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05


-Cuando vuelva a casa, la llamaré y hablaré con ella.

Asiento con la cabeza y después le doy un abrazo. Él me corresponde y yo sonrío. 

-Entonces... podremos estar juntos, ¿cierto? -susurro sin soltarlo. Él asiente con la cabeza. Finalmente, y con algo de tristeza, me separo. 

-Bueno, ve, seguro que tus padres se preocupan. 

-Sí...

Me tengo que ir. No puedo evitarlo... Sé que no está bien, pero simplemente no puedo. Me inclino sobre Liam y le doy un rápido beso sobre los labios. 

-Llámame mañana, ¿sí? Te quiero -digo de un tirón antes de salir y cerrar la puerta del auto en un tiempo récord. Camino hacia la puerta de mi casa con las mejillas encendidas y con una tonta sonrisa en mi cara. 

Por fin, siento que todo irá bien...


                                                                                              ***

Abro despacio mis ojos. Me incorporo. ¿Qué hora es? Agarro mi móvil. Siento que me tiran un jarro de agua fría al ver la hora. ¡Son las 8 y media de la mañana! ¿Por qué me levanté tan pronto en un domingo? Resoplo. A veces no me entiendo a mi misma. Y a veces significa varias.

De repente me doy cuenta que Liam me ha enviado un mensaje. No puedo evitar echarme a reír. ¿Él tampoco pudo dormir? Rápidamente, desbloqueo mi móvil y le mando un mensaje:

¡Hey! ¿Tú tampoco podías dormir?

De repente, mi móvil comienza a vibrar. Me está llamando. Obviamente contesto.

-¡Emma! ¡No pensé que estarías despierta!

-¿Y por qué me escribiste? 

-Para que lo leyeses cuando despiertes.

-Bueno, no importa. Estoy despierta, y lo he leído. ¿De qué querías hablar?

-Se trata de Zoey...

Alzo una ceja al oír el nombre de su novia. Bueno, ahora debería ser su exnovia.

-¿Qué pasa con ella?

-Esto... No rompí con ella.

-¡¿Qué?! ¡Pero anoche me dijiste que la llamarías para romper con ella!-

-Emma, lo sé, lo sé, por favor, tranquila y escucha lo que tengo que decir.

-... -decido escucharle. No quiero enfadarme. No quiero gritarle y que discutamos de nuevo. No ahora que todo esta yéndonos bien. Inspiro y expiro hondo-. Por supuesto. ¿Qué pasa?

-Creo que no estaría bien romper con Zoey por teléfono. Sería como una falta de respeto. Hoy nos vamos a ver en la cafetería de siempre. Ahí le diré que simplemente ya no puedo estar con ella.

-¿Incluso... que me quieres?

-... No. No quiero dejarte en una mala posición. Sé que tú no tienes la culpa, pero es mejor no arriesgar, ¿sabes?

-Está bien, sin problemas -asiento. Es verdad, no hay problema-. Lo importante es que lo hagas de manera respetuosa. Sólo entonces... tú y yo podremos salir.

-Tranquila, todo irá bien -puedo imaginármelo con su característica sonrisa y siento como mi corazón se pone a latir como loco. 


                                                                                       ***           

Mientras camino hacia la cafetería, siento como mis piernas y manos tiemblan de emoción. ÉL me ha escrito para que nos veamos. Ya habló con Zoey. Eso significa que, ¡por fin! Cuando lo veo a lo lejos, no puedo evitarlo, y echo a correr. Liam voltea al notarme, y me sonríe ampliamente. Una gran calidez me golpea en la cara y pecho. 

-Emma... -antes de que diga algo más, rodeo su cuello con mis brazos de un salto, y le doy un beso. Liam me rodea la cintura con sus brazos. Nos quedamos así, abrazados y con los labios pegados durante un rato que se me hizo eterno. Finalmente me aparto. Puedo ver como sus ojos brillan... hasta que de repente aparta la mirada, con una expresión que no entiendo.

-¿Pasa algo?

-Yo... 

-¿Te encuentras bien?

-Sí, tranquila -me sonríe de una manera muy forzada. Yo hago una mueca y él suspira-. Hablé con Zoey...

-¿Se enojó?

Liam niega con la cabeza.

-No, no lo hizo... porque no se lo dije. 

