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XXI: "A veces los adelantos suceden"

Harry rascaba el cuero cabelludo de Atenea, quien se encontraba con la cabeza recostada sobre su regazo y profundamente dormida. Apolo y Ares estaban sentados en un sofá frente a ellos de la misma forma. Había pasado una hora desde que Louis había ingresado de urgencia y todavía nadie se había tomado la molestia de ir a darles informes.

La desesperación de Harry corría por sus venas, todavía no podía sentir a Louis a través del lazo y eso solo podía significar que su omega continuaba inconsciente o que se sentía tan mal que había bloqueado la conexión.

Las puntas de sus pies se movían frenéticamente pero intentaba que sus piernas se mantuvieran en su lugar para no despertar a su hija. Si algún enfermero no venía a darle noticias en breve juraría que iría por ellas él mismo.

—Papi, ¿mamá? —murmuró Apolo desde su lugar todavía con los ojos cerrados.

—Lo están atendiendo, amor —Harry le respondió como pudo.

—¿Artemisa? —inquirió de nuevo.

—Esperemos que bien...

Harry sabía que era muy probable que la bebé estuviera bien, ya sea fuera o dentro de Louis, pero siendo médico y habiendo atendido tantas consultas de este estilo, también tenía presente el que su hijita podría haber sufrido alguna especie de trauma por falta de oxígeno.

Apoyó la cabeza de Atenea sobre uno de los almohadones para ponerse de pie, juraba que si se mantenía en la misma posición su espalda dolería.

Caminó por los pasillos aferrado a la manta que cubría sus hombros. Las pantuflas en sus pies generaban un sonido extraño dentro de tanto silencio mientras la voz de su esposo se repetía en su cabeza: "si algo nos sucede quiero que salves a Artemisa, yo ya cumplí todo lo que el destino quiso".

Quitó con rapidez la lágrima en su mejilla, esperando no tener que seguir las órdenes de Louis.

—¿Familiares de Louis Tomlinson-Styles? —un médico beta llamó.

—¡Soy su alfa! ¿cómo está? —Harry no lo reconoció. Tal vez había ingresado a la unidad después de que su licencia por el embarazo de Louis entrara en vigencia.

—El paciente está estable por ahora, en un par de minutos despertará pero, al estar inconsciente, necesitamos autorización de alguien cercano para realizar una intervención y sacar al cachorro lo antes posible.

Harry por fin pudo sentir como el aire regresaba a sus pulmones, tranquilizandolo al saber que Louis estaba fuera de peligro por el momento.

—¿Una cesárea? —inquirió con rapidez.

—Si usted está de acuerdo podremos hacerlo... no creo que el omega esté en condiciones de iniciar un parto.

—Aún le falta un mes para completar el embarazo...

—No se preocupe, el cachorro está casi desarrollado en su totalidad, lo pondremos en incubadora si es necesario pero no creo que lo requiera.

—Cachorra —aclaró Harry aún shockeado por la noticia.

—¿Disculpe? —el médico frunció el ceño.

—Mi omega está embarazado de una cachorra, Artemisa.

—Bien, lo siento. Entonces, ¿firmará?

Harry asintió antes de dejar caer sus hombros y seguir al médico hasta la recepción. Ahí llenaron varios formularios que autorizaban a realizar intervenciones quirúrgicas en Louis. Sin embargo, había accedido a esto siempre y cuando se le permitiera acompañar a su esposo en todo el proceso. Entraría a quirófano.

—Dejeme hablar con mis cachorros y enseguida lo alcanzo —el médico asintió— Ah... y llame al doctor Scott de obstetricia, es el encargado del embarazo.

El beta le aseguró que así sería, que el obstetra recibiría a su hija como hizo con los demás y luego se fue para preparar todo.

—Cachorros, Artemisa va a nacer hoy —Harry les sonrió lo mejor que pudo en un vil intento de tranquilizarlos— no hay de que preocuparse, a veces los adelantos surgen pero recuerden que todo tiene un motivo.

