudar mas a la investigación los agobiaba.
Aunque en ese tiempo la justicia no era muy brava con los menores de 18 años.
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Había estado tanto tiempo encerrada, que su piel ya parecía necesitar un poco de los rayos del sol; su piel ya estaba perdiendo su palídes natural y eso ya era para preocupar, debajo de sus ojos habían ojeras que ahora llamaban la atención de todos. No dormía hace días y eso hacia que su cuerpo estuviera debíl, tenia pesadillas cada noche y esas pesadillas le mostraban que nunca sería encontrada por su familia; le dolía tanto el pecho al pensar en eso, pero estaba segura que su hermano no se cansaría de buscarla.
Todas las tarde se apoyaba en la pared mirando por la ventana, deseando y soñando algun día tener su libertad de vuelta; no sabía porque habia cedido en el beso con perrera, el no era a quien verdaderamente amaba.
No podría estar cayendo en el sindrome de estocolmo, ¿o si?
Deseaba más que nada la libertad que alguna vez tuvo, abrazar a su hermano, bromear con raphael y por fin declararse a donatello; le habían arrebatado la oportunidad de poder tener una pareja, ser feliz.
_hola cariño....
Ese es el apodo que perrera había optado para la rubia, angela casi se había acostumbrado a el pero aún asi le incómodaba la ver que ese apodo no se lo decía quien ella quería que se lo dijera.
_¿te parece ir a caminar?_ preguntó, angela no contesto_ vamos, ¿estas molesta?
_no quiero, solo quiero irme_ alegó sin mirarlo se sentía muy presionada
Perrera se acercó a angela tomandóla de la cintura, besó el hombro descubierto de la rubia provocandóle un pequeño escalofrió; ángela ni se inmutó ante esa acción, perrera siguió besando el hombro subiendo hasta el cuello de la muchacha.
_ya no te enojes_ le susurro conrra la piel_
Angela se dio vuelta quedando frente a frente, perrera la observo atentamente saboreandóse al ver los labios de la joven; sin pensarlo, se besaron.
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Donatello suspiró.
Era muy agotador, no habían nuevas pistas de Angela y los polícias parecían querer abandonar el caso; no era justo que quisieran abandonar a Angela a su suerte, ella era fuerte, pero a manos de perrera dudaba que tan fuerte podría ser su amiga.
Por temas de seguridad los policías no dejaban que los familiares de la rubia ayudarán en la busqueda, pero de igual manera lo hacían a escondidas y en los horarios en que sabian que la policía dejaba de buscar.
Aunque tuvieran muchos más refuerzos para la busqueda, y que tuvieran demasiadas pistas para encontrarla; la policía no quería que intervinieran los familiares o entorpecian la búsqueda.
Continúara
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