-¡¿Qué?! -me aparto de forma brusca-. ¿Y eso? ¡Me dijiste que ibas a hablar con ella hoy para...!

-¡Lo sé, lo sé! -se pasa una mano por su cabello rubio mientras resopla-. Lo sé... Perdona, Emma. Es que... me acobardé. Me sentí muy mal. Zoey es una chica muy buena y sé que la lastimaré si termino con ella.

-¡Pero entonces no podemos estar juntos!

-¡YA LO SÉ! -aprieto mis labios-. Perdón... Tienes razón.

-Me da igual que me des la razón si no lo haces... Esta noche, habla con ella, y termina de una vez, Liam. No podemos seguir besándonos si aún sales con ella.

-Emma...

-Nos vemos -y comienzo a alejarme.

-¡Emma! -él me sujeta del brazo-. ¿Adónde vas?

-Hasta que no lo hagas, no podemos vernos. 

-Pero... Al menos... ¿puedes darme un beso más?

Aprieto mis labios. Maldición... No debo. No debo... 

Me acercó rápidamente a él, lo sujeto de los hombros y me pongo de puntillas para darle un beso. Pero cuando intento apartarme, Liam me rodea de nuevo por la cadera con sus brazos. Y en lugar de intentar alejarme, sólo dejo que el beso se alargue...

Una vez en mi cuarto, me siento como una persona horrible. 

Es verdad que Zoey y yo no somos amigas ni nada... pero, ¿qué clase de persona se besa con un chico sabiendo que tiene pareja? Y lo que me hace sentir aún peor, es que lo disfruté... Siempre lo hago. No puedo evitarlo.

Y me odio por eso.

Para tratar de tranquilizar mi mente e intentar de hacer que mi estómago deje de dolerme tanto, me doy un baño y luego me preparo un chocolate caliente. Una vez en mi cuarto, busco alguna canción tranquila. Y... me encuentro con esa canción. The Night we met. 

En mi cuarto a oscuras, con los cascos puestos, el volumen a tope, y con mis ojos cerrados, me sumerjo en mi mente mientras la música me inunda, y me transporta a aquella noche tan fría en la que lo conocí... 

De repente, mi móvil se pone a vibrar. Es Liam. Me quito los cascos de forma brusca, y sin siquiera pausar la canción, agarró el móvil y contesto. 

-¿Liam? 

-¡Emma, lo hice!

-¿En serio? -mis mejillas comienzan a arder y una gran sonrisa de oreja a oreja se me forma en la cara-. ¡Eso es genial! 

-Sí, sólo que...

-¿Qué?

-... ¿Podrías esperar una semana?

-¿Una semana? ¿Por qué?

-Es que... Creo que no estaría bien que comenzáramos a salir al día siguiente de que haya roto con Zoey...

Tiene razón.

-Está bien, no me molesta.

-¿En serio? 

-¡Claro! Lo entiendo -es cierto, no pasa nada. Mientras podamos estar juntos, no me molesta esperar una semana.

-Entonces, el domingo de la semana que viene nos vemos en donde siempre. ¡Haré que la pases genial!

No puedo evitar reírme.

-¿Ah, sí? ¿Qué tan bien?

-Oh, ya verás...

-Eso, ya veremos... Sólo quiero decirte una cosa.

-¿Qué?

-Trae protección.

Y antes de que Liam pueda responderme, le cuelgo. Después, echo la cabeza hacia atrás y rompo a reír.


                                                                                     ***

Durante toda la semana, no he parado de morderme las uñas, el labio inferior, juguetear con mi cabello, y por supuesto, sonreír y enrojecer como una tonta mientras me imaginaba como sería una vez que Liam y yo finalmente estemos juntos. 

Mis padres han tratado de averiguar que carajos me sucede, pero obviamente no les he dicho. No entenderían. 

Y finalmente, hoy, es domingo. Me pongo ropa nueva que me he comprado para nuestra cita. Vale, él no dijo que lo era, pero, ¿qué coño importa? ¡Por fin podemos estar juntos! Mientras camino, siento que estoy flotando. Joder, hasta tengo ganas de reírme y de ponerme a bailar. ¿Qué me pasa, acaso me he vuelto loca? Bueno, ¿qué más me da? 