—¿Mamá estará bien? —Ares jugueteaba con sus deditos del pie sobre el impoluto suelo.

—Claro que sí —Harry besó las frentes de cada uno— ahora, avísenle a los tíos Niall, Zayn y Steven. Atenea, toma el auto y ve a casa a buscar las maletas de mamá y Artemisa, las necesitarán en poco tiempo.

—Tengo miedo, papá —Apolo aguantaba las ganas de llorar, su dulce aroma a caramelo agriado por la angustia.

—No hay nada que temer... yo estaré junto a mamá en todo momento. Ahora debo ir con él y pronto podremos conocer a Artemisa. Los amo, cachorritos.

Cada uno recibió un beso y un poco de aroma de papá antes de empezar con sus tareas.

Harry mentiría al afirmar que no tenía miedo. Por lejos este era el momento más aterrador de su vida, ni siquiera se le cruzaba por la cabeza como cambiarían las cosas si algo llegaba a pasarle a su omega pero confiaba en las capacidades de los médicos y en el destino. El maldito no sería tan macabro de arrancarle al amor de su vida tan repentinamente. Todavía le quedaba mucho por vivir al lado de su omega.

Llegó hasta el área quirúrgica y le entregaron una especie de bata, gorra para sus rizos, guantes y cubrebocas y zapatos. No podían arriesgarse a que algo se contaminara.

—Doctor Styles, puede hablar con su omega, está despierto y esperamos que así se mantenga por el resto de la cirugía.

Harry le asintió a la enfermera. Louis se veía tan diminuto sobre esa camilla, cubierto en la parte del torso por una enorme bata de hospital y su sedoso cabello escondido bajo la gorra. Se veía pálido, cansado y adolorido y Harry juró por su propia vida que nunca más estaría en esa situación de nuevo.

Louis le sonrió de lado cuando sintió su aroma dentro del lugar, siendo el suyo y el de su alfa los únicos que no quedaban ocultos por los supresores. Estiró una de sus manitos en su dirección y el alfa corrió a su encuentro.

—Alfa... —le susurró.

—Mi amor —Harry bajó levemente su cubrebocas para poder besar su mano, su marca, frente y labios, luego lo colocó en su lugar nuevamente— todo estará bien...

—Lo sé.

Louis cerró levemente los ojos mientras humedecía sus labios con la punta de su lengua. Tomó aire para hablar, detonando las pocas fuerzas que le quedaban.

—Salvala a ella —le dijo— por favor, alfa.

—No tendré que elegir —las lágrimas acumulandose en la garganta de Harry— confía en el proceso, los dos saldrán bien y podremos ver a nuestros cachorros ir a la universidad, jugar con Artemisa y ser felices. No te rindas, amor. No podemos vivir sin ti.

Una par de finas lágrimas escaparon de los ojos celestes. Louis asintió a eso, confiaba en la palabra de su alfa.

—No me sueltes.

—Nunca. Aquí me tienes.

—¡Hola a mi omega casi no embarazado! —el carismático obstetra irrumpió en la sala mientras se secaba las manos— ¿listos para conocer al cuarto de la manada?

Alfa y omega le sonrieron tanto como sus nervios y el cansancio le permitieron.

—Gracias por estar aquí, Scott —Harry le dijo.

—Siempre —le respondió con una sonrisa debajo del cubrebocas— ¡Bien, equipo, es hora de empezar con esto!

Louis estaba sedado de la cintura para abajo por lo que no podía sentir dolor alguno, solo tenía muchas ganas de dormir pero las suaves palabras de Harry y sus besos continuos se lo impedían. No podía relajarse del todo, le quedaba mucho por ver.

La cirugía duró alrededor de una hora. En algún momento tuvieron que transferirle sangre al omega porque estaba perdiendo demasiada pero pese a esto las dificultades se mantuvieron a raya.

Cuando todo parecía oscuro, frío y desolador; un estrepitoso llanto retumbó entre las cuatro paredes, haciendo que los ojos de todos los presentes se dirigeran en esa dirección.

