XXX: "Mi familia: el final"
7 años después...
—Artemisa, mi amor, apúrate o llegarás tarde —Louis llamó a su hija mientras revolvía algo en una sartén.
Una niña de largas trenzas castañas y enormes ojos verdes llegó sonriente a su lado.
—¡Mira, mamá! se me cayó un diente —Artemisa pasaba la punta de su lengua por un agujerito.
—¡Que bueno! debemos dejarlo debajo de la almohada para que el ratoncito de los dientes te traiga dinero.
Artemisa rio en alto antes de sentarse en uno de los lugares de la isla. Harry llegó acomodándose la camisa, besó la frente de su omega y se sentó al lado de su hija.
—¿Terminaste tu discurso, bebé? —Harry inquirió mientras bebía un sorbo de su café.
—Sí, papi. Es el mejor discurso de todos.
—No lo dudo, ten por seguro que estaremos ahí para oírte.
La cosa estaba en que la pequeña Artemisa, de ahora 8 años, ya estaba en segundo grado de primaria y tenía una tarea sumamente importante, debía escribir sobre su familia para leerlo en un acto escolar. Sus hermanos quisieron ayudarla pero ella se negó, quería que fuera una sorpresa.
—Despidete de mamá, bebé.
—¡Adiós, mami! nos vemos en un rato —Louis se agachó para que su hija besara su mejilla.
—Adiós, cachorrita. Nos vemos en el acto.
—Nos vemos luego, mi amor —-Harry besó sus labios por varios segundos y se retiró con una sonrisa.
—Que tengan un bonito día, los alcanzó en la escuela.
Padre e hija se fueron de la mano y Louis se quedó solo. Mientras ordenaba todo lo que habían utilizado en el desayuno le llegó una nostalgia repentina. Sus hijos mayores se habían ido de la casa hace tiempo. Ares había encontrado un bonito departamento en el centro de Londres y viajaba con frecuencia a diferentes partes del mundo para exponer sus obras.
Por otro lado, Apolo se había ido a vivir con Evan a una espaciosa casa un tanto alejada de la ciudad. Hace tiempo que el alfa había sido introducido a la familia y la verdad era que a todos le había parecido muy dulce. Estaban hablando de enlazarse pronto pero Apolo primero quería obtener un poco más de reconocimiento como abogado antes. Se amaban y eso era lo importante.
Atenea continuaba estudiando su especialización en neurocirugía. Se había graduado con honores de la universidad haciendo a sus padres llorar de orgullo. No había vuelto a presentar a ninguna pareja pero así estaba bien, quería concentrarse en sus estudios y trabajo.
Todos sus cachorritos habían triunfado y Louis era el más feliz de todos, aunque en el fondo extrañaba tenerlos en casa correteando y gritando. Ahora solo estaba Artemisa, quien se encargaba de que sus hermanos cumplieran cada uno de sus caprichos a toda hora y satisfacer los enojos diarios que sus padres antes lidiaban con los tres cachorros mayores.
Se apuró a bañarse y cambiarse para después tomar las llaves del auto y conducir hasta la escuela de Artemisa. Demasiados padres aguardaban en la puerta para ingresar y el lobo de Louis se llenó de orgullo al saber que su niña había sido la seleccionada para leer su discurso en frente de todos ellos.
—¡Pequeño! —Harry llegó con sus rizos desordenados por el viento. Le sonrió con sus hoyuelos marcados antes de tomar su cintura y besar castamente sus labios.
—Alfa, ¿los niños ya llegaron? —inquirió.
—Ares y Atenea sí, todavía faltan Apolo y Evan. ¿Entramos?
—Vamos.
Caminaron entre las personas hasta la primera fila de sillas, necesitaban ver a su bebé en primer lugar. Louis besó las frente de sus cachorros alfas y se sentó a un lado de ellos. Pronto entraron en una conversación sobre uno de los últimos cuadros de Ares y el tiempo pasó volando.