De nuevo, nos vemos, y de nuevo, le doy un beso que se prolonga.

-Venga, tenemos que ir.

-¿Adónde? 

-Ya te he dicho que vamos a divertirnos -me responde con una sonrisa misteriosa. Y de repente me pongo nerviosa. ¿Acaso quiere...? Si ese fuese el caso, ¿estaría lista? Trago saliva. No tengo que tener miedo. Si no quiero, Liam lo entenderá. Es un buen chico.

Nos subimos a su coche y él conduce durante un rato. Siento que me va a dar un infarto mientras él va conduciendo hacia nuestro destino, el cual es...

-¡¿Una discoteca?!

Al oírme, rompe a reír. 

-¡Somos mayores de 18! ¡No tiene nada de malo!

-No he dicho que sea algo malo, sólo que no me lo esperaba.

-¿Y qué esperabas?

Recuerdo lo que hace unos momentos pensé... y toda mi cara enrojece.

-Emma... ¿tienes fiebre? -me pregunta con una sonrisa burlona.

-¡Cállateeeeeee!

Él se ríe de nuevo.

-Venga, vamos adentro.

Cuando salgo del coche, se oye mejor la música que proviene de la discoteca. No reconozco la canción... No se oye demasiado bien. Aunque parece algo tipo tecno. En la entrada hay un guardia bastante alto, musculoso, vestido todo de negro... y calvo. Su cara parece la de un asesino en serie, y yo trato de no reírme. Se supone que debería intimidarme, pero es que no puedo. En su cabeza calva se refleja la luz blanca de la entrada. Me muerdo la lengua, y tomo a Liam de la mano mientras caminamos. Sacamos los carnets que indican que no somos críos, y por fin, entramos. 

Primero caminamos por un pasillo bastante oscuro, y la cual, la única luz es de color roja. Mientras nos vamos acercando, poco a poco, y todavía agarrados de la mano, la música se va oyendo cada vez con más claridad, hasta que reconozco la canción. 

-¿Lista? -me pregunta Liam cuando estamos enfrente de una puerta. Yo sonrío. 

-Nací lista, nene -y le sacó la lengua. 

Finalmente, la abrimos. En un primer instante, parpadeo, porque las luces parpadeantes y de diferentes colores me cegaron por un segundo. Y encima el lugar estaba realmente lleno. Gente cantando y bailando a lo loco. Estaba tan lleno, que me agarré con más fuerza, (y él hizo lo mismo), y aparté a gente del camino.

-¿Hacia donde vamos? -grito. 

-¡A la bara! ¡Vamos a tomar algo y luego vamos a la pista!

-¡Pero si está llena!

-¡Ya encontraremos sitio!

Y así, entre empujones, y con música ruidosa, llegamos al bar, en el cual, afortunadamente, sólo había una persona. Con un suspiro de alivio, Liam y yo nos sentamos. Yo pido una Coca-Cola y él un vaso de vodka. Mientras bebemos, charlamos un rato. Y tras terminarnos las bebidas, Liam, con una sonrisa juguetona, me toma de la mano. 

-Venga, vamos a bailar.

-Sólo espero no morir aplastada. 

-Tranquila, no permitiré que pase eso.

Sé que sólo bromea, pero joder, no puedo evitar ruborizarme. Aunque gracias a las luces, Liam no lo nota. Y menos mal, porque si lo hubiese notado, de seguro se habría reído de mí.

Bailamos durante bastante rato, hasta que pierdo la noción del tiempo. En un momento dado, y no sé por qué, me eché a reír, y Liam me imitó. A pesar de las luces y la música, puedo verlo y oírle... 

-Enseguida vuelvo -dice de repente-. Tengo que ir al baño.

Yo me limito a asentir.

-No te tardes, tengo que seguir pateándote el trasero con mis bailes.

-¿Perdona? Todo este tiempo, fui yo.

-Anda ya -le saco la lengua y él sonríe mientras niega con la cabeza y se aleja. 

Muy feliz, y llena de energía, sigo bailando. Al cabo de unos minutos, siento unas manos que me sostienen de las caderas y sonrío.

-Ay, Liam, ¿creíste que así me asustarías? -sonrío, mientras apoyó mis manos sobre las suyas y con los ojos cerrados, echo mi cabeza hacia atrás para apoyarla sobre su hombro. De repente, hace un movimiento de cadera y choca levemente su entrepierna con mi trasero.