—Papá, ¿haces el honor? —Jhon, el enfermero, le entregó unas tijeras.

Harry no podía parar de llorar pero luego de besar el dorso de la mano de Louis, se puso de pie y cortó el cordón umbilical de Artemisa.

La niña enseguida calmó su llanto al sentir el aroma de su padre, buscando inconsistente su protección. Fue depositada, en cambio, sobre el pecho de Louis desnudo, ya que el calor de una madre y cachorro era sumamente necesario para crear el lazo sagrado.

—Oh, alfa... mira que pequeña es —Louis sollozó con las pocas fuerzas que le quedaban.

—Justo como tú —Harry quitó su cubrebocas para poder besar a su familia con tranquilidad.

—Felicidades por la nueva integrante —Scott señaló— nos vemos en algunas semanas para su primera revisión.

Harry besó la frente su omega sin dejar de observar a la nueva integrante de la familia. Todo de ella lo tenía cautivado, desde sus ojitos cerrados, sus escasos cabellitos oscuros y mejillas regordetas. Era preciosa.

La bebé, al poco tiempo, fue retirada de la presencia de Louis haciendo que este gimoteara en desacuerdo, incluso llegó a gruñirle a la enfermera pero era necesario hacerle unas pruebas a la pequeña Artemisa para asegurarse que todo estuviera en orden.

—Ve con ella, no la dejes sola —le ordenó Louis.

Harry aceptó sin rechistar y se mantuvo cerca de su cachorrita durante todo el proceso. Al final del mismo pudo cargarla, ahora envuelta en un suave mameluco amarillito y un gorrito que apenas entraba en el dedo pulgar del alfa. Se sentía tan frágil entre sus manos... un trocito de cielo que su omega había partido de sus fanales para depositarlo en ese precioso ser.

Cada vez le sorprendía más lo que Louis llegaba a hacer. Cosas como dar vida, criar, acompañar y llevar adelante todo eso coronado con el amor incondicional no era algo que todo el mundo lograba pero el pequeño hombrecito castaño lo hacía ver cómo la tarea más fácil. No podría esperar otra cosa de alguien tan especial, casi irreal.

Harry arrulló a Artemisa contra su pecho hasta que la niña cayó en un profundo sueño, solo ahí se permitió olfatearla un poco. Olía fuerte, dulce y atrayente, era imposible determinar su casta desde tan pequeña pero él tenía sus leves sospechas.

—Doctor Styles, pasaremos al omega a una habitación para que continúe su recuperación. Solo podrá tener un par de visitas en la mañana y no más de una hora, debe descansar ante todo —una enfermera le dijo— puede subir con él para mantenerse a su lado, necesitará su calor y el de la niña.

—¿Pueden mis hijos acompañarnos? —Harry le preguntó sin despegar sus ojos de la naricita de botón de la cachorra.

—Claro que sí, eso sería fantástico en realidad.

La beta le sonrió una vez más antes de desaparecer para preparar a Louis. Harry se acercó hasta él, que ya dormía plácidamente.

—Nos vemos en unos minutos, mi fuerte omega —besó su frente y se encaminó hasta la habitación que les fue asignada con Artemisa aferrada a su bata.

Un tiempo después, cuando Louis ya se recuperaba en una habitación más calentita que el quirófano y en una cama digna, Harry estaba sentado a un lado en un sillón pequeño y Artemisa en sus brazos.

Dos golpecitos lo hicieron ponerse alerta, incluso llegó a mostrar sus colmillos, pero al percatarse de los aromas de Ares, Apolo y Atenea, su lobo se calmó visiblemente.

—¿Podemos pasar? —murmuró Apolo algo cohibido.

—Claro que sí, vengan a conocer a su hermanita —Harry susurró para no despertar a los bellos durmientes.

Los tres ingresaron a paso ligero pero chillaron de emoción al ver a la diminuta bebé sobre los enormes brazos de su padre.

—¿Puedo cargarla? —Ares preguntó emocionado.