—Lamentamos la tardanza, el tráfico era un caos—Apolo llegó en un bello traje sastrero y tacones. De su mano, su sonriente alfa lo acompañaba.
—No te preocupes, llegaron a tiempo. Hola, Evan.
—Hola, señores Styles.
Iban a incluirse en la conversación cuando una maestra llamó la atención de los presentes con dos firmes golpes al micrófono.
—Buenas tardes, les damos la bienvenida al acto por la familia. Tendremos diferentes números protagonizados por nuestros estudiantes. Esperemos que disfruten cada uno de ellos.
Una ronda de suaves aplausos se escuchó y luego un sin fin de grupos presentándose.
Louis apresaba la mano de Harry, manteniendo la unión sobre su propio muslo. Apolo descansaba su cabeza sobre el hombro de su alfa, Ares mantenía los brazos cruzados sobre su pecho con una sonrisa de lado y Atenea sacaba fotos de todo.
—Le damos la bienvenida con un caluroso aplauso al último número. Ella es Artemisa Styles-Tomlinson, estudiante de segundo grado, quien nos leerá un discurso sobre su familia.
Ares llevó los dedos a su boca para silbar con fuerza mientras sus hermanos aplaudían y victoreaban.
Artemisa subió al escenario. Se posicionó delante del micrófono a la vez que retorcía sus deditos entre ellos producto del nerviosismo.
Fijó sus ojos brillantes en cada integrante de su familia, encontrando en ellos la seguridad suficiente como para comenzar a hablar.
—Mi familia es lo más importante para mí, es grande pero todos nos amamos. Mi hermano Ares pinta dibujos grandes grandes y mucha gente les toma fotos —el alfa menor rio por la ternura que le generaba, siendo acompañado por el resto de la multitud— ¡mi hermano Apolo es como un superhéroe! defiende a las personas de los malos.
Apolo sonrió en grande mientras recibía un apretón en su mano por parte de su alfa.
>> Mi hermana Atena cura como en las películas y me enseñó que todas las mujeres somos fuertes —Atenea asintió con una sonrisa de orgullo— mi papi Harry es el mejor... también cura personas y mi mamá Lou me da muchos besos y ayuda a quienes lo necesitan. Todos me aman y yo los amo. Me gusta que me lean historias, que vayamos al parque y cuando construimos fuertes con mis hermanos.
Todos sonreían enternecidos por la niña.
>> ¡Darles besos y abrazos es mi cosa favorita! y cuando papá y mamá bailan en la cocina... ellos creen que no los veo pero sí lo hago.
Louis tenía las mejillas enrojecidas. Harry solo rio antes de besar su frente castamente.
>> ¡Gracias por ser los mejores el mundo! ¡los amo!
Artemisa terminó su discurso recibiendo a cambio aplausos a montones. Toda la familia Styles-Tomlinson se puso de pie para victorear a la niña, quien enseguida bajó de la tarima y corrió hasta los brazos de sus padres.
—Eso estuvo muy hermoso, mi amor —Louis besó su mejilla luego de que Harry la cargara en brazos.
—¿Les gustó?
—¡Mucho!
Todos felicitaron a Artemisa, decidiendo que lo mejor sería ir a cenar todos juntos al que siempre sería su hogar.
La casa Styles-Tomlinson seguía igual que siempre, ni Louis ni Harry se habían atrevido a cambiar nada por lo que las habitaciones seguían en las mismas condiciones, obviando el hecho de que ahora nadie las utilizaba.
Mientras Harry con ayuda de Ares preparaban la cena, Louis, Atenea y Artemisa jugaban en la sala con algunas muñecas y carritos de la niña. Por otro lado, Evan había cedido a los encantos de su omega, quien había insistido en volver a ver una vez más la habitación de su yo adolescente.