Tiene una erección.

Con el corazón latiéndome por mil, me aparto rápidamente y me volteo. 

-Perdón por decepcionarte, pero no soy ese tal Liam... 

-¡¿Qué mierda te pasa?! -le grito sin importarme si me oyen, porque de todas maneras no pueden con la música tan estruendosa que está sonando. 

El tipo que se me acercó por detrás sonríe. 

-¿No me recuerdas, Emma?

-No... 

-En aquella fiesta... Hace unos... ¿Dos años? Yo te llevé.

De repente mis ojos se abren muchísimo. Y por un momento, lo reconozco. 

Ese cabello negro... Sus ojos grises... Y ese tono tan burlón en su voz...

-¿Fred?

-¡Exactamente! Por un momento creí que me habías olvidado.

Retrocedo un par de pasos. Aún no olvido que intento manosearme. 

-¿Qué quieres? -pregunto, tratando de darle a mi voz un tono frío para que no se note lo asustada que estoy. 

-¿Por qué preguntas? Sólo vine aquí por el mismo motivo que tú, divertirme.

-Muy bien, pues pásatela bien -y trato rápidamente de irme, pero él me agarra de la muñeca-. ¡Eh!

-Pensé que podría divertirme... contigo -y de un tirón, me acerca a él. Yo trastabillo y choco con su pecho. Rápidamente lo empujo, pero Fred me agarra de nuevo.

-¡Déjame en paz, capullo!

-¡Vaya que has crecido! Estás mucho más buena que antes.

-¡Cierra la puta boca! ¡No quiero oírte! ¡Y suéltame de una jodida vez, o me pongo a gritar!

-Adelante. A nadie le importa. Nadie te oirá. Todos están ocupados divirtiéndose. Nadie le prestará atención a alguien como tú.

-¡Basta!

Y de repente, alguien le da un empujón en el hombro a Fred, y me rodea los hombros con un brazo.

-¡Liam! -exclamo.

-Oh, vaya, hola -dice Fred, obviamente tratando de verse tranquilo-. No esperaba verte aquí.

-Yo tampoco -responde mi novio en un tono calmado, aunque en un tono lo bastante alto para que se le oiga-. No sabía que dejaban entrar a violadores sexuales.

-¿Disculpa?

-Creo que me expresé mal. Quise decir a potenciales violadores sexuales.

-Retíralo -ordenó Fred en un tono molesto mientras apretaba los puños-. O verás.

-Adelante -replica Liam-. No seré yo el que esté en líos. 

Tras un rato en el que siento como mi corazón se salta varios latidos, Fred finalmente se va, sin hacerle nada a Liam. De repente siento tal vértigo que me sujeto con fuerza de Liam.

-¡Eh! ¿Estás bien? -me pregunta mientras me abraza con fuerza.

-Sí, sólo... necesito algo de aire fresco -balbuceo. Él asiente y, todavía abrazándome, nos dirigimos a la puerta que conduce al pasillo. Pero, mientras camino aún sujetándome de él, trastabillo y casi me caigo. Liam me agarra con fuerza.

-¿Estás bien?

-No...-respondo con voz temblorosa. A continuación, escondo mi cara en su pecho y rompo a llorar. Liam no dice nada. Sólo me abraza en silencio-. ¡No estoy bien! ¡Estoy tan furiosa conmigo misma!

-¿Por? 

-Siempre dependo de ti... ¡Estoy harta! ¡Lo odio! ¡Me odio a mí misma! 

-¡No digas eso! -me aparta con brusquedad y me sujeta de los brazos con una expresión de molestia-. ¿Cómo puedes decir esas cosas sobre ti misma?

-¡Es que es verdad!

-¡Bueno, pues no deberías hacerlo! 

-¡Pero soy una inútil! ¡No pude cuidarme sola!

-Emma, no pasa nada. Tú no tienes la culpa. No te hace una inútil.

-Pero...

-Suficiente -y me besa. Por un momento mi mente queda en blanco. Luego le correspondo. Hace un buen rato que no lo besaba. Se siente bien...  Él me acaricia la espalda y yo enredo mis dedos en su cabello rubio.

-Hm... Liam, te amo.