Harry al principio lo dudo, más bien fueron sus instintos, pero confiaba en sus cachorros así que accedió. Le entregó a la niña con cuidado y enseguida Artemisa se acurrucó sobre los brazos de su hermano. Ares temía hacerle daño o que se cayera, realmente era muy chiquita.

—No temas, cachorro —Harry colocó una de sus manos sobre el brazo de Ares y lo acomodó para que la bebé estuviera más cómoda— deben recordar siempre mantener su cabeza protegida, sus huesos todavía no están del todo ensamblados y su cuellito no soporta el peso. Luego, ella misma buscará la posición más cómoda.

Ares asintió antes de ver como su hermanita soltaba pequeños suspiros y su naricita se arrugaba en busca del aroma a canela.

Apolo y Atenea se peleaban por quién sería el siguiente en cargar a la niña pero un suave susurró a sus espaldas los interrumpió.

—Mis cachorritos —Louis tenía los ojos entreabiertos y los miraba con todo el amor que tenía en su alma— vengan aquí, necesito sus aromas.

Todos corrieron a su encuentro, menos Ares que parecía caminar en cámara lenta con todo el temor del mundo.

Artemisa gimoteó al sentir a su madre cerca haciendo que el alfa se asustara. Sus padres rieron suave antes de que el omega estirara uno de sus brazos y tomara a la cachorra como si de una costumbre se tratara.

—Debo darle de comer, no sé si ustedes quieren quedarse o irse... —Louis ya se había sentado contra la cabecera de la cama con ayuda de su alfa.

El ambiente pasó a uno algo abochornado por parte de Louis, no era algo que le diera vergüenza pero no sabía si a sus cachorros los incomodaría. No debería, al fin y al cabo solo era la ley de la vida sin ningún tipo de connotación de otro tipo.

—Yo... ¿me puedo quedar? —Apolo susurró con cuidado.

—Claro que sí, amor —Louis le sonrió.

—Yo también quiero —Ares murmuró y Atenea asintió dando a entender que ella opinaba lo mismo.

—Todos pueden quedarse —concedió el omega con una sonrisa cansada— ahora siéntense a los pies de la cama. Alfa, detrás.

Todos obedecieron, apretándose para caber, al mismo tiempo que veían como su padre se se sentaba detrás de Louis para que esté apoyara su espalda en él. Todo pasó a ser más íntimo, Louis colocó a Artemisa en su regazo, bajó su bata y la niña pronto estaba bebiendo del él, nadie hablaba solo se dedicaban a admirar como el proceso de la vida se desataba frente a sus ojos.

Los aromas del caramelo, sándalo y menta, la canela, tierra húmeda y lavanda se entrelazaron con uno menos potente y todavía poco definido creando la atmósfera ideal. Apolo cabeceaba a punto de dormirse producto de la tranquilidad en la que su cuerpo se había sumido. Artemisa, en cambio, sí cayó entre los brazos de su madre al sentirse satisfecha, con la barriga llena y cubierta del calor de su familia.

Louis debía quedarse una noche más en observación, al igual que Artemisa, pero pronto comenzaría la vida en familia y al omega le entusiasmaba ver como sus hijos se desenvolverían.

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3/3 de la maratón.

por fin tenemos con nosotros a la pequeña Artemisa 😭

perdón su alguien soltó alguna que otra lagrimita *la autora* pero sentí que quedaba acordé y además nada malo ocurrió!!!

todavía quedan varios capítulos en dónde la dulce Artemisa convivirá con la familia y molestará a sus hermanos jajaja así que tranqui con eso.

También, se vienen saltos temporales importantes, así que si a partir de ahora leen un capítulo de Artemisa con 6 meses y al otro con 1 año, es por eso.

se viene cosas hermosas para la familia Styles-Tomlinson, así que atentxs!!

y para ya terminar, les cuento que esta historia constará de un prólogo y alrededor de 3 extras 🥰

nos leemos pronto!! cuídense g valorense.

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