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2

Christian estaba estresado de eso estaba más que en evidencia.

Salió de su oficina, por un poco de café, era como el quinto que se tomaba en lo que iba de mañana y eso que eran como las nueve.

Paso frente al escritorio de su secretaria que le sonrió con cariño, la mujer de verdad era todo un amor, lástima que él era tan amargado. Pero para sorpresa de ella el le devolvió una media sonrisa.

—¿El jefe se sentirá bien?— murmuraba ella para sí mientras acomodaba la agenda de su jefe mientras cambiaba las citas de ese día para mañana.

Entro en el comedor de la empresa y desde la entrada pudo ver a más de uno sentado chismeando o metidos en sus teléfonos.

Con el ceño fruncido, ese que siempre tenía entró por su café.

Los murmullos se callaron, los que estaban en sus teléfonos rápidamente los escondieron. Como si él no se hubiera dado cuenta ya.

Pero estaba tan estresado y molesto por la fulana cena de esa noche que ni ánimos tenía de reclamarles a esa cuerda de flojos que fueran a trabajar.

—Hagan como que no estoy aquí — hablo mientras se servía su café. — como si no fuera su jefe— se sentó en una de las sillas cerca de la ventana con vista al exterior.

Los que estaban en el comedor poco a poco fueron saliendo dejándolo con unos pocos, algunos jefes  de marketing y de contabilidad que estaban desayunando.

Su café estaba a punto de terminar cuando Aarón entro con una sonrisa como el gato de Alicia en el país de las maravillas.

—Ya tengo el traje para la cena de compromiso — vocifero antes de llegar a él.

Christian rodó los ojos ¿Ahora que se tramaba este Estupido?

Los que estaban presentes se impactaron al escuchar aquello.
Pero los murmullos no se hicieron esperar y Aarón tuvo la dicha de escuchar lo que decían y más su sonrisa se amplió.

—¿Christian está comprometido?— preguntaba una administración

—¿Desde cuándo?

—¿Quien será la afortunada?

—Desafortunada será.

Llegó junto a su amigo y le palmeó el hombro.

—¿De que hablas?— gruñó Christian dándole un último sorbo a su café.

— Está hecho a la medida justo para la ocasión. — saco el teléfono de su bolsillo y le mostró la página de una app de citas, Se busca esposa, se llamaba.

Pellizcó el puente de su naríz al ver que el enfermo de su amigo le había creado hasta un perfil y todo, en la foto de perfil con el torso desnudo y sudado con una camiseta negra y una toalla alrededor del cuello y de fondo las máquinas del gimnasio ¿Cuando le había tomado esa foto? ¿Y por qué tuvo que ponerla? Aarón de verdad que lo sacaba de quicio.

—En fin, ya puedes respirar en paz. Y... De nada.— le dijo a Christian sintiéndose realizado, había hecho de Cupido y no iba a negar que eso lo emocionaba mucho.

—¿Te volviste loco?— le devolvió el teléfono después de ver con quién él estaba siendo emparejado.

La chica que figuraba no era fea para nada, era una castaña muy linda, delgada y con una sonrisa coqueta. Pero ¿Quien no le decía que no era una foto falsa? En esas app siempre colocaban fotos de personas diferentes hasta creadas con inteligencia.

—Pues no, está hecho a la medida y con una diseñadora reco...

— Te estoy hablando de esto— Señaló si teléfono

—Ah eso, no y... — vio su reloj y se acercó un poco más a él — tienes una cita con ella en diez minutos

—¿Que?— pregunto sorprendido.

Aarón se levantó de su lugar.

— Te mando la dirección por WhatsApp, voy a trabajar o mi jefe me va a despedir por estar escuchando conversaciones ajenas  — elevo la voz para que las mujeres que estaban unas mesas próximas a ellos escucharan, eran unas verdaderas chismosas. Sabía que el chisme correría como pólvora antes del mediodía y antes de llegar la noche llegaría a los oídos de los padres de Christian, si, no podía perderse esa cena de... Compromiso.

Uno minutos después un mensaje entro a su teléfono, era de Aarón diciéndole el lugar de encuentro con la mujer misteriosa.

Estuvo a punto de insultarlo por un mensaje cuando recibió un mensaje de su madre.

"—No faltes esta noche"— decía el mensaje.

¿Que locura se tramaba su madre? ¿No entendía que el no quería casarse con ninguna de las hijas de sus amigas? Eran mujeres vanidosas y con la cabeza hueca.

¿Que podía perder no llevaba a esa chica a la cena? Lo más probable era otra vez el fastidio de su madre como por tres meses hasta que aceptara salir con alguna mujer que ella creyera apta y el tratando de sacarsels de encima.

No, no quería eso.

Le envío un simple "OK" a Aarón y un "Llevaré compañía" a su madre.

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