-... -de repente se detiene y aleja su cara de la mía. Yo frunzo el ceño.

-¿Liam?

-Oh... -deja caer sus brazos. 

-¿Qué te pasa? -me estoy asustando. Puedo sentir que el color se esfuma de mi cara y mi corazón late de forma alocada.

-Yo... -da un par de pasos hacia atrás, con una mirada perdida.

-Hey, ¿dije algo malo?

-No, no eres tú... Es que... -de repente se cubre la cara y se echa a llorar. Mi corazón da un vuelco. Rápidamente me acercó y apoyo una mano en su espalda.

-Oye, ¿por qué no me cuentas qué sucede? -le pregunto con un tono dulce mientras le acaricio la espalda.

-Emma... -finalmente, aparta las manos de su rostro, alza la mirada. Sus ojos brillan en el rojizo pasillo. Su labio inferior tiembla-. Perdóname.

-¿Por qué? -pregunto mientras siento que la sangre se me hiela en las venas, como si mi cuerpo supiese que me va a decir algo realmente doloroso. De repente dejo de acariciarlo, pero no quito mi mano.

-Yo... no rompí con Zoey.

La mano que tenía sobre la espalda de Liam cae, como si estuviese muerta.

-¿Qué? -susurró. Él se cubre la cara y llora de nuevo. Durante un rato ninguno dice nada. El sollozo de Liam suena ahogado, la música suena ahogada, y yo... siento que me estoy ahogando mientras voy entendiendo-. Entonces... desde que me llamaste... tú... ¿te has estado viendo con Zoey?

Sin dejar de llorar, asiente con la cabeza.

-Te pedí que esperases una semana por-porque... ella... Zoey... -me cuenta entre sollozos-... se fue con su familia de visita justo hoy....

-¡Hijo de puta! -grito. Todo el frío ha sido sustituido por un gran calor que me quema y una gran energía, con la cuál descargo... golpeando en el brazo a Liam-. ¡Eres realmente un hijo de puta!

-Emma...

-¡Nada de Emma! -grito sin dejar de golpearlo-. ¡Todo este jodido tiempo jugaste conmigo! 

-No, yo...

-¡No sólo conmigo, sino también con Zoey! ¡¿No tienes vergüenza?! 

Finalmente dejo de golpearlo. Entre jadeos, dejo caer mis brazos. Mis ojos escocen como si tuviese polvo, pero me contengo. No lloraré enfrente de nuevo. No de nuevo. Nunca más. ¡No después de que se haya burlado de mí de esa manera!

Liam no dice nada, sólo me mira anonadado. Sus mejillas están empapadas y gotean contra el piso. Y yo me limito a jadear. Aún siento aquella energía que me arde por dentro. 

-Emma... 

-He tenido paciencia -le interrumpo con la voz quebrada. Carraspeo y me froto los ojos con el antebrazo-. Yo no quería enfadarme contigo de nuevo. Yo no quería pelearme contigo de nuevo. Quería que todo fuese como al principio. ¿Qué pasó?

-... No lo sé -dice con total honestidad. Y quizás eso es lo que más me lástima, porque aprieto los dientes y comienzo a caminar hacia la salida-. ¡Emma!

-No -respondo. Mi voz suena ronca-. Esto se acabó. 

-¿Quieres decir nuestra relación?

-Todo tipo de relación que teníamos se acabó -aclaro dándole la espalda. Lo hago así, porque siento que si lo miro a los ojos, no tendré el valor de hacer esto-. Adiós.

-¡Espera! 

-¡No!

Salgo dando un portazo y camino a grandes zancadas. Tras un rato, me detengo y me doy la vuelta. Él no me sigue. Se quedó en el pasillo. Suelto un suspiro tembloroso, y continuo mi camino, a paso más calmado. 

Es de noche. Hace frío. Mis mejillas y nariz están todas rojas. Me froto los brazos. La chaqueta blanca no me mantiene caliente. 

De repente veo algo que hace que me detenga de golpe: un copo de nieve. Entonces alzo la mirada. Otro copo de nieve. Y otro. 

Entonces, por algún momento, recordé cuando nos conocimos. Ese día también nevaba. 

Me acuclillo en la acera, y como una niña pequeña que acaba de perder lo más preciado, me pongo a llorar.

                                                          



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