Apolo pasó la punta de sus dedos por una de las repisas, la melancolía corriendo por su sistema. Su mamá Lou no había movido nada, recordando que el Apolo adolescente se habría enojado si alguien tocaba sus cosas sin permiso. Sintió los brazos de su alfa rodeandole la cintura y la respingada nariz haciéndole cosquillas en la base de la nuca.
—Está todo tal como lo recuerdo... parece que me fui ayer y ya pasaron cuatro años —Apolo murmuró.
—¿Te acuerdas la primera vez que nos escondimos aquí? —susurró Evan dejando besos por toda la extensión.
Apolo asintió a la vez que se daba la vuelta para afianzarse al pecho de Evan. Empezó a besar el cuello del alfa sintiendo como el rumor de un gruñido se formaba.
—Mmm... Apolo, detente. Estamos en casa de tus papás y el señor Styles y Ares están abajo —jadeó entre risitas el alfa sintiendo como el aroma de su omega se intensificaba con el pasar de los segundos.
Dicho y hecho, a los segundos la puerta se abrió de golpe y Artemisa ingresó a los saltitos.
—Papá dice que la cena está lista —la niña se detuvo en medio de la habitación sin comprender porque el aroma de su hermano estaba tan dulce.
—Enseguida vamos, Arti—Apolo se despegó de su pareja con las mejillas sumamente sonrojadas mientras intentaba aplacar sus rebeldes rizos.
La niña asintió y volvió a dejarlos solos. Evan rio a sus espaldas, ganándose a cambio un golpe en el pecho.
Una vez recompuestos, bajaron tomados de la mano. Ares frunció el ceño apenas los vio pero prefirió no cuestionar nada.
El omega menor tomó asiento entre su hermano y su alfa, creando así una escena un tanto incómoda. Por más que Ares aceptara a la pareja de su hermano desde hace años, y en el fondo realmente le agradaba, le resultaba extraño imaginarse a el pequeño ser manteniendo algo de ese estilo... carajo, no quería pensar que se lo follaban. Ares se sacudió ante eso, definitivamente no quería esa imagen en su mente.
—¡Lasaña de papá! —chilló Artemisa emocionada desde la punta de la mesa.
—La favorita de mi princesa —Harry dejó el molde sobre la mesa y tomó su propio lugar.
La cena se desarrolló con bastante tranquilidad. Apolo comentó con su madre el nuevo caso que estaban tratando, y por más que Louis empezaba a retirarse lentamente del ejercicio, no pudo negarse a contribuir. Atenea, Harry y Evan charlaban sobre una especie de caso médico raro que la verdad era un tema asqueroso para tratar en la mesa pero a ninguno de los tres parecía importarle, y por último, Artemisa y Ares intercambiaba opiniones sobre arte. No por nada el alfa menor había apodada a su hermanita de ese modo.
Esa era su familia, pensó Louis. Eran las risas cantarinas. Las peleas por quien tomaba primero el postre. Los besos por todos lados y a todas horas. Eran los consejos y las lágrimas. Los abrazos esporádicos y las fotos para no olvidar... Se amaban y se acompañaban y por más que ahora cada uno estuviese construyendo su propio hogar y que posiblemente en un futuro la familia se continuaría expandiendo siempre estarían para el otro.
El tenedor de Harry cayó con fuerza sobre su plato creando un fuerte estruendo frente a lo que había oído, ¿se agranda la familia?
Fin.
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Y llegamos al último capítulo de esta hermosa historia 😭
me entristece darme cuenta que llegó a su fin y que pronto las actualizaciones se detendrán (luego del epílogo y los extras) pero es necesario darle un cierre a hermosas etapas para que otras nuevas puedan ser abiertas...
adoro a cada uno de mis lectores, gracias por acompañarme en cada paso y espero mantenerlos a mi lado por mucho más tiempo! las historias nunca dejan de surgir en mi mente jajaja
durante la semana se irán publicando los extras, ya que me faltan pulir pequeños detalles. Sé que les había prometido maratón por los 100K y la tendrán, solo demen un par de días más.
nos leemos pronto! ❤